
La IASP es la International Association for the Study of Pain (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor).
Desde hace unas décadas, su comité de expertos cuida la terminología de dolor como una especie de Academia del Lenguaje del Dolor.
El término Dolor está, lógicamente, definidido en el Diccionario y figura en todos los artículos sobre dolor como cabecera.
Dice así:
"El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a daño actual o potencial en los tejidos, o descrito (¿vivido, interpretado?) como tal daño"
Es una definición, para mi gusto, llena de indefinición. Cualquier experiencia sensorial y emocional desagradable puede cumplir con la definición y no ser dolor:
"La sed, el hambre, el frío, el calor, el cansancio. el picor... son experiencias sensoriales y emocionales desagradables, asociadas a daño actual o potencial en los tejidos o descritos en términos de tal daño..."
Creo que falta en la definición el suceso sobre el que gira evolutivamente la percepción de dolor: la necrosis celular, la muerte violenta de las células, un suceso que pone en peligro de muerte a las células sanas vecinas y, por extensión, a todo el organismo por la liberación de la poderosa y letal química intracelular y que es atajada por la respuesta inflamatoria, la bendita inflamación.
La falta continuada de agua y comida, el frío y calor extremo y el agotamiento energético pueden generar dolor, pero sólo cuando se acercan peligrosamente a los límites de la necrosis.
Tampoco me gusta lo de experiencia sensorial y emocional desagradable. Creo que bastaría con decir percepción, un término necesario, incomprensiblemente excluído del Diccionario y de los artículos sobre dolor.
La palabra "descrito" es indefinida y puede dar lugar a todo tipo de interpretaciones. Pretende recoger el hecho de que si bien la "experiencia sensorial y emocional desagradable" es siempre real, puede aparecer en ausencia de daño (no precisado) en los tejidos.
El párrafo que desarrolla el sentido de la definición es preocupante... e incorrecto:
..."Muchos pacientes refieren dolor en ausencia de daño tisular (no precisado) o probabilidad de una situación fisiopatológica (no precisada). Usualmente ello sucede por razones psicológicas..."
Más adelante concluye que el dolor es una experiencia subjetiva que debe ser tomada en cuenta como relato veraz de que realmente el individuo tiene dolor (¡lo contrario sería afirmar que está mintiendo!) pero que generalmente el dolor es ocasionado por causas físicas (no precisadas). La apreciación no es correcta: la ausencia de causas físicas es lo habitual en el dolor crónico.
Sin ninguna pretensión propongo para uso del foro de este blog algo así como:
El dolor es una percepción que expresa una evaluación cerebral de daño necrótico consumado, inminente o imaginado y que fuerza al individuo a una conducta de evitación.
Considero que debemos utilizar (y explicarlo) habitualmente el término de percepción por su profundo sentido neurofisiológico.
Es necesaria la referencia a la necrosis como único tipo de daño que da sentido y rendimiento a la percepción dolorosa.
Toda percepción es el resultado de un proceso evaluativo. Es una decisión cerebral probabilística. La probabilidad varía según sea una necrosis ya consumada, inminente (si no hay una respuesta inmediata de evitación del agente necrotizante, térmico, mecánico, químico...) o, simplemente imaginada por el cerebro.
La percepción es una acción cerebral, un output hacia el individuo, que le prepara e incita a una decisión defensiva.
El dolor no es una sensación que proviene de unos tejidos dañados de cualquier manera. Es el resultado de un miedo biológico, evolutivo, del cerebro a la necrosis tisular. Si hay dolor hay consideración (cerebral) de muerte celular violenta.
La función del dolor es contagiar al individuo ese miedo cerebral y forzarle a una reflexión sobre daño y a una conducta de evitación de dicho daño (consumado, inminente o imaginado)
La indefinición de la IASP recoge la indefinición de las cuestiones fundamentales de la neurofisiología del dolor y, lo que resulta más preocupante e inaceptable: la conclusión de que si no encontramos una causa física o una explicación fisiopatológica (no precisada) es que el dolor sucede por causas psicológicas...
En coherencia con la indefinición de la definición y sus imprecisas precisiones, no se aclara si el estado psicológico responsable es cerebral (inferencia inconsciente de amenaza necrótica) o del individuo (incertidumbre consciente de daño).
¡Qué cestos podemos esperar con estos mimbres...!