Ayer me tocó debatir en la consulta con dos padecientes (dolor generalizado y cabeza) sobre causas y remedios de su sufrimiento.
Cada una defendía sus convicciones, avaladas por lecturas o titulaciones. Creo que no conseguí ningún resultado. En ocasiones el padeciente trae el diagnóstico en su mente y lo defiende a capa y espada pretendiendo incluso atraerte a su causa.
Para el dolor vale todo. Energías, conjunciones astrales, cambios de tiempo, contracturas, alimentos, genes, serotoninas, histaminas... todo menos neuronas organizadas en una red que trata de interpretar la realidad y decidir qué es lo más adecuado para proteger la integridad física del organismo.
Uno puede seleccionar orígenes y terapias a gusto después de probarlo todo. El organismo no funciona como funciona sino como uno quiere...
El conocimiento sobre organismo ha ido acumulándose trabajosamente a lo largo de la Historia de la Humanidad. Se sabe mucho, a Ciencia cierta, ignoramos más, también a Ciencia cierta, pero hablamos mucho más aún según nos dé el aire mental.
El viento Sur, ¿por qué no?, explica de forma creíble el encendido del complejo sistema nociceptivo que vela por la evitación de la necrosis (muerte celular violenta) en la cabeza. La humedad, ¿por qué no? aviva el reuma y aflige las articulaciones. No importa que estas estén siempre mojadas. No es bueno que los animales terráqueos se mojen. Los climas secos siempre se han vendido como saludables. En Euskadi hemos soportado el azote de las lluvias, las nieblas y el sirimiri mientras en la vecina Rioja disfrutaban de tiempo seco. En verano, muchas familias se desplazaban allí por motivos de salud... Bueno, algo de vino se bebía, no nos vamos a engañar...
Comer ternera, zanahorias o queso curado, ¿por qué no? puede explicar el dolor...
Habría que poner orden en esta feria de las creencias y separar lo que se sabe, el acervo de conocimiento fiable de nuestra especie, de lo que se dice saberse, el ruido de fondo del cotilleo sobre organismo.
- ¿Por qué va a tener usted toda la razón? Puede que en parte la tenga pero YO también tengo derecho a estar en lo cierto, al menos en parte... esto es una Democracia...
La razón, en estas cuestiones biológicas, no es algo que debe repartirse equitativamente entre los aspirantes a tenerla, en rigurosos turnos pero está muy extendido el concepto del derecho a tener razón, independientemente de que se tenga.
Cada quién tiene derecho a pensar lo que quiera, sea racional y demostrado o absolutamente descabellado. Allá él. Decidimos el lugar de residencia física y mental según nos apetezca pero esa decisión no sale gratis. Nos tocará apechar con lo decidido y sus consecuencias.
- Podríamos debatir todas las propuestas, organizar encuentros paritarios entre los creyentes diversos y adversos. Comprendernos, ceder cada uno parte de su razón y dársela al otro, democratizar por el voto la posesión de la verdad, según los resultados... dialogar sin desmayo hasta dar con el consenso...
- ¿Cerebro, neuronas? No me convence. No estoy de acuerdo. YO creo... Hay mucha gente que también cree que...
- Me ha dicho el médico...
- Yo también soy médico...
- Conozco a una que le fué bien...
- He oído en la tele...
Cada credo tiene sus seguidores. Cada credo tiene su bandera, sus colores... Algunos ciudadanos no tienen credos establecidos, andan dando tumbos buscando algo que les convenza, algo a lo que vean lógica, racionalidad, algo que convenza aunque no convenga. Este grupo de padecientes es el que puede beneficiarse de la oferta pedagógica sobre neurobiología del dolor.
El encuentro con uno de esos ciudadanos afines es siempre gratificante. El desencuentro con el padeciente descreído de credos ajenos y prisionero del propio es insufrible por la sensación de impotencia.
Ayer prevalecieron los desencuentros. Puede que sea el tiempo. No para de llover... puede que eso afecte a las creencias...
23 comentarios:
Yo fui una de esas padecientes que dieron tumbos de un lado a otro buscando no sólo una solución sino una explicación.
En todas partes encontré profesionales dispuestos a venderme todo tipo de remedios infalibles para mis migrañas. Nada me funcionó. Todo parecía ir bien al principio pero "algo" hacía que el dolor volviera. Cuando eso ocurría no me planteaba que la terapia no fuera adecuada sino que solía atribuir el fracaso a algo que se me había escapado, algo que había hecho mal, alguna variable que no había controlado. Mientras iba peregrinando por las librerías, las consultas de disciplinas varias y las asociaciones de padecientes. Al mismo tiempo crecía mi decepción, mi frustración, mi tristeza e iba tomando más fuerza la idea de habitar un cuerpo enfermo y sin remedio.
En ese viaje a través de la migraña busqué siempre explicaciones. Nadie me contó nunca nada coherente. Eran explicaciones difusas que hacían aumentar mi culpabilidad, mi miedo, mi creencia de que aquello estaba fuera de mi control.
Sólo encontré una explicación coherente, lógica, con fundamento cuando encontré tu libro, tu blog. Me hizo ver claro, ponerle racionalidad y control al asunto. Investigué más , leí más, adquirí conocimiento.
Yo también me encuentro con muchas personas que tienen migrañas, les recomiendo el libro, el blog, les digo que abran bien las orejas, que se empapen de ciencia, que barran lo aprendido hasta el momento. Algunos aprenden, entienden, otros....prefieren seguir creyendo en lo que no les ha servido hasta el momento, les da más seguridad y achacan mi cambio a sugestiones mías, me miran raro.
No hay una fórmula mágica para que la pedagogía sirva a su fin pero sí algunos ingredientes, ganas de aprender, una mente abierta, flexibilidad, motivación para el cambio.... y desde luego entender que la neurociencia no es una cuestión de fe.
Saludos.
Efectivamente, como apunta Sol, en ocasiones mostramos una querencia natural hacia las creencias en la medida que entendemos que nos aportan seguridad, refugio, "mimitos" en definitiva.
Pero nada más lejos de la realidad. La auténtica seguridad, a mi juicio, se construye sobre la duda racional; la que aporta el dogma es simplemente "atrezzo".
En mi experiencia, este tema se parece mucho a los problemas emocionales que puedo ver en consulta, como ataques de pánico o depresión. Hay una defensa a ultranza similar respecto a los desencadenantes y las explicaciones externas que alejan toda responsabilidad. Y creo que esto es así, porque de lo contrario no se podrían justificar decisiones y/o actuaciones que se han llevado o se estan llevando a cabo. Por ejemplo: cuando me cure haré tal o cual cosa, o hice esto porque no podía hacer lo otro....
Hay una defensa a ultranza, al menos en lo que yo veo, porque de lo contrarío tendrían que realizarse muchos cambios, y realizar un enorme esfuerzo, productivo, eso si, a medio y largo plazo, pero ya sabemos lo que nos gusta a los humanos el beneficio inmediato hipotecando el futuro.
Saludos.
También creo que una de las razones principales por las que no se atiende a la neurobiología es porque hay una tendencia a depositar en los demás el trabajo y no hacerlo por nosotros mismos; preferimos-sobre todos los que han sido crónicos- un remedio inmediato y una causa probable que no nos complique mucho la vida. Pero que no se engañe nadie, tanto en el dolor como en todas las facetas de la vida, no existen los cambios inmediatos y menos aun sin esfuerzo.
Como Sol, fui peregrinando en busca de una posible causa de mi migraña, aunque dicho sea y a "toro pasado" nunca me convenció el hecho de que no se hallara nada físico y tuviera que creer sin más en una enfermedad misteriosa que no tenía cura. Seguía investigando, pero las doctrinas oficiales no hacían sino reforzar la migraña, pues al final tanto se empecina uno en buscar una causa que se la encuentran: ATM, hipófisis, estrógenos, prolactina... Para algún gran especialista todo cuadraba, tenía migraña por todas esas causas, y no voy a negar, que casi al final de mi periplo, al principio ello me confortó notablemente.
Pero como decía no nos engañemos, al final tantos desencadenantes supusieron la cronificación de ese estado irracional, y con la cantidad de medicamentos que tomaba, me dije: esto no tiene sentido. ¿porqué me duele cada vez más? Cada vez me convencían menos esos supuestos expertos, unos porque me culpaban a mí y otros porque culpaban a todo lo que me rodeaba. Y así llegué a ud y su libro,gracias en parte a que fui peregrina y no me convencí nunca de esa enfermedad misteriosa, y fue lo único que realmente tenía sentido.
En democracia evidentemente todos no están de acuerdo, pero si proporcionamos bases y conocimientos, por lo menos que cada cual pueda elegir, cada cual es libre con sus actuaciones y sus consecuencias. Camino rápido = pastilla y dolor cíclico. Conocimiento = racionalidad.
Saludos Dr., y todos los días no llueve, incluso allí sale el sol.
Por cierto, Dr. le paso este link, que habla del blog: http://pacotraver.wordpress.com/2009/04/29/arquetipos-celulares-y-dolor-neuropatico/
Aunque soy de los que he encontrado "grato refugio" en estas tesis, quisiera a la luz de esta entrada "ejercer un poco de abogado del diablo" y exponer una idea que llevo tiempo rumiando:
No me gustan las verdades absolutas. Voy a ser franco: a mí como terapeuta me gustan estas explicaciones de neurobiología del dolor, porque después de mucho mirar, son las más razonables que he encontrado. Supongo que a vosotros, como terapeutas y como pacientes, también.
Soy una persona racional que busca siempre comprender el por qué y sólo quedo "satisfecho" cuando encuentro una explicación lógica de las cosas ¿Es posible que a mí me sirvan porque esto es lo que buscaba mi sistema de recompensa?
Es decir: si un paciente tiene ferviente convicción en las energías, la explicación neurobiológica, por muy racional o "verdadera" que sea, no encaja con lo que demanda su sistema de recompensa. Su cerebro desactivará el programa dolor cuando escuche un "verso energético" o se le aplique una terapéutica de esta índole.
Según este razonamiento, "lo que cura" no sería "saber la verdad", sino dar la información exacta al paciente concreto. Mi pequeña experiencia con la pedagogía del dolor me sugiere precisamente esto: los pacientes como Sol del Val, que "quieren una explicación lógica y racional", y no les convencen las explicaciones más o menos peregrinas, son precisamente los que más mejoran... es decir, ¿los que encuentran lo que buscan?
Según este razonamiento, se podría catalogar el subgrupo de pacientes a los que la biología del dolor les funciona: los más "racionalistas"...
pregunta perversa: ¿esta pedagogía funciona entonces porque es verdad... o simplemente porque satisfacemos su sistema de recompensa?
no sé si ha quedado claro lo que he querido decir.
Pienso que es mas determinante y anterior la incapacidad para afrontar con responsabilidad en el propio proceso y en consecuencia, la busqueda de una solución rápida de un remedio exterior, que el sistema de recompensa, secundario a mi parecer.
De hecho, me parece que nuestra tesis es poco creible para la mayoria de los pacientes porque, de pura lógica-secillez, va contracorriente en un sistema contaminado por tanta información; es decir, dudo que la gente tenga expectativas sobre el tratamiento basado en la educación.
Lo que planteas Oceano_mar, me lo he preguntado también. Pienso que hay que adaptarse a cada paciente y sus expectativas. Hay que ser comprensivo con el paciente, es fruto de la educación y cultura que ha recibido. Yo intento en primer lugar explicarle la tesis de neurobiologia del dolor, les ofrezco lo que creo que es mejor, pero el paciente decide. Algunos, vuelven, y tras probar otras cosas, empiezan a tomarse en serio las explicaciones iniciales. Tenemos muchos instrumentos terapéuticos para dar a cada cual lo que pide. Incluso muchas aplicaciones, que sabemos que actuan como placebo "cualificado", es mejor administrarlos dosificados por nosotros que dejar al paciente desprotegido entre tantas terápias milagro....pero hasta este efecto placebo lo he logrado comprender mejor desde la neurobiología; antes me negaba a hacer algo que no considerara "razonable" y verdadero. Eso sí, durante el tratamiento, siempre trato de informar y derrumbar falsas creencias sobre su proceso y catastrofismos que el paciente ha acumulado por una información dañina.
A la pregunta de oceano mar, como terapeuta creo que funciona porque encontramos un sistema de recompensa, otro, pero si un sistema de recompensa.
Sol del val: como siempre, gracias por tu comentario testimonial. Me parece muy oportuna la última reflexión de que la neurociencia no es una cuestión de fe.
Jesus: efectivamente, tendemos al corto plazo y a dejarnos llevar por la tentación de la atribución a factores que nos eximen de la responsabilidad y el esfuerzo.
Saludos
Lourdes: de momento sigue lloviendo. Defiendo el derecho a la racionalidad y la obligación moral del profesional a facilitarla. Es neurosaludable.
Saludos
Oceano mar: la pedagogía funciona porque desactiva el sistema de creencias erróneas sobre las que el cerebro calcula probabilidades de necrosis (lógica bayesiana) que dan lugar al encendido innecesario del programa dolor.
Cualquier otra propuesta mantiene el error evaluativo y necesita acoplar un error de signo contrario, el terapéutico.
Saludos
Gracia: el sistema de recompensa está para potenciar las conductas que la red, en su conjunto, evalúa como necesarias. En su labor de promoción, el sistema puede animar a conductas de consumo de fármacos, tabaco, droga, masajes, y todo tipo de supuestas terapias restauradoras de no se sabe bien qué disturbio.
No es necesaria la activación del sistema de recompensa cuando se ayuda al cerebro a interpretar correctamente lo que sucede en la trastienda neuronal del dolor. Simplemente estamos dotando a la red de una base de conocimiento que mejora su racionalidad, el acierto en el encendido de programas.
Saludos
fisiograna: hay mucho debate sobre si debemos acoplarnos a las expectativas del paciente par optimizar nuestra ayuda. Creo que no estoy de acuerdo en modificar los contenidos informativos. Lo que hago es adaptarlos a cada paciente pero creo que es mi obligación trasladarñe mis convicciones. Tiene derecho a ser informado de lo que consideramos es, no sólo verdad, sino relevante para devolverle a la normalidad.
Saludos
En mi caso busqué sin descanso. En todas partes me dieron lo que estaba buscando, un remedio inmediato para mi dolor de cabeza. El error estaba en la información de base, en la creencia que yo tenía sobre el problema. Sólo encontré la solución cuando cambié la creencia.
Me acuerdo uno por uno de todos los profesionales y otros bichos vivientes que me aseguraron haber encontrado el Santo Grial. Ninguno me habló de creencias,de cerebro, de cultura migrañosa. Sólo me ofrecían lo que yo buscaba, dejar de pasarlo mal. Yo no busqué nunca cambiar mis creencias porque nunca pensé que estuvieran equivocadas.
Hay personas que tienen dificultad en cambiar sus creencias acerca de las cosas. No es fácil. Hay que trabajar mucho, hay que reconocer que uno no estaba en lo cierto, que le han engañado o se ha dejado engañar. Cuando uno cree firmemente una cosa y además la ha ido alimentando después de muchos años de conocimiento e información (en este caso errónea acerca del tema)es necesario desdecirse en muchos foros, aguantar las caras de la gente cuando comunicas tu hallazgo y escuchar que probablemente lo que te pasa es que tu mente, desesperada en tu peregrinaje migrañoso está secuestrada por un iluminado que se ha inventado esto para vender libros (esto último me mosquea sobremanera)
Siempre busqué activamente pero siendo paciente, nunca tuve el control. Para mí ha sido una de las claves fundamentales.
Saludos.
Hola Arturo, sigo firme nutriendome del blog. Al menos en calidad de oyente.
Pero hoy quería contarte que ando con una contractura cervical feroz hace unos días, suele ocurrirme en los días previos a la menstruación.
Siguiendo tus lineamientos, he seguido con mi vida como si no estuviera ahí, pero el dolor insiste en despertarme a las 5 de la mañana, así es que hoy decidí conseguirme una indicación médica para hacerme unas sesiones de fisioterapia.
De más está decirte que el traumatologo al que recurrí -periferalista a ultranza- me dio toda una explicación de columna rectificada, nervios molestos por disminución de los espacios de conjunción y como consecuencia músculos mal irrigados, tensos, etc.
Y todo esto debido a posturas que adopto "porque al ser muy alta y delgada y con el cuello muy largo debere acostumbrarme a lidiar con ello de por vida: la elegancia tiene un precio a veces.." (sic)
Era muy bueno escuchar y poder cotejar internamente con lo que voy sabiendo gracias a ti. Y quedarme con lo único que me interesaba en definitiva: la orden para el fisio.
Por supuesto que la indicación es de ultrasonido, masajes, calor, que por lo que leo en el blog no es muy efectivo. O si?
Y en el caso de que pueda tener voz y voto con el fisio, qué me recomendarías que le pidiera para aflojar un poco el agarrotamiento? No quiero abusar de tu ayuda, pero tampoco contradecir este tratamiento que voy llevando contigo.
También me dio un miorelajante para dormir mejor hasta que afloje el dolor: carisoprodol es la droga. No estoy tomando ninguna otra medicación. Creo que esta noche me lo tomo y mañana te cuento.
Gracias por esta posibilidad de contarte y saludos, claro.
P.D.: Mis condolencias a la Madre Patria por el 1 a 0.
Cari: pobres garzas y flamencos si fuera verdad lo de los cuellos larguiruchos.
Al parecer tu fisio tiene poderes paranormales que le permiten visualizar el interior con un vistazo y un manotazo. De otro modo no se explica su dictamente de discos, pinzamientos y demás.
Realmente la llamada contractura es, simplemente, un programa cerebral de: ¡inmovilícese columna, peligro!
El progrqama activa músculos inadecuados , desactiva los adecuados y proyecta el dolor para conseguir el objetivo de que el individuo colabore.
Lo que tiene que hacer el padeciente está claro, desobedecer pero tirando del hilo suavemente, calmando con la imaginación y la convicción de que nada sucede el interior del cuello. Deja que la cabeza vaya flexionándose, extendiéndose, lateralizándose, girando, suavemente a la vez que interiorizas la zona con la visualización que prefieras, una rama flexible, algo articulado... elástico y que no se rompe al encorvarse, es decir, tal como es la columna, especialmente la columna esbelta...
Respectoal relajante muscular, es más lo que promete que lo que realmente da, afortunadamente para tí. Un buen relajante muscular es el curare. Lo utilizan, con buenos resultados los indios para relajar el músculo de sus piezas de caza aunque las aterroricen.
Respecto al 1-0, me encanta el fútbol pero, habitualmente, me aburren y sacan de quicio los futbolistas... y las patrias. Puede que la patria real de los jugadores españoles sea Suiza... por lo del patrimonio...
Oceano mar, fisiograna, gracia: respecto a la cuestión de la búsqueda de consenso entre paciente y terapeuta hay un artículo de Manual Therapy, 14 (2009) 665-70 que aborda la cuestión y recomienda "flexibilidad".
Hola Arturo, gracias por tu comentario.
Estoy resucitando al tercer o cuarto día (ya no sé bien) después del "relajante muscular" que más que relajarme, me tuvo baleada.
Es posible que un cerebro fibromialgicante, responda tan desmedidamente a un relajante muscular? Sólo alcancé a tomar una dosis, y ya no pude levantarme.
Más que "conducta de enfermedad" era conducta de muerte. Produjo mucho a nivel físico (efecto megáfono), y también mucho a nivel psicológico (desánimo total).
Con el diagnóstico de fibromialgia, y su medicación (pregabalinas, gabapentinas, tramadol, antidepresivos duales y no duales, etc, etc..) me pasó lo mismo: no es sólo que no me ayuden, es que me matan.
Me producen hipotensión ortostática con sus mareos y desmayos y una sensación de que todo se dio vuelta adentro mío.
Apenas podía leerte, aprender algo más, y reírme con tus ocurrencias, y no mucho más.
Moraleja: Mi cerebro tiene fobia no sólo a mis conductas, hábitos, sino también a la medicación?
Besos Arturo, gracias por acompañar.
Cari: temo que el término "cari-acontecida" surgió para dar cuenta de tu existencia. No dejas de tener cari-acontecimientos.
Espero que llegue el día en que mandes al carajo todo cuanto tenga relación con tu memoria de enfermedad y recuperes la convicción de salud. Eso sí que será un cari-acontecimiento...
Saludos
Me has hecho reír Arturo.
Prometo formular mis preguntas en forma NO-personal de ahora en más.
Por lo que voy de nuevo: En los casos de hiperexcitabilidad central, podría darse también ésta en respuesta a la medicación/sustancias nuevas que ingresan al organismo?
GRacias y saludos.
Respecto a lo que dices de recuperar mi convicción de salud te prometo que lo hago cada día, algo con lo que ni soñaba hasta dar con tu blog hace 2 meses y que ha cambiado mucho mi vida.
Quizás cueste un poco, porque duele, y porque pese a la buena información, debe haber costado menos activar el lío que desactivarlo, como tú dices.
Gracias y besos.
Cari: la hipersensibilidad cerebral puede implicar a cualquier estado, agente, lugar, momento. Los desencadenantes pueden ser múltiples. Lo irrelevante no tiene límite. Lo realmente relevante como potencialmente necrotizante son habas contadas: temperaturas extremas, gérmenes, estirones, compresiones, ácidos, falta de oxígeno. Fuera de esos peligros reales todo lo demás son errores evaluativos de peligro, sostenidos por la cultura.
Losfármacos son sustancias extrañas que entran al organismo y provocan respuestas defensivas variables. La hipersensibilidad no implica daño sino alerta. ¿La receta? la desensibilización. Si a un perro le tocas la campana inmediatamente antes de presentarle la comida acabará babeando con el sonido de la campana pero si dejas de presentarle comida, dejará de babear porque la campana habrá perdido capacidad para predecir comida.
Las convicciones mantienen vigentes las respuestas hipersensibles e impiden la desensibilización. Dales duro con el conocimiento biológico y progresivamente el cerebro irá rebajando el nivel de alerta por posible-probable enfermedad...
Saludos
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