El comedimiento es una condición fácil de prescribir y difícil de conseguir.
Los neurólogos recomiendan un uso precoz de analgésicos para abortar la crisis de migraña a la vez que alertan de su abuso como condición peligrosa que puede derivar en una migraña crónica (transformada).
Todos los consumos que gratifican, bien por aportar placer o eliminar el sufrimiento, tienden a dinamizarse, a desmedirse. El de analgésicos no es una excepción.
Generalmente el aumento del consumo va asociado a una merma de su efecto gratificador. El dolor parece haberle tomado la medida al analgésico y se ríe de él.
- Cada vez tengo más migrañas y los analgésicos cada vez me hacen menos efecto...
- Está abusando de los analgésicos. Debe evitarlos...
- Ustedes me recomendaron que no esperara a tomarlos...
La pérdida de eficacia de los analgésicos no tiene explicación. Ni siquiera los neurólogos se plantean reflexionar sobre su origen.
- El calmante que me mandó ya no me hace nada...
- No se preocupe. Tome este otro...
No existe una batalla entre dolor y analgésico como puede existir entre germen y antibiótico. El germen es un ser vivo que se defiende de lo que le ataca. Desarrolla resistencias, reacciona.
El dolor no es un ser vivo que se siente atacado por el calmante y trata de evitar sus zarpazos letales... No existe algo definible como resistencia al analgésico, equiparable a la resistencia al antibiótico.
- Los cigarros cada vez me hacen menos efecto. Al principio me quitaban las ganas de fumar durante un buen rato. Ahora tengo que encender uno tras otro y ya no me saben tan buenos. Fumo a lo tonto...
- Tiene que dejar de fumar.
- Ustedes me recomendaron que encendiera pronto el cigarro, que no esperara, que si lo hacía luego era más difícil calmar las ansias...
La resistencia del dolor a los calmantes se explica dentro de la dinámica del modo de actuar del sistema de recompensa, una estructura encargada de mover la voluntad del individuo hacia conductas de consumo catalogadas, acertada o erróneamente, como beneficiosas.
La disponibilidad del objeto de consumo facilita la desmedida.
El sistema de recompensa es imprescindible para desperezar al individuo y motivarlo hacia conductas necesarias, como ir a cazar comida y/o pareja, en los tiempos de la sabana. Los depredadores y competidores por las piezas a consumir ponían la debida medida a las pulsiones.
La disponibilidad de supermercados y boticas invierte la pendiente del esfuerzo y hace que la rueda del consumo vaya cogiendo velocidad cuesta abajo.
- ¿No tiene algo más fuerte? El paracetamol, la aspirina, el ibuprofeno ya no me hacen nada. Incluso parece que los triptanes empiezan a flaquear...
- Hable con su cerebro. Dígale que le quite la colecistoquinina, le reponga las "endorfinas", le apague los nociceptores silentes, reponga el chorrito de serotonina y noradrenalina sobre el asta posterior, vuelva a filtrar los estímulo que provienen de las meninges...
- Y eso, ¿cómo se hace?
- Eliminando el miedo cerebral al daño... El dolor es la expresión de ese miedo, lo mismo que el pánico es la expresión del miedo al daño en un ascensor que puede precipitarse al vacío...
- Sí, pero ¿cómo?
- Dejando de complacer al cerebro. No tomando calmantes y continuando con la actividad programada, entrando al ascensor y tratando de controlar el pánico...
- ¡Qué fácil es decirlo!
- Pues sí, pero no he sido yo quien le ha animado al consumo precoz de calmantes... No existen los calmantes ideales: los que quitan el dolor comedidamente. Todos tienen la cualidad de inducir la desmesura.
No tiene sentido considerar al dolor como un enemigo al que hay que matar a balazos. El enemigo a batir es la irracionalidad cerebral sobre miedo a sucesos necróticos en la cabeza.
- Me da lo mismo. Si el enemigo es el miedo cerebral a la necrosis ¿no hay nada para calmar ese miedo?
- Está la cosa un poco cruda pues los neurólogos alimentan ese miedo constante e inconscientemente. Por eso tienen más migrañas que nadie.
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- ¿Por qué me duele la cabeza?
- Tiene usted una migraña. Es una enfermedad cerebral de origen genético. Tiene un cerebro hiperexcitable, inflamable... Debe descubrir lo que desencadena las crisis y evitarlo. Debe ser comedido en todo: alimentos, horas de sueño, estreses, cambios meteorológicos, hormonas, viajes... Haga ejercicio, contenga sus ardores y, sobre todo, no se automedique. Siga al pie de la letra nuestras recetas...
- Llevo una vida monacal y no me sirve de nada... No encuentro mis desencadenantes... Curiosamente tengo las crisis los fines de semana. He revisado de arriba abajo sábados y domingos para ver si doy con el desencadenante pero no lo encuentro...
- El fin de semana es el desencadenante. Tiene que evitarlo... Puede que, además esté abusando de los calmantes... Debe prescindir de ellos...
15 comentarios:
La verdad es que siempre me ha resultado curioso el por qué de esa "acomodación" al efecto del analgésico. Cómo puede ser que con el tiempo, un mismo calmante vaya perdiendo "efectividad". Es como si los sistemas relacionados con el dolor quisieran seguir alertándonos: "que te tomas todos los días tres nolotiles para no escucharnos, pues aumentamos un poquito la señal y listo...".
De todas maneras, es cierto que vivimos en una sociedad donde la recompensa no se obtiene necesariamente tras un esfuerzo con carácter de logro. En la sociedad del "yo y el ahora", como se veia en tu entrada de ayer, el dolor es algo que se debe evitar a toda costa porque, existiendo los "painkillers" no tiene sentido experimentar dolor...
Y lo de siempre: aprendizaje social, miedo al dolor, retroalimentación...
Villovi: así da gusto. No tengo nada que añadir salvo agradecer tu visita.
Saludos
Villovi: recuerdo un artículo sobre aplicación directa de morfina y/o antinflamatorios en la PAG. Inicialmente había un efecto analgésico, pero en pocos días se producía el efecto contrario, a través de la liberación de colecistoquinina.
Tal como sugieres, da la impresión que el cerebro tiene sus evaluaciones y decisiones tomadas y si las ve contrariadas u obstaculizadas reacciona, defendiendo sus intereses, desde su perspectiva.
Supongo que la tolerancia al igual que pasa con otras drogas, puede ser mas o menos explicada por la fisiología cerebral. Ahora bien, teniendo en cuenta la complejidad de la psicología humana, el que funcionamos "señalando" hitos, que vamos a "saltos" entre esos hitos, y que cuando un estado (el bienestar) se convierte en condición, ya no se aprecia, me parece que seguramente el fenómeno de habituación y tolerancia, es connatural al ser persona. ¿Es reducible esto a la fisiología, a la biología? Pues me parece que no, al menos, sin deformarlo hasta el absurdo.
Un saludo.
Jajaja... lo que hace la habituación (mas las acciones de la mente).
Arturo... gracias por esta entrada.
Jesús: evidentemente no somos reducibles a la Biología. Me limito a describir el marco biológico sobre el que actúan los planos culturales, psicológicos y demás. Ese marco biológico está animado y tergiversado por una cultura alarmista y por ahí saltan los dislates de la migraña y otras situaciones.
Anónimo: la interacción entre procesos biológicos básicos que compartimos con los caracoles marinos (Eric Kandel) y la cultura produce situaciones que resultarían cómicas si no fuera porque inducen sufrimiento.
Incluso la adicción al analgesico en mi caso ya no espera el dolor, me lo tomo antes por si acaso...
Por supuesto Arturo. Mi comentario solo era una reflexión en voz alta....
Saludos.
El Sistema de recompensa... ¿nos hablas un poco más de esto?
(quizás ya lo has hecho, pero leo el blog desde hace poco, si ya lo hiciste dime el enlace. Gracias).
iMAM: puedes pinchar en lel bloque de palabras clave "sistema de recompensa" Tiene cinco entradas.
Es el circuito cerebral que asigna una valoración positiva o negativa a lo que hacemos en función de sus propias evaluaciones. No siempre nos conduce por caminos deseables.
Hola Arturo.
En realidad... lo que me causa gracia es la habituación, tolerancia que desarrolla nuestro cuerpo a ciertos compuestos quimicos u otros fenomenos.
En el caso del dolor cronico sin tejido necroso... esta tolerancia puede ser fatal en la persona... causando una posible adicción por evitar la insatisfacción.
En otros casos... como el de un domador de serpientes. Si, es mas complejo... sin embargo, obtine cierta resistencia (al compuesto de la serpiente) con cada picadura.
Es adaptación al entorno (es la explicación que sugiero y tal vez esté totalmente equivocado)... en el caso del analgésico les va fatal a quienes sufren por el dolor. En mi caso... el cuerpo muchas veces siente dolores y su causa son las artes marciales.
Son dolores positivos, que simpre indican aprendizaje, ya sea por un daño recibido, un error o por un entrenamiento intenso... dolor que se siente bien (en algunos momentos es un impedimento a ciertos paceres... ;) ).
Bien... entendemos que el dolor es una persepción. En algunos casos... este dolor tiene autoridad para (hacer sufrir) a esas personas.
Ahora dime... que pasa cuando una autoridad es ridiculizada, cuando te ries, o se rien de una (autoridad)...
A mi siempre me parecio que pierde bastante influencia sobre el o los subordinado/s.
¿Que sucede si te ries del dolor? ¿Sufres menos?
¿te lo tomas como antes?
Pues cualquier sea el resultado... has progresado. Por que si sufres mas o te duele mas... puedes intentar llorar y experimentar que sucede. Si te angustias menos... ya sabes que hacer..
Saludos.
Anonimo: el tema de la habituación y sensibilización es importante. El cerebro debe catalogar cada estado y agente como relevante, en sentido positivo o negativo. Nos habituará a todo aquello que resulte irrelevante o, siendo teóricamente relevante, nos impida acceder a un objetivo de alto valor biológico.
Nos sensibilizará frente a lo que evalúa como importante. Hay una tendencia hacia el exceso de sensibilización en el terreno defensivo. Ello ocasiona todo tipo de dolores injustificados.
La actividad física, deportiva o artística es un buen campo de habituación a estímulos físicos, por tanto es una actividad analgésica. Los estímulos generan dolor pero se siente y sufre de otra manera, tal como comenta.
Más que reirse del dolor lo que creo que debe hacerse es evitar el alarmismo injustificado. Si no hay necrosis acoplada el dolor, sería un buen consejo ridiculizar a nuestro propio cerebro, pro sus miedos exagerados.
Hola Arturo.
Lo que has dicho es justo lo que quiero destacar con casos concretos. Solo quiero matizar... que en las artes maciales, ademas de todas las endorfinas que libera el cuerpo por el entrenamiento, también recibe daños a nivel de tejidos... y con solo cambiar la perspectiva, cámbia la experiencia.
Saludos.
Anonimo: estoy de acuerdo en el efecto de la práctica de artes marciales, rugby, ballet etc sobre el modo en que se modifica la percepción del dolor, aun en presencia de daño en los tejidos.
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