Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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miércoles, 9 de junio de 2010

Policía probabilística



- Le pongo una multa. Está el día algo nublado y hoy hace un mes que le puse la anterior. Si no la paga al momento la cuantía irá en aumento. Le retiro el permiso de conducir durante dos días...

La policía probabilística no espera a que se cometan infracciones. Calcula posibilidades teóricas sin demasiadas reservas respecto a la probabilidad.

- Es poco probable pero si sucediera sería terrible. Más vale curarse en salud. No entre en el coche... podría matarse...

La policía probabilística saca sus conclusiones apoyándose en conductas punibles previas propias y ajenas y en lo que se dice de los que tienden a cometerlas, quiénes, cuándo, dónde...

El ciudadano sólo sabe cuándo y dónde le ponen la multa.

- Hoy es martes y he andado con el coche de aquí para allá... probablemente me caerá una multa...

El posible infractor no cuestiona la justicia de la penalización.

- Algo habré hecho para ser multado... aunque no he dado con ello...

Los expertos en multas ofrecen todo tipo de sugerencias sobre causas: genes infractores, alimentos, falta de sueño reparador, intención de viajar, energías, males de ojo... el chocolate... y ofrecen consejos para reducir el número de multas o, al menos, su cuantía a la vez que entrenan al infractor potencial a sobrellevar su condición.

- Tiene que aceptar su condición de multado reincidente, pagar y dejar de pensar constantemente en ello.

Los expertos en infracciones analizan con cámaras la conducta del ciudadano en los días penalizados...

- No ha hecho usted nada punible pero, por lo que me dice, en su barrio hay una policía patológica a la que se le va la mano, es hipersensible a la posibilidad de que se cometan infracciones...

Hay ciudadanos que se rebelan...

- ¿Por qué quiere ponerme una multa si no he hecho nada? Ni siquiera tengo coche...

La policía probabilística no tiene sentimientos. Aplica friamente expectativas y creencias sobre posibles infracciones... y si ve que el ciudadano paga la multa refuerza su convicción de que efectivamente existía esa posibilidad. Por ello es importante la rebelión, la presunción de inocencia...

  - ¿O sea que no tiene coche? Si usted me asegura que es así...

Es importante hacer ver a la policía que el día de las sospechas no ha sucedido nada. Eso hace que la presunción de infracción vaya girando hacia la de inocencia.

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Hoy hace un día soleado. Seguramente tendré migraña... Me tomo por si acaso un par de calmaplus plisplas.

Las neuronas son células tocadas por la vocación anticipadora. Memorizan lo sufrido, observado y escuchado y construyen expectativas (posibilidades) y creencias (convicciones) de las que se derivan encendidos de programas defensivos (multa y requisamiento de la licencia) y apagados de la intención del individuo (coger el coche).

El cerebro protege al individuo de lo que teme pueda suceder. Los expertos habitualmente alimentan el recelo cerebral dando por sentado que algo habrá para que se produzca la penalización. Cualquier variable individual puede ser un motivo, un encadenante...

No sea pichón. No pague. Exija una explicación. Defienda su inocencia. No deje que sea la cultura la que legisle. Reclame derecho natural, biología...

8 comentarios:

Sol del Val dijo...

Me ha encantado la entrada.
No sólo es inconveniente no rebelarse ante las multas y la policía.Es realmente perjudicial andar por la vida con la etiqueta de infractor. Esto conlleva sentirse permanentemente culpable, patoso, descuidado e irresponsable, además de sentir una tremenda impotencia ante la autoridad.
Esta etiqueta en la que nos sentimos profundamente reconocidos se alimenta además de la información y educación vial que los expertos nos dan cuando acudimos a ellos para que nos orienten y reeduquen en nuestros malos hábitos como conductores.
-Es mejor que no coja el coche, que se aisle, que se quede en casa, sea prudente. No está en condiciones de conducir.
Hemos de librarnos definitivamente de las etiquetas, del miedo a conducir, de las leyes aprendidas hasta ahora, del miedo a las multas sin fundamento, de las explicaciones del policía, de sus regañinas.
Aprendamos a defendernos,a rebatir, a argumentar con contundencia, recurramos las multas, cojamos el coche sin miedo, con seguridad y sintámonos dueños de nuestro viaje.
Gracias siempre.

Arturo Goicoechea dijo...

Sol del val: la entrada ha ganado mucho con tu comentario-arenga. Muchas gracias.

cari dijo...

Me ha hecho reír Dr... Me sumo al pogo con Sol del Val.
Saludos.

LOURDES dijo...

Hola Dr; a mí como ya supondrá también me ha gustado mucho. Siempre me encantaron sus ejemplos de policías dispuestos a multar a diestro y siniestro.
Yo también me he hecho otra idea al respecto, que no sé si puede ser válida a efectos prácticos.
Para mí, la policía- alarmista- que nos recuerda constantemente nuestras presuntas infracciones y el posible resultado punitivo SON LAS CREENCIAS, alimentadas en nuestro proceso de aprendizaje por toda la mala información de manos supuestamente expertas, entre otras causas.
Pero quien decide finalmente si existe infracción y ,por lo tanto, condena, es nuestro Cerebro bien informado. Y digo bien informado porque hemos recabado pruebas (neurociencia y biología del dolor, a fin de cuentas racionalidad) que le hemos mostrado al "juez-cerebro", el cual al final decide poner orden en la sala de las neuronas y no condenarnos por falsas infracciones.Esta vez el juez cerebro valora y no se equivoca.
Saludos y a la espera de otra entrada.

Anónimo dijo...

Pues sí, aunque como muchos lo leo a diario, esta entrada me ha parecido excepcionalemente buena. También la de ayer, la del cerebro-doctor, me encantó. Gracias.

Arturo Goicoechea dijo...

Lourdes: la racionalidad es, como sugieres, lo que nos inmuniza frente a la barbarie cerebral. Desgraciadamente la cultura, en este terreno del dolor sin daño,siembra el espacio informativo de absurdos disfrazados a veces de Ciencia...

inaki dijo...

Sin dudas, el símil punitivo policíaco es rotundamente elocuente.

Es lamentable sin embargo que día a día en lugar de profundizar en el conocimiento, se de en muchas instancias marchamo científico a supercherías y creencias varias.

Pongo un ejemplo del que he tenido noticia hoy mismo. En el Diario de Álava, en la primera hoja, junto con la información meteorológica acompaña un apartado encabezado por el título "Meteorología y salud". En esta sección aparece una tabla donde entre otros valores (cardiovascular, polen, rayos UV) figura uno expreso para la migraña donde se evalúan las posibilidades de sufrirla (mal, regular y bien). A tenor de dicha valoración, hoy por ejemplo, la posibilidad de sufrirla es moderada.

Ni qué decir tiene que todo este tipo de desinformación hace un daño inmenso ya que contribuye a reforzar esa red de creencias infundadas de los padecientes que tanto insistimos es preciso desarticular.

Arturo Goicoechea dijo...

Iñaki: gracias por aportar esa delirante reseña de riesgo de padecer migraña. Creo que se merece una entrada.