Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

Click here to switch to the english version

lunes, 31 de mayo de 2010

Corpus sanum in mente sana





El dolor siempre es una respuesta normal a lo que el cerebro considera una amenaza de destrucción violenta de tejidos, sostiene Moseley, expresando una verdad biológica básica, fundamental.

No duelen huesos, músculos, articulaciones ni tendones sino decisiones cerebrales de activar la alarma ante un suceso consumado, inminente o imaginado de daño necrótico.

Duele porque el organismo teme que las acciones del individuo pongan en peligro la integridad física de los tejidos.

El cerebro sueña posibilidades teóricas aun cuando sean altamente improbables. Enciende el pánico ante la posibilidad de que el avión se precipite al vacío y la ilusión porque toque el gordo de Navidad.

El individuo siente un cuerpo enfermo, agotado, dolorido, desmotivado, catastrofista... pero los doctores no encuentran nada anormal en placas y análisis.

- Su cuerpo es normal. El dolor es psicológico...

El psicólogo no encuentra nada anormal en sus psicoevaluciones.

- Su psique es normal. Vuelva a hablar con su médico...

El cuerpo y la psique son normales pero el cerebro es hipocondríaco, alarmista. Vive en una idea de organismo enfermo aun cuando esté sano y le da a todas las teclas que proyectan a la conciencia sentimientos de enfermedad, de peligro.

- Lo único que sé es que me duele todo... hasta el pelo y las uñas...

- No le puede doler todo. Es absurdo..

Muchos doctores niegan la posibilidad de que duela todo. Les parece que eso es una prueba de que, en realidad, no duele nada... y apuntan en sus historias con signos de admiración que dan a entender su descreimiento: ¡le duele todo!...

Duele todo si el cerebro activa el programa de sentirse enfermo. Para eso lo ha seleccionado la evolución...

- Tengo hambre a todas horas...

- Eso es imposible. Su hambre es psicológica...

 El cerebro sueña la realidad y la vuelve incomprensible a fuerza de temer lo posible.

Las creencias y expectativas del organismo son las causantes del sufrimiento.

El cerebro cree, teme la enfermedad.

Los padecientes no creen en el poder de las creencias, no las temen. Reclaman la enfermedad real aun cuando sea, por ahora, invisible.

- Cuide su información. Las ideas son liposolubles y se fijan a la grasilla cerebral haciéndose con el mando. Procure que no entre mercado y cultura. Exija Ciencia, conocimiento limpio, desinteresado. Así conseguirá un cerebro sensato, ponderado, Es condición necesaria para sentirse sano estándolo.

Mens sana in corpore sanum...

Corpus sanum in mente sana...

sábado, 29 de mayo de 2010

¿Será posible...?






Ayer, Manderley, otro de los apreciados visitadores del blog, fisioterapeuta atrapado en la nueva corriente de la neurobiología integrada del dolor, me sorprendió gratamente con la noticia de que en la revista Integral se hablaba en el artículo "tratar la fibromialgia" de Moseley, del dolor sin daño, de las falsas alarmas... ¡del cerebro!

Es la segunda vez que tengo que frotarme los ojos para creérmelo. La primera vez sucedió en el blog Women and Fibromyalgia. Ello me animó a dedicar varias entradas al complejo y sensible tema de la Fibromialgia. Confieso que quedé bastante frustrado con los intentos pues no conseguí que los comentarios se centraran en la teoría que vengo proponiendo de la "disfunción evaluativa cerebral" y de su posible aunque difícil resolución a través de la pedagogía, lo que en una entrada denominé: "Fisioterapia cognitivo conductual". 

El drama de las padecientes con Fibromialgia hace que centren sus esperanzas en la resolución desde el paradigma de "una enfermedad misteriosa de origen desconocido para la que no se conoce curación" en nuevos avances de la Medicina, en nuevos fármacos. 

Un factor crucial en el atasco en que se encuentra la Fibromialgia es el de la reclamación del carácter de enfermedad, en sentido clásico, su legitimación biopatológica, el certificado que abra la puerta a los padecientes a legítimos subsidios y les proteja del trato vejatorio al que son sometidos en su insufrible peregrinaje por las consultas de profesionales desmotivados e insensibles al drama.

Estoy convencido de que el considerar a la Fibromialgia y otros padecimientos (migraña, colon irritable, fatiga crónica...) como expresiones de una disfunción evaluativa neuronal, análoga a la disfunción evaluativa inmune, puede disolver gran parte de los prejuicios, malentendidos y reticencias que, desgraciadamente, le acompañan.

Un Fisioterapeuta entrenado en neurobiología del dolor es, con toda seguridad, el profesional más capacitado para ayudar a las padecientes a salir del túnel pero para ello es necesario que profesionales y colectivos de afectadas conozcan bien las nuevas propuestas. De otro modo no pasará de ser una propuesta más de la desesperante lista de terapias condenadas al fracaso. 

No me ha resultado fácil presentar el modelo a colegas y padecientes. La decepción es especialmente deprimente con los neurólogos. En ninguno de los dos Hospitales en los que desarrollé mi formación han dado el beneplácito para poder exponer estas nuevas propuestas. 

Todo hace indicar que no va a resultar demasiado complicado aceptar que el dolor crónico es un problema cerebral y no "músculoesquelético", neuronal y no reumático. Es un primer paso.

Lo difícil va a ser convencer a afectados y profesionales de que no estamos ante un cerebro anómalo, deficiente, que procesa mal la información sino ante un cerebro normal, atrapado en un excelente procesamiento de una pésima información. 

Afortunadamente tenemos con nosotros a Lorimer Moseley, un prestigiado investigador sobre Neurobiología del dolor, es nuestro primo de Zumosol...

viernes, 28 de mayo de 2010

Eugenesia y eugnosia







El desciframiento del genoma, el "libro de la vida", marcó el pistoletazo de salida de la caza de brujas de los genes malos, incapaces de aportar el kit mínimo de proteínas necesario para soportar esta buena-mala vida que nos pegamos.  

No hay día que no se comunique con alivio la identificación de una nueva pifia de algún gen. Hay genética para todo. Pasaremos pronto de las prótesis de cadera a las genómicas y de los implantes dentales a los mentales. La eugenesia la tenemos a tiro de piedra. 

El "cartillero" de antaño acudirá a la oficina correspondiente provisto de su tarjeta genómica para que un sistema robotizado le indique el antídoto personalizado que corregirá genoespecíficamente sus cuitas somáticas, sus desánimos y sus desarreglos emocionales.

El atormentado y voluminoso colectivo de padecientes sin certificado de enfermedad verán colmada su extraña necesidad de saberse reconocidos y titulados como enfermos, inválidos e incapaces gracias a que un simple vistazo al genoma desvelará las claves de tanta penosidad.

- Tiene usted el genoma degenerado. Con esto no va a ninguna parte. No me extraña que le duela y que no pueda con su alma...

Los padecientes sentirán el alivio de saberse inocentes de su penosidad física y psicológica.

- Tiene usted un déficit de varias enzimas. Debe evitar lo contenido en esta lista.

- ¿No tiene operación...?

- Todo se andará. De momento es lo que hay. Calma.

La percepción de vida miserable proviene, al decir de nuestros expertos, de una degradación acelerada de nuestro genoma y de un empeño (genético) en saltarnos las listas de lo prohibido.

Los padecientes descubren en ocasiones con alborozo que sus cuitas somáticas eran debidas al consumo de ternera (caso real) y que ha bastado eliminarla de la dieta para acabar con las migrañas. Un bistec de ternera no vale una migraña. Se comprende la satisfacción del ex-padeciente y el orgullo del profesional que levantó la liebre de la ternera.

No soy quién para juzgar la veracidad de todo cuanto se proclama de los genes del sufrimiento en ausencia de daño. La genética anda siempre por medio de todo... pero nunca es entendible si no se analiza desde la óptica de su interacción con el entorno.

El entorno de los sapiens (ma non troppo) no sólo contiene alimentos artificializados, tóxicos, contaminación y campos electromagnéticos. Hay algo más y ese algo más es información, cultura, adiestramiento, instrucción, aprendizaje socializado.

Hay información para todos los gustos. ¡Conozca usted lo que más le guste! ¡La verdad no existe...! ¡Escoja sus principios! 

- Me han dicho que mis migrañas pueden venir de la información... que no es el chocolate sino su mala prensa...

- Bobadas...

La caza de brujas de genes degenerados está produciendo una degeneración del conocimiento fiable, neurobiológico. Da lo mismo lo que espere, tema y crea cada cual. El dolor, al parecer, no tiene nada que ver con ello... pero lo tiene y mucho.

En la época de la eugenesia, de la eugimnasia y de la eumagnesia sigue siendo necesaria la eugnosia, el buen conocimiento.

Los padecientes sanos tienen derecho a reclamar no un título de enfermedad sino percepción de salud, secuestrada en su propio cerebro por el carcelero del adoctrinamiento cultural sobre genes, hábitos y enfermedades emergentes.

- Si no lo veo no lo creo...

- Es al revés. Tiene que creerlo para verlo...


- De lo que se come se cría...


- De lo que se cree se cría...

miércoles, 26 de mayo de 2010

Al final va a ser la histamina...



Un amigo me pasa la reseña periodística de la presentación a bombo y platillo, nada menos que en el Congreso de los Diputados, de un estudio en el que muestran que entre el colectivo de migrañosos se han detectado niveles bajos de una enzima, la Diaminooxidasa. Una consecuencia presumida de este déficit sería una baja inhibición de la histamina, molécula definida como responsable potencial del origen de las migrañas.

No dejan claro cuál es el papel de la histamina en el origen de la crisis. Se deja entrever que la migraña tiene un origen vascular (sabemos que no es cierto) y que la histamina generaría una dilatación violenta de las arterias temporales (las que se marcan en las sienes). Los alimentos contienen histamina, unos más y otros menos... Algunos medicamentos (incluso los utilizados para combatir la migraña) pueden actuar inhibiendo, frenando la actividad de esa bendita enzima que contiene a la maldita histamina. 

Si todo esto fuera cierto... sería crucial identificar a los ciudadanos que por obra de los genes o de sus hábitos se encuentran residiendo en un organismo que no puede contener los excesos de la histamina y proceder a asesorar sobre alimentos y medicamentos no recomendables.

La presentación del hallazgo ha contado con una sorprendente parafernalia de lanzamiento al mundo de la buena nueva como si se tratara de un hito fundamental en la solución del engorroso problema de la migraña.

Los promotores del estudio han elaborado el "Manifiesto de Madrid", una llamada sensibilizadora a todos los sectores profesionales y sociales para que multipliquen sus esfuerzos. Eso incluye más información, una consideración de enfermedad crónica invalidante con derecho a los subsidios concedidos a las enfermedades clásicas... más fondos para la investigación... promesas de nuevos medicamentos...

Llueve sobre mojado. Las arterias, la histamina, los genes, los desencadenantes...

La bioquímica de los sapiens (ma non troppo) es la misma que la de los demás bichos en lo que a histaminas se refiere. Se podrían seleccionar cepas de animales deficitarios en diaminooxidasa y someterlos a atracones de alimentos prohibidos y ver si se comportan como si tuvieran una crisis de migraña...

Mi propuesta sobre origen de la migraña es conocida entre los lectores del blog. Creo que es un producto cultural actuando sobre una genética que promueve el alarmismo defensivo. He tenido muchos padecientes con migraña tras comer chocolate, queso curado y otras delicias que han entendido lo que se les explica y han descatalogado los frutos prohibidos procediendo a hincarles el diente con deleite y sin miedo, sin que suceda nada después. También conozco algún caso en el que las crisis han desaparecido al eliminar un alimento de su dieta. Hay datos para todos los gustos y disgustos. 

Miedo me dan estas proclamaciones solemnes. Mi deber para el reducido colectivo de seguidores de este humilde blog es mostrar mi preocupación y reserva hacia estos circos mediáticos.

Mientras tanto los memes de la migraña siguen haciendo su Agosto. Encuentran cada vez más facilidades para difundirse por la red socializada neuronal. 

En Madrid se ha proclamado a la histamina como responsable del infierno migrañoso. Se ha bendecido y otorgado todos los plácemes al biofuncionalismo. 


La histamina es el nuevo chivo expiatorio. Tratará de desplazar a la serotonina. 

Los chivos expiatorios moleculares siempre tienen detrás a quienes los promueven. 

¿Qui prodest? (¿quién se beneficia?) Los promotores del Manifiesto sostienen que los padecientes. Ojalá sea así... Tengo mis dudas.


***



A friend showed me a journalistic report of a presentation with great fanfare at the Congress of Deputies, a study which showed that, amongst the group of people with migraine, low levels of an enzyme, diamine oxidase, have been found. A consequence of this deficit would be a low inhibition of histamine, a molecule defined as a potential source responsible for migraines.

They do not say clearly what the role of histamine in the origin of the crisis is. It suggests that migraine has a vascular origin (we know that’s not true) and that histamine would generate a violent expansion of the temporal arteries (which are marked on the temples). Food contains histamine, some more than other. Some medications (including those used to combat migraine) may act by inhibiting, slowing the activity of this holy enzyme that contains the damn histamine.

If all this were true... identifying those citizens that, because of their genes or their habits, find themselves living in an organism that can not restrain the excesses of histamine would be crucial, and then proceed to give advice on not recommended food and medicines.

The presentation of this discovery has had an incredible paraphernalia launching to the world as if it were a milestone in resolving the cumbersome problem of migraine.

The promoters of this study have developed the "Manifesto of Madrid", a call to sensitize all professional and social sectors to redouble their efforts. That includes more information, a consideration of chronic disease disabling entitled to the subsidies given to the classic diseases, more funds for research, promises of new medications...

When it rains, it pours. Arteries, histamine, genes, triggers ...

The biochemistry of the sapiens (ma non troppo) is the same as that of other bugs as far as histamine is concerned. Strains of animals with a deficit of diamine oxidase could be selected and then cause them a forbidden bellyful, and see if they behave as if they had a migraine.

My proposal about the origin of migraine is known to readers of this blog. I think it is a cultural product that promotes defensive alarmism. I have had a lot of patients with migraine that after eating chocolate, cheese and other delicacies have understood what I explained to them and declassified forbidden fruits proceeding to eat them with relish and no fear, without any consequences. I also know some cases in which crises have gone away when removing a kind of food from their diet. There are data for all likes and dislikes.

I fear all these solemn proclamations. My duty for the small group of followers of this humble blog is to show my concern about these media circuses.

Meanwhile, the memes of migraine still make their killing. They increasingly find it easier to spread around the socialized neuronal network.

In Madrid, histamine was proclaimed the responsible for the migraine hell.

Histamine is the new scapegoat. It will try to displace serotonin.

The promoters of molecular scapegoats are always behind all of this.

"Qui prodest? (Who benefits from this?). The Manifesto promoters think it is the sufferer. Let's hope so, but I doubt it.

martes, 25 de mayo de 2010

Mi cerebro y su YO


 

La percepción del YO es poderosa y nos hace dar por sentado que somos los agentes voluntarios de cuanto hacemos. 

Debajo de esa percepción siempre hay un cerebro que proyecta al individuo cuanto sentimos  con la intención de hacernos propuestas de conducta. 

La percepción es como una película que contiene el modo cerebral de valorar cada momento y lugar.

El cerebro expresa su opinión y su preferencia a través de lo que nosotros nos atribuimos ilusoriamente como voluntad.

A un ritmo de algo más de diez flashes por segundo nuestra conciencia es bombardeada por el proceso evaluativo cerebral. El mundo se nos muestra a través del color del cristal con que lo mira "nuestro cerebro". 

YO es algo que emerge de la compleja actividad cerebral.

Nadie tiene explicaciones satisfactorias para definir la conciencia. Nos limitamos a identificarnos con su contenido, a sentirnos decidiendo en libertad, con soberanía...

Los pacientes que consiguen librarse de las crisis de migraña comentan que hablan con su cerebro para calmarlo como a un niño pequeño atemorizado por miedos irracionales.

- Hablo con mi cerebro...

Realmente estamos dialogando con el cerebro siempre que estamos despiertos y atentos a lo que sucede. A veces el cerebro nos apaga y habla sólo consigo mismo, trasvasando episodios recientes desde el hipocampo a la corteza prefrontal. Otras veces la mente vagabundea, repasa el pasado y el futuro, hace cábalas sobre lo que los demás opinan u opinarán sobre nuestras acciones y reflexiones.

El cerebro migrañoso siempre proyecta la misma interpretación alarmista de lo que puede suceder en la cabeza. Lo que se percibe en una crisis no es la consecuencia de una perturbación misteriosa química sino algo más sencillo: es el modo en el que el cerebro valora la amenaza de ese momento.

El hambre expresa el miedo cerebral ancestral a la incertidumbre sobre disponibilidad de alimentos, el picor el  de la presencia de parásitos sobre la piel... y el dolor la posibilidad de que en ese preciso momento se produzca un estado de destrucción violenta de células, necrosis.

- Tengo miedo. Has trabajado mucho esta semana. He oído que no es bueno. Produce algo muy malo que llaman estrés. Me preocupa que incluso te guste tu trabajo. Es una costumbre peligrosa.

El padeciente recibirá estas reflexiones cerebrales en forma de un dolor creciente, siempre los sábados por la mañana. El dolor estará proyectado sobre la cabeza el fin de semana y el lunes, misteriosamente, habrá desaparecido. El cerebro habrá apagado las alarmas para permitir que el individuo consiga comida.

- No seas borde y déjate de alarmas. La actividad mental no hace que hiervan las neuronas, aumente la presión, se dilaten arterias ni nada que suponga un peligro. Me han dicho que incluso puede ser saludable. Me gusta lo que hago.

A los pacientes que cuentan este cambio en el afrontamiento de la resolución de las crisis, los que cambian el calmante químico por el calmante reflexivo, dialogante, los toman a veces por chiflados.

- ¿Hablar con el cerebro? Se te ha ido la olla. 

Los padecientes "cuerdos" se dejan de excentricidades y se toman el calmante. Hacen lo que el cerebro les pide pero se sienten dueños de esa decisión. 

- YO...

Independientemente de cómo nos veamos como YOes no podremos evitar el parloteo continuo con nuestro cerebro. Es ley de vida, de conciencia...

Más nos valdría adquirir conocimiento racional, biológico, fiable, sobre dolor para ir cambiando los chips de la publicidad cultural a través de ese diálogo inevitable, oculto, inaparente entre nuestro cerebro y su YO.

lunes, 24 de mayo de 2010

Neuronas/Neurons



- ¡Ah! ¿pero el cuerpo tiene neuronas? Pensaba que sólo existían en la cabeza...

Una paciente mostró su sorpresa al notificarle que cada punto del organismo está sembrado de neuronas. No hay nada que se escape a su control. Las neuronas registran todo cuanto sucede y lo vuelcan en la red, un ámbito de chismorreo incesante donde todo se sabe.

El modelo de organismo que utilizan las Medicinas no tiene demasiado en cuenta que todo lo que percibimos, sentimos y hacemos proviene de la actividad neuronal.

El dolor es un producto neuronal... en todos los casos.

Empieza a ser escandaloso el escaso interés mostrado por los médicos hacia la gestión neuronal del día a día del organismo.

Músculos, huesos, articulaciones, tendones, ligamentos... todos merecen la consideración de los profesionales. Las neuronas son invisibles. Duelen las cervicales, los músculos... 

Nadie comenta: me duelen las neuronas... Suena extraño.

Las neuronas son células especializadas en detectar sucesos y memorizarlos para construir conocimiento, capacidad anticipativa. Son individuos sensibles, con pasado, presente y futuro fundidos en su membrana. 

Las neuronas imaginan la realidad, la sueñan a todas horas y toman decisiones que nos protegen de lo que han aprendido a temer. 

Las neuronas de todos los bichos vivientes son iguales. Los sapiens (ma non troppo) no tenemos ningún tipo de neurona en exclusiva. Simplemente disponemos de más densidad de conexiones. De ese modo podemos imaginar más que otras especies. No estamos atados a lo que ha sucedido. Soñamos.

El sueño neuronal es inevitable. 

A veces aparecen pesadillas, miedos irracionales, fobias, supersticiones. No siempre las neuronas distinguen la realidad real de la soñada.

Una migraña es una pesadilla neuronal, la fibromialgia es una convicción neuronal de habitar un cuerpo enfermo.

Los síntomas desenmascaran el sueño neuronal, nos permiten conocer lo que las neuronas creen, temen...

La cultura alimenta el sueño neuronal, es un componente biológico fundamental.

Hemos adoctrinado a los ciudadanos en el temor absurdo al chocolate, el viento Sur, los quesos curados y las oscilaciones hormonales a la vez que dejamos que las neuronas construyan todo tipo de sueños alarmistas, terroríficos con la información que volcamos en el entorno.

- La migraña es un sueño neuronal... espabile a su cerebro, despiértelo, convénzalo de que todo es producto de la imaginación...

- ¿O sea que me duele porque imagino que me va a doler?

- En absoluto. Duele porque las neuronas sueñan con la posibilidad de que algo terrible está sucediendo en la cabeza. Realmente no sucede nada especial. 

Todo esto suena muy raro y provoca rechazo en muchos casos pero es real. ¿Por qué los neurólogos no están interesados en las neuronas normales?

No lo sé. Andan encandilados con los genes y los fármacos, con el etiquetado y clasificación de los más de cien tipos de dolor de cabeza descritos...

-De acuerdo. Todo es química, pero es una química con historia, con memoria, con imaginación...

No sólo hay memoria en el núcleo, en el ADN. También hay memoria en la membrana neuronal. De esa memoria surgen los sueños, los aciertos y los errores.

Los neurólogos sólo ven ADN en la migraña, núcleo... Se olvidan de la membrana. 


****************




- Oh! So the body has neurons? I thought they only existed in the head ...

A patient was surprised to know that every point of the organism is filled with neurons. Nothing escapes their control. Neurons register everything that happens and transfer it to the net, an area of endless gossip where everything is known.

The organism model used by Medicine is not very aware that everything we perceive, feel and do comes from neuronal activity.

Pain is a neuronal product ... always.

The doctors’ lack of interest towards the neurons’ management of the organism is starting to get scandalous.

Muscles, bones, joints, tendons, ligaments... they all deserve to be considered by professionals. Neurons are invisible. The neck hurts, muscles hurt...

Nobody says: neurons hurt ... it sounds weird.

Neurons are cells specialized in detecting events and memorizing them in order to build knowledge, anticipative capacity. They are sensitive individuals with a past, a present and a future mixed in their membrane.

Neurons imagine the reality, they dream about it at all times and make decisions that protect us from what they have learned to fear.

Neurons of all living creatures are equal. Sapiens (ma non troppo) do not have any kind of exclusive neuron. We just have a higher density of connections. Thus we can imagine more than other species. We are not tied to what happened. We dream.

The neuronal dream is inevitable.

Sometimes nightmares show up, irrational fears, phobias, superstitions. Neurons do not always distinguish the real reality from the dreamt one.

A migraine is a neuronal nightmare, fibromyalgia is the neuronal conviction of inhabiting a sick body.

Symptoms unmask the neuronal sleep, they let us know what neurons think, fear ...

Culture feeds the neuronal dream, it’s a fundamental biological component.

We indoctrinated citizens with the absurd fear to chocolate, southern wind and hormonal fluctuations while we let the neurons build all kinds of alarmist dreams.

- The migraine is a neuronal dream... wake your brain up, convince him that everything is a product of the imagination...

- So it hurts me because I imagine it's going to hurt?

- Not at all. It hurts because neurons dream of the possibility that something terrible is happening in your head. In reality, nothing special is happening.

All of this sounds weird and often causes rejection but it is real. Why aren’t neurologists interested in regular neurons?

I don’t know. They are dazzled with genes and drugs, labels and classifications of over a hundred types of headaches that have been described ...

"Okay. Everything is chemistry, but it’s a chemistry with history, memory, imagination ...

Not only is memory in the nucleus, in the DNA. There is also memory in the neuronal membrane. From this memory, dreams emerge (right guesses and mistakes).

Neuroscientists only see DNA in migraine, nucleus ... They forget the membrane.
     

domingo, 23 de mayo de 2010

¡Qué está pasando ahí dentro!



Podemos tener noticias de los objetos y sujetos externos gracias a los sentidos. Los estímulos creados por la luz reflejada en ellos, las vibraciones aéreas, sus moléculas olorosas y gustosas, su impacto mecánico y térmico sobre la piel... nos permiten dar sentido a la realidad externa, organizarla en forma comprensible y funcional a base de aprendizaje.

De piel para adentro es otra cosa. También hay sensores que extraen información de lo que sucede pero no podemos como individuos conscientes ver, oir, oler, palpar ni degustar las entrañas. Nos hacemos una idea de la realidad interior a golpe de hipótesis, especulaciones... guiadas en parte por los sucesos y estados detectados por los sentidos internos y en parte por lo que hemos ido aprendiendo sobre generalidades del organismo.

El interior habitualmente es silencioso y aburrido. No sucede nada noticiable... salvo algunos días en los que parece que algo terrible está sucediendo.

Comienza la cosa con una especie de mal presagio. El individuo pre-siente la tormenta. Por fin empieza el dolor, siempre lo mismo, en la misma zona, con la misma cualidad... La cosa va animándose por momentos y acaba en un dolor insufrible, desesperante.

¿Qué puede estar ocurriendo ahí dentro...?

Hasta hace pocos años los neurólogos hicieron creer a los padecientes que sus arterias se habían vuelto chifladas. Primero se contraían impidiendo el flujo de sangre y generando pérdidas de visión, lenguaje y/o sensibilidad para poco después dilatarse con violencia a golpe de furiosos latidos.

Ahora ya sabemos que no es cosa de arterias sino del trigémino, un honrado nervio que se gana el sustento recogiendo datos de lo que sucede en la piel de la cara y en las cubiertas meníngeas y transmitiendo órdenes a los músculos de la masticación.

Sostienen los neurólogos que las terminales sensitivas del trigémino vigilante de cuanto sucede en las meninges, se activan porque sí, sin que nada haya perturbado previamente la más que garantizada paz de los exclusivos lugares intracraneales.

Sin mediar ningún estímulo mecánico, térmico, químico ni infeccioso, sin un mísero pellizco al que echar las culpas, los sensores trigeminales de nocividad comienzan a largar trenes angustiados de señales de peligro, como si se estuviera consumando o estuviera a punto de hacerlo, un suceso de destrucción violenta (necrosis).

Es como si a una de las retinas le diera por empezar a disparar señales ópticas por su cuenta, sin recibir primero ningún estímulo luminoso... o a una fosa nasal... o una hemilengua... o a un oido...

Los trenes de señal de nocividad irían in crescendo hasta desembocar en la vorágine de dolor típica de las crisis migrañosas. Todo ello complementado con nauseas, vómitos y una especial intolerancia a cualquier estímulo, a cualquier noticia del mundo externo.

¿De dónde surge esa locura furiosa trigeminal? No se sabe... pero la cosa viene de los genes y de una larga lista de irrelevancias llamadas desencadenantes...

¿Solución? Apagarse como individuo, autoarrestarse en la habitación a oscuras, con una palangana a pie de cama y tomar pronto el calmante, la molécula que contiene con su química la furia de los receptores de nocividad trigeminal...

Una migraña sería para los neurólogos algo así como una crisis epiléptica trigeminal, algo realmente increíble y no contemplado como posibilidad.

El furor "epiléptico" de los sensores iría contagiando de abajo arriba a todos los centros que procesan las señales y el paroxismo de dolor se alcanzaría cuando todo el circuito estuviera resonando, algo parecido a lo que sucede cuando un micro se acopla porque está demasiado cerca del amplificador y este está a demasiado volumen.

Para la Neurología al uso, la información sólo va de la periferia al centro, del trigémino al cerebro. El cerebro sólo da órdenes a músculos, glándulas, vasos... En lo que sentimos y padecemos el cerebro es, para los neurólogos, algo pasivo. Se limita a recibir informes sobre el dolor que se está generando allá donde duele. Primero percibe, luego se lo piensa y finalmente actúa...

La realidad neurobiológica es bien distinta. Hay flujos de información por el trigémino en las dos direcciones. Noticias de lo que sucede de abajo arriba y noticias sobre lo que se piensa que pudiera suceder de arriba abajo. Los sensores de daño del trigémino responden a lo que sucede y a lo que se teme. El dolor sale directamente del cerebro sin necesidad de que medie primero ninguna noticia ni confirmación del trigémino.

Lo que calma al cerebro es saber que no está pasando nada, que todo está en calma en los territorios vigilados por el trigémino, que comer queso curado o cacahuetes no es peligroso, que no tiene sentido que active los sensores de daño y amplifique las señales...

El calmante calma al cerebro y este restablece el estado de "todo ha pasado" se puede reanudar la actividad normal... "ya puede salir del refugio..."

El cerebro es un jeta. Deja que culpen a arterias y trigéminos de sus desvaríos alarmistas...    


sábado, 22 de mayo de 2010

¡O tempora, o mores..!



                                                         Jean Baptiste de Lamarck






Hay dolores "normales", tolerables, "lógicos"... que remiten dócilmente tras la toma del "calmante". La cabeza, las cervicales, las lumbares, las caderas, las rodillas, los músculos, "los huesos", el alma... Todo ello puede doler a consecuencia de agobios, ajetreos, sobrecargas, estreses, desánimos, frustraciones, insommios, males de ojo, desarreglos, maleficios y todo tipo de inconveniencias que nos ha tocado soportar a los sapiens (m.n.t.) de estas  atormentadas épocas. 

El entorno ha ido degradando rápidamente los genes del sufrimiento consiguiendo en unas décadas que surja por vía lamarckiana una genética responsable de la miseria física y psicológica que atormenta a gran parte del colectivo sapiens (m.n.t.). 

Lamarck fué un biólogo francés predarwiniano que defendió la evolución de las especies a golpe de experiencia y oficio. Un padre herrero transmitiría a sus hijos la fortaleza de sus brazos, a las jirafas les crecia el cuello de tanto estirarlo y ese estiramiento era, naturalmente, transmisible. Cada generación iba legando a los suyos el valor añadido de su esfuerzo.  

La mayoría de los sapiens (m.n.t.) sufrimos en grado leve el impacto de los genes degradados y debiéramos dar gracias a algún cielo de nuestra condición llevadera, de nuestros dolores comprensibles y dóciles al calmante.

Un creciente e importante colectivo de sapiens (m.n.t.) sufren las consecuencias de la erosión lamarckiana de sus genes y están condenados a padecer crisis de dolor insufrible. Sus ancestros se empeñaron en meterse en camisas de once varas y sus neuronas fueron sufriendo las consecuencias de los malos estilos de vida haciendo que sus descendientes estuvieran cada vez más expuestos a sufrir las consecuencias de sus hábitos neuroinsalubres. 

A los herreros les salían hijos con brazos cada vez más vigorosos, a los de las jirafas con cuellos más largos y a los de los dolores normales con dolores cada vez más intensos y menos dóciles a los calmantes. 

Así nacieron migrañas, fibromialgias, depresiones y otros padecimientos, por obra y gracia de una presión evolutiva lamarckiana de unas pocas décadas de mala vida.

La migraña es una enfermedad cerebral genética... con previsibles anomalías bioquímicas que no deben preocupar a quienes padecen sus efectos pues disponemos ya de un antídoto específico (triptanita) y unos sosegadores neuronales preventivos. 

Podríamos decir algo parecido de la depresión... (son padecientes de genes productores de poca serotonina pero la Ciencia ha dado con el modo de neutralizar el déficit como lo ha hecho con la insulina de los diabéticos) y de la fibromialgia (ya hemos dado con indicios de la genética degradada y daremos pronto con los remedios...).

Como no se ponga remedio pronto a todo esto el genoma sapiens (m-n-t-) acabará expresando un prototipo dolorido, desanimado, insomme, catastrofista, desconcentrado, rumiativo y agotado ya desde el nacimiento. 

La industria farmacéutica no puede ir al mismo paso que marca la galopante degradación genética. Los cuerpos y las almas piden cada vez remedios más novedosos y potentes pues se hacen resistentes a los revivificadores disponibles. Desarrollan resistencias como lo hacen los gérmenes ante los antibióticos. Los genes reciben el impacto demoledor de tanto sufrimiento y van seleccionando los modelos más melindrosos, pusilánimes, quejicas e hipocondríacos, que van legando a sus descendientes.

Dicen los neurólogos que por eso es importante actuar con firmeza contra las crisis de migraña. Al menor indicio de dolor hay que darle duro con el calmante "normal" y si no se consigue el alivio atizarle con la triptanita. De otro modo los genes empiezan a sufrir la resaca de las crisis y se van degradando...

Realmente las neuronas del sapiens (más m.n.t.) son las mismas que las de los gusanos. El prototipo neuronal  expresado por los genes de todo bicho viviente neuronado es exactamente el mismo. Lo mismo sucede con la bioquímica. Hacen falta muchos millones de años de evolución para seleccionar un prototipo molecular y/o celular. Una vez estabilizada su prestación no hay mala vida que haga degradar su genética por vía natural por encima de la velocidad que marca el tiempo evolutivo (millones de años). Unos miserables milenios no son suficientes para generar un nicho ecológico que haga surgir la genética migrañosa.

- ¿La cultura migrañosa...? ¿Neuronas espejo, empatía, imitación, evolución cultural, adaptación, cognición social, aprendizaje...? No sé de qué me habla... Le recuerdo que los neurólogos somos científicos... ya sabe... biología fármacomolecular...

- Ya...