Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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viernes, 4 de septiembre de 2009

El huevo y la gallina




El canal YO proyecta en el misterioso espacio de la conciencia sus programas, con percepción tridimensional y polimodal de la realidad que tenemos delante de nuestras narices. Vemos, oímos, olemos, palpamos y degustamos el mundo y nos sentimos navegando por su espacio-tiempo.

Los rollos del rodaje se someten a un continuo proceso de montaje en el que se integra el material del pasado, el actual y el imaginado. Es la película de nuestra vida, una película en la que es imposible separar con claridad lo vivido de lo soñado, lo pasado de lo por venir.

El cine no tiene sentido sin el espectador.

Ahí aparece usted: lo YO, el espectador. Su misión es la de asistir a la proyección y asentir, disentir, emocionarse, moverse por la sala, sorprenderse, atender, desatender. La película recoge escrupulosamente esos continuos apuntes suyos y, de forma sutil, se producen microajustes que contribuyen a que el espectador en realidad sea también guionista, productor, director y actor.

A la función espectador-director le han puesto nombres: alma, espíritu, mente... Cada uno es libre de llamar a sus criaturas como prefiera.

El proceso es, muy en el fondo, como una reacción química en la que los reactivos, en presencia de energía, dan lugar a un producto. Este producto, una vez formado, se incorpora a la reacción transformado en un reactivo. La reacción tiene una flecha en las dos direcciones.

A Homo sapiens (ma non troppo) le ha dado muchos quebraderos de cabeza el problema del espectador-guionista-actor-director-productor-realizador-crítico de cine.

Descartes zanjó la cuestión (para sí mismo) afirmando que todo era cosa de dos protagonistas o "sustancias": rex cogitans (materia) y rex extensa (pensamiento) aunque no dejó claro qué fué primero si lo extenso o lo cogitante y cuál de ellos cortaba el bacalao.

Nos gusta organizar la realidad en dos grupos: arriba y abajo, antes y después... reactivos y producto. Descartes era, en definitiva, un ser humano, un dualista. La reacción química puede tener varios reactivos pero el producto es el producto y una vez que es producto ya no hay vuelta atrás. Sólo vemos una flecha en una dirección. Así nos gusta verlo.

Para unos los reactivos cerebrales producen mente y para otros es la mente la que produce cerebros (reactivos). Las cosas funcionan de abajo arriba o de arriba abajo.

Los neurólogos dan por sentado que el mundo de las neuronas se produce de abajo arriba, de la periferia al centro (todos los caminos van a Roma): estímulos-flechita-cerebro-flechita-respuesta. Percepción-flechita-reflexión-flechita-decisión-flechita-acción. Causas y efectos.

Los estudiosos de la red neuronal opinan que percepción, cognición y acción son lo mismo. Los neurólogos no quieren saber nada de eso. Organizan las cosas a su medida. Son científicos: de abajo arriba, de las partes al todo. Una dirección. Nada de filosofías.

A lo dicho, el huevo es huevo y la gallina, gallina (ponedora, por supuesto): gallina o huevo... aunque quizás sería más correcto: gallina y/o huevo.

- No tiene usted nada. Es todo normal

- A mí me duele. ¿Qué quiere decir... que me lo monto YO? No me venga con películas.
















13 comentarios:

Unknown dijo...

Hay un libro de divulgación de filosofía llamado "Platón y un ornitorrinco entran en un bar" (es un libro entretenido para gente ignorante como yo)que al hablar del filosófo René Descartes, que en el siglo XVII prefirió la razón a las fuentes del conocimiento divino, y como sabeis conocido por su "Cogito, ergo sum" (pienso luego existo)y que los autores refiren que probablemente Descartes desearía no haber dicho jamás ese "Pienso luego existo". Se basan en las múltiples interpretaciones de ese término desde la filosofía posteriormente. Al parecer Descartes empezó por dudar de la existencia del mundo exterior. Le planteó grandes dudas, porque es probable que estuviera soñando o alucinando por ejemplo. Luego intentó dudar de su propia existencia; pero por más que dudaba se volvía a topar con el hecho de que había alguien que dudaba. Y ese debía ser él. No podía dudar de que dudaba. Así que si hubiera empezado diciendo "Dubito, ergo sum" se hubiera ahorrado muchas interpretaciones posteriores....

todopsicologia dijo...

Hombre Arturo, lo que no me cabe duda es que si se muere la gallina, se acabaron los huevos.
Ahora bien, aceptando el principio de que está viva, no creo que se pueda simplificar el proceso en arriba-abajo, abajo-arriba. Creo que es todo bastante mas complejo, y que incluso hay procesos que generan su vez propia red de relaciones que seguramente se relacionan con entre si con otras redes, vamos, un lio padre.
Luego esta en lenguaje que genera su propio mundo de autoreferencialidad sin la cual el YO no podría existir en forma de esa historia, esa película que nos contamos.

Arturo Goicoechea dijo...

Marga: creo que el pobre Descartes ha cargado con el san Benito del dualismo y no tiene muy buena prensa pero, en realidad, tuvo el mérito de tratar de racionalizar y ordenar la realidad. Desconfiaba de su actividad pensante y de la fiabilidad e la filosofía, de ahí su angustia con la duda metódica que, al final, acababa convirtiéndose en su única certeza.

Damasio trató de contrapesar el ·pienso luego existo" con el "existo luego pienso", es decir el huevo y la gallina...

Arturo Goicoechea dijo...

Jesús: lo que me interesa en este asunto del huevo y la gallina es criticar la visión simplista unidireccional-secuencial de los neurólogos que se organizan sobre un tejido de causalidades tan plácido como falso desde el que se sienten tranquilos jugando a las moléculas buenas y malas, deficientes y excesivas.

Evidentemente la realidad es endiabladamente compleja y poco fiable la forma en la que se proyecta hacia la conciencia.

Paco Traver dijo...

Aqui escribi algo sobre huevos y gallinas;
http://carmesi.wordpress.com/2008/08/19/enaccion-emergencia-sueno-y-creatividad/

Paco Traver dijo...

Me parece Marga que el libro al que te refieres se llama "Kant y el ornitorrinco" y no Platón.

Arturo Goicoechea dijo...

Gracias Paco por aportar tu extensa y excelente aportación al tema. Animo a los visitantes a visitarlo. Comparto la filosofía Varela-Maturana, el concepto de autopoiesis, la enacción y el determinismo estructural.

Unknown dijo...

Gracias Paco, por la sugerencia del libro "Kant y el ornitorrinco" (no lo he leído) es de Unmberto Eco.El libro al que hago referencia, es de divulgación de la filosofía, a través del humor, de dos profesores de filosofía de Harvard, que son amigos, Thomas Cathcart y Daniel Klein y es "Platón y un ornitorrinco entran en un bar"

Germánico dijo...

Nuestro cerebro procesa en paralelo, pero nos empeñamos en verlo todo secuencialmente.

Nuestro cerebro izquierdo es más secuencial. Sede del intérprete de Gazzaniga, busca causas y efectos, agentes y pacientes, sentidos, orden, progresiones....

Excelentísimo post,

Hugo dijo...

Este post me viene de perlas. Hace poco me aventuré a publicar sobre este tema y ahora, sin embargo, creo que estoy más verde que antes jeje.

"En el principio fue el ser, y sólo más tarde el pensar. [...] Somos, y después pensamos, y sólo pensamos en la medida en que somos, puesto que el pensamiento está en realidad causado por las estructuras y las operaciones del ser." (Antonio Damasio).

Aquí es verdad que Damasio se arriesga un poco al decir qué vino primero, si el huevo o la tortilla francesa :P

Un saludo a todos.

Arturo Goicoechea dijo...

Muy amable, Germánico. Se agradece la bendición viniendo del titular de un blog tan apreciado por mí (La nueva Ilustración Evolucionista)

Arturo Goicoechea dijo...

Hugo: hay más ofertas de solución: por ejemplo: antes de la gallina era la gallinita (preformacionismo) pero aun así no evitaríamos la discusión entre gallinitos y gallinitas... afortunadamente.

Hubo también una discusión si primero fueron las proteínas (enzimas) y luego el ADN y/o ARN hasta que se encontró un híbrido funcional, las ribozimas, fragmentos de ARN que tienen potencial enzimático.

Con la evolución de las neuronas sucedió lo mismo: en el principio hubo una célula epitelial, algo más nerviosa (sensible). Se estremecía ante el contacto con la realidad. Era a la vez sensitiva y motora. Con el tiempo la célula sensible se diferenció en más sensible y menos de lo demás y más con el tiempo, la célula sensible (neurona) se bifurcó en una que detectaba (sensitiva) y otra que se movía (motora) y con el tiempo, entre las dos, apareció otra que pensaba antes de decidir ordena un movimiento...

Creo que es un debate estéril aunque divertido. Mi intención es criticar el modelo que utiliza la Neurología para explicar (?)el funcionamiento del organismo. Para ellos está claro que lo importante es no el huevo sino el genoma, el ADN y la gallina (el resto del huevo) es secundario. Un puro efecto del núcleo.

Arturo Goicoechea dijo...

Hugo: para estos casos viene bien el artículo neutro. Te lo recomiendo vivamente: "lo huevo", "lo gallina"