Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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miércoles, 30 de junio de 2010

Cefalea ¿vascular? Ya vale...




Generalmente una crisis de migraña contiene dolor de cabeza e intolerancia sensorial, digestiva, individual y social. Un padeciente en plena crisis no está para nada ni para nadie. Ni siquiera para sí mismo. El individuo y su mundo están requisados por y para el organismo.

El cerebro migrañoso actúa como si la cabeza estuviera amenazada y activa los programas que la defienden. Realmente en la cabeza no sucede nada ni va a suceder pero se monta una buena.

Hay veces que además de todo lo anterior aparecen, generalmente precediéndolos, extraños y preocupantes síntomas: zonas del campo visual en las que se pierde visión con destellos, estructuras geométricas quebradas que se van expandiendo, alteracion del lenguaje, hormigueos que se extienden por mano y boca...

En la época de la obsesión por el origen vascular de la migraña se sostenía la hipótesis de que en la migraña las arterias primero se contraían, comprometiendo el aporte de sangre al cerebro y creando problemas visuales, del lenguaje o sensitivos, para después dilatarse violentamente originando dolor.

Cuando la crisis de migraña se precedía o acompañaba de estos déficits (visuales, lenguaje, sensitivos) se denominaba: "migraña clásica o migraña típica". Era una buena etiqueta pues nos permitía a los neurólogos tranquilizar a los padecientes. Si sólo había dolor, intolerancia sensorial y/o digestiva hablábamos de "migraña común".

En ocasiones la crisis de migraña sólo produce las alteraciones visuales, del lenguaje y sensitivas. Antaño no se consideraba esa situación como migrañosa. Ahora sabemos que existe la migraña sin dolor, vómitos ni intolerancia sensorial. Sólo alteraciones visuales, lenguaje o sensitivas...

Los autoproclamados, autocomplacientes e impresionantes avances en el conocimiento de la migraña han permitido cambiar las etiquetas. Ahora a la migraña clásica (típica) se le denomina "migraña con aura" y a la común: "migraña sin aura". A la migraña sin dolor: "migraña disociada".

Los padecientes no se hacen una idea clara de lo que es el aura. Todavía les ronronea la información del origen vascular y siguen pensando en arterias estrechadas que no dejan pasar la sangre. Hay muchos, muchísimos médicos, que también lo piensan.

Aplicando nitroglicerina se produce una vasodilatación arterial. En las personas no migrañosas no aparece la crisis. En la mayoría de los migrañosos la nitroglicerina desencadena la crisis migrañosa. La deducción aparentemente lógica es que eso prueba el origen vascular del dolor: si vasodilatas, desencadenas la migraña... si eres migrañoso. Un migrañoso es alguien que tiene las arterias sensibles, inflamables, excitables. Aplicas un estímulo vasodilatador y se desencadena la reacción hipersensible de la constricción primero y la vasodilatación después. Más claro, agua...

Antes se podían formular hipótesis y comprobarlas en experimentos con animales. Ahora podemos poner nitroglicerina a migrañosos y controles y ver qué ocurre con los calibres de las arterias y el flujo sanguíneo. Pues bien, aparece la crisis únicamente en los migrañosos pero no se correlaciona con ningún cambio arterial de calibre ni de flujo. Las arterias de controles y sanos muestran la misma respuesta lógica inicial pero no durante la crisis.

Muchos migrañosos, especialmente cuando el dolor pulsa, piensan que sus arterias están sometidas al estrés del martilleo violento de la sangre sobre una pared arterial sensible. Eso les inquieta y a veces temen que alguna arteria reviente. Las arterias no corren ningún peligro en la crisis pues no sucede nada amenazante. Simplemente los sensores de daño (nociceptores) de la pared arterial están activados y generan señales falsas de amenaza que confunden a un cerebro hipersensible, atemorizado por su predicciones alarmistas.

Por la consulta pasan residentes de otras especialidades para adquirir conocimiento sobre Neurología. En una ocasión comenté con con una de ellas, migrañosa con aura, fiel creyente de lo que le habían enseñado, que la migraña no tenía nada que ver con constricciones ni vasodilataciones arteriales...

Al cabo de unos días confesó su condición migrañosa (con aura) y lo que había sucedido. Se inició, como siempre, la alteración visual. Ella pensó: "ya están mis arterias..." pero ahora disponía de otra información: "no son las arterias..." El déficit visual fue más breve que en otras ocasiones... "Bueno, a las arterias no les pasa nada, según me ha contado el neurólogo... no se vasodilatan..."

El dolor no apareció. La sospecha vascular se había diluido. Desde entonces (y esto hace ya bastantes años) no ha vuelto a tener crisis migrañosas, con aura, sin aura ni disociadas...

¿Por qué se sigue afirmando que los migrañosos tienen las "arterias inflamadas"?

1) No es cierto

2) Promueve el alarmismo neuronal, es decir, la migraña...

6 comentarios:

Sol del Val dijo...

La primera vez que tuve una "alucinación visual" en forma de figura geométrica que se iba expandiendo me asusté mucho. Fue hace años, no sabía que estaba pasando pero suponía que nada bueno. Cuando se lo comenté al neurólogo me dijo que aquello era un escotoma y que SIEMPRE tenía que preceder a una migraña. Aquella observación me preocupó todavía más porque mis auras nunca iban seguidas de migraña. Aparecían y desaparecían sin más.
Me asusté más todavía.

Me doy cuenta que a lo largo de mi peregrinaje migrañoso todo ha ido siendo cada vez más grande: mi preocupación, mi miedo, mis dolores, mis auras, la frecuencia de la migraña, la toma de analgésicos, la intentona de los preventivos....hasta que construí un monstruo de siete cabezas que me acompañaba por la vida y que siempre estaba dispuesto a atacar.

Poder entender que a mis arterias no les pasaba nada me tranquilizó enormemente, entender la migraña como el producto o resultado de un error evaluativo cerebral y saber que podía corregirlo supuso poder recuperar el control.

Yo fui socia de la AEPAC durante un tiempo en una de esas intentonas mías de conocer más y entender mejor. Me sirvió para nutrirme de más información alarmista, de más testimonios descorazonadores, de más frustración a cada tratamiento preventivo que no funcionaba. me hizo sentir que tenía muchos compañeros de viaje pero todos o casi todos resignados, hartos, frustrados, con un montón de métodos probados sin éxito a sus espaldas.

Cuando leí tu libro me pareció terapeútico darme de baja en la asociación. No quería asustarme más.Antes les envié un correo pidiéndoles que incluyesen tu libro en la bibliografía recomendada en su página....silencio.

Efectivamente, no hay verdades universales pero sí búsqueda de conocimiento desde la neurociencia.

arturo goicoechea dijo...

Sol del Val: como siempre, aprecio tu valiosísimo testimonio. Mi experiencia con los foros de pacientes es bastante decepcionante en el sentido de que no consigo una mínima aceptación de las propuestas de la neurociencia.

Entiendo su postura pero da rabia e impotencia.

Saludos

Araceli dijo...

Me gustaría dejar constancia de que estoy totalmente conforme con lo que comenta Sol del Val. Sobre todo coincido en en segundo y tercer párrafo. Mi monstruo me convirtió en una inválida muchos días de mi vida.

Fue leer el libro y comprenderlo todo. Ya estamos en julio y sigo sin migrañas. Casi todos los días leo las entradas para seguir aprendiendo.

Comprendo su impotencia Dr. yo misma la experimento con mis conocidos migrañosos. Como usted dice, ellos sufrirán las consecuencias. Me gustaría poder serles útil pero es difícil cambiar las ideas.

Como siempre, muchas gracias.

Julio Rodríguez dijo...

Buenas tardes, desde los 6 años soy migrañoso y tengo ya 51 años, el deseo más grande de mi vida no es tener un deportivo, gran chalet... es menos opulento que todo eso, es sencillamnete vivir libre de los dolores de cabeza tan invalidantes,
doctor, cómo puedo dejar de ser migrañoso ( no me importa cambiar de chaqueta ).

Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

Julio: Sol del Val y Araceli han dado testimonio de su proceso de desmigrañización. Han adquirido información sobre neurobiología del dolor, es decir, han modificado las expectativas y creencias cerebrales sobre amenaza a la integridad de la cabeza y han mejorado.

Puedes leer mi libro: "Migraña, una pesadilla cerebral" Ahí explico de forma inteligible cómo es el proceso de desprogramación-reprogramación. Lo que el libro propone es radicalmente distinto a lo que habitualmente se propone.

Cualquier duda sobre el tema puedes exponerla en el blog.

Saludos

Anónimo dijo...

hola soy Ismael y padesco migraña desde los 16 años ahora tengo 47 y sigo sufriendo de este terrible mal, aveces es tan fuerte el dolor que pienso en un remedio drastico
pero no me atrevo. he consultado con varios medicos pero solo lo controlan y no lo curan.Mi preocupacion y miedo es cuando aparese de repente y con mucha fuerza al grado de probocarme bomito y mareos. bueno ustedes lo han de saber. reciban saludos.