El I congreso de la SEFID (Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor) proclamó por boca de su presidente la necesidad de un cambio radical en nuestras concepciones, aptitudes y actitudes respecto al dolor. El cambio debiera sustentarse sobre el transvase del conocimiento adquirido en las últimas décadas en neurobiología del dolor.
Las intervenciones de las fisios y psicólogas eran coherentes con este propósito. Había referencias continuas a la importancia de las creencias, miedos, afrontamientos de evitación, pasividad... la necesidad de una estrecha y activa colaboración pedagógica entre paciente y terapeuta.
Por fin parecía que Melzack y Wall conseguían plasmar en la práctica su clásica y desatendida afirmación de que el dolor es una percepción compleja en la que se funden componentes sensoriales, emocionales y evaluativos.
El dolor lumbar crónico, en ausencia de daño, por ejemplo, surgiría no ya de desgastes y pinzamientos sino de creencias erróneas cocinadas en el cerebro al amparo de la cultura oficial de los expertos que siguen anclados en la falsa idea de que el dolor se genera donde lo sentimos.
Lo que valdría para la columna lumbar también sería extensible para "las cervicales", los pies, el tórax, los codos... Cualquier rincón del organismo podría ser objeto de una evaluación errónea de peligro por parte del cerebro y ello haría que unos tejidos aptos para el uso quedarían hipotecados por la valoración cerebral alarmista: ¡no usar, peligro de necrosis!
¿Y la cabeza? ¿Por qué duele la cabeza?
Preguntemos a los neurólogos, que son los que saben de eso...
El neurólogo fue desgranando el sonsonete previsible de nuevas etiquetas y propuestas de tratamiento queriendo vender la moto de que se había avanzado considerablemente en el atascado mundo de la cefalea.
Todo iría bien, se lamentaba impotente, si los padecientes no anduvieran a su bola con los calmantes y ordenaran sus desordenados hábitos de vida y sus conflictos laborales, económicos y desafectivos.
En la cronificación de la cefalea los neurólogos ven abuso de analgésicos, automedicación, obesidad (como nuevo y sustancioso aporte), estrés, mucho estrés, músculos contraidos... y poco más.
¿Qué pasa con las creencias? Quizás la cabeza tiene un status especial... No duele por lo que pensamos de ella, por lo que nos han enseñado a pensar sobre lo que la perturba, sobre la meteorología, las hormonas, el estrés (mucho estrés), los alimentos, los viajes, el dormir mucho o poco...
Los neurólogos no creen en las creencias. Son científicos y sus ojos se van tras las moléculas y los músculos. Todo es química.
La migraña es una cefalea noble, genética. Tiene el label de enfermedad. Dispone ya de neuroimagen, con su punto de hemosiderina en la sustancia gris periacueductal. Bastará con afinar un poco lo que vamos sabiendo sobre genes para ofrecer las maravillas de la farmacogenómica.
Lo que no es migraña es "tensional", "de los nervios", la consecuencia de una mala gestión vital por parte del individuo. Puede que los psicólogos y fisios puedan aportar algo con sus psicoterapias y masajes...
El neurólogo debiera haber aportado reflexiones neuronales, abrir las mentes de los congresistas a cuestiones de calado. Percepción, sistema de recompensa, copia eferente, placebo, nocebo, adicción, cerebro bayesiano, toma de decisión, imaginación, empatía, enculturación, cognición social, conducta de evitación, modulación descendente, bidireccionalidad... Había donde escoger. Sobre todo debiera haber participado del espíritu del cambio que definía el propósito del I Congreso.
Desaprovechó una estupenda oportunidad de hacerse preguntas con su conocido caso de dolor regional complejo que cedió con placebo y así sigue al cabo de dos años en los que el expaciente se toma sus tres pastillas de nada, para sorpresa del ponente, quien soltó el tópico erróneo de que el placebo, ya se sabe, generalmente dura poco...
No creo que los neurólogos crean en las creencias. Eso les convierte en unos incrédulos en lo que debieran creer y unos creyentes en lo que va siendo cada vez más evidente debe dejar de ser creido.
Era curioso escuchar a los fisios hablar de creencias y al neurólogo de músculos contracturados...
5 comentarios:
Hola Arturo,
a raíz de este post te pediría que comentaras algo, cuando puedas, de unos cuantos conceptos que enumeras hoy :
- Sistema de recompensa
- Copia eferente
- Adicción
- Cerebro bayesiano
El resto no los nombro porque ya has hablado de ellos alguna vez, o se comentaron (más o menos) en el congreso de SEFID.
Un saludo,
C.
PD: ayer cometí el error de intentar explicarle a un médico la teoría integrada de los puntos gatillo. Fue nombrar la acetilcolina, y desatarse el infierno, y eso que no era neurólogo...
Hay días en los que uno preferiría haberse quedado calladito.
Carlos: de todos esos conceptos ya he hablado en algunas entradas en el blog (va a hacer pronto un año y escribo casi todos los días...) pero es buena ocasión para refrescar conceptos. Irán cayendo las entradas sobre ellos.
Respecto a las reacciones de los colegas cuando nombras la fisiopatología empieza a ser patético y exasperante. Tú a lo tuyo... Ladran, luego cabalgamos...
Gracias Arturo, echaré un vistazo a las entradas antiguas.
Hola Arturo, un placer leerte. Otro fisio al que estás "envenenando".
Gracias por el blog
Ismael: afortunadamente para mí tuve la oportunidad de ser envenenado por mi hija y yerno, ambos fisios, sobre cuestiones que no hubiera detectado desde mi sesgada mente de neurólogo.
Es para mí una suerte cambiar impresiones con este grupo de fisios que trata de redimensionarse desde las nuevas perspectivas.
Saludos
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