Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 4 de mayo de 2009

Ay!, me sube la colecistoquinina






Los estados cerebrales sufren vaivenes a golpe de chorretones de unas pocas moléculas que se producen en pequeños núcleos neuronales y se dispersan a lo largo y ancho de la red neuronal. Nuestros estados de ánimo y desánimo, motivación-desmotivación, placer-desagrado, rabia, angustia y demás se mueven al compás de estas pocas pero poderosas sustancias. 

Unas son más famosas que otras. ¿Quién no ha oido hablar de las endorfinas, serotonina y adrenalina? Quizás a algunos les suene la dopamina y (creciendo) los endocannabinoides pero dudo que les digan nada la acetilcolina y la oxitocina. 

Hay un empeño en clasificarlas como buenas y malas. Las endorfinas y la serotonina son las mejores, las deseables, las  "drogas de la felicidad". Si ha perdido la ilusión es porque su cerebro no fabrica suficiente serotonina. No se preocupe: podemos subirla. El cerebro no es mas que un órgano endocrino. Es como la glándula tiroidea. Si cae la producción de la hormona lo solucionamos desde fuera. 

¿Le falla la serotonina? Tenemos algo para usted...Prozac. 

La receta de la felicidad es sencilla: la polipíldora que tiene un poco de todas las moléculas buenas para uno mismo: serotonina, morfina, dopamina, adrenalina y un poco de oxitocina si se levanta con ganas de sentirse solidario. 

El escritor británico Aldous Huxley se adelantó en 1932 al tiempo actual con su novela Brave New World , Un Mundo Feliz, en la edición castellana. Sus personajes disponían de Soma, el comprimido mágico que neutralizaba cualquier disconfort físico o psicológico. 

No disponemos aún de la tecnología para fabricar Soma pero tenemos ya bastante instalado el espíritu para consumirlo cuando esté en el mercado. 

La OMS declaró el 8 de Octubre de 2004 el Día Internacional de la Lucha contra el Dolor y proclamó, de forma insensata, que más o menos, el que tiene dolor es porque alguien no hace lo que debe: el paciente o el profesional. 

Los pacientes con migraña acuden angustiados a la consulta a pedir la solución: "déme algo para que se me quite el dolor" y no entienden que no disponemos de ese poder. Tenemos medios de mitigarlo cuando hay una lesión detrás. Podemos ayudar a las moléculas buenas del organismo con un plus externo de morfina, serotonina y adrenalina pero cuando el dolor proviene de un error de valoración de peligro por parte del cerebro la cosa no funciona tan fácilmente. 

Al cerebro no le gusta que le marquen el camino y no consiente que le boicoteen desde fuera sus decisiones. Si introducimos desde fuera morfina (o un modesto analgésico-antiinflamatorio) para eliminar el dolor el cerebro acaba incomodándose y sube la colecistoquinina. 

Y eso... ¿"qué es lo que es..., co...qué?"

Co-le-cis-to-qui-ni-na, "la molécula mala", la que se come con patatas la analgesia que nosotros queramos imponer en nuestro cuerpo. 

!Más serotonina¡ como pide una mú(p)sicofarmacológica propuesta de la cantante Verónica Romeo. 

Puede ser pero !Ay, me sube la colecistoquinina¡ 

Tampoco hay que preocuparse. Utilizaremos un "anticolecistoquinínico". Pronto estará listo en el mercado. 

No es fácil llevar la contraria al cerebro. Aparentemente podemos imponer nuestra ley en el interior, podemos bloquear, por ejemplo, los excesos de dopamina causantes de las voces amenazantes oidas por los pacientes psicóticos...Dejarán de oirlas tras el fármaco pero como comentaba un paciente: 


¿"Dónde se han metido esos cabrones que no oigo sus voces..."? 


 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Con respecto a las voces que suelen oir los esquizofrenicos sigue habiendo un enigma para las neurociencias y es la razón de que casi todas las alucinaciones son órdenes, comentarios insultantes e imprecaciones. Nada que ver con las "loquelae" con las que dialogaba S. Ignacio de Loyola o el mismisimo Socrates: voces que sabian de filosofia y de teologia, una especie de voz-filosofica interior, un amigo con el que dialogar.
Nadie sabe el porque de este contenido amenazante e insultante de las voces pero seguro que es por algo que no es quimica, ni molecula, seguro que tiene que ver conalgo psiquico, con ese censor interno que no podemos reducir a una ecuación.

Jorge Pacheco dijo...

Cambian varios puntos de vista al considerar al cerebro un órgano endocrino, interesante.

Saludos!

Arturo Goicoechea dijo...

El problema es que tratándose de un órgano endocrino de extraordinaria complejidad, a la hora de construir doctrinas lo simplificamos según nuestras necesidades y lo reducimos a una glándula endocrina en sentido tradicional (tiroides, paratiroides etc)

Unknown dijo...

Supongo que puede ayudar que álguien te diga: "yo lo hice.." y tú piensas: "si ella ha podido.." así que seguiré contando cómo logré vencer mis eternas migrañas..y hablándolo hoy con mi ama me recordaba que en el fondo tampoco me costó tanto (tiempo) en comparación con los años que llevaba sufriendo..(y no siempre en silencio). La lucha fue dura y totalmente personal ya que, a la hora de la verdad, lo único que importa es cómo lo afrontes..y yo soy muy cabezota así que una vez que me convencí de todo decidí hacerle frente! Y cómo nos alegrábamos pocos meses después cuando le decía: "llevo una semana sin migrañas!" o "tengo la regla y no me duele nada!" Calidad de vida, dr. gracias.

Margarita dijo...

Estimado Dr. Goicoechea soy una seguidora de su blog. Me gusta mucho la forma amena y fresca que tiene de escribir sobre algo tan complejo.
Sobre la fe-necesidad que muchos tenemos si nos sentimos mal en creer que algún fármaco nos puede ayudar, y rápido, a mi entender el prozac y compañía es un buen ejemplo de mala solución, ¿pero qué hacer como paciente en este nuestro medio?

Lanzado-o↑o dijo...

Apreciado dr.G. llevo tiempo siguiendo tu blog "en silencio" y hoy me decido a "hablar".
Desde mi pto.de vista, no tengo formación médica sino técnica, me gusta mucho tu visión del tema dolor, migrañas, etc. Tengo que decir que tb. he leido varios de tus libros y "te conozco" de antes. Si no te supusiese mucho importuno quisiera saber tu opinión acerca de una cuestión que no tengo del todo clara ¿cerebro: órgano o viscera?.

Arturo Goicoechea dijo...

Encantado de tenerte en el blog y de que te hayas decidido a hacer comentarios. Gracias por la buena crítica.

Respecto a los antidepresivos, partimos de un hecho notable y es que el efecto placebo es muy potente. Personalmente no creo que una función tan compleja como el estado de ánimo pueda resolverse administrando unos fármacos que lo que hacen es aumentar ligeramente el tiempo que la serotonina y algunos también la noradrenalina, permanece en la sinapsis.

La serotonina además no tiene una acción única. Según dónde se aplique produce un efecto distinto. Por ejemplo en el dolor, lo facilita en las terminaciones nerviosas pero lo reduce en la sinapsis medular.

Creo que hay mucho de dependencia psicológica, de miedo a encontrarse mal en la toma de fármacos.

Arturo Goicoechea dijo...

Respecto a la cuestión de si el cerebro es un órgano o una víscera le remito a la Wikipedia: Una víscera es un órgano... Usted mismo

Victoria Mena dijo...

Doctor, no lo veo tan tirado... una víscera es un órgano, pero un órgano, dicho sea sin ánimo de señalar, puede no ser una víscera.

Benvenidos, Margarita y señor Lanzado.

Arturo Goicoechea dijo...

Una víscera es un órgano interno, conocido también como entraña. El órgano que usted se niega a señalar es externo por motivos obvios y por tanto no es una víscera, aunque para algunos es entrañable (considerable como entraña) luego víscera. Usted misma.