Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 18 de enero de 2010

Valencia. Congreso de la SEFID




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Primer Congreso Internacional de Fisioterapia y dolor


El tema del dolor crónico es una patata caliente que nadie quiere tener en sus manos, salvo que quiera convertirla en objeto de mercado.

Hay una asimilación de dolor crónico a patología de aparato locomotor. De ahí la presencia inevitable de los fisioterapeutas en el peregrinaje de los padecientes.

Los fisios han sido formados en un universo biomecánico en el que cargas, fricciones, pinzamientos, contracturas, mal alineamiento y posturas dominan la reflexión sobre orígenes y remedios.

Como todos los demás profesionales han podido constatar su impotencia tras unos primeros espejismos de mejoría a corto plazo derivados de poner sus manos sobre el corazón del dolor: músculos, fascias, huesos, articulaciones, puntos gatillo...

Afortunadamente para ellos y para sus pacientes, han sabido ver que la cocina del dolor no reside en el aparato locomotor sino en el cerebro: "brain is in the pain" (el dolor está en el cerebro).

El que la cocina sea cosa de neuronas no excluye la responsabilidad potencial de ingredientes biomecánicos de baja calidad pero nunca estará de más tener presente la responsabilidad de quien maneja los fogones.

De la mano de fisioterapeutas australianos (David Butler y Lorimer Moseley), interesados en el estudio del dolor, han descubierto que este no surje de donde se siente sino de donde se evalúa el peligro de daño necrótico, la posibilidad-probabilidad (según contexto) de que nuestras acciones den lugar a destrozos en los tejidos.

Huyendo de un león, el cerebro quita importancia a las heridas de la huída pues siempre será mayor la necrosis producida por la fiera si consigue atraparnos. La carrera estará protegida por la analgesia. El cerebro bloquea la transmisión de señal necrótica a los centros que generan sufrimiento mientras mantiene abierto el paso de la misma información a los que valoran lo que sucede.

En nuestra casa, en la cama, sin leones a la vista, el simple deseo de incorporarnos puede generar dolor invalidante y desgana, debido a una evaluación catastrofista cerebral que ve en esa acción un peligro para la integridad del aparato locomotor. En este caso activará el dolor sensible, amplificado, registrado previamente, memorizado. No hay mas que dar al automático.

Los neurofisioaustralianos van cogiendo prestigio por todo el mundo a golpe de publicaciones en las más prestigiadas revistas del dolor y afortunadamente para nosotros han encontrado eco en un grupo de fisios de la Universidad de Valencia que se han puesto manos a la obra y han fundado la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor, la SEFID.

La SEFID se ha marcado el objetivo de actualizar en profundidad el mundo de la fisiopatología del dolor. Es una tarea complicada pues exige librarse de lastres conceptuales a los que han dedicado esfuerzo y credibilidad en el pasado sin rechazar lo que siga vigente de lo aprendido sobre biomecánica.

Del 3 al 6 de Febrero la SEFID celebra su primer congreso. Hay mucha comunicación sobre cerebro en boca de investigadores de primera línea.

Allí estaré, por muchos motivos. No abundan las oportunidades de cambiar impresiones sobre dolor con compañeros de la misma cuerda.

Es el momento de la nueva Fisioterapia. El Congreso de Valencia puede marcar el pistoletazo de salida de la renovación de teorías y aplicaciones.

Espero que la actualización no "tire al niño al tirar el agua sucia" y sepa preservarlo, ya libre de mugres pasadas.

3 comentarios:

villovi dijo...

Muchas gracias Arturo. Tu blog no solo destila genialidad y humildad por cada uno de sus poros virtuales si no que además es un homenaje constante a la fisioterapia.

Se de primera mano lo complicadísimo que es mantener un blog mínimamente actualizado y tú lo renuevas constantemente aportando tus conocimientos con los que aprendemos cada día.

Muchas gracias por las enseñanzas, las conversaciones y "debates", la cobertura y el interés.

Espero sinceramente poder coincidir contigo en febrero (todavía no se si podré asistir) y agradecerte en persona la gran labor que realizas.

Un sincero abrazo.

Arturo Goicoechea dijo...

Villovi: agradezco tu comentario pues nunca vienen mal los ánimos para seguir en la brega, cosa no siempre fácil...

Sabiendo que al otro lado del blog andan lectores de calidad siempre es más fácil. No pierdo la esperanza de verte por Valencia, en tres dimensiones.

Saludos

Unknown dijo...

En el congreso nos vemos,

Tras desaprovechar la oportunidad de conocernos en Madrid con Moseley, será un buen momento para compartir ideas.

Y si mi paciente y amiga librera decide traerme tu libro, algo de ello comentaremos!

Un saludo.