La génesis de la migraña ha sido un misterio. El mismísimo Zeus padecía violentos dolores que obligaron a que Vulcano le diera un hachazo en la cabeza surgiendo así la diosa Pallas Athenea, la diosa de la Sabiduría.
Galeno había captado la singular tendencia del dolor de cabeza a afectar sólo un lado y le bautizó como Hemicrania (media cabeza). De aquí surgió, con el tiempo, el término migraña. Galeno buscaba en las disecciones de animales las causas de los males y al comprobar que existía una membrana meníngea entre ambos hemisferios ( hoz cerebral) dedujo con lógica aplastante que la barrera meníngea impedía el paso del dolor de uno a otro lado.
No hubo muchas novedades sobre orígenes hasta los años treinta del siglo pasado cuando Harold Wolf vió que la arteria de la sien doliente latía con fuerza durante la crisis y dedujo también con lógica aplastante que el dolor se originaba en las arterias, que serían especialmente proclives a contraerse y dilatarse.
La Teoría Vascular tuvo mucho predicamento (y aún lo conserva) pero desde hace unos pocos años se ha pensado que, dado que las arterias tienen alrededor cablecitos del trigémino, puede que fueran ellos los que indujeran los cambios violentos del calibre arterial. También la propuesta parecía razonable y se sustituyó la Teoría Vascular por la Neurovascular o, con más precisión, la Trigéminovascular.
Algún aguafiestas sugirió que, a lo mejor, los cablecitos del trigémino recibían órdenes y, tras vencerse algunas inercias, se avino a aceptar que estas órdenes procederían de algún lugar.
La irrupción de las modernas tecnologías de Imagen, en plena efervescencia localizacionista, han permitido, por fin, solucionar el insondable misterio de la generación de la migraña:
La migraña se genera...en un generador de migrañas. Se le ha localizado en el troncoencéfalo (la zona de transición de la médula espinal al cerebro)
Una vez localizado el lugar de la generación sólo queda identificar la molécula generadora. Eso es un problema menor.
Puede que recuerde un dispositivo de alarma disponible en los trenes, con una palanca que podía ser activada por cualquier pasajero que lo considerara conveniente. Inmediatamente se detendría el tren con las consiguientes inconveniencias e indagaciones:
- ¿Qué sucede?
- Ha sido la palanca. Se ha bajado
- Las palancas no se bajan solas. Algo habrá desencadenado el descenso
- Puede que haya sido algún brazo (desencadenante)
- Los brazos no se mueven solos. Tiene que haber algo que genere el
movimiento.
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- Hemos identificado el problema. Tenemos al generador. Lo han
localizado en la médula espinal, en el cuello. Por lo visto si se activa
el generador el brazo se acerca a la palanca y tira de ella con fuerza
- Es un avance pero...¿qué genera la generación de la orden de tirar
para abajo?
- Sigue siendo un misterio. Por lo visto hay médulas que nacen así y
cuando ven la palanca y según en qué circunstancias, no pueden evitar
tirar de ella.
- ¿Los genes?
- Eso parece claro. Tenemos algunos sospechosos pero parece que
influyen también las circunstancias, los desencadenantes.
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Puede que a estas alturas se le haya ocurrido una idea, también de lógica aplastante: ¿no será que el generador sea el individuo que decide tirar de la palanca porque ha apreciado peligro?
Un consejo. No se moleste en proponer su idea. Tómeselo con calma. El tren volverá a andar y llegará a su destino aunque con varias horas de retraso.
El retraso, lógicamente, se ha generado por un problema del generador de retrasos.
8 comentarios:
Doctor, no dé ideas, que acabarán buscando la fotografía, la imagen en colorines del individuo.
Me he reido mucho con su entrada de hoy.
Has explicado perfectamente el dilema de quien decide tirar de la palanca es decir el dilema mente-cerebro. ¿Es la serotonina quien tira de la palanca o la voluntad? ¡Ah, Schopenhauer!
Tengo entendido que Schopenhauer, anticipándose a Freud,situaba (como muchos) la voluntad en los genitales: "hago lo que me sale de los..."
Creo que entre la serotonina y la mente hay muchos componentes y funciones intermedias (los llamados correlatos neuronales de la conciencia) sobre los que se puede reflexionar cuando intentamos analizar nuestras percepciones, emociones y acciones
Victoria: aunque la entrada le haya parecido cómica reproduce literalmente lo que los neurólogos aportan como reflexiones serias e incontestables sobre la generación de la migraña. No hay forma de rebatir la teoría de la generación en un generador aunque probablemente queda sin explicar la generación de la orden del generador, que, como ya habrá deducido, procede de un generador de órdenes.
Paco, después del comentario desenfadado sobre la genitalidad de la voluntad he estado dándole vueltas a lo de la serotonina y me he acordado de un artículo reciente de Science donde hablan del papel de la serotonina como artífice necesario y suficiente para pasar del fenotipo conductual de la langosta (insecto) como individuo (es absolutamente hosco y pendenciero con sus congéneres)al de gregario en la conducta de sociedad-plaga. O sea que, en efecto, tal como indicas, la serotonina puede cambiar la conducta de forma sustancial.
Me ha encantado la explicación porque me veo tan reflejada..yo no dejaba de tirar de esas malditas palancas..y tuve que ir desactivando todas las alarmas que saltaban a cualquier hora! Yo animo a todos a intentarlo de verdad..con ganas y un par de..La lucha fue dura y constante y cada batalla era un reto..pero mereció la pena!gracias..
Leyre comenta algo sustancial: la solución viene de la mano de un afrontamiento activo y obstinado desde la convicción. Muchos pacientes esperan efectos milagrosos e inmediatos. Creen en efectos externos del terapeuta, rituales del tipo que sean. No basta. Hace falta entender, creer y ponerse las pilas para conseguir que el cerebro tolere lo que debe ser tolerado.
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