Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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viernes, 17 de julio de 2009

El clásico condicionamiento (cultural) humano





Cuando se produce reiteradamente una sucesión de acontecimientos en los que A precede a B, siempre y en ese orden, podemos concluir cuando detectamos A que aparezca B al poco rato. Esto es lo que aprendían los perros de Pavlov en sus conocidos experimentos de tocar una campana inmediatamente antes de presentar la comida. Los chuchos sabían que probablemente vendría la comida si oían el sonido de la campana y salivaban, anticipando así una respuesta digestiva.

El sonido de la campana anunciaba la comida... siempre que el experimentador así lo hubiera decidido. El perro "creía" en el poder predictivo de la campana. Lo que no sabemos es si también creía en la capacidad del sonido de generar la producción de saliva directamente. Si fuera así, estaría, lógicamente, equivocado. Pavlov podía escoger cualquier estímulo para producir la salivación. Bastaba con aplicarlo inmediatamente antes de presentar la comida para conseguir, tras varias aplicaciones, que el estímulo (condicionado a la presentación inmediata de la comida) indujera la liberación de saliva.

Hay ciudadanos que cuando cambia el tiempo sienten que su dolor habitual (equivalente a la salivación canina) empeora. Han comprobado esa asociación una y otra vez y nada ni nadie podrá hacerles cambiar de opinión de que "el cambio de tiempo me produce más dolor". Incluso presumen públicamente de sus poderes:

- Mañana va a llover. Me duele la rodilla.

Bastaría hacer varias comprobaciones estadísticas sobre dolor y lluvia para saber si la conclusión es cierta, pero, al parecer, lo que sí está demostrado es que las variaciones meteorológicas aumentan la probabilidad de que algo habitualmente dolorido, duela aún más. Es decir: si se toca la campana, los perros salivan; probablemente luego les traigan la comida. Si el amo deja de traer comida los perros dejan de salivar al oir la campana. Dejan de creer en la probabilidad de que el sonido anuncia la proximidad de la comida. Su Sistema Nervioso tiene la capacidad de construir y derribar creencias.

Los humanos somos más cabezotas con nuestras creencias: si cambia el tiempo el dolor aprieta. Damos por sentado de que es así y de nada vale que, realmente, fallemos en la predicción. A la hora de sacar conclusiones hay algo que está por encima de las verificaciones: la creencia... humana. Homo sapiens (ma non troppo) tiene esa condición cabezonil de imponer su criterio sobre lo verificable. El cerebro humano tiene, sobre el papel, los mismos recursos que el canino para cambiar de opinión sobre las probabilidades en función de lo que suceda realmente. Los dos son cerebros científicos en potencia: construyen hipótesis, hacen comprobaciones y, en función de los resultados, reafirman o refutan la hipótesis.

El cerebro de sapiens dispone de una fuente adicional para sacar conclusiones: la fe absoluta en su creencia. Es un estado de convicción singular y peligroso. Puede tergiversar la realidad y añadir una conclusión falsa a la interpretación de los hechos que se suceden en el tiempo: si duele cuando cambia el tiempo... el cambio produce el dolor a través de un efecto nocivo sobre las articulaciones. La campana genera saliva.

- El cambio de tiempo no afecta a los huesos. Ya me dirá usted por dónde entra al organismo y por dónde viaja, "sin romperse ni mancharse", hasta su rodilla...

- Lo único que sé es que me duele. Usted me va a decir a mí...

La condición humana añadida de la fe está promovida por la cultura. Mantiene alta la convicción de las probabilidades ejerciendo el papel de Pavlov. Para ello necesita un colaborador sumiso: el cerebro. Es el cerebro quien activa el dolor cada vez que su departamento meteorológico anuncia "tiempo revuelto". El encendido del programa dolor es el equivalente a la actividad de las glándulas salivales. Luego Pavlov mostrará lo comida y el programa generará la percepción dolorosa. El proceso se completa y se refuerza.

Un artículo reciente de Nature muestra la existencia de reflejos condicionados en bacterias y levaduras. La bacteria Escherichia Coli atraviesa el aparato digestivo, un ambiente rico en lactosa y más adelante en maltosa. La bacteria "sabe" que de primer plato tiene lactosa y que de segundo, invariablemente, le sacarán maltosa. Su "aparato digestivo" prepara todo para la digestión de maltosa anticipadamente mientras degusta la lactosa: piensa con deleite ya en el segundo plato.

La cultura nos define, para bien y para mal, como humanos. En el tema del dolor crónico la cultura es la que obceca a nuestro cerebro y, por arrastre, a nuestro YO.

Seguimos teniendo reflejos condicionados como las bacterias y los perros pero, a veces, nos sobra la falsa sabiduría de lo transmitido culturalmente y defendemos a capa y espada nuestras convicciones negando la fuerza de las comprobaciones. Dejamos de ser científicos.



9 comentarios:

Albert dijo...

Hola Arturo, sin duda el condicionamoiento humano es uno de los temas más interesantes y apasionanantes que se pueda investigar, me gustaria poner un ejemplo de condicionamiento "genético" el que hemos heredado de los monos, como la violencia.
Es factible "disolver" la violencia connatural a nuestro propio ser intrínsico pero no se puede eliminar ya que la violencia y el yo van unidos, de esta manera queda latente en nosotros.
Como decía Krishnaji la no-violecia es un ideal y por consiguiente una forma de autoengaño.

Arturo Goicoechea dijo...

Matapuces: la genética pone el programa de la conducta violenta junto a unos cuantos activadores (supervivencia de individuo, especie y prole) y deja abierto un amplio campo de posibles encendidos en función de lo que dentro de cada grupo se cueza. Aquí entra la cultura, el poder, los autoengaños, los heteroengaños, la simbología, la manipulación de la historia... las promesas utópicas

Albert dijo...

Me gustaría añadir una pergunta:
¿Porqué en algunas personas el programa de encendido de la conducta violenta se activa antes o despues, (la tolerancia a la violencia es mayor o menor),y también sería posible en muy pocos casos que el programa de conducta violenta nunca se pusiera en marcha?
Gracias Y Saludos!!

Arturo Goicoechea dijo...

Matapuces: el por qué de la conducta violenta injustificada no tiene, supongo, una respuesta simple. Influye todo: genes, sucesos, conducta de tutores, imitación, azar...

El problema del aprendizaje consiste no en la supresión de programas sino en su correcta activación: encendido, desarrollo y finalización.

Albert dijo...

Hola de nuevo, tego dudas en el aprendizaje del programa de la violencia, ya que como lo expones sería la racionalización de la violencia esto supone "reprimir" el instinto lo que causaria después un conflicto interno que es posibe que se fuera agravando con el paso del tiempo.Deduzco que estamos muy condicionados por ejemplo en el campo de la violencia psicológica.Es posible que cuando dicho programa se encienda durante el desarrollo seamos capaces de disolverlo, pero esto no signifíca que esto siempra suceda así.
Saludos!!

. dijo...

Sin negar que sea cierto lo que está puesto en la entrada quizás también habría que considerar el tema desde otro lado.

Los cambios de tiempo no son sólo cambios de temperatura, también lo son de presión atmosférica. La presión atmósférica incide en algunas ocasiones en el funcionamiento fisiológico del cierpo.

Saludos

Anónimo dijo...

Es un hecho comprobado estadísticamente, que los cambios de tiempo y de otro tipo producen modificaciones en el organismo. El problema es si justifican el encendido del programa dolor, un programa seleccionado para alertar de la presencia de un agente y estado destructivo violento. Es evidente que un día nublado, ventoso, despejado, frío o caluroso no tiene capacidad destructiva como un martillazo, una quemadura, un ácido o una infección. Si se activa el programa con el viento, no es porque ese viento produce un cambio que altiva el dolor sino porque está catalogado como peligroso.

El aire con ácaros o polen también produce estornudos pero no son los ácaros ni el polen los que disparan la respuesta inmune sino la forma como están (erróneamente) evaluados como gérmenes.

Ni el polen produce infecciones y el viento desgarros o compresiones internas... Sólo dispara conceptos erróneos...

Arturo Goicoechea dijo...

BluES: el comentario anterior es mío. Lo he volcado sin ponerle mi nombre.

. dijo...

Es un tema interesante. Gracias por la respuesta.