Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

Click here to switch to the english version

miércoles, 2 de junio de 2010

Pseudociencias



El mercadillo de los remedios es variopinto. Rebosa teorías y ofertas que prometen el sosiego corporal. Es inútil buscar puntos de confluencia en sus postulados. Cada uno defiende su credo. Fármacos, energías, dietas, meditaciones, relajaciones, manipulaciones, productos homeopáticos, diademas, pulseras, hologramas... todos incluyen una base teórica que justifica la bondad de su aplicación.

Los peregrinos del dolor recorren los puestos analizando las ofertas buscando algo novedoso a fuerza de haberlo probado ya casi todo.

Todos los puestos ofrecen soluciones, remedios, alivio... terapia.

El peregrino no se anda con demasiados remilgos críticos racionalistas. No le hace ascos a lo esotérico.

- Tenía unos tendones montados...

- Me miró el iris...

- Me recolocó las vértebras...

- Me fue muy bien con la homeopatía...

- Me tomo dos calmaplus-plisplas...

Las propuestas oficiales de los remedios están investidas de autoatribución científica. A un lado la Ciencia, es decir, nosotros, y al otro lado un batiburrillo de remedios englobados en el confuso label de "lo alternativo".

Los padecientes se confían, de entrada, a los oficiales.

- Me duele

- Tómese una cada ocho horas...

- Me sigue doliendo...

- Tómese esto otro...

- Cada vez me duele más

- Yo más no puedo hacer... Serán los nervios... la depresión... las neuras...

El padeciente agota la fe en el sistema y prueba las "alternativas". Muchas veces con éxito...

Los oficialistas, los del label científico, hacen un gesto ambiguo de comprensión-desaprobación: "a estos los engañan como a chinos..." En sus revisiones extensas sobre terapias dedican páginas a exponer las indicaciones de cada una de sus múltiples ofertas farmacológicas para, al final, dedicar un piadoso rinconcillo a los remedios alternativos. Allí se apretujan agujas, homeopatías, hierbas, meditaciones y demás. Tres o cuatro renglones para todos. Migajas...

En este bureo no hay lugar para la información sobre la información: ¡tenga cuidado con lo que le cuenten! ¡no se crea nada de todo lo que le ofrecen en este mercadillo!

Una expadeciente de migraña, fibromialgia, fatiga crónica, dolor crónico de un desventurado pie... recomendaba como fórmula para salir del infierno el coger toda la información sobre dolor acumulada en el peregrinaje, meterla en una bolsa de basura... y sacarla a la calle...

A los padecientes les cuesta librarse de lo que han ido creyendo y descreyendo en el camino. ¡Cómo voy a tirar esto...! Tampoco les queda mucho hueco para nuevos credos...

- El cerebro...

- Pues lo voy a intentar... por probar...

A los padecientes peregrinos les cuentas lo del dolor y el cerebro, les das unas hojas para que reflexionen... cogen una cita para revisión, una hora de tiempo público... pero no vuelven... ni siquiera llaman para comunicar sus novillos...

Cogen su hora de revisión, las hojas que informan sobre la información, la meten en una bolsa de basura y la sacan a la calle según van a darse otra vuelta por el mercadillo de los remedios en busca de algo nuevo...

Ayer tenía citadas para la sesión de tarde tres padecientes, una hora para cada una... Sólo acudió una... Es el porcentaje: la tercera parte: dos de cada tres padecientes pasan de cerebro... Mal panorama... La que vino parece que iba mejor... de momento...


11 comentarios:

Sol del Val dijo...

Entiendo y comparto lo que expones en tu entrada.
Yo peregriné durante muchos años por las consultas de neurólogos, acupuntores , osteópatas...
He utilizado diademas, ungüentos varios, almohadas cervicales, preventivos de todo tipo.
Nunca pensé que la solución estaba al alcance de mi mano y aunque yo me dedico a trabajar con personas que habitualmente procesan erróneamente la información y llegan a terapia cargadas con una mochila de creencias e ideas deformadas, no me planteé en ningún momento que una evaluación errónea por parte de mi cerebro podía hacer saltar las alarmas y provocar dolor.
Mi peregrinaje me llevó a la lectura de tu libro, a la comprensión definitiva del problema . Hoy me he levantado con migraña , sólo me ha llevado cinco minutos desactivar las alarmas. El dolor se ha ido. Sigo aprendiendo y peregrinando por los lugares adecuados . Sigo leyendo neurociencia.
Gracias, gracias mil.

Unknown dijo...

Menudo ritmo llevas de publicación Arturo, me encanta! No me he perdido ninguna entrada todavía. Quería comentar ésta en especial, sobretodo para ese intrusismo profesional que aprovecha la desesperación de los padecientes, o llamado también parásitos de la ciencia. Debería haber algun tipo de control respecto a lo "alternativo" porque me he encontrado algunas personas recibir tratamiento de "chamanes" que trabajan con humos, quemando fotografías y otras cosas muy extrañas.
Me parece muy curioso que la técnica que utilizas para desactivar las falsas alarmas mediante pedagogía funcione de ésta manera tan clara. Ayer hablando con una paciente de lupus me contaba cómo antes de un brote hablaba con su cuerpo y cerebro y de esa manera lo calmaba. Le recomendé sobre tu libro y tu Blo, así que espero haberlo hecho bien.
Poco a poco mejoraremos la calidad de vida de los padecientes.

Arturo Goicoechea dijo...

Sol del Val: cuando se capta la idea de la disfunción evaluativa cerebral sobre peligro necrótico y su dependencia de la cultura experta se hace evidente lo sencillo y nos asombramos de no haberlo visto habiéndolo tenido ahí delante...

Ni siquiera las Facultades nos facultan para saber que la función neuronal evaluativa somática existe y que nos puede amargar la existencia.

El organismo está despiezado en trozos para mejor organización de los especialistas y estos van acotando sus terrenos en función de su conveniencia. El cerebro queda libertino para el ejercicio de la candidez.

Yo no caí en la cuenta de todo esto hasta hace unos diez años (tengo 64)...

Saludos

sofitas dijo...

Hola Dr. soy sofia de Argentina. se acuerda? Bueno le escribo para unirme a su grupo de lectores! Estoy desde ayer con migraña asi que me meti en su blog para "recordarme" las razones por las cuales no tengo que tomar nada.. por ahora voy ganando la partida.. saludos!!

José Luis Ferreira dijo...

No tiene que ver con la entrada, pero ha sido noticia el día de hoy. ¿Qué piensas de los que han recibido el premio Príncipe de Asturias y sus investigaciones?

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/cientificos/referentes/lucha/dolor/Principe/Asturias/Investigacion/elpepusoc/20100602elpepusoc_3/Tes

Arturo Goicoechea dijo...

Jose Luis: pensaba dedicarles una entrada. Espero contestarte con ella.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

Sofía: te recuerdo, te recuerdo... Espero que ganes la guerra definitivamente. Es cuestión de poner conocimiento, sosiego y constancia.

Saludos

maimai dijo...

A veces desde la fisioterapia se "mercadillea" con remedios para el dolor crónico, no creo que sea exclusivo de las terapias alternativas.

Creo que una labor importante del fisio es averiguar qué cree el paciente que tiene y desmontar ideas cargadas de errores. No dejo de sorprenderme cada vez que hago esa pregunta: "¿tú qué crees que te pasa?", pero a la vez me parece lógico que lleguen a ciertas coclusiones dada la información que reciben desde varios frentes.

Esta mañana una paciente me comentaba que le daba pánico que la hernia discal tocara el nervio ciático cada vez que se movía. Hemos abierto un atlas de anatomía y así ha visto que los nervios son tocados, estrujados, comprimidos y retorcidos continuamente en todo el cuerpo cuando nos movemos. Si nada pudiera tocar un nervio no podríamos ni caminar...

Desmontar teorías, miedos, imágenes e ideas erróneas del paciente es una labor que el fisioterapeuta puede realizar basándose en la anatomía, la fisiología y la biología del dolor.

El paciente con dolor crónico generalmente incorpora a su esquema corporal imágenes patológicas alejadas de la realidad. Al mostrarle la anatomía real, desenmascaramos errores y le damos al paciente un elemento importante y necesario en esta pedagogía.

arturo goicoechea dijo...

maimai: efectivamente, el mercadilleo no tiene fronteras y la fisioterapia está tan rebosante de pseudociencia en el tema del dolor crónico como la primera. En realidad todo lo que se ofrece habitualmente en el tema del dolor crónico como terapia eficaz y que no incluya una pedagogía moderna, neurobiológica, sobre dolor debe valorarse con cautela y recelo.

Los fisioterapeutas tienen ante sí la oportunidad de corregir falsas creencias y expectativas alimentadas por sus propios compañeros... Es complicado pero merece la pena.

Saludos

Anónimo dijo...

Coincido con maimai y el Dr Arturo: muchas fisioterapias de moda son letales para el tratamiento del dolor crónico no asociado a daño, porque lo único que hacen es reforzar la estructura fóbica del cerebro del paciente con el cuerpo o el entorno del sujeto.

"Muerdes mal", "tus vísceras están torcidas", "tu alineación es incorrecta", "tus huesos se descolocan", "tus fascias están traumatizadas", "te alimentas mal"... me imagino que todos estos discursos, en pacientes con dolor SIN daño, harán las delicias de la estructura bayesiana de la red y lo único que hacen es crear una valoración de amenaza sobre el cuerpo ("mi cuerpo es frágil, es de cristal") que hace caer en picado el umbral del dolor y a la postre, merma las capacidades del sujeto.

lo dice uno aquí que como fisioterapeuta, durante tiempo desgraciadamente fue enfermador profesional sin saberlo de pacientes crónicos.

Dr arturo, algunas inercias en nuestra profesión son fuertes y en parte díficiles de erradicar por la bisoñez e inmadurez académica, científica y crítica de la fisioterapia en españa.

Afortunadamente, en el vicio está la virtud y es precisamente la juventud la que nos permite tener la frescura de reconsiderar nuestras propias convicciones y tener el coraje de cambiarlas.

Muy interesante y oportuna la entrada, muchas gracias!

Arturo Goicoechea dijo...

Oceano mar. confío plenamente en este grupo de jóvenes fisioterapeutas que ha entendido el mensaje sencillo de la función evaluativa, del alarmismo, de la yatrogenia y tiene el coraje de librarse del conocimiento adquirido con esfuerzo y renovarlo con un modelo de organismo integrado, moderno, biológico.

Si se ha escogido ese camino ya no hay vuelta atrás...