Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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domingo, 6 de septiembre de 2009

Información



La supervivencia exige información, proporcional a la incertidumbre que generan nuestros hábitos y entornos.


Desde que Homo sapiens, una vez maduro, se cayó del árbol, tuvo que espabilar para encontrar comida y no ser comido. Esa nueva condición nos hizo cerebro y culoinquietos, buscadores obligados de nuevos horizontes, gregarios, chismosos y destripadores. Todo por obtener y compartir información. Eso nos ha traído a donde estamos.


Sapiens se ha instalado en la abundancia, el exceso, la cultura de la prevención extrema, el garantismo total.


El pre-sentimiento nos pre-ocupa. Lo posible nos mueve aunque sea improbable.


Los sentidos no están preparados para detectar todos esos agentes y estados amenazantes sobre los que nos previenen nuestros tutores. Conocemos el futuro posible pero no su probabilidad real. Los tantos por ciento se nos dan fatal y sobredimensionamos la amenaza. 


La expectativa ha desplazado al estímulo. Respondemos anticipadamente ante una posible realidad. 


Los síntomas ya no desvelan lo que sucede sino lo que se teme. 


La marea informativa no parece encontrar la medida justa, Los tutores no acaban de saciar su furor preventivo. 


Sapiens se encuentra fatal, cansado, desanimado y dolorido. 


Los tutores lo achacan al estrés, las hormonas, las antenas de móviles, las conjunciones astrales o los ácidos grasos insaturados y recomiendan más información. 


Puede que haya llegado el momento de empezar a hacer dieta informativa, seguir un régimen, para volver a encontrarse bien, en forma.  


El problema es a quién le pedimos consejo para esa dieta.










 

6 comentarios:

Gustavo Psicólogo LP dijo...

Efectivamente, "la distinción información-conocimiento"; o "la dificultad de saber cuándo más es menos". Me gusta mucho un experimento que leí en Tropezar con la felicidad, de Gilbert, en que ofrecer a la gente 26 mermeladas distintas en un super los bloquea y casi nadie compra; si ofreces 5 ya estamos en equilibrio. Este fenómeno del exceso, más la aversión a la pérdida con la que estamos cableados, nos convierte en generadores de ansiedad muy eficaces. La frase final es muy buena; me recordó a la moraleja de un cuento de Jodorowsky: si vas a un terapeuta, primero aclara de qué te va a curar, por si acaso.

Cristina dijo...

Es imposible de todo punto hacer dieta informativa a pesar de poner empeño, cuatro personas me han recortado y entregado un artículo que vino en El Semanal sobre un nuevo tratamiento para la fibromialgia a base de corrientes eléctricas, a la semana me cuentan al menos dos o tres casos de personas "que no tenían nada" y al final les encontraron "algo", y al día ni sé cuántos consejos tengo que escuchar del estilo "quítate de la corriente, que es malísimo para la espalda", vete a tal o cual masajista, quiropráctico, acupuntor, centro de rehabilitación, piscina, pilates, yoga, etc etc. Y mira que lo intento y sonrío y digo que estoy bien, pero soy de esas personas a las que se les nota todo en la cara, así que no me libro de mi ración diaria de "información".

Paco Traver dijo...

Ayer lei no se donde que la epoca actual era la que sin duda aportaba mas incertidumbre (es una idea de la sociedad liquida creo) pero el autor decia que esto ya pasó en la epoca de transito entre el siglo XVI y XVII, la contrareforma, Copernico, la guerra de los 30 años y el descubrimiento de America fue al parecer una epoca de incertidumbres tal que ahora. la diferencia de entonces y el ahora es que además de eso hay publicidad, telediarios e Internet, la informacion crece para taponar la incertidumbre pero en realidad lo unico que obtura esa incertidumbre es el conocimiento.
Es verdad que las enfermedades no están representando lo que sucede sino lo que se teme y ese temor crece en proporcion geométrica a la incertidumbre.
Es verdad que vivimos en un mundo cada vez mas incierto y que la demanda de seguridad aumenta exponencialmente, el problema es que esa seguridad no puede proceder d ela ciencia y menos de la medicina sino de las creencias.

Arturo Goicoechea dijo...

Gustavo: en mi primer año de universitario en Madrid había veces que decidía ir al cine. La consulta de la extensa cartelera daba conmigo habitualmente en el cine del barrio, enfrente de casa, donde volvía a verme en ocasiones el mismo doblete.

Nos cuesta seleccionar y librarnos de lo adquirido, por si acaso.

Arturo Goicoechea dijo...

Cristina: la información se nos agarra a la grasa cerebral y, como sucede con las otras grasas, se cogen más fácil de lo que se sueltan.

El problema se soluciona haciendo ejercicio mental exigente, buscando conocimiento y lógica biológica (evolutiva).

Arturo Goicoechea dijo...

Paco: creo que al igual que adquirimos inmunidad, tolerancia e hipersensibilidad frente a antígenos en el sistema inmune hacemos lo mismo con la red neuronal. Son dos sistemas falibles. Hay condiciones de aprendizaje que los hacen aun más proclives al error. En la red neuronal, la clave reside no sólo en la experiencia, la relación con lo real, sino, de modo importante, con la instrucción "experta", autorizada.