Polly Celine Eveline Matzinger es actualmente Jefe de la Sección del Laboratorio de Inmunología Celular y Molecular del Instituto Nacional de Salud de Bethesda pero antes de llegar a ese cargo fué (y sigue siendo) muchas cosas más. La menos relevante, chica PlayBoy, dejó de serlo para convertirse en una apasionada estudiosa de la Biología. Sus otras pasiones, el jazz y el adiestramiento de perros pastor, siguen vivas.
Cuando trabajaba como camarera en un club PlayBoy no podía evitar interesarse por las conversaciones que se traían un grupo de Biólogos de la Universidad de California. Se sentaba con ellos y les hacía preguntas complicadas. Uno de los contertulios, con más ojo clínico que su profesor de Instituto, vió madera de investigadora en Polly y, no sin dificultad, consiguió que colgara las ridículas orejas de su prestada identidad y utilizara las propias para escuchar cosas interesantes en la Facultad de Biología.
A Polly le enseñaron que el Sistema Inmune defendía la identidad del organismo, el YO, y que cualquier intruso, un no YO, sería identificado y eliminado. Ese era el dogma sagrado, el paradigma de la época. La defensa de la territorialidad exigida por los clónicos autóctonos: "de fuera vendrán que de tu casa te echarán..."
Polly seguía con su manía de hacerse preguntas y, un buen día, mientras descansaba en el campo con su perro, observó que este reaccionó ante los balidos de un rebaño de ovejas y fué hasta ellas para ver qué pasaba.
"El perro ha detectado señales de peligro en el rebaño, los balidos" se dijo. "El Sistema Inmune puede que reaccione ante las señales de peligro de las células" conjeturó: las células emiten béeees!
El cerebro es un constructor compulsivo de metáforas. Aprendemos y enseñamos utilizando similitudes, analogías. A Polly se le encendió la luz. Escribió un artículo expresando su idea. Pensó que si figuraba sólo su nombre, el editor de la Revista lo despreciaría y se inventó un coautor: Galadriel Mirckwood, que era, en realidad, su perro. El editor se enteró del engaño y lo rechazó. Afortunadamente, las viejas ideas mueren con sus obstinados defensores y el nuevo editor se fijó más en los contenidos que en las formas.
Polly pudo presentar su propuesta: El Sistema Inmune no defiende la identidad del organismo, el YO original, sino la paz, la ausencia de muerte violenta (necrosis).
La alarma no salta cuando se pilla a un indocumentado (el no YO) ni a un delincuente fichado por el genoma como delincuente (modelo de reconocimiento de patrones de moléculas asociadas a patógenos) sino cuando detectan sus células vigilantes (células presentadoras de antígenos) la presencia de señales de destrucción violenta, las "señales de peligro", los patrones moleculares asociados al peligro.
Cada tejido dispone de un servicio de vigilancia que detecta muerte violenta y activa señales que disparan la inflamación.
El modelo peligro no está totalmente aceptado pero animó la búsqueda de nuevas propuestas en el debate sobre la forma en la que el Sistema Inmune nos defiende sin crearnos más problemas de los que trata de resolver.
Polly aportó frescura e incomformismo y suscitó escándalo y envidia. Es el sino de los "Mavericks", los agitadores de las aguas tranquilas e inoperantes de la Ciencia autocomplaciente.
11 comentarios:
La sugerencia de la doctora Matzinger de que el Sistema Inmune permanece inmutable hasta que se produce necrosis no me parece aceptable. Una vez detectada la presencia de un conocido ladrón, el sistema de seguridad de un Banco no espera a intervenir a que el caco eche mano a la caja.
El reconocimiento de PAMPs (los Patrones Moleculares Asociados a Patógenos)sigue siendo una doctrina válida. Puede que la doctora haya adquirido notoriedad más por su singular biografía que por sus aportaciones a la Biología.
La verdad es que alcanzo a ditinguir las diferencias entre el "modelo peligro" y el "modelo identidad", a mi me parece que lo más importante es preguntarse si existe un modelo comun para las alarmas sean endocrinas, inmunes, nerviosas o mentales.
Hoy sólo quería expresar mi admiración por la figura de Polly, por su contribución a la labor de desatasco del problema de la tolerancia inmunológica. Creo que el "modelo peligro" aporta un paso más pero no contesta todas las cuestiones. Después de Polly sabemos más que antes y, lo más importante, se ha ampliado el horizonte.
Paco: supongo que estás planteando el modelo soñado de integración psico-neuro-inmuno-endocrinológica. Realmente es la cuestión fundamental.Creo que, de momento, tenemos una voluntad o deseo de construir ese modelo, pero debemos avanzar más, tanto en el conocimiento de cada uno de sus brazos como en la forma en que interrelacionan.
Mientras progresamos debemos hacer llamadas a suscitar el interés por la visión holística del organismo, aunque me temo que no van a surtir mucho efecto.
Ciuando un "conocido ladrón entra en un banco y es detectado", es sometido a estrecha vigilancia. Solo es detenido si intenta echar mano a la caja.
Hay que tener en cuenta la posibilidad de que entre en la entidad bancaria a hacer un ingreso.
El sistema de detección de conocidos atracadores biológicos los identifica con receptores de membrana de las células vigilantes que se unen a los llamados y citados "patrones moleculares asociados a patógenos" y los neutralizan sin darles la oportunidad a demostrar sus buenas intenciones. Lo mismo sucedería con un lobo hambriento en un rebaño de ovejas. El sistema de detección de lobos no aplicaría la presunción de conducta bienintencionada
El Sistema Inmune tiene memoria histórica y la aplica sin contemplaciones
Creo que el problema de la tolerancia inmune es complejo y no está bien resuelto.
Inicialmente se defendía la teoría del YO y no YO: "los de casa son buenos y los de fuera malos" (sin dar la oportunidad a que demuestren lo contrario).
Polly Matzinger sugirió que "los de casa pueden ser malos y los de fuera buenos. Si se portan bien hay que tolerarlos".
Janeway defiende que "los de fuera pero con señas de identidad infecciosa" (PAMPs) son siempre malos.
En general hay consenso en que la teoría del YO y no YO no es válida y que se necesitan otro tipo de señales. Los problemas surgen alrededor de la muerte celular, no en la violenta (necrosis) sino en la programada (apoptosis).
La muerte normal (apoptosis) implica la eliminación de las células difuntas y su reposición. El proceso se acompaña de señales que desactivan la inflamación y las respuestas inmunes, pero no siempre se produce con la debida mesura. La apoptosis puede ser excesiva y dar lugar a mosqueo del Sistema que reacciona como si hubiera peligro.
En definitiva, es más complicado de lo que se pensaba. Es fundamental la labor de los llamados linfocitos T reguladores que son los que controlan y contienen esta delicada situación.
La idea que me interesa dejar como corolario es la de que el proceso de evaluación de peligro está sometido a errores, tanto por exceso como por defecto.
¿No es la i¿nflamación el rostro visible de la depresión? No son los mismos mecanismos en diferentes octavas?
La depresión, como la inflamación, es también un estado defensivo. Se corresponde con la llamada respuesta de enfermedad, un programa que fuerza al individuo a la desmotivación respecto a la exploración e interacción social. La conducta de enfermedad se pone en marcha ante situaciones de necrosis (infecciones por ejemplo). El foco necrótico libera mensajeros (citoquinas) que informan al cerebro de que hay daño necrótico y este enciende el programa que produce la percepción de estar enfermo.
El programa también se activa por contextos de precariedad del entorno, deprivación afectiva...buscando la desmotivación hacia el esfuerzo destinado al fracaso, sin necesidad de que se produzca necrosis ni inflamación.
Filogenéticamente están ligados todos los programas defensivos. Son capas de cebolla que se van añadiendo para resolver las distintas situaciones de adversidad o precariedad.
Polly Matzinguer predijo la existencia de señales de peligro, predijo los DAMPS, abrió el debate y con un modelo nuevo, mucho menos alambicado que el de Propio/no propio explico la "realidad" algo mejor. De hecho quienes le criticaron han acabodo dando paso a muchas de sus propuestas.
La curiosa biografía no hace mas que subrayar a una científica nada vulgar, lejos del funcionariado intelectual.
Anonimo: cuando conocí la biografía y aportaciones de Polly me fascinó. Encajaba con mis reflexiones sobre el sentido del peligro y la importancia de la necrosis como hecho central. El paradigma del Yo y noYo antigénico nunca me gustó.
Saludos
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