Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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domingo, 12 de abril de 2009

Incertidumbre


El cerebro es un órgano seleccionado para minimizar la sorpresa. Cada neurona, cada circuito, realiza un trabajo continuo de integración de datos cuyo objetivo es el de construir hipótesis (abducir) sobre el futuro a corto, medio  y largo plazo. 

Repasamos obsesivamente el pasado para intentar dar con las claves del futuro (memoria de futuro). Calculamos posibilidades y probabilidades teóricas de las que surgen decisiones más o menos racionales. 

La obsesión por minimizar la incertidumbre nos ha traído evolutivamente hasta la civilización actual, un entorno garantista en el que tenemos asegurados sustento, cobijo y amparo social. A pesar de ello, la pulsión biológica de optimizar certezas nos empuja obsesivamente a un consumismo irracional por su sobredimensionamiento.   

Una vez conseguidas las certezas externas, el instinto garantista se centra en minimizar sorpresas en el interior. El cerebro desteje y teje la historia teórica de nuestras entrañas tratando de conseguir unas mínimas certezas sobre su salud. 

La incertidumbre interna es un hueso duro de roer. Los sentidos internos no se proyectan directamente sobre la consciencia. No vemos, oímos, degustamos, palpamos ni olemos el interior. Es un universo silencioso, opaco. 

El silencio interno es un indicador de que todo va bien pero sabemos que puede tratarse de una calma engañosa. Los contratiempos propios y ajenos y las prédicas agoreras de los expertos crean un caldo de cultivo cada vez más inclinado hacia las previsiones pesimistas. 

El cerebro es un órgano alarmista, fácilmente emocionable y sugestionable. Si  el desasosiego neuronal alcanza el umbral se disparan las alarmas y los programas de alerta. Estalla la tormenta migrañosa. 

La civilización ha resuelto la incertidumbre externa pero ha propiciado a la vez el sobredimensionamiento de la interna: el dolor, un programa seleccionado para activarse excepcionalmente, con ocasión de episodios consumados o inminentes de muerte celular violenta, se activa ahora por la incertidumbre generada por una tableta de chocolate o unas tenues ráfagas de viento Sur. 

                         El hambre se ceba con los obesos y el dolor con los sanos. 


                                     La incertidumbre no mata pero engorda y hace sufrir.

2 comentarios:

Aitor Sz de Cortazar Junguitu dijo...

Arturo: Me preguntaba si esa propension del cerebro a la eliminacion de la incertidumbre, sin duda clave para la supervivencia, no podria ser por otra parte una puerta de entrada a la vulnerabilidad de muchas personas ante memes preconizadores de fundamentalismos, sectarusmod y demas memes eliminadores de la libertad de pensamiento. que opinas? Saludos. Aitor Sz.de Cortazar Junguitu

Arturo Goicoechea dijo...

Evidentemente, así es. El cerebro pica con las promesas de futuros paraísos terrenales y celestiales donde ya no habrá incertidumbre (será todo terrible o maravillosos...siempre). Podemos hipotecar nuestra libertad de aquí y ahora si nos dejamos "infectar" por esos memes (ideas contagiosas)de futuro.

Me temo que existe también una burbuja inmobiliaria para adquirir parcelas a bajo precio (?) en idílicas ciudades residenciales. Saludos