Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 20 de abril de 2009

Antonio Damasio. "El error de Descartes"


Antonio Damasio es un prestigioso neurólogo, interesado en el estudio (entre otros temas) de las emociones. Es profesor de Psicología, Neurociencia y Neurología en la Universidad del Sur de California y ha escrito varios libros de éxito sobre cerebro, sentimientos y emociones. El error de Descartes es el más conocido.


Desarrolló la teoría emocional del marcador somático en la línea de Williams James: "no lloramos porque estamos tristes sino que estamos tristes porque lloramos", significando con ello que lo que entendemos como universo consciente reflexivo y emocional surge de nuestro cuerpo: ello piensa, ello sufre, etc y se expresa hacia ese espacio misterioso de la consciencia en la forma en que es vivida por nosotros. "En el principio fue el ser y posteriormente el pensar".


Rene Descartes tuvo entre otros méritos el de reclamar el mundo racional en una época (Renacimiento) en la que privaba lo esotérico (la cábala, el alquimismo). Su obsesión por la búsqueda de las causas racionales hizo que se sintiera básicamente como un ser pensante: "Pienso, luego existo". Habría una entidad pensante (el alma o res cogitans) que residía en otra entidad material (el cuerpo o res extensa) y, sólo en nuestra divina especie la "cosa pensante" habría sido insuflada, no se sabe bien cómo, en el soporte material del cuerpo y se relacionaría con él a través de la minúscula glándula de la epífisis.


Antonio Damasio considera que es un error defender la idea de dos sustancias (dualismo) y separar el mundo racional del emocional, localizando el primero (la mente) en capas superiores cerebrales y el segundo en las inferiores (instintos, corporalidad, cuerpo).


Para Damasio sería más correcto decir: "Existo, luego pienso".


La polémica entre cartesianos y damasinos pertenece al extenso mundo de las cogniciones sobre el arduo tema del huevo y la gallina. 


Al espíritu de este blog le vienen bien las dos posiciones. A veces los comentarios tendrán tufo hueval y otras gallináceo (gallina ponedora, por supuesto) pero pienso que Damasio tiene razón, si bien los mortales (me considero uno de ellos) no podemos evitar utilizar a nuestra conveniencia razones teóricas unas veces y prácticas otras.





1 comentario:

Arturo Goicoechea dijo...

Si bien todos los profesionales nos ufanamos de haber superado el dualismo todo hace pensar que sigue estando ahí con extraordinaria vitalidad.

La biología nos impulsa a asignar cuotas variables de intencionalidad-responsabilidad a nuestras acciones y a las de los demás.

Determinadas situaciones clínicas pueden ser valoradas como biológicas (físicas) estrictas y disculpar al paciente de toda responsabilidad, limitando la acción terapéutica a la ayuda externa. Sentimos lástima hacia el paciente y este queda disculpado de cualquier compromiso respecto a esforzarse para superar la situación.

En el caso contrario, si interpretamos el cuadro como psicológico, atribuiremos toda la responsabilidad al paciente y le negaremos el pan y la sal de la ayuda, exigiéndole un compromiso personal exclusivo en la resolución. El paciente será responsable de lo que sucede y tanto profesionales como allegados seremos víctimas de su incompetencia personal.

En la migraña los neurólogos consideran que se trata de un problema biológico, genético, aunque dejan la puerta abierta a la responsabilidad del paciente en el tema de los desencadenantes (deben ser evitados). Si las cosas van bien con los fármacos eso refuerza la idea de que controlamos biológicamente un problema biológico. Si los fármacos son ineficaces se considera que es el paciente el que no está a la altura de las circunstancias y se ofrecen explicaciones de mala conducta (abuso de analgésicos, tabaquismo, obesidad, automedicación...)

El dualismo tiene la ventaja de que podemos escoger a nuestro gusto la parte de responsabilidad que nos convenga.

Eso hace que se mantenga robusto y sin aspecto de sufrir crisis en el futuro. Lo necesitamos.