tag:blogger.com,1999:blog-24007681128009220232024-02-19T06:15:20.009+01:00arturo goicoecheaknow pain, no painArturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.comBlogger581125tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-24300190687476285502011-05-13T20:18:00.001+02:002011-05-29T01:11:21.071+02:00Nos mudamosBlogger sufrió ayer un fallo mientras se hacían tareas de mantenimiento. Mientras lo reparaban, todos los blogs alojados en la plataforma (este blog forma parte de ella) han permanecido en modo lectura. Se podían leer pero no se podían escribir nuevas entradas ni comentarios. No sabía cuánto tiempo duraría la avería de manera que me aconsejaron trasladar el blog a la plataforma WordPress, donde ya está alojada la versión en inglés. Hace 30 minutos Blogger ha vuelto a funcionar, pero quizá es el momento de hacer mudanza. <br />
<br />
<a href=http://arturogoicoechea.wordpress.com/>Nos trasladamos.</a><br />
<br />
Disculpen las molestias.Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-28935527107230829682011-05-13T19:41:00.000+02:002011-05-13T19:41:28.777+02:00Enfermedades infosomáticas<em><a href="http://arturogoicoechea.files.wordpress.com/2011/05/internet.jpg"><img class="aligncenter size-medium wp-image-19" title="internet" src="http://arturogoicoechea.files.wordpress.com/2011/05/internet.jpg?w=300" alt="" width="300" height="170" /></a></em><br />
<p style="text-align: justify;"><em>Homo sapiens </em>(ma non troppo) nace con un cerebro con una densa red de neuronas entre cuyas conexiones hay muchas que están pendientes de recibir estímulos del entorno (externo e interno) para organizarse en circuitos, programas. Genética e interacción con entorno determinarán decisiones perceptivas, emocionales y conductuales.</p><p style="text-align: justify;">El entorno <em>sapiens </em>contiene un componente fundamental, poderoso: la cultura. La genética <em>sapiens </em>contiene también una cualidad importante: la incitación a dejarse influir por ella. Los humanos estamos condicionados genéticamente a influirnos por la cultura en la que nos criamos. Modelos e instructores guiarán el proceso de inmersión en la cultura.</p><p style="text-align: justify;">La biosfera, el universo en el que aparece y se desarrolla la vida, tiene para cada especie una relevancia distinta. Para la nuestra la cultura es determinante. El componente informativo que contiene la biosfera es denominado <em>infosfera.</em></p><p style="text-align: justify;">La <em>infosfera</em>, como el resto de la <em>biosfera</em>, contiene perjuicio y beneficio, incertidumbre. El organismo humano sufre las consecuencias del impacto ambiental que su especie genera. No sólo hay tóxicos, hábitos insanos, aislamiento social... También hay contaminación cognitiva, expectativas y creencias patógenas, disfuncionales.</p><p style="text-align: justify;">Para los profesionales hay patologías somáticas, psíquicas y psicosomáticas. El individuo hace agua por el cuerpo o la psique o por una mezcla confusa de ambos. Genes, gérmenes, tóxicos, traumas físicos y emocionales, degeneraciones, desvaríos celulares... En ningún caso se contempla la responsabilidad de la patogenia de la información, la <em>infosfera</em>. Se supone que si el cerebro alberga errores es el individuo el responsable. No hay patología en la información. No hay problema. Más información, más fondos...</p><p style="text-align: justify;">La <em>infosfera</em> está descontrolada, desmedida, falta de garantía.</p><p style="text-align: justify;">Puede que, en ocasiones, el individuo falle, sea el responsable, pero en muchos casos, su responsabilidad se limita a mostrarse cándido y confiado en lo que se le predica.</p><p style="text-align: justify;">En el terreno del dolor sin daño relevante (migraña, fibromialgia...) las propuestas oficiales han perdido gran parte de la confianza recibida antaño y las llamadas Medicinas Alternativas y Complementarias están haciendo su Agosto. La <em>infosfera </em>está rebosante de propuestas. Todas tienen su espacio mediático y su parroquia de seguidores.</p><p style="text-align: justify;">Sorprendentemente, las escasas voces que tratan de alertar sobre los peligros de la información tienen poco eco. La salubridad informativa no interesa. Libre mercado.</p><p style="text-align: justify;">Me he inventado el palabro de <strong>enfermedad infosomática</strong> para demarcar ese voluminoso apartado del sufrimiento en nuestra especie que es imputable a la patología de los contenidos informativos, a su falsedad y a la capacidad que tienen de promover el error alarmista cerebral. Puede que el término sea inadecuado y no tenga muchas posibilidades de sobrevivir pero alguno habrá que inventar para que el Gran Público de expertos y ciudadanos coja respeto y capacidad crítica hacia lo que se predica.</p><p style="text-align: justify;">No estaría de más que hubiera especialistas en información fiable. Algo se intenta con la Medicina basada en la Evidencia pero la Estadística es ciencia algo cortesana. Puede que lo ideal sea la Medicina Basada en la Ciencia...</p><p style="text-align: justify;">El problema es que casi todos sostienen: "La Ciencia soy YO</p>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-69565434276421758292011-05-11T08:11:00.001+02:002011-05-11T09:37:27.827+02:00Mis neuronas...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirqk_St6_L-hcrDuoGvDi_oavfsEftLQMrgyQUn4FENfXr3M-HLB6EzJshQKpbPcm9hhzPmV2fdEXz5XnELFLTm7reI2RVBGcl95dKOSdqv-lkVMnQuno-2P5u9GmNM1o-CBk4tfj4prs/s1600/migraciones.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirqk_St6_L-hcrDuoGvDi_oavfsEftLQMrgyQUn4FENfXr3M-HLB6EzJshQKpbPcm9hhzPmV2fdEXz5XnELFLTm7reI2RVBGcl95dKOSdqv-lkVMnQuno-2P5u9GmNM1o-CBk4tfj4prs/s1600/migraciones.jpg" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay células en el organismo con una condición física incontestable. Células que filtran sangre, segregan bilis, intercambian gases, se contraen, detectan gérmenes, liberan anticuerpos...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las neuronas tienen, incomprensiblemente, una naturaleza incierta, ambigua, a caballo entre lo físico y lo psíquico. Sabemos que generan percepciones, sentimientos, emociones, decisiones, reflexiones, predicciones, valoraciones, acciones... atribuyen relevancia a pasado, presente y futuro. Todo ello surge de la actividad física de un complejo entramado neuronal pero todos esos productos parecen contener, además, una cualidad inmaterial añadida. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tenemos cerebro pero <b>además</b> está la mente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La mente aportaría una sin-sustancia propia, un algo misterioso, no físico, sobreañadido, infundido sobre la maraña de neuronas chisporroteantes. Ese algo mental lo identificamos con el YO pensante, sintiente y decidiente y lo diferenciamos de la actividad física de la red. Sí, sí, hay neuronas, por supuesto, hacen un complicado trabajo, dan soporte a lo que sentimos y hacemos pero además está nuestra mente, nuestra voluntad, nuestro poder, el poder oculto, desaprovechado, de la mente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La propuesta pedagógica para afrontar el problema del dolor sin daño relevante con conocimiento parece centrarse en el objetivo de dotar a la mente de más poder. Conseguir que el YO, a través de la voluntad, la concentración, el control del poder mental, consiga imponer su criterio, hacer que las neuronas trabajen obedientes bajo el mando a distancia del individuo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- O sea... que tengo que decirle al cerebro que no me duela...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El padeciente se sabe con poco poder mental y solicita algo más, unos ejercicios, unos cursos para hacerse con el poder necesario para proyectar su voluntad en sus neuronas y conseguir que hagan lo que se les dice.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Dicen que sólo controlamos el 10% de nuestra mente. Con eso poco puedo hacer...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los fármacos prometen ese poder que necesitamos. Suplirían ese (supuesto) 90% de déficit mental desaprovechado. Las moléculas tienen superpoderes. Obligan a los circuitos a aceptar la voluntad del YO que ha decidido tragarlas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No quiero sufrir. No quiero tener dolor. Voy a tomar el calmante. YO decido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El padeciente impone su decisión de eliminar el dolor. Las supermoléculas se dejan de historias mentales y quitan lo que el cerebro pone. La química del dolor se combate con la química del antidolor. La decisión del cerebro de doler, con la decisión del individuo de volverse indoloro cuando así lo desee. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¡Aquí mando YO!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Realmente el poder de la mente reside en el poder de nuestras creencias. El tanto por ciento útil de nuestra mente corresponde al tanto por ciento de certeza real de lo que damos por cierto. La Pedagogía intenta aumentar el poder de la mente aumentando el porcentaje de veracidad de la realidad soñada por el cerebro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando ronronea el dolor un día más a pesar de la calma en los tejidos el individuo debe activar su poder mental, su certeza de que nada sucede y de que el dolor no es sino la expresión del poder mental de las memorias cerebrales, del miedo al pasado, presente y futuro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Pedagogía? ¿Palabras? ¿Sólo palabras? ¿Piensa usted que sólo hablando va a cambiar el dolor? ¿Se atribuye usted un superpoder a lo que dice? </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El lenguaje es fundamental en la vida de nuestras neuronas. Somos una especie social. Somos, en gran parte, lenguaje. La conectividad está sostenida por la palabrería del pasado, del presente y del futuro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Toda esa palabrería interna tiene un correlato físico. Hace que suban y bajen serotoninas, endorfinas, noradrenalinas, dopaminas, oxitocinas, glutamato, óxido nítrico... en los puntos, momentos y circunstancias estratégicos... donde y cuando la mente cerebral decide, o, al menos, propone...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las ideas son moduladores neuronales: encienden y apagan programas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las creencias y expectativas mueven la física y química neuronal, reorganizan su conectividad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El nocebo y placebo andan siempre por medio, por encima y debajo de las moléculas y las corrientes poniendo y quitando dolores innecesarios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Mis neuronas no son mías? ¿No son células obedientes?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La obediencia es una función neuronal más. Las neuronas obedecen a sus credos, a sus temores. Aborrecen la incertidumbre y la ignorancia, el medio y largo plazo. Tienden al gregarismo, a arrebañarse ante la adversidad actual o potencial, a dar por válidos los balidos</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Neuronas? No me sirven. No me obedecen. Necesito una solución... algo que me obedezca... </span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-92074577457664912372011-05-09T08:47:00.000+02:002011-05-09T08:47:27.093+02:00Pedagogía y síndrome de latigazo cervical<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMS-y2gXAJ0p2SCEuQxrzNfn4rA5KCHAeONos7RcaAJyCgdH15fjeSdghzBvUKx9PhkrOEPLr1PnKmmZ-qbCMRA1R50_xlZFyBMoA7KEePlucjMLxpAQDEZmZ-4Euz5T7OMVow6IzrsDw/s1600/profesor-alumno-lectura-libro-%257E-IS483-014.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMS-y2gXAJ0p2SCEuQxrzNfn4rA5KCHAeONos7RcaAJyCgdH15fjeSdghzBvUKx9PhkrOEPLr1PnKmmZ-qbCMRA1R50_xlZFyBMoA7KEePlucjMLxpAQDEZmZ-4Euz5T7OMVow6IzrsDw/s400/profesor-alumno-lectura-libro-%257E-IS483-014.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No abundan los trabajos que analizan el impacto de la pedagogía en Neurofisiología del dolor en su evolución. Afortunadamente algunos hay. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> <a href="http://www.rehab.research.va.gov/jour/11/481/page43.html">http://www.rehab.research.va.gov/jour/11/481/page43.html</a></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me resulta especialmente grato comprobar que son los Fisioterapeutas quienes más interés están demostrando en reconceptualizar su práctica clínica a la luz de la Neurociencia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tanto para profesionales como para padecientes puede parecer increíble, inaceptable, pretencioso, pretender disolver el dolor crónico cervical sobrevenido tras un incidente de "latigazo cervical" con un par de sesiones pedagógicas de 30 minutos y un folleto cuando, previamente, han fallado fármacos y manualidades diversas.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un fisioterapeuta versado en neurofisiología del dolor y con habilidades expositivas explica cuestiones neuronales básicas sin "hacer" nada más. Pedagogía pura y dura. No pone las manos encima. Sólo explica, quita miedos, anima a la acción confiada. Utiliza su cerebro para ayudar al cerebro del padeciente, sumido en un círculo viciado por los miedos infundados: miedo al daño, miedo al movimiento, miedo al dolor, miedo a la cronificación, miedo a la incapacidad...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A la pedagogía se le niega el pan y la sal. El profesional es alguien que "hace". No basta la palabra. Recetas, masajes, relajaciones... son necesarias. Dan sentido y justificación a la consulta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Al padeciente se le niega también inteligencia, capacidad para entender esas cuestiones "tan complicadas", cuestiones que, muchas veces, el profesional que deniega la capacidad ni siquiera se las ha planteado y, desgraciadamente, desconoce o, incluso, desprecia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La evidencia de la importancia de creencias, miedos y expectativas en el comportamiento del dolor es abrumadora pero se supone que el padeciente va mal porque es él quien construye innecesariamente alarmismos, "catastrofiza". El padeciente se automedica, se autoexplica y se autoatemoriza. El profesional es ajeno a ese proceso. El "cervicalismo" es un constructo ciudadano, algo que el colectivo de padecientes hipocondríacos y deprimidos ha desarrollado en torno a los traumatismos con resultado de flexo-extensión brusca cervical ("latigazo"). Es el padeciente el que suplica que le pongan un collarín cervical y le prohiban mover el cuello unas semanas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Dos clases de 30 minutos... un folleto... neuronas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Eso es todo. Ahí es nada.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-74267096431042594502011-05-06T09:18:00.002+02:002011-05-06T09:20:18.076+02:00La toma de La Pastilla<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFgpYUtN8PFOXB3jrs4nFAfEaIDT8vsFw6EwrErpVPz3VdzTBg-zjOnHEFRqzXLgLUVVRIojr6MYBD9zLRw_-Fbsv-Kq242O-YTu2DLo3dlWwojUsCl8jm1AKb7oKplDaH_Jvkm3XUaCo/s1600/la-toma-de-la-bastilla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="329" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFgpYUtN8PFOXB3jrs4nFAfEaIDT8vsFw6EwrErpVPz3VdzTBg-zjOnHEFRqzXLgLUVVRIojr6MYBD9zLRw_-Fbsv-Kq242O-YTu2DLo3dlWwojUsCl8jm1AKb7oKplDaH_Jvkm3XUaCo/s400/la-toma-de-la-bastilla.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Duele. ¿La tomo, no la tomo? Voy a pensar que no está pasando nada. Imagino que es todo normal...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Cada vez duele más. Esto no funciona. Voy a tener que tomar La Pastilla... pero dicen que no tengo que hacerlo... aunque otros doctores dicen lo contrario... que hay que tomar el calmante al primer síntoma...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Al final tuve que tomarla...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La Pastilla está sacralizada. Una humilde molécula, con poderes químicos muy limitados, se convierte en el centro de atención, en el protagonista principal y exclusivo del complejo proceso de la generación del dolor.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nada vale considerar que, tal como ya proclamaron los padres de la concepción moderna del dolor, Melzack y Wall, este es algo más que una sensación molesta, mortificadora. Además está la relevancia que se le atribuye, su significado, un supuesto origen.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nada vale considerar que en el aparente éxito de La Pastilla algo, bastante, mucho (si no todo) pinta el efecto placebo, las expectativas, condicionamientos y creencias anidadas en los sistemas de memoria sobre Pastillas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nada vale considerar que el apretón del dolor es el modo con el que el <i>sistema de aversión-recompensa</i> empuja a la angustiada voluntad del individuo a doblegarse y cumplir con la acción exigida: la toma de La Pastilla...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nada vale que el pan para hoy es hambre para mañana, que el corto plazo complica el medio y largo...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">De nada vale saber que todo fármaco es un tóxico potencial de cuyo consumo crónico pueden derivarse consecuencias serias para la salud...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay que tomar La Pastilla... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los allegados, urgidos a evitar el sufrimiento de la víctima, animan:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No seas tonta. ¡Tómate La Pastilla!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Muchos padecientes desearían no tener que tomar pastillas</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Por qué?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las respuestas varían:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No me hacen nada</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No quiero acostumbrarme</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Pueden dañarme el estómago</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El problema no es lo que el individuo quiera sino lo que el cerebro exija. El dolor no lo maneja el individuo. Se limita a recibirlo. Lo que el individuo puede controlar (al menos en parte) es la imaginación y la voluntad de seguir o dejar la tarea en curso y tomar o no tomar La Pastilla.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Qué hago, doctor? </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Lo que pueda. Es una decisión suya. Sólo puedo ayudarle a situarse con el conocimiento en lo que está pasando...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay padecientes antiPastilla que acaban sucumbiendo, al menos ocasionalmente. Es absolutamente comprensible. La apretura del dolor puede ser poderosa y no es fácil resistirse. Tampoco es fácil para los fumadores plantarse ante la presión de las ganas de encender otro cigarro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro genera ganas diversas. Surgen de sus circuitos por estar así programado. Hambres de comida, de agua, de aire... de pastillas... de remedios... La gana de turno va in crescendo requisando al individuo, su voluntad, su atención...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las ganas cerebrales, muchas veces innecesarias, perjudiciales, desaparecen cuando irrumpe una realidad amenazante.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¡Fuego!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los programas cerebrales imaginativos se apagan para dedicar todos los recursos en salvar el pellejo... Se activa la analgesia, la anorexia y el desinterés sexual. Todo se esfuma. Sólo hay ganas de huir, correr...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo virtual ocupa la mayor parte de nuestro tiempo toda vez que hemos conseguido dominar lo real, convertirlo en una burbuja garantista.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La Pastilla forma parte de ese mundo virtual</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el mundo virtual caben los dolores y hambres más insoportables. La realidad no da para tanto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el daño real la química de los analgésicos tiene cierta eficacia sobre la química real del procesamiento de señales nociceptivas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el daño virtual, probabilístico, manda lo que se imagina en los circuitos, referio a daños, orígenes y remedios. No somos conscientes de ello. La imaginación está automatizada... pero es necesario ser conscientes, forzar nuestras convicciones, proyectarlas, actuar en consecuencia y conseguir imponer la racionalidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Entonces... ¿me tomo La Pastilla?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Es una decisión suya... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-79896842164032447082011-05-05T10:13:00.000+02:002011-05-05T10:13:09.293+02:00Es inimaginable no imaginar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYOdIF8DYDFais1taTEgfNkjdwY6EPpb4EiJUub50fs391FUCW0Bd2yBjGxsIgn1uXERMmF-iCAUitKNmiCZiLtWrSl-2hqTm7jtimpnlKdscY_beihFj9zDIpGp36WwcK02vx4BoIg5c/s1600/virus+informaticos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYOdIF8DYDFais1taTEgfNkjdwY6EPpb4EiJUub50fs391FUCW0Bd2yBjGxsIgn1uXERMmF-iCAUitKNmiCZiLtWrSl-2hqTm7jtimpnlKdscY_beihFj9zDIpGp36WwcK02vx4BoIg5c/s400/virus+informaticos.jpg" width="400" /></a></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro imagina la realidad, la sueña. La caldera imaginativa está siempre encendida. Las neuronas necesitan un mínimo de actividad para sobrevivir. Si no trabajan pierden terminales de conexión (sinapsis). El proceso imaginativo es un susurro, un cuchicheo, un leve zumbido. De él sobresalen, de cuando en cuando, señales, disparos neuronales que pueden traspasar el límite de lo inconsciente y aflorar en la conciencia en forma de percepciones, sentimientos, emociones, intenciones, reflexiones o decisiones (acciones).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El ronroneo cerebral imaginativo es constructivo. Refuerza o debilita creencias, expectativas, temores y deseos. El material del ronroneo son experiencias propias y ajenas, relatos de pasado, presente y futuro, en definitiva, información. La red neuronal es una tierra más o menos fértil, con conectividad más o menos densa, con más o menos semillas de diversidad variable. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El carácter social de nuestra especie promueve el monocultivo en la manada, la homogeneidad, el credo identitario. El ronroneo imaginativo deviene monótono, como una salmodia, donde todo es predecible, repetitivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una parte fundamental del ronroneo mental va dirigido a la consideración de todo aquello que pudiera perturbar la integridad física y social del individuo. La incertidumbre echa leña a la caldera y de cuando en cuando aumenta la presión lo suficiente como para generar percepción de dolor o soledad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El individuo puede y debe intervenir en el proceso imaginativo. El diálogo entre cerebro e individuo existe mientras el cerebro mantiene la vigilia. Cesa en el sueño y se reanuda al despertar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo lo que el cerebro libera al plano consciente se refleja como un eco desde el individuo hacia los circuitos. El cerebro no conoce de antemano los resultados de sus operaciones y ronroneos hasta que se producen los pasos a la pantalla. No podemos predecir cuándo ni dónde se va a producir un rayo en un día de tormenta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El individuo se encarga de alimentar a diario con su interacción con la realidad el proceso imaginativo. Busca información, la cocina, selecciona y engulle. A partir de ahí la información es cosa del procesamiento neuronal inconsciente. Si lo comido contiene toxicidad, el cerebro de las tripas la detectará y rechazará con vómitos y diarreas. El cerebro que digiere, analiza la información ingerida, detecta también tóxicos contrarios a lo definido como mensajes aceptables y los elimina como SPAMs, al igual que lo hace el sistema de antivirus del ordenador. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Realidad y virtualidad, interna y externa, visible e invisible, veraz y falaz calientan y enfrían competitivamente cada segundo de la caldera neuronal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor no indica daño necesariamente. Sólo tenemos certeza de que si hay dolor el cerebro imagina daño, consumado, inminente o sólo posible. El miedo convierte todo lo posible en inminente: el ascensor puede bloquearse, el avión precipitarse al mar, el alimento estar contaminado, las manos contener gérmenes. El cerebro activa la función "como si" y activa los programas defensivos de huída, bloqueo, refugio, evitación...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los estados de imaginación cerebral irracionalmente alarmista son responsables de la proyección perceptiva de una realidad virtual amenazante concretada en dolores y otros síntomas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Imaginar no consiste en forzar una interpretación que uno no cree:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Voy a pensar que no sucede ni va a suceder nada en la cabeza... a ver si se me quita el dolor... si no es así tendré que tomar el calmante...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Imaginar es dar un empujoncito a lo que sabemos que es cierto (nada sucede ni va a suceder) y centrar la atención en lo que queremos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Vaya, otra vez el dolor... es una falsa alarma... ni caso... sigo con lo mío. No voy a tomar un tóxico adictivo para calmar mis circuitos...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No se puede no imaginar. Es una función continua, con o sin conciencia, despierto o dormido, concentrado o pensando en Babia...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué hay que imaginar? Lo que realmente está pasando...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Generalmente, nada.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-4152969283344170102011-05-04T09:57:00.001+02:002011-05-04T10:01:01.955+02:00Percibir: una invitación a actuar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitEAbXKUaeI_tcd3LEhTwaS3Vju4NTeKn-r-6WTU1zDXEMUFshw2VfnJOhSaEi9-GTBZh9g3R6yQ7asWdNn_HwkXv2iGD93bIXsKtRaQX4fJNDyOBHWnAHQCGe0jdlx7VdNpHROXFok7s/s1600/rascador.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitEAbXKUaeI_tcd3LEhTwaS3Vju4NTeKn-r-6WTU1zDXEMUFshw2VfnJOhSaEi9-GTBZh9g3R6yQ7asWdNn_HwkXv2iGD93bIXsKtRaQX4fJNDyOBHWnAHQCGe0jdlx7VdNpHROXFok7s/s400/rascador.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo invita a pensar que los procesos neuronales se ajustan al esquema básico de seleccionar una respuesta ante un estímulo después de analizar su relevancia. Estímulo, evaluación, respuesta. Percepción, cognición, acción. Realidad, evaluación, conducta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nuestras acciones derivarían (así parece) de una valoración del significado de los datos aportados continuamente por los sentidos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No hay que fiarse siempre de las apariencias. Especialmente cuando anda por medio la realidad interna.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Realmente lo que percibimos es ya una respuesta, la conclusión de un proceso evaluativo que contempla datos sensoriales extraídos de la realidad físicoquímica de ese tiempoespacio junto a las reflexiones y cábalas probabilísticas que los sistemas de memoria aportan para darle significado y relevancia potenciales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La secuencia real sería: <b>estímulos-evaluación-respuesta perceptiva</b>: proyección a la conciencia de la significación y relevancia que la red neuronal atribuye a cada instante y lugar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tendemos a organizar el conocimiento en esquemas que facilitan aparentemente su comprensión. Los esquemas de apariencia lógica esconden muchas veces un error de bulto. Este es el caso de la percepción. Parece que es un producto sensorial directo, más o menos retocado por las neuronas, consecuencia del impacto de la realidad sobre el organismo... pero no es así.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La percepción es una acción cerebral, una propuesta conductual con carga de motivación, de emoción, variable. El cerebro incita al individuo, le seduce, engatusa, intimida, angustia, promueve, remueve, acerca, aleja. La percepción es la encargada de pro-mover. Es una acción pre-motora, pro-motora.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro selecciona lo relevante y lo envasa en el formato perceptivo, resaltando lo considerado importante y reduciendo el resto a ruido de fondo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La realidad y la virtualidad (realidad imaginada, anticipada, especulada, probable, posible...) generan estímulos que activan percepciones. Para el individuo lo percibido va a misa.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me duele aquí y ahora. No me invento el dolor. Está ahí.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Uno puede mentir y confesar un dolor inexistente pero no puede percibir un dolor inexistente. El ámbito perceptivo siempre es real... como universo perceptivo. Vemos lo que vemos, oimos lo que oimos y padecemos el dolor que padecemos, aquello que la red neuronal proyecta en ese momento en la pantalla de la conciencia. Tenemos la certeza de la proyección pero ello no conlleva la certeza de lo que realmente sucede.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La percepción es creativa. No necesita estímulos segregados por el mundo real y captados por los sentidos. Puede bastar la realidad imaginada, temida, deseada, para construir visiones, audiciones y sufrimiento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El individuo no controla el contenido perceptivo. Se limita a responder, actuar, a veces en la dirección propuesta por lo percibido y otras en la contraria.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El picor es una percepción que contiene la propuesta premotora, promotora del rascado. El individuo puede rascarse o no. El pulso entre ¡ráscate! y ¡no me da la gana! produce resultados variables. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La función biológica (evolutiva) del rascado es la de eliminar parásitos y tóxicos químicos de la piel. Eso era antes, en la época de los parásitos y el contacto cutáneo con la química aversiva de los vegetales. Probablemente hay más picor ahora que en los tiempos de los parásitos reales. Podemos controlar los reales pero el programa biológico del rascado sigue ahí y a falta de parásitos reales pone en danza a los virtuales o impone su derecho a existir, a salir a la superficie de la conciencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo que percibimos es lo que el cerebro quisiera que hiciéramos. Tenemos dos opciones: obedecer o rebelarnos. No es fácil decidir pero es bueno saber que la percepción no es más que eso...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una propuesta conductual a veces razonable y otras absolutamente irracional</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-83427866593500053882011-05-03T10:35:00.000+02:002011-05-03T10:35:19.292+02:00Existes luego ¡piensa!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3AGtzSA5sTvCrTPPIEUvez2HYugtkb2sv4D5zvM3FGzi8NV0FufTaQwY__SfSH1FgAFVPRJfOnBk47zWKe6hrP2x1AO4dfJ5zkfASYMCoGFa_98pHXh2soj_FPSDsG6tZtAA3geLvLyU/s1600/monitores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3AGtzSA5sTvCrTPPIEUvez2HYugtkb2sv4D5zvM3FGzi8NV0FufTaQwY__SfSH1FgAFVPRJfOnBk47zWKe6hrP2x1AO4dfJ5zkfASYMCoGFa_98pHXh2soj_FPSDsG6tZtAA3geLvLyU/s400/monitores.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Homo sapiens</i> (ma non troppo) piensa. Al menos para el obsesivo pensador René Descartes esa era la única certeza. <i>Cogito ergo sum. </i>Pienso, por lo tanto existo. Descartes dudaba de todo y necesitaba de alguna certeza primera inamovible sobre la que desarrollar el edificio de una interpretación ajustada de la realidad y sólo encontró esa constatación de saberse compulsiva y obsesivamente, inevitablemente, pensante.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No somos gran cosa como prototipo físico pero suplimos las deficiencias con nuestra facultad pensante. Sobrevivimos, existimos, porque pensamos. La mollera es lo que nos ha librado de la extinción... de momento. Puede que sea también lo que nos lleve a extinguirnos en el futuro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pensar es una actividad continua. No existe el no pensamiento como no existe la no respiración, la no circulación de sangre, el no filtrado renal de la sangre. El cerebro rebobina continuamente el material de sus sistemas de memoria para extraer conocimiento. Pasado, presente y futuro se funden en esa actividad rumiante. Uno de los temas fundamentales es el de la supervivencia física. El cerebro construye una teoría sobre probabilidad de supervivencia y funcionalidad del organismo que gestiona. Hace cábalas sobre su estado: cómo están huesos, articulaciones y músculos; qué posibilidad existe de que se produzca un infarto, surja un cáncer, Alzheimer. La duda metódica cartesiana se cierne sobre la salud y el bienestar. Nada nos garantiza estar y sentirnos bien. Sólo tenemos la certeza de que pensamos sobre salud y bienestar, pasados, presentes y futuros...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pensarse como organismo es inevitable pero el individuo no ve más allá de la piel. No puede monitorizarse conscientemente el interior opaco con los sentidos. Sólo percibe alarmas, síntomas: dolor, hambre, sed, mareo, cansancio, desánimo. Han pitado los monitores. ¿Qué puede estar sucediendo..?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los padecientes tienden a aplicar una conclusión aparentemente fiable: <i>me siento mal luego no estoy bien.</i> Es una premisa poco recomendable. Tampoco es aconsejable la contraria: <i>me siento bien luego estoy bien. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Estar y sentirse son dos verbos muy distantes en su significado. Podemos estar razonablemente bien y sentirnos fatal y podemos sentirnos estupendos con unas arterias a punto del infarto.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los profesionales ofrecen sus poderes sensores e interpretativos para dictaminar cómo estamos. Análisis, escáneres, resonancias, el iris o cualquier otro superpoder permiten emitir un diagnóstico.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El ronroneo pensante continuo sobre salud y bienestar incorpora los dictámenes y las propuestas culturales del entorno. El cerebro teje y desteje una idea de organismo socializada, poderosamente influida por cuanto se dice de él en consultas y fuera de ellas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Curiosamente la idea socializada de organismo no incluye la existencia del <b>órgano pensante</b>, el constructor del organismo virtual, probabilístico. Los pensadores profesionales de organismo no contemplan al pensador interno. No ven más allá de huesos, articulaciones, músculos y contratiempos personales. Si consideran un <b>sujeto pensante</b> como responsable de los síntomas ese sujeto sólo puede ser el individuo, no el órgano, su cerebro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo síntoma, toda percepción somática es un producto del órgano pensante, evaluativo, el cerebro. Debiéramos saber y creer que es así. Los tejidos no segregan percepción. No duelen ni rezuman cansancio. Se limitan a exteriorizar señales moleculares que deben ser interpretadas, valoradas en el órgano pensante continuo, en el integrador de señales actuales, de aquí y ahora con predicciones teóricas probabilísticas también referidas al mismo momento y lugar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué proporción hay de suceso real y de imaginado? Nunca sabemos. Hay que indagar siempre sobre la base de que son inevitables ambos compartimentos: el de las señales somáticas del cuerpo real y las predicciones del también real órgano virtual, el cerebro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando pensamos sobre interioridades de organismo debemos saber que lo que pensamos proviene del órgano pensante y no dar por cierto lo que únicamente lo parece.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Es ergo cogita. </i>Existes luego ¡Piensa! Piensa que hay algo que piensa el organismo en el que existes...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-89371520198419690382011-05-02T08:41:00.000+02:002011-05-02T08:41:06.066+02:00Dos dedos de frente<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBaVkC5aNc2upMt3UfxfV1NE1AP3_b4YGp2FxnrfSF4seIoWKoWVOyHmzrePOxiBflZKlXQ8SGqs1O5TJAP5S1FNJSgD-sQ1Dr_hTiQ4wo9MhefP_yvoBrZinSh3ZtHIULldstZc8yvHI/s1600/corteza+prefrontal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="335" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBaVkC5aNc2upMt3UfxfV1NE1AP3_b4YGp2FxnrfSF4seIoWKoWVOyHmzrePOxiBflZKlXQ8SGqs1O5TJAP5S1FNJSgD-sQ1Dr_hTiQ4wo9MhefP_yvoBrZinSh3ZtHIULldstZc8yvHI/s400/corteza+prefrontal.jpg" width="400" /></a></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Homo sapiens</i> (ma non troppo) tiene dos dedos de frente más que otros primates cercanos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Cual es la prestación potencial de esos <b>dos dedos prefrontales</b>, específicamente humanos?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Generar escolarización. Instrucción.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Somos la única especie capacitada para recibir instrucción, por activa y por pasiva.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por pasiva: a través de la imitación, por la propiedad espejo de nuestra red neuronal (activar programas motores propios observando acciones ajenas)... con una característica exclusiva humana: el modelo a imitar es un <b>tutor activo</b>, intencional, que se sabe instruyente y muestra patrones motores seleccionados voluntariamente para que sean copiados. Es, por tanto, un aprendizaje pasivo controlado activamente por el tutor, investido biológicamente como "supertutor" omnisciente mientras que el escolar está (también biológicamente) tocado por la condición de la candidez acrítica.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por activa: a través del lenguaje.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La imitación y el lenguaje permiten el aprendizaje rápido evitando riesgos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ganar velocidad y evitar la adversidad no garantiza nada. Depende...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿De qué depende? Básicamente de la calidad del tutor como instruyente y la receptividad del escolar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Los modelos a imitar y las instrucciones a seguir deben ser fiables</b>. Los dos dedos de frente nos pueden ayudar a interpretar la realidad propia y ajena de forma racional, ajustando lo que pensamos de ella a lo que realmente ofrece... o complicarnos la vida creando una representación irracional que nos aleja del mundo real y nos refiere a una supuesta e imaginada realidad construida e instruida por los tutores (cultura).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La evolución nos ha dado el soporte neuronal para aprender rápido. Tenemos la herramienta. Dos dedos de frente, de circuitos dedicados a procesar y validar o invalidar los modelos y los textos de la instrucción.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En esos dos dedos de frente se toman decisiones perceptivas, motoras, emocionales y cognitivas. Con el paso de los años los dedos-plus frontales de los <i>sapiens</i> (m.n.t.) se vuelven rígidos, intolerantes, fundamentalistas de lo propio, cabezotas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Dos dedos de frente para toda la vida... Cuídelos... Instrúyase...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Dónde?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El libre albedrío... pero esa es otra cuestión... </span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-28387099624265874462011-04-29T10:09:00.004+02:002011-04-29T10:23:21.293+02:00Supermoléculas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTwfLWhxxVXpxioO94Lph-V8xqtAHkivbtj3sR1mCqjytiuuPQ8Cm-sD3K3THD1tc9LrXck9zeKwXlJFFHiSm5UJp6DCQM9Rm4AXs2A_p0te2WVWdDi65RDm-dKNdyQ5W2cl0cVaXwW8/s1600/topillo+de+pradera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTwfLWhxxVXpxioO94Lph-V8xqtAHkivbtj3sR1mCqjytiuuPQ8Cm-sD3K3THD1tc9LrXck9zeKwXlJFFHiSm5UJp6DCQM9Rm4AXs2A_p0te2WVWdDi65RDm-dKNdyQ5W2cl0cVaXwW8/s400/topillo+de+pradera.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo es química. Todo contiene química. ¿Todo es sólo química? Eso parece, eso dicen algunos...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La complejidad de los procesos vitales parece que pueda ser explicada por obra y gracia de los superpoderes de unas pocas moléculas: SEROTONINA, DOPAMINA, ENDORFINAS, ADRENALINA...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ahora está de moda la OXITOCINA, la "molécula del amor", de las relaciones estables, de la fidelidad, de la monogamia, del sosiego, del abrazo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La OXITOCINA es un <i>nanopéptido</i> (con ese nombre, cualquiera), es decir, un péptido, una molécula formada por la unión de 9 (nona) aminoácidos, moléculas formadas a su vez por la unión de... a su vez formadas por la unión de átomos... a su vez formados por la unión de partículas... Todo son partículas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Esa particular secuencia de partículas de los átomos de esos 9 aminoácidos, la OXITOCINA, es la que consigue convertir (inyectándola en determinadas zonas cerebrales) a un promiscuo <i>topillo de montaña</i>, ocupado sólo en fecundar topillas y despreocuparse de la descendencia y la potencial relación de pareja una vez ha desocupado, en un solícito amante y responsable padre, monógamo, como la OXITOCINA manda. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El topillo de montaña tiene un pariente, el <i>topillo de pradera</i>, que da gusto. Monógamo, abrazador, carantoñero, paternal, sociable, sosegado... La única diferencia con el primo promiscuo de las montañas está en la densidad de receptores de OXITOCINA en su cerebro. El montañés no es mal chico. Le falla la OXITOCINA. Está enfermo. Se le inyecta OXITOCINA y mejora. Vuelve al redil.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La OXITOCINA establece el pegamento social de los grupos. Cada abrazo y cada encuentro amoroso refuerza los lazos intragrupales... y las murallas intergrupales. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La OXITOCINA compadrea con otra supermolécula, la DOPAMINA<i>,</i> encargada de memorizar conductas juzgadas como convenientes o detestables. La OXITOCINA favorece la memorización de todo aquello que resulta deseable para la cohesión intragrupal y su compinche, la DOPAMINA<i>, </i>se encarga de mover (motivar) al individuo en la conducta debidamente etiquetada, cada vez que aparezca el contexto relevante.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Realmente las supermoléculas lo único que hacen es transmitir órdenes a las células: ¡hazlo! Ni siquiera saben el contenido de lo que ordenan y menos aún el por qué ni el para qué. Son simples dedos que activan botones en los correspondientes receptores celulares. Una vez que el poderoso dedo de la OXITOCINA ha apretado el botón de la compleja molécula de su receptor (una proteína, también una "simple" secuencia de aminoácidos pero mucho más larga que los nueve del nanopéptido) se pone en marcha una compleja cadena de reacciones intracelulares que acaba haciendo que el individuo desee abrazar a su moza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La química que refuerza los lazos intragrupales (pareja, familia, manada) refuerza las conductas de evitación y recelo de lo extragrupal. La OXITOCINA promueve abrazar a la pareja pero también incita a defender la relación de otros posibles pretendientes. Eres sólo mía...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las supermoléculas son caprichosas, contradictorias. Pueden hacer un día esto y otro lo contrario. Depende. Dependen de cuándo, por qué y para qué, se decide que hagan de corre-ve-y-diles a las células que hagan lo que ellas saben.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¡Abrete, Sésamo! no tiene el poder de abrir ninguna puerta sin un lector de voz (receptor de ¡ábrete Sésamo!) que inicia el proceso de abrir la puerta. La OXITOCINA es uno de los muchos mensajes que circulan por los organismos comunicando decisiones de complicados circuitos de memoria-predicción. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los tiempos que corren promueven la esperanza en la provisión de supermoléculas para la solución de cualquier contrariedad. Puede que consigamos la provisión de supermoléculas a demanda pero ello no soluciona las grandes cuestiones:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Cuándo, cuánto, dónde, por qué, para qué... qué pensarán de mí?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La red neuronal evoluciona para solucionar el arduo problema de la toma de decisión, de cara a uno mismo y a los demás. Puede que el cerebro tenga serios problemas de aprovisionamiento de supermoléculas, que andemos con las dopaminas, endorfinas y oxitocinas por los suelos y que todo se solucione con la decisión exteriorizada de reponerlas con inyecciones, sprays nasales o ingeniería genética, a demanda. Puede. En la esquizofrenia y el autismo la oxitocina anda escasa y quizás baste una ayudita externa... Puede...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿OXITOCINA?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Menos lobos... menos lobbies... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-10653802533006084522011-04-28T09:45:00.000+02:002011-04-28T09:45:20.511+02:00Habituarse o sufrir<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLiMhwVPO11roTrhCaRnkDkgT_H7ntb16T7IomgE3xWco29PzqumqAYAcOKADHHcO6m4iaiQ31VKCi_TZTxuvEfF2sMOgQOgxkx2rRX4pc6w3D6OglRPqVhqIpcf_2XOoIYlXlk-8JfYA/s1600/almeja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="294" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLiMhwVPO11roTrhCaRnkDkgT_H7ntb16T7IomgE3xWco29PzqumqAYAcOKADHHcO6m4iaiQ31VKCi_TZTxuvEfF2sMOgQOgxkx2rRX4pc6w3D6OglRPqVhqIpcf_2XOoIYlXlk-8JfYA/s400/almeja.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La supervivencia surge del recelo. Mientras no se demuestre lo contrario todo puede resultar perjudicial.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay seres vivos que escogen cuidadosamente un entorno garantista, libre de peligros y rebosante de alimento y se adhieren a él. Renuncian a moverse.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Otros escogen la estrategia de la movilidad, la exploración, el aprovechamiento de cualquier hábitat.<i> Homo sapiens</i> (ma non troppo) es uno de ellos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Para vivir sin mucho cambio se necesitan pocas neuronas: las justas para escoger el lugar. Los vegetales no tienen neuronas. Los herbívoros sedentarios tienen pocas. Se conforman con comer hierba. Se defienden de los predadores con su volumen, con cuernos o agregándose en rebaños e invierten mucha energía en el complicado procesamiento digestivo del verde. Tienen más tripas que cerebro. Rumian lo que comen sin pensárselo dos veces.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Homo sapiens </i>(m.n.t.) es explorador, pura inquietud: culo-inquieto, óculo-inquieto, mano-inquieto, pierno-inquieto y mente-inquieto. Todo le inquieta. Lo que sucede fuera y dentro de sí. Rumia poco lo que come pero no da sosiego a lo que teme.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Para los <i>sapiens</i> (m.n.t.) todo es posible. No hay nada increíble ¿Por qué no?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La estrategia del ¿por qué no? es complicada. Todo puede contener relevancia, probabilidad en un momento, lugar y circunstancia... ¿por qué no?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Algunos <i>sapiens</i> (m.n.t.) complementan el ¿por qué no? con el ¿por qué sí? y exigen que lo rumiado en la mente como posible encuentre el respaldo de las comprobaciones. De este modo van descubriendo el universo de la irrelevancia, rebosante de estados y sucesos que no merecen ninguna inversión de recursos (motores o mentales).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los circuitos neuronales se organizan sobre la base de asignar a los estímulos (reales o virtuales) relevancia o irrelevancia. No todo contiene o señala peligro. No todos los cambios generarán daño por el mero hecho de cambiar (somos una especie bien dotada para el cambio) pero puede que todo lo que cambia alimente el recelo, la sospecha, el temor al nuevo estado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Los cambios me afectan...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los organismos pluricelulares complejos se defienden con sistemas defensivos (inmune y neuronal) capaces de aprender del error.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay dos formas extremas de protegerse del error:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">1) estrategia del párpado: todo lo que se aproxima inesperada o rápidamente al ojo puede afectarlo: ¡cierre inmediato!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">2) estrategia del mirón: todo lo que aparece ante la vista puede ser interesante: ¡no se pierda ojo! ¡evítese el parpadeo!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay cerebros parpadeantes ante la duda ¿Por qué no? Alerta... dolor... evitación... amparo...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay cerebros osados, exploradores... El ¿por qué no? no está referido al peligro sino al beneficio. Para la justificación del temor activan el ¿por qué si?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se supone, en este caso de que los dos extremos están viciados, que la virtud reside en los términos medios. Cierto es... pero ello indica que habremos acertado a la hora de separar el grano de la paja, lo relevante de cada momento, lugar y circunstancia de lo que no lo es.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay mucha irrelevancia respecto a lo peligroso presentada como relevante. El cerebro debiera habituarse a lo que no tiene trascendencia, negarle atención cognitiva y emoción. De otro modo cualquier momento, lugar o circunstancia puede activar la duda... ¿por qué no?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Habituarse a lo irrelevante.. o sufrir... habituarse a sufrir... sin saber muy bien por qué... ¿por qué si?</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-76343674121407049602011-04-27T10:17:00.000+02:002011-04-27T10:17:19.947+02:00Nocisensor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsN89ZELo-XtZSYqSy8tc8myotWJADZXeyg6xlQoJBKPA9vJ9dfxq0SfvzMgW4a12LOkGInieA_4TNmbFhJ-8GDFo-EYvCpWKUZEZy_nAk8SVdk7fiYC_zRtQ5lgY91AH7-RKBgRJEzHM/s1600/canal+ionico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsN89ZELo-XtZSYqSy8tc8myotWJADZXeyg6xlQoJBKPA9vJ9dfxq0SfvzMgW4a12LOkGInieA_4TNmbFhJ-8GDFo-EYvCpWKUZEZy_nAk8SVdk7fiYC_zRtQ5lgY91AH7-RKBgRJEzHM/s400/canal+ionico.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las neuronas que sensan los estados y sucesos corporales lo hacen a través de sensores, proteínas de membrana que cambian su arquitectura espacial ante determinados estímulos. Hay termosensores, mecanosensores, quimiosensores, biosensores... Todos estos estímulos pueden ser inofensivos o destructivos, letales. Hay sensores específicamente dedicados a detectar nocividad: <i>nocisensores.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un nocisensor es una proteína con una estructura que reacciona (cambia de forma) sólo ante la estimulación con algo nocivo (temperatura extrema, estímulo mecánico intenso, falta de oxígeno, ácidos...)</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las neuronas con <i>nocisensores</i> son llamadas <i>nociceptores </i>(detectoras de nocividad).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor no es un estímulo. No hay sensores de dolor. No hay neuronas capacitadas para detectar dolor. Las neuronas lo único que pueden hacer con el dolor es generarlo y sólo las neuronas que integran la llamada <i>neuromatrix del dolor, </i>un conjunto de áreas cerebrales encargadas de procesar la información (datos reales, memorias, predicciones, creencias) sobre amenaza a los tejidos, proyecta a la conciencia la percepción dolorosa. Si bloqueamos esas neuronas de la conciencia con un anestésico general desaparece el dolor y cualquier otra percepción por mucho que el cirujano esté dañando los tejidos, estimulando nocisensores y nociceptores. Hemos anulado al individuo consciente, al <i>receptor de dolor</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No podemos deducir por el dolor que allí donde duele los nocisensores han detectado un estado o agente nocivo. Puede ser pero no necesariamente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Suena la alarma. De acuerdo: vamos a ver si hay fuego o temperatura muy elevada con riesgo inminente de incendio... Está todo correcto: <b>falsa alarma</b>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Calma absoluta. No se oye la sirena. Probablemente no sucede nada peligroso... pero voy a comprobarlo: ¡fuego! Fallo del sistema. <b>No ha saltado la alarma. </b>Falsa apariencia de normalidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Es fácil confundir los términos y los conceptos sobre dolor. Es importante tenerlos claros. Sé que me repito pero deduzco por los comentarios que los lectores del blog siguen cometiendo errores. Insisto: </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- <b>Nocisensor</b>: proteína que genera una señal cuando algo nocivo (temperatura, estímulo mecánico...) cambia su forma permitiendo así la entrada de cargas eléctricas (electricidad) que indican peligro en ese lugar y momento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- <b>Nociceptor: </b>neurona con <i>nocisensores</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>- </i><b>Receptor de dolor: </b>concepto erróneo que sólo produce confusión y facilita creencias erróneas sobre origen y remedios. Debe evitarse. Realmente el único receptor de dolor es el individuo consciente (no anestesiado).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No hay dolor hasta que se produce la activación de la <i>neuromatrix cerebral del dolor.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pido disculpas a los que ya lo tienen claro...</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-73179296563937900592011-04-26T10:04:00.000+02:002011-04-26T10:04:18.351+02:00Pinchazos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipmCB_2rWp-EnxLUxw6-A2aT3ZnqtlzAyBFYhEdbbuzQ97AYWuMHG2qiB2aWV2ND8Shze_Ok6sNTtBBcOlcynmhYmnga5pYLdancse7MPgy6Pu8GMcOfe61RJjwKj3qFZQYSxSu2Ki8sQ/s1600/espina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipmCB_2rWp-EnxLUxw6-A2aT3ZnqtlzAyBFYhEdbbuzQ97AYWuMHG2qiB2aWV2ND8Shze_Ok6sNTtBBcOlcynmhYmnga5pYLdancse7MPgy6Pu8GMcOfe61RJjwKj3qFZQYSxSu2Ki8sQ/s400/espina.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una de las muchas formas de dañarse es con objetos punzantes. Los recursos defensivos de la red neuronal se han seleccionado para afrontar situaciones concretas de peligro. En la naturaleza hay objetos punzantes: espinas, astillas, pinchos. Pueden contactar con nuestra superficie y crear problemas. Las neuronas detectoras de nocividad (<i>nociceptores</i>) están capacitadas para localizar con toda precisión la agresión por un objeto punzante y liberar una respuesta motora de pinza que, incluso con ojos cerrados, elimina el agresor puntiagudo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En interior no hay nada equivalente a los pinchos ni tiene sentido una acción defensiva de pinza. Los sucesos agresivos internos no tienen precisión de localización ni el dolor sirve para saber dónde se está produciendo exactamente el problema.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor se expresa frecuentemente en forma de pinchazo sin necesidad de que hayamos sufrido una agresión con algo puntiagudo. Es un dolor vivo, muy localizado, intenso, pasajero. Habitualmente genera ansiedad por su carácter extraño. Puede haber pinchazos por todas partes. Son frecuentes en la cabeza y en el tórax. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El pinchazo fuerza la consulta por la preocupación por el posible origen. Las características punzantes para los profesionales son signo de banalidad, de ausencia de organicidad... una vez descartados los objetos punzantes en el lugar del pinchazo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la época en que todo era interpretado como vascular se decía que los pinchazos estaban producidos por espasmos arteriales, sin ningún fundamento. Se recurre también a la explicación del espasmo muscular pero los problemas musculares generan un dolor muy distinto, mal localizado, sordo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras los pinchazos habitualmente no hay nada anormal. Sólo un escape de percepción dolorosa desde un sistema nociceptivo en alerta, en ausencia de daño.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El pinchazo puede resultar molesto pero no debe preocupar. Si las dudas persisten es inevitable la consulta. No recuerdo ningún caso en el que alguien con pinchazos tuviera algo. Se solicitaban Escaneres para solventar la duda e invariablemente eran normales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los pinchazos son frecuentes, molestos, inquietantes... Las apariencias engañan, una vez más. Los pinchazos habitualmente son banales y lo único que indican es que hay una alerta activada en una zona.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-86703403579548056972011-04-25T11:55:00.000+02:002011-04-25T11:55:07.041+02:00Edición en formato electrónico de mi libro "Jaqueca, análisis neurobiológico de un dolor irracional" (2004)<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Gracias a los buenos oficios informáticos de mi mujer y mi hija Inés está a la venta (6,58 dólares) la versión electrónica de mi primer libro: "Jaqueca, análisis neurobiológico de un dolor irracional". Lo escribí en 2004 y lo publiqué en autoedición. Ya contiene gran parte de mi propuesta actual sobre origen de la migraña, plasmada en el último libro: "Migraña, una pesadilla cerebral".</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El contenido y estilo del libro es algo más técnico, asequible siempre para cualquier lector interesado. La autoedición contiene muchos problemas de distribución que se resuelven satisfactoriamente con la edición informática permitiendo que el libro llegue a todos los lectores potenciales. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se accede al libro a través de Amazon:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><br />
<div style="border-collapse: collapse; font-size: 13px; text-align: justify;"><a href="http://www.amazon.com/Jaqueca-An%C3%A1lisis-neurobiol%C3%B3gico-irracional-ebook/dp/B004UAZB28/ref=sr_1_1?ie=UTF8&m=A317O7WZ1CN6AQ&s=digital-text&qid=1301684222&sr=1-1" style="color: #114170;" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">http://www.amazon.com/Jaqueca-<wbr></wbr>An%C3%A1lisis-neurobiol%C3%<wbr></wbr>B3gico-irracional-ebook/dp/<wbr></wbr>B004UAZB28/ref=sr_1_1?ie=UTF8&<wbr></wbr>m=A317O7WZ1CN6AQ&s=digital-<wbr></wbr>text&qid=1301684222&sr=1-1</span></a></div><div style="border-collapse: collapse; font-size: 13px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="border-collapse: collapse; font-size: 13px; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="border-collapse: collapse; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Espero que la edición electrónica ayude a muchos padecientes a entender el origen de sus migrañas y vislumbrar la solución por la vía de la racionalidad.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-9092551763309583882011-04-25T09:34:00.000+02:002011-04-25T09:34:16.593+02:00El huésped cognitivo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTnixJNfEox8cvhaihyphenhyphenomVdi48UPwCbG1W_ddmfnxMz6K_3UTKTD2ywS2j-VQvuHG4dhFTh3NIiu0TG2zub6ObMBOJTaBAboYvSa4Lq1D3UH55Tt5ABVzAgPbAvaOUpoyC6ueVoUqHx5E/s1600/Portero+de+hotel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTnixJNfEox8cvhaihyphenhyphenomVdi48UPwCbG1W_ddmfnxMz6K_3UTKTD2ywS2j-VQvuHG4dhFTh3NIiu0TG2zub6ObMBOJTaBAboYvSa4Lq1D3UH55Tt5ABVzAgPbAvaOUpoyC6ueVoUqHx5E/s400/Portero+de+hotel.jpg" width="331" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La red neuronal es un soporte físico al que llega información que, tras su procesamiento, es rechazada o aceptada. Al igual que sucede con los gérmenes, para que se desarrolle una infección se debe vencer la resistencia del huésped, del organismo. El germen necesita un terreno permisivo, vulnerable.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las ideas, la pedagogía sobre dolor contacta con el organismo, con sus defensas cognitivas, con los credos vigentes y se inicia un proceso competitivo entre la novedad presentada y las creencias. Las propuestas a veces no superan las primeras barreras y son rechazadas en superficie. Ni siquiera hay procesamiento. Sólo rechazo. Pre-juicio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si se pregunta al huésped sobre lo dicho, generalmente se encuentra uno con un malentendido:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Dice que el dolor no existe...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El huésped ha disuelto la idea, la ha inutilizado convirtiéndola en otra cosa, en algo que puede ser eliminado fácilmente como inaceptable.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay veces que el huésped permite la entrada al recinto cognitivo de las nuevas propuestas, les concede una oportunidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Voy a probar...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El test de la eficacia determinará la credibilidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Sigo igual. Mi dolor no tiene nada que ver con lo que ese doctor dice... ya me parecía a mí...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">También hay padecientes que aceptan argumentadamente lo que se les muestra y tratan de que lo que ellos dan por cierto pase al ámbito de las decisiones cerebrales y las modifique volviéndolas más racionales... pero no se produce lo que desean. La angustia por el dolor impone su propia ley. El sistema de recompensa sigue exigiendo una conducta defensiva coherente con las cogniciones que se intenta derribar. El individuo no puede imponer su voluntad, su nuevo credo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Creo lo que me dice pero no funciona. No sé qué hacer para cambiar las cosas. Creer no es suficiente. Hay algo que se nos escapa. Necesitaría una pauta, un método...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Finalmente están aquellos padecientes en los que se produce el cambio cognitivo en los sistemas de memoria-predicción. El huésped ha sido permisivo y ha propiciado el anidamiento (la infección) de lo explicado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- A veces quiere doler pero lo impido sabiendo que no sucede nada y desviando la atención, sin esfuerzo, a lo que me ocupa en ese momento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El conocimiento nos confiere inmunidad o vulnerabilidad frente a lo que se dice y hace. El huésped cognitivo existe. Autoriza, rechaza, acoge con entusiasmo, recela, prueba...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El individuo consciente forma parte de ese huésped pero no tiene el mando. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Conscientemente podemos atender sin prejuicios, entender, analizar críticamente las nuevas y antiguas propuestas y tratar de aplicarlas con decisión y constancia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- He tenido migraña. Me ha pillado con las defensas (cognitivas) bajas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay veces que la obsesión por fortalecer los nuevos credos produce el efecto contrario, los debilita a favor de la vigencia de los que se quiere derribar. Son cosas del huésped.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ya lo he dicho otras veces:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro tiene razones que el individuo desconoce... </span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-61518190226363003652011-04-22T11:06:00.000+02:002011-04-22T11:06:09.669+02:00Antinocicepción<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_eys3aXgO7BuqNnfwtL30aeIxxbX_HU3giaVZ3jHHwM2RCeIsMcOl4AV16PvLbpmz-RNzCcgHbQtGck1WKqEI28wBD6GcBlrH78aX_vOgYTU49I_txBRkRyoRznFDVgtU6eAOItaQF2k/s1600/operon+lac.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_eys3aXgO7BuqNnfwtL30aeIxxbX_HU3giaVZ3jHHwM2RCeIsMcOl4AV16PvLbpmz-RNzCcgHbQtGck1WKqEI28wBD6GcBlrH78aX_vOgYTU49I_txBRkRyoRznFDVgtU6eAOItaQF2k/s400/operon+lac.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo proceso en Biología tiene su antiproceso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La inflamación se despliega con anti-inflamación, la inmunidad con anti-inmunidad, la expresión genética con supresores y represores. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los procesos están dispuestos para ser liberados como un resorte cuando se den las condiciones que justifican su existencia pero una vez en escena debe controlarse su ímpetu inicial para ajustarlos a lo necesario, desactivándolos finalmente cuando ya no se necesiten sus servicios. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La nocicepción despliega su capacidad de detección de daño necrótico consumado, inminente o potencial (imaginado) tan pronto como se den las condiciones codificadas como inductoras de dicho daño y lo hace o debiera hacerlo con la prudente compañía de la moderación, del ajuste a las condiciones reales de amenaza, en tiempo, lugar y circunstancia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El programa dolor se libera cuando la red se activa por los inductores que operan en ese momento. Los inductores pueden ser las señales nociceptivas generadas en los nociceptores (neuronas detectoras de nocividad) por agentes y estados nocivos o tejidos inflamados, o, por los sistemas de memoria predictiva que liberan señales probabilísticas de peligro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El genoma de <i>Escherichia coli</i> transcribe la enzima necesaria para metabolizar lactosa sólo cuando el medio la contiene. Si no hay lactosa el gen de la enzima está silenciado, reprimido pero hay mutantes de la bacteria que carecen del gen represor de la producción de la enzima y la expresan aun cuando no sea necesaria (en ausencia de lactosa). Ello supone un despilfarro innecesario.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La genética de la expresión nociceptiva dispone que los nociceptores sólo generen señal cuando son estimulados por agentes y estados nocivos o por tejidos inflamados, por lo que el programa cerebral que libera la percepción de dolor sólo se activa cuando algo ha destruido tejido o está a punto de hacerlo. Tan pronto como cesa la destrucción de tejido y se completa la reparación todo vuelve al estado de reposo, de silencio nociceptivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La genética de la expresión nociceptiva ha añadido en <i>Homo sapiens</i> (ma non troppo) una capa de activación que permite el encendido del programa cerebral de dolor y la sensibilización de la red nociceptiva por simple predicción. Las expectativas y creencias son inductores suficientes. El mundo virtual, imaginado, especulado está integrado con el real. El genoma humano contiene la posibilidad de esa inducción.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cultura, a través de la imitación e instrucción experta, convierte lo irrelevante en nocividad en relevante, permitiendo así la expresión de los programas cerebrales que proyectan dolor ante cualquier circunstancia absolutamente inofensiva en el universo real pero codificada como peligrosa en el virtual.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tan absurdo es expresar beta-galactosidasa cuando no hay lactosa como dolor cuando no hay daño. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay mutantes en el genoma de <i>Escherichia coli </i>que permiten ese despilfarro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay mutantes culturales en el cerebro de muchos <i>sapiens</i> (m.n.t.) que alientan el encendido innecesario del dolor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los científicos buscan mutantes genéticos para explicar el dolor inexplicado. Algo van encontrando. A buen seguro hay una genética que facilita la inducción de la expresión nociceptiva errónea, innecesaria. No está de más conocerla pero tampoco está de más analizar las mutaciones culturales (meméticas) responsables de la liberación del dolor, en ausencia de daño...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No sólo genes. También entorno... cultura...</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-34586393413028150092011-04-20T10:04:00.001+02:002011-04-20T11:15:09.369+02:00Acervo científico del dolor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdphllmQvbywmWi1khzW9dVV14x2-fEtQLr2amS0FP_0i8uSk_Usnk0OxJibJ2yXxcbyvKcbeqD7AI3PI1PtON_VBIG7wkx7SIJJa-mPMjYPiwLlvYSlCIaNYo2Ymt06l3kYVHuQJ2D6Y/s1600/reloj-de-arena.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdphllmQvbywmWi1khzW9dVV14x2-fEtQLr2amS0FP_0i8uSk_Usnk0OxJibJ2yXxcbyvKcbeqD7AI3PI1PtON_VBIG7wkx7SIJJa-mPMjYPiwLlvYSlCIaNYo2Ymt06l3kYVHuQJ2D6Y/s400/reloj-de-arena.jpg" width="297" /></a></div><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un acervo es el conjunto de bienes, materiales o inmateriales, disponible en una comunidad de individuos. Hay acervos referidos a muchas cuestiones y hay, también, muchos tipos de colectivos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La Ciencia tiene su acervo, su conjunto de conocimientos adquiridos y contrastados a través del método científico. Son conocimientos fiables, puestos a prueba una y mil veces antes de recibir la etiqueta de validación.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor tiene su acervo científico, su conjunto de conocimientos fiables, demostrados.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El acervo científico permite saber si lo que se sostiene es cierto o no lo es. En muchas ocasiones la mayor fiabilidad se da en el acervo negativo: el conjunto de afirmaciones que sabemos no son ciertas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En torno al dolor hay muchos colectivos, y, por tanto muchos acervos. Hay colectivos profesionales que sostienen y comparten doctrinas variadas y contradictorias sobre origen y remedios del dolor con sus correspondientes colectivos de padecientes que las alimentan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El padeciente tiene puesto el punto de mira en el alivio del sufrimiento y no hace demasiados ascos a la afiliación. Si le funciona la homeopatía se integrará en el colectivo de creyentes en ella. Si una intervención en Suiza pone fin o alivio al sufrimiento defenderá el acierto de la (generosa) inversión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La mayoría de acervos doctrinales pretenden la etiqueta científica. Lo que se propone se muestra como bendecido por algún tipo de científicos o expertos. Hay excepciones. Determinados individuos no necesitan la bendición de la Ciencia. Se autoproclaman tocados por alguna iluminación o poder y se dicen capaces de explicar y remediar todo tipo de males viendo lo que nadie ve y moviendo lo que nadie puede mover. Hay un acervo cultural curanderil con su correspondiente colectivo de creyentes que lo sostiene. Funciona. Eso basta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué es Ciencia y qué no lo es en el mundo del dolor? ¿Cuál es nuestro acervo científico? ¿qué podemos dar como cierto y, sobre todo, qué podemos dar por falso?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La Ciencia del dolor es demasiado joven. Anda en sus comienzos. Tambalea. Se teje y desteje. Probablemente sólo sabemos que no sabemos gran cosa pero hemos aprendido mucho sobre lo que se dice y sabemos que mucho de ello es falso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sabemos que el dolor no se segrega en los tejidos. Sabemos que no existen receptores de dolor ni vías de transmisión del dolor. Sabemos que el dolor es una percepción compleja proyectada desde la activación sincronizada de múltiples áreas cerebrales y sabemos que ello es el resultado de una evaluación de amenaza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sabemos que la conectividad neuronal está abierta a la interacción del individuo con el entorno y que ese entorno contiene información, cultura.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La conectividad aspira a formar parte de la conciencia, de lo juzgado como relevante en cada momento y lugar pero la relevancia está muy disputada. La competición de los circuitos de la amenaza por salir en portada perceptiva está movida por las propuestas de las doctrinas que operan en el mercado de explicaciones y remedios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La oferta de la Ciencia del dolor aún no está en el mercado. No cotiza. Suena extraña, contraria a lo que habitualmente se predica.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El acervo científico del dolor es modesto como lo es el colectivo de quienes lo sostienen. Todo se andará. Las cosas de palacio van despacio... y las de la Ciencia también por más que se nos hable todos los días de supuestos espectaculares avances...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">"... se pagan mutua pena y retribución por su injusticia según la disposición del tiempo" (Anaximandro)...</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-36857361608106395622011-04-18T09:55:00.001+02:002011-04-18T09:57:46.245+02:00Emoción inteligente<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdXIlwf8zeKJS7VKynFQ76BMBG0TmEL0BHIu-LBYCtJ20XwlDs5TF7PUEz4xcgo7DIMujJVNqz01QSobTkzJPORYqcJ6EgBC1JHx5S-E7kwK7KCyqU_joQ9ritwVK5BfaUPvBoWagoTAg/s1600/estampida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdXIlwf8zeKJS7VKynFQ76BMBG0TmEL0BHIu-LBYCtJ20XwlDs5TF7PUEz4xcgo7DIMujJVNqz01QSobTkzJPORYqcJ6EgBC1JHx5S-E7kwK7KCyqU_joQ9ritwVK5BfaUPvBoWagoTAg/s400/estampida.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro decide a golpe de impulsos emocionales, modulados por evaluaciones racionales. Emociones y razones se integran a cada momento para generar el curso de lo que percibimos y hacemos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor es una decisión perceptiva de la red neuronal que promueve, con fuerza variable, una acción defensiva.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el fondo de toda proyección de la percepción de dolor anida la emoción ancestral, evolutiva, biológica, del miedo a la destrucción violenta celular (<i>necrosis</i>). El organismo segrega dolor cuando comprueba o teme destrucción, daño.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Hay siempre razones para esa proyección perceptiva a la conciencia?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Siempre hay razones pero no tienen por qué ser siempre razonables...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El estado emocional somático de miedo al daño es consustancial a la vida. Siempre estará ahí dispuesto a ser expresado cuando se produzcan incidencias potencialmente amenazantes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El contenido perceptivo de ese miedo somático varía en función del significado de cada agente-estado amenazante.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Fuego? ¡Huye! ¡Grita!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Parásitos? ¡Ráscate!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Deshidratación? ¡Busca agua!</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El organismo genera estados perceptivos que impulsan al individuo a acciones coherentes con la condición amenazante.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pánico y huída para el fuego, picor para el parásito o tóxico cutáneo, sed para la falta de agua...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No se necesita una condición real amenazadora. Basta con que el cerebro la considere. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay un exceso de hambre, sed, pánico, picor... dolor. Ello no quiere decir que hay escasez de comida, agua, incendios o destrucción violenta de tejidos. Más bien lo contrario. Supermercados y grifos a menos de cien metros, ausencia de parásitos, fuegos y heridas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La emoción del miedo al daño está liberada, facilitada. No parecen funcionar los controles racionales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cultura dispone de más conocimiento que nunca. El cerebro debiera aplicar lo que se sabe para economizar la gestión de sus emociones, dado que nos hemos procurado un entorno más protegido, garantista.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Migraña, fibromialgia, dolor crónico, dermatitis atópica... Crecen, se expanden. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué está sucediendo?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro debe andar con las emociones, los miedos, las incertidumbres, desbordadas. La razón ya no puede contener tanta emoción.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Puede ser... pero también pudiera estar sucediendo que el universo de las razones, el teóricamente capacitado para enfriar emociones esté haciendo el trabajo contrario, calentarlas aún más...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Tiene usted migraña, fibromialgia... Son enfermedades misteriosas, sin curación. Asúmalo. Tome estos fármacos. Haga esto, evite esto otro. Infórmese. Crea lo que predicamos...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Contra el miedo, racionalidad, conocimiento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El saber y la ignorancia ocupan mucho lugar...</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-41382922913066372002011-04-15T10:23:00.000+02:002011-04-15T10:23:08.857+02:00¿Por qué la cabeza?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5O1dwT2dqMHOgVgiZnhPpNMV5WpnwqPH-vaA98lw77rh5rEUL4PHjJmChI39avs0MFt6xSP4c6ptpBObKFs3rfvzZ9Yx7JPW3mdI-PtOqj3I5MqM-sxh-G9rg5-yheLTvyNqtvZkDCts/s1600/calvin.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5O1dwT2dqMHOgVgiZnhPpNMV5WpnwqPH-vaA98lw77rh5rEUL4PHjJmChI39avs0MFt6xSP4c6ptpBObKFs3rfvzZ9Yx7JPW3mdI-PtOqj3I5MqM-sxh-G9rg5-yheLTvyNqtvZkDCts/s400/calvin.gif" width="294" /></a></div><br />
<b>William Calvin</b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sostienen los neurólogos que la migraña es cosa de genes. Para ellos un cerebro migrañoso es un cerebro enfermo, condenado a activar programas defensivos (dolor, intolerancia sensorial y cierre-limpieza digestiva) espontáneamente o por acción (?) de una extensa lista de "desencadenantes".</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hace ya unos cuantos miles de años había ciudadanos con cerebros migrañosos. Lo sabemos a ciencia-historia probable. Aun cuando a los productos de la selección natural no podemos exigir siempre acierto (no todo lo que existe es ventajoso ni óptimo) no se entiende bien esta chapuza biológica de la migraña.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una de las perplejidades que plantea la chapuza migrañosa es que sólo se hayan seleccionado genes estúpidos para la cabeza y no para cualquier otra región corporal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La afirmación solemne de que la migraña es cosa de genes contiene implícitamente la necesidad de algún componente molecular, proteico, algún canal de membrana, algún receptor que, por exceso o por defecto, confiera, en exclusiva, a algunas neuronas que sólo trabajan en o para la cabeza, esa propiedad hiperexcitable anómala que se da, según los neurólogos, en el despropósito de los encendidos de las crisis.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se buscan con ahinco los genes migrañosos pero hay menos empeño investigador en dar con los receptores, las proteínas responsables. Lo poco investigado no encuentra ninguna diferencia entre las biomoléculas de las meninges y vasos a cargo del trigémino y las vigiladas y defendidas por raíces somáticas. Debería haber, por mandato genético, la misma incidencia de crisis de dolor en cualquier lugar del cuerpo: la cabeza, las tripas, un brazo, una pierna... pero no es así... salvo en los niños.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la infancia se producen episodios de dolor recurrente en abdomen, un brazo, una pierna... y la cabeza. El niño puede empezar a quejarse de las tripas durante una época para trasladar su cuita a un brazo y más tarde a una pierna y finalmente a la cabeza. Puede que sea obra de los genes de la migraña que andan algo desorientados encontrando su diana y dan la lata en lugares equivocados hasta que encuentran su verdadero destino: la cabeza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro de los mamíferos, al igual que el sistema inmune de los vertebrados, es, en terminología del neurobiólogo William Calvin, una "máquina de Darwin". El conocimiento genético se construye y apila en el genoma con mucha lentitud en los organismos pluricelulares. El entorno varía constantemente y la pesada máquina evolutiva de los genes no puede seleccionar y replicar todas y cada una de las variaciones genéticas que resuelven cada uno de los retos de lo novedoso del medio. Entonces aparece el truco evolutivo: el genoma produce un número desorbitado de posibles soluciones, una gama casi infinita de propuestas y la interacción de esas propuestas con las novedades va seleccionando por ensayo-error las que prestan servicio o son irrelevantes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Miles de millones de clones de linfocitos y un número aún más desorbitante de conexiones neuronales son servidas por el genoma para ser puestas a prueba. La máquina de Darwin inmune y neuronal propone diversidad para interactuar con el entorno. Sólo se seleccionará aquella variante que ha demostrado tener alguna utilidad con lo que se cuece fuera.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las propuestas de conectividad neuronal de la máquina de Darwin se encontrarán con el universo real de la materia y la energía pero también con las de la información.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La función espejo de la red no puede evitar el ensayo de copiar-imitar y evaluar el resultado. Los circuitos tienen que seleccionar la conectividad más fiable, más productiva. El ensayo-error guía el proceso. No habría mayor problema (salvo el de los errores letales) si no existieran además los instructores. La máquina de Darwin neuronal contiene en el caso del <i>Homo sapiens</i> (ma non troppo) la contingencia obligada del señalamiento de los "ilustrados-iluminados", los que saben dónde se esconde el bien y el mal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro humano despliega el proceso de selección de la conectividad neuronal bajo la tutela de la instrucción. La conectividad del miedo al daño se situará allí donde la cultura lo indique. El período de exploración, de ensayo-error, de la infancia, acaba centrando con preferencia la vigilancia en la cabeza, paradójicamente el lugar más protegido del organismo. Puede que sea así por tratarse de un lugar privilegiado, importante o porque allí situamos vivencialmente el YO, asientan los sentidos (vista, oído, olfato y gusto), el pensamiento y la voluntad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El darwinismo inmune y neuronal acaban resultando chapuceros, no por culpa de la máquina de Darwin sino por la influencia de la cultura en el proceso. La selección de linfocitos y conexiones relevantes e irrelevantes está poderosamente influída por los cambios que la cultura genera en el medio, sustituyendo las variables naturales por un entorno artificial, a medida de deseos y temores.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Por qué la cabeza? ¿por qué el cuello? ¿por qué los músculos?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Selección natural? ¿Selección cultural? </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-854877389328573912011-04-14T08:19:00.002+02:002011-04-14T08:26:23.695+02:00La hiperexcitabilidad migrañosa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJtsDaQyb_mXlOoRNLDcdHyQ-qidqQC5mX_j1VTwacCYYZXfdj0wnEUVzsoE0Gmd7Ak9GtHAcx4EQfcJFAATvPq-XrbD8MZrHOIFc-Tq2pXKTedBpw-uNzKHRCz1-2umIdtQAx3OPPV_0/s1600/muchedumbre.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJtsDaQyb_mXlOoRNLDcdHyQ-qidqQC5mX_j1VTwacCYYZXfdj0wnEUVzsoE0Gmd7Ak9GtHAcx4EQfcJFAATvPq-XrbD8MZrHOIFc-Tq2pXKTedBpw-uNzKHRCz1-2umIdtQAx3OPPV_0/s400/muchedumbre.gif" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un cerebro migrañoso es un cerebro hiperexcitable, vigilante, sensible, reactivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un cerebro migrañoso desencadena tormentas neuronales en diversos vasos de agua (desencadenantes).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué hace que ese cerebro se comporte así?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los neurólogos dicen que son los supuestos genes de la migraña. Están convencidos de que, más pronto que tarde, van a dar con ellos y acabar con la pesadilla. Otros dicen que son los alimentos, la histamina, el déficit de diaminooxidasa; otros las omnipresentes cervicales y los músculos que las torturan con sus contracturas; otros la articulación témporomandibular, los cambios (meteorológicos, hormonales...) el estrés...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cualquiera que sea el origen propuesto, el caso es que (según se dice) las terminaciones neuronales del trigémino desplegadas por meninges y vasos o el núcleo trigémino-cervical (lugar en el que entregan sus informes) entran en un estado hiperexcitado que genera un bombardeo de "señales de dolor" a todo el "circuito del dolor" haciéndolo entrar en un proceso incontrolable (si no se aplican terapias inmediatas) de autoalimentación en espiral, responsable de la brutalidad de la crisis.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El trigémino debe ser un nervio muy especial, muy dado a los paroxismos. Bastan, al parecer, unos apretones musculares cervicales, un poco de champán, un contratiempo con la pareja o que haya salido viento Sur, para que se organice la explosiva agitación de todo el circuito cérvicocefálico trigeminal.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo cierto es que en el tiempoespacio en el que se ha montado toda esa gresca trigeminal no ha sucedido nada relevante, amenazante para la integridad física inmediata de los tejidos residentes en el área que el trigémino vigila y protege.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La supuesta genética migrañosa no queda claro si opera sobre el propio trigémino.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Tiene usted un trigémino hipersensible. Parece que sólo el del lado izquierdo... Es genético...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No suena creíble.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tampoco parece sensato proyectar el impacto genético sobre meninges y sus vasos...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Las arterias y meninges de su cabeza son hipersensibles. Se contraen, se dilatan, se inflaman... El trigémino se limita a ser testigo de esas hipersensibilidades. Es un simple mensajero... Son los genes de las arterias y meninges...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Bien sea porque en el barrio trigeminal los vecinos (arterias y meninges) organizan trifulcas innecesarias o porque la policía (el trigémino) ve delincuencia potencial en cualquier acción vecinal irrelevante lo cierto es que la Neurología ha situado en los residentes de ese barrio (vecinos y policía) el origen de sus propios males. Son así. Les va la bronca, la alarma...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Desde finales del siglo pasado se va sabiendo que el trigémino no deja de ser un mandado y que pudiera ser que el problema estuviera en los centros que deciden lo que tiene que hacer. Los generadores de la migraña no serían los vecinos ni la policía del barrio trigeminal sino sus dirigentes, aquellos que dictaminan cuándo y dónde pudiera haber problemas y deciden desplegar los operativos defensivos cuando así se concluye en sus órganos de evaluación.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La supuesta genética de hiperexcitabilidad migrañosa se ha desplazado, a la chita callando, de meninges, vasos y trigémino a unos, también supuestos, generadores centrales de migrañas. Hay documentos gráficos que les han sorprendido activados en el fragor de las crisis. Los generadores están ubicados en troncoencéfalo en el caso de la migraña común (con y sin aura) y en el hipotálamo en la "cefalea en racimos". Los genes han guiado el desarrollo de una conectividad proclive al disparo fácil del programa migrañoso en los centros en los que se decide su activación. El problema está en el disco duro. Es físico. Enfermedad pura y dura. Sólo fármacos y estilo de vida saludable como alivio. Puede que en cualquier momento se pueda anunciar el fin de la pesadilla si se identifica y neutraliza el escurridizo gen de la migraña.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por encima de esas oficinas profundas cerebrales, la evolución ha ido añadiendo capas de procesamiento que permiten representar la realidad como un futurible. Son capas especulativas, predictivas, probabilísticas. No esperan a constatar hechos consumados, Especulan con la probabilidad desde unos árboles de creencias y expectativas y si toca temer algo se actúa desde ese temor sin esperar a las comprobaciones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Bien pudiera ser que los males migrañosos surgieran de esas capas cerebrales especulativas. Son capas altamente socializadas, imitativas, escolarizadas, instruídas, proclives a la obediencia. La genética migrañosa pudiera ser la genética de la hipersensibilidad biológica a la vigilancia al daño, la obediencia al marco cultural propio y la confianza en las propuestas oficiales de orígenes y remedios de los males. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si la cultura migrañosa fuera correcta, racionalizadora, mesurada, sosegante... contribuiría a templar esa tendencia biológica a la vigilancia sensible. Si lo fuera... pero no lo es. Más bien todo lo contrario. Tenemos problema de disco duro y blando.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy en día se considera que la genética segrega una "sensibilidad biológica al contexto" una probabilidad de expresión en función del entorno.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La genética migrañosa genera una sensibilidad biológica al contexto de la cultura migrañosa.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro migrañoso está hiperexcitable por obra de genes y cultura. Los genes seguirán estando ahí pero la cultura puede y debe ser modificada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La migraña se cuece en la corteza cerebral, en las oficinas de la probabilidad, de las creencias, del sometimiento cultural. Desde allí se pueden activar alertas que encienden terminales de trigémino, dilatan arterias y agotan las baterías de las terminales de las neuronas de la corteza visual (onda de depresión cortical propagada).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Debajo de la migraña hay algo más que trigémino y arterias. Hay significados, cognición socializada, cultura. Es lo que nos define como especie.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-20582201332034700252011-04-11T07:56:00.003+02:002011-04-11T07:56:49.354+02:00Brotes del dolor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiZMDbmGqMMppIzucOgwX0OgdfhfN1_WLe2yJwgNeMKYCrAK1JaA0vGCMrlzAI4WqcWBceYgP-M55jNnNP_E9LIy6_XVKaFKZ6w3iEOZVOJq18tfzzRHAuhhC06kbaYT9kHq5Kjjc9pgc/s1600/horoscopo.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiZMDbmGqMMppIzucOgwX0OgdfhfN1_WLe2yJwgNeMKYCrAK1JaA0vGCMrlzAI4WqcWBceYgP-M55jNnNP_E9LIy6_XVKaFKZ6w3iEOZVOJq18tfzzRHAuhhC06kbaYT9kHq5Kjjc9pgc/s400/horoscopo.gif" width="391" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En presencia de un suceso de nocividad manifiesta (necrosis consumada o inminente) el dolor brota del cerebro a consecuencia de la llegada de un flujo de señales de daño, generado en la zona afligida. Los nociceptores (neuronas vigilantes de daño) transforman (<i>transducen</i>) los mensajes moleculares de las células agredidas y el estímulo responsable (mecánico, térmico, químico, biológico) en potenciales eléctricos que activan el conjunto de áreas cerebrales generador de la percepción de dolor.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me duele el dedo índice de la mano derecha. Acabo de darle un martillazo. Mira cómo se ha puesto. Está inflamado... No puedo ni tocarlo...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En este caso la percepción de dolor tiene un origen nítido, un suceso generador de estímulos nocivos, suficientes para que desde el cerebro se proyecte sobre esa zona la percepción doliente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El problema surge cuando sentimos dolor en ausencia de un suceso o estado nocivo capaz de estimular los nociceptores. Los receptores de daño necesitan estímulos de suficiente intensidad. Un nociceptor térmico sólo genera señal por encima de unos 45º. Hay también otros receptores de calor que se activan por debajo de esos 45º y sentimos calor indoloro pero si sobre pasamos esa temperatura sentiremos dolor. Se han activado los nociceptores de calor peligroso y se han apagado los del calor inofensivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Duele una zona. No hay temperaturas extremas. Ningún estímulo peligroso mecánico, químico ni biológico enciende ningun nociceptor. Allí no está sucediendo nada relevante... pero ha brotado del cerebro la percepción de dolor, proyectad allí y ahora.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué hace que surja esa percepción de las áreas cerebrales dolientes?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La respuesta es simple. Se ha producido una evaluación de amenaza en los sistemas de memoria predictiva. El cerebro anticipa posible daño. Allí y ahora. ¿Por qué? No lo sabemos. Se dedica a representar la realidad como una probabilidad sin esperar a que suceda. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Al dolor se llega tanto por los sucesos nocivos como por su pre-visión. No hace falta confirmación de lo temido. El dolor no es sólo notario y consecuencia del daño consumado-inminente. También lo es de los estados evaluativos teóricos, de los pre-sentimientos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El brote de dolor obliga al individuo a atender y evaluar la zona doliente, considerar qué puede estar pasando y a qué puede ser debido (<i>desencadenante</i>).</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El brote puede suceder tras haber comido chocolate o por condiciones meteorológicas cambiantes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me duele la cabeza. No tenía que haber comido chocolate.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Realmente el chocolate no ha activado ninguna población de nociceptores. Las áreas cerebrales dolientes se han encendido por la acción: comer chocolate, alimento prohibido por estar catalogado como potencialmente nocivo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cerebro evaluativo juzga estados, sucesos, acciones, omisiones... a los que atribuye una capacidad de amenaza. El dolor brota cuando se alcanza el nivel de peligrosidad teórica, especulativa en la representación virtual del organismo. Nada sucede ni va a suceder pero la atribución teórica es suficiente para hacer brotar la percepción doliente. No es necesaria la agresión, la nocividad consumada o inminente. No hay flujo de señal nociceptiva. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Desde el momento en que el individuo recibe la proyección perceptiva del dolor está implicado en su desarrollo. Tendrá que tomar decisiones, considerar posibles orígenes y remedios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me duele. ¿Por qué? ¿Qué puedo hacer para que deje de dolerme?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cultura nos ha instruido en la solución externa: </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Toma un calmante. No esperes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Aunque no suceda nada, el cerebro, el órgano de lo virtual, de lo imaginado, exige aquello que considera debe hacerse. Si en sus circuitos dice que debe tomarse el calmante el dolor seguirá hasta que el individuo cumpla con lo exigido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No quería tomar nada pero, al final, he tenido que... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El dolor exige conductas, acciones. Esa es la función de cualquier percepción: proponer acciones, seleccionar aspectos de la realidad, filtrar, amplificar...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los brotes se producen en función de dinámicas propias de la red neuronal. No se ajustan a la lógica de causas y efectos tangibles.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En los brotes de dolor por dinámicas evaluativas, probabilísticas, impera la irracionalidad, el error, el miedo fóbico, supersticioso y la adicción a conductas aliviadoras.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la neutralización del miedo irracional puede servir cualquier acción, también irracional. Basta con que el cerebro esté instruido a exigirla. El nocebo y el placebo asientan sobre condiciones irrelevantes. Convierten lo inofensivo en potencialmente destructivo y lo innecesario en remedio necesario y suficiente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los desvaríos probabilísticos cerebrales se corrigen podificando los pesos de conectividad neuronal que atribuyen peligro a lo que no lo contiene. Hay que proyectar racionalidad, conocimiento, acercar lo virtual a lo real.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No compres lotería. No te va a tocar...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- ¿Y si toca ese número? Me ha brotado la necesidad de comprarlo... Tengo que hacerlo...</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Las batallas virtuales deben librarse en el ámbito virtual pero no siempre se gana. Es cuestión de tiempo, constancia y determinación.<br />
<br />
- Me ha brotado dolor. El cerebro alucina. Imagina daño...¡Qué cruz!Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-680137804300545082011-04-08T09:10:00.000+02:002011-04-08T09:10:24.831+02:00Sobrecarga<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKRen7UdoRLdDMUPHSnaO_C8HXj7JiXvr2d8pcGNMjgk7zEAy_WTOm-tolS-xxrWbVoeH_Z_fYscdQxG4LVq6hI0QzybmQwY260dR9SnqU7PifbGlWeebJDWhSgnxNPzHx-1r0QzSwpKo/s1600/oficinista.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKRen7UdoRLdDMUPHSnaO_C8HXj7JiXvr2d8pcGNMjgk7zEAy_WTOm-tolS-xxrWbVoeH_Z_fYscdQxG4LVq6hI0QzybmQwY260dR9SnqU7PifbGlWeebJDWhSgnxNPzHx-1r0QzSwpKo/s320/oficinista.jpg" width="320" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los músculos tienen límites. No están preparados para soportar cualquier tarea y cuando se superan esos límites protestan: generan señales de peligro que llegan a las áreas cerebrales evaluativas desde las que, según criterios y contextos, se proyecta la percepción de dolor sobre la zona corporal en la que trabaja el músculo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una forma de castigo escolar era mantener los brazos en cruz. Dolía. Al bajar los brazos, el dolor desaparecía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Trabajar en una oficina delante del ordenador no es exactamente lo mismo que mantener los brazos en cruz en el colegio pero puede tener algunas similitudes. Obligamos a unos determinados músculos a mantenerse contraídos. El que se lleva la palma es el trapecio superior.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los músculos tienen varios tipos de fibras, con metabolismos distintos. Unas están capacitadas para soportar una carga ligera pero prolongada y otras generan fuerza explosiva pero se fatigan fácilmente. Cuando la carga exigida es pequeña y continuada sólo se activan las unidades motoras pequeñas y resistentes. Son las unidades "Cenicienta" pues son las que cargan con la mayoría de las tareas cotidianas de oficina.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay muchos ciudadanos (especialmente ciudadanas) que padecen de dolor en la zona del trapecio superior, relacionado con trabajo delante del ordenador. Se acepta que el músculo está sobrecargado. Se le exige demasiado. Lo que no está tan clara es la génesis del dolor. ¿Mala postura? ¿Acumulación de sobrecarga? ¿Estres? ¿Puntos gatillo?...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se proponen ejercicios, relajaciones, fármacos antinflamatorios (no hay inflamación), agujas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se hacen radiografías, resonancias magnéticas...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se dice: tienes estrés, varias hernias discales, desgaste...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se dan consejos: demasiado trabajo...no te conviene esa actividad para la columna... natación, yoga...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy en día es difícil evitar la actividad sostenida frente a un ordenador. Dado que es así bueno sería que lo hiciéramos con una buena técnica. Programas automatizados económicos, con la actividad muscular mínima necesaria. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La buena técnica incluye, además de elementos de ergonomía y sosiego psicológico respecto a la tarea en curso, buen rollito con el cometido, los jefes y compañeros y confianza en el organismo para organizar la actividad con eficacia y seguridad. Nada de miedos irracionales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las sobrecargas se combaten aliviando las cargas absurdas, improductivas. Para ello es necesario observar al paciente en su hábitat, en su actividad y hacer correcciones fisiológicas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Ponte en el ordenador...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Es como en clase de música:</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Toca...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los músculos forman parte de <b>acciones. </b>Una acción o actividad es algo más que una contracción muscular...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Detrás del dolor hay muchos factores a considerar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Detrás de una mala ejecución musical también...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La labor del profe es fundamental.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La del alumno, por supuesto, también.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-15113680541108691722011-04-07T09:18:00.000+02:002011-04-07T09:18:44.278+02:00Relaja...<span class="Apple-style-span" style="color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 14px; line-height: 19px;"><br />
</span></span><br />
<div class="post-header" style="color: #222222; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 13px; line-height: 1.6; margin-bottom: 1.5em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;"><div class="post-header-line-1"></div></div><div class="post-body entry-content" id="post-body-8803427643688061602" style="color: #222222; font-size: 15px; line-height: 1.4; position: relative; width: 520px;"><div class="separator" style="clear: both; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM5UEZyMNBudUc3D1cFKU19DgE71np3S2upu9QY393jeYyIBro0jn55lkytVXf0RMTk9HVvJq3-yiuuJWg-kzdnhAWw3fYzicjnAfyDvnbTVSAUEk8YC38sSbpcorxGrMHaYYMR-Ub6BB2/s1600/contorsionista.jpg" imageanchor="1" style="color: #993300; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM5UEZyMNBudUc3D1cFKU19DgE71np3S2upu9QY393jeYyIBro0jn55lkytVXf0RMTk9HVvJq3-yiuuJWg-kzdnhAWw3fYzicjnAfyDvnbTVSAUEk8YC38sSbpcorxGrMHaYYMR-Ub6BB2/s400/contorsionista.jpg" style="-webkit-box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.0976563) 1px 1px 5px; background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-color: rgb(238, 238, 238); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; border-color: initial; border-left-color: rgb(238, 238, 238); border-left-style: solid; border-left-width: 1px; border-right-color: rgb(238, 238, 238); border-right-style: solid; border-right-width: 1px; border-top-color: rgb(238, 238, 238); border-top-style: solid; border-top-width: 1px; border-width: initial; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.0976563) 1px 1px 5px; padding-bottom: 5px; padding-left: 5px; padding-right: 5px; padding-top: 5px; position: relative;" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El movimiento voluntario no existe. A través de la voluntad sólo podemos formularnos propósitos de interacción con los objetos (incluido el propio cuerpo). El individuo plantea objetivos y el cerebro organiza programas motores adecuados. A poder ser, económicos, funcionales y sin riesgo de daño estructural. Con el aprendizaje se consigue. El primer día de conducción la solicitud de navegar el vehículo activa un programa con excesivos músculos. Es un programa caro, poco eficiente y que genera estrés a la estructura. Con la práctica el cerebro gana en coste-beneficio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En nuestras acciones se cuelan en ocasiones contracciones musculares innecesarias, parásitas. Generan tensión muscular, esfuerzo baldío... dolor. Facilitan la aparición de puntos gatillo... El individuo no es consciente de ello pero con un mínimo gesto de concentración puede autoproyectarse el consejo: "relájate..." y eliminar esa carga mecánica improductiva.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La consistencia muscular puede estar influida por ese plus involuntario de contracción ordenada por estímulo neuronal, producto de una tensión psicológica excesiva sobre todo tipo de incertidumbres en la ejecución de la acción. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La incertidumbre generadora de tensión muscular innecesaria puede referirse, desde la perspectiva del individuo, al resultado de la ejecución (exámenes, informes, interpretación musical, deporte...) o, desde la perspectiva de organismo, a las consecuencias que la ejecución de la tarea pueda ocasionar a una estructura juzgada como vulnerable, desgastada, artrósica...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Toda acción requiere una técnica adecuada, un programa que economice recursos y optimice resultados. Ello implica motivación sin excesos ni defectos, un leve toque de ansiedad y concentración en el objetivo a cumplir, eliminando cualquier incertidumbre teórica poco fundamentada sobre fracaso o costo en integridad física.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Uno puede estar sentado delante del ordenador horas y horas sin que ello conlleve, necesariamente, dolor y estrés mecánico pero si a esta tarea se le acoplan condiciones psicológicas de incertidumbre ansiosa la tarea contará con la compañía improductiva de músculos innecesariamente contraídos... que acaban generando señal nociceptiva por superarse el límite de su resistencia metabólica o por activarse puntos miofasciales a consecuencia de ese estado mixto de contracción sostenida en alerta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Si trabajo con el ordenador acabo molido del cuello. Ya me han dicho que tengo la columna hecha un desastre, con varias hernias... contracturas, bultos... No debiera abusar pero mi trabajo me lo exige...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los patrones de "necesito..." pero "no me conviene" son especialmente perjudiciales. En estos casos es fundamental evitar la contracción muscular innecesaria, disponer de economía y juicio en los circuitos motores.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La actividad rutinaria, cotidiana debe contar con programas automatizados que optimicen los factores viscoelásticos no contráctiles y los pequeños apoyos y correcciones de los pequeños y precisos músculos raquídeos. La higiene postural no consiste en almidonar un patrón referido como ideal y mantenerlo a toda costa. Ello sólo genera problemas. Es algo más complicado. Es una técnica con componentes mecánicos y psicológicos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ya me he referido en varias ocasiones a mi actividad como ejecutante musical y la función de mi profe.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No sé si vas a tocar el violoncello o no. Lo que sí te garantizo es que no te va a doler. Siéntate bien, relaja... más... piensa... concéntrate...siente... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A lo largo de las clases se iba automatizando un programa cada vez más económico y eficaz (mejor sonido). Creo que esa actividad era buena para la estructura... siempre que la técnica fuera correcta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- El cuello está muy contraido... tienes que aprender a mirar...</span></div><div style="clear: both;"></div></div><div class="post-footer" style="background-color: #eee9dd; border-bottom-color: rgb(238, 238, 238); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; color: #666555; font-size: 13px; line-height: 1.6; margin-bottom: 0px; margin-left: -2px; margin-right: -2px; margin-top: 20px; padding-bottom: 5px; padding-left: 10px; padding-right: 10px; padding-top: 5px; text-align: justify;"></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-19673062197114754612011-04-06T10:08:00.001+02:002011-04-06T10:08:02.169+02:00Estiramientos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKytBIStjj9vuepWkLk7OKpS4bvbPNstT_nJKy2tq9nEuSMmlnSRAVx_lqfjqSbjAIbdWrKCSSmu7sO5aWrOqPnGP9mWEWNXv0XZbkxCt0i5RZ4txoOM0lI4Lyvwv4aQVa-vwmy3PrL7o/s1600/tortura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKytBIStjj9vuepWkLk7OKpS4bvbPNstT_nJKy2tq9nEuSMmlnSRAVx_lqfjqSbjAIbdWrKCSSmu7sO5aWrOqPnGP9mWEWNXv0XZbkxCt0i5RZ4txoOM0lI4Lyvwv4aQVa-vwmy3PrL7o/s400/tortura.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">He llevado muchas veces a mis hijos a los partidos de futbol. Tenía que levantarme pronto los sábados por la mañana ya que debían hacer obligadamente una hora de estiramientos y calentamientos. Nunca entendí el sentido y la justificación de esa hora robada a la cama.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se supone que un músculo tiene una longitud ideal desde la que genera una acción más eficaz y está más protegido frente a las lesiones. Si no se estiran los músculos antes de la acción deportiva parece que no se conseguirá velocidad, suficiente excursión. Al músculo se le supone acortado, contracturado, hiperviscoso y es necesario espabilarlo, desperezarlo, situarlo en su longitud óptima desde la que teóricamente es más eficaz y robusto. Los estiramientos, dicen, suavizan además la respuesta refleja de estiramiento, un tono muscular de base mantenido por la actividad neuronal responsable de responder al estiramiento de las fibras musculares (responsable del clásico reflejo rotuliano). Los estiramientos suavizarían esa actividad refleja permitiendo así más longitud de músculo en el ejercicio.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Las biomecánica es muy compleja y me desborda cuando trato de entender físicamente lo que sucede en un músculo cuando está en reposo o se mueve. Hay muchos factores que condicionan el trabajo muscular. Hasta hace poco tiempo la biomecánica lo explicaba todo pero parece que había un factor que se pasaba por alto: la <b>sensación de estiramiento</b>. El límite del estiramiento lo ponen no sólo las propiedades biomecánicas sino también la sensación de "hasta aquí lo tolero".</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Puede que los estiramientos consigan una mayor longitud muscular. Puede que en ello influya el cambio biomecánico inducido pero puede que lo más determinante sea que el umbral perceptivo de tolerancia del sujeto haya variado, se haya adaptado. Realmente no estiramos el músculo sino la tolerancia al estiramiento. Al menos es un factor a considerar. Sucede lo mismo con la rigidez articular. Además de la resistencia física al desplazamiento, a la acción, está la <b>percepción de rigidez</b>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El factor perceptivo es fundamental en la acción. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La biomecánica debe incluir siempre un sujeto que interioriza el movimiento, un cerebro que pone límites en base a evaluaciones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">No hay acuerdo en la bondad y necesidad de los estiramientos. Parece que el calentamiento, el contacto gradual con los escenarios, la adaptación biomecánica, neuronal y psicológica a la acción futura es beneficioso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todavía sigo preguntándome qué sentido tenía la maldita hora de estiramientos de los sábados por la mañana... En nuestra época no estirábamos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Estábamos siempre preparados para echar un partidillo con cualquier objeto que, más o menos, rodara al darle una patada en el cuarto de hora del recreo...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><a href="http://ptjournal.apta.org/content/90/3/438.long">http://ptjournal.apta.org/content/90/3/438.long</a></span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-2400768112800922023.post-71074317252992201392011-04-05T09:39:00.000+02:002011-04-05T09:39:00.620+02:00Contractura y contraccion muscular<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUIGKPKl9w49kPRGu3Rz42cvZKhIV1_qpgQRjuvmLOlsdbE5OcgK8Llcoyq52Xthl__PztYO4K10aq1ivTlcPYqz89KByibfC8tq3DnHhvRjgPWmlR_B-U2KlBagIiWQEPpepQebT560Y/s1600/papeleo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="352" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUIGKPKl9w49kPRGu3Rz42cvZKhIV1_qpgQRjuvmLOlsdbE5OcgK8Llcoyq52Xthl__PztYO4K10aq1ivTlcPYqz89KByibfC8tq3DnHhvRjgPWmlR_B-U2KlBagIiWQEPpepQebT560Y/s400/papeleo.jpg" width="400" /></a></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En el universo del denominado dolor musculoesquelético, independientemente de lo que esto pueda querer decir, se utiliza con frecuencia la palabra <i>contractura</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Me duele</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Tienes contractura</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La <i>contractura</i> abre la justificación para relajar músculos, por ejemplo con masajes. Se supone que un músculo contracturado tiene problemas con su oxigenación ya que cierra los vasos . Ello crea sustancias inconvenientes que contraen más el músculo y generan un círculo vicioso. Eso dicen...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué es realmente, una contractura?</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Habría que preguntarlo a quien utiliza la palabra.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hablando con propiedad, la contractura indica un acortamiento de tejidos blandos que impiden el juego articular normal. El acortamiento puede provenir de la piel (cicatriz), cápsula articular o del propio músculo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si el causante del acortamiento es el músculo se debe, por definición, a una activación del mecanismo de contracción-relajación de las fibras sin que haya habido un estímulo nervioso previo. La contractura muscular sería una consecuencia de un estado de hiperexcitabilidad de las propias fibras musculares.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Existen enfermedades musculares que afectan la delicada trama bioquímica que hace que el músculo se contraiga y luego relaje. Lo ideal es que el músculo sólo se contraiga cuando así se lo ordene un programa neuronal que contiene un propósito, un objetivo. Cada estímulo nervioso desencadena una cadena de reacciones que acaban generando la contracción de las fibras. Tras cada estímulo se recupera la condición normal y queda preparada la fibra para una nueva orden. A veces este delicado mecanismo de contracción-relajación no funciona bien y el trabajo muscular es inadecuado. El músculo permanece acortado más tiempo del necesario.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La contracción muscular es el estado de acortamiento de las fibras musculares generado bien por la propia condición anómala de hiperexcitabilidad del músculo o por efecto de una orden neuronal, adecuada o no, en presencia de patología del Sistema Nervioso Central o en su ausencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La consistencia muscular aumentada no permite deducir que ello es debido a una contractura muscular. Un músculo contraído no permite deducir una condición bioquímica inadecuada (mala oxigenación...), un trabajo excesivo sostenido... Habrá que averiguarlo en cada caso. La palpación de un músculo puede evocar dolor. De ello no puede deducirse que el músculo está contracturado ni sometido a condiciones químicas inadecuadas. Sólo podemos constatar la secuencia: "si palpo dice que le duele..." y proceder a acercarse al por qué en cada caso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El músculo puede estar contraído innecesaria o excesivamente, simplemente porque responde a una orden neuronal errónea, innecesaria, poco económica.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Estás demasiado contraído. Relájate...</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La actividad muscular debiera ser siempre económica. Músculos, los menos posibles para conseguir el objetivo. Sucede lo mismo con los precios y los trámites burocráticos. Lo ideal es encontrar un buen precio para el mismo producto y un escaso papeleo para una gestión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay objetivos mecánicos que necesitan poca contracción muscular. Bastan las propiedades físicas de viscoelasticidad de los tejidos y pequeños toquecitos de pequeños músculos pero el cerebro puede añadir elementos de expectativa, ansiedad, incertidumbre, vulnerabilidad... que emborronan la acción con contracciones musculares innecesarias. Sucede lo mismo con la tensión arterial: aumentos, los justos para conseguir el objetivo de la perfusión de los tejidos. Contracciones musculares, las mínimas para conseguir los objetivos de interactuar con los objetos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los fisios son los encargados de evaluar todas estas cuestiones, palpando, moviendo, viendo moverse al paciente, hablando... </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Puede que haya contracturas. Si las hay habrá que averiguar por qué, con cierto rigor. Luego cada cual procede según considere oportuno.</span></div>Arturo Goicoecheahttp://www.blogger.com/profile/09393248666199275670noreply@blogger.com36