Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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jueves, 28 de enero de 2010

Nacidos para copiar






Homo sapiens (ma non troppo) no sería lo que es (para bien y para mal) si no fuera por su condición de copiador-imitador.


Nuestro cerebro está seleccionado para copiar-imitar. Podemos adquirir conocimiento observando las acciones ajenas, tomando nota de su éxito y fracaso.


El copiado es posible por una función extraordinaria de nuestros circuitos cerebrales: convertir los datos sensoriales de lo observado en el programa motor que lo ejecuta. Nos basta con mirar una acción motora ajena para reproducirla al instante con más o menos precisión.


La cosa no queda ahí. El lenguaje nos permite, incluso, reproducir internamente una simulación de una acción descrita y configurar un programa motor sin más referencia que las palabras.


La función de copia-imitación se produce consciente e inconscientemente y condiciona poderosamente nuestras acciones, percepciones, emociones y cogniciones.


Actuamos, sentimos, nos emocionamos y pensamos, influidos no sólo por nuestra experiencia sino también por la huella de lo observado y relatado.


Homo sapiens (m.n.t.) es chismoso y mirón. Lo cuenta y mira todo.


Homo sapiens (m.n.t.) es también rumiante. Repasa una y otra vez lo observado y relatado para extraer conocimiento.


Las habladurías del mundo externo asequible a nuestros sentidos están limitadas por lo sentido comúnmente. Los elefantes que vuelan (Dumbo) sólo existen en las películas.


Las habladurías sobre interior de organismo no están protegidas por los sentidos. No disponemos de sentido común. En vez de datos sensoriales tenemos síntomas pero no es lo mismo.


Los síntomas no tienen la fiabilidad de lo que vemos y oímos.


Si veo un árbol a mi derecha probablemente hay un árbol a mi derecha pero si me duele en la zona lumbar no quiere decir que existe un dolor generado allí, un algo anómalo que lo construye donde lo sentimos.


Los síntomas son datos aportados por el cerebro. Son el resultado de un proceso evaluativo en el que intervienen proporciones variables de realidad e imaginación, de pasado, presente y futuro.


El dolor aparece en ocasiones en el curso de una agresión física violenta a los tejidos pero en muchos casos se proyecta sobre una zona donde no hay el más mínimo incidente de daño. En estos casos el dolor surge del cerebro.


Un porcentaje elevadísimo de niños tiene dolores de tripas, de cabeza o de extremidades. Las pesquisas médicas habitual y afortunadamente no descubren nada anómalo.


A las tripas, cabezas y extremidades infantiles no les pasa nada. No es que hayan comido "porquerías", no quieran ir al cole o sus huesos estén creciendo. Es su cerebro el responsable. Está procesando todo el material acumulado por:


1- estímulos propios


2- observación de sucesos ajenos


3- relatos e interpretaciones


El cerebro infantil está en período de aprendizaje y aspira con avidez cuanto ve y oye.


Dicen los neurólogos que la migraña es una "enfermedad cerebral genética". ¡Santo Dios!


No hacen ni mención a la exposición inevitable del cerebro infantil a un universo rebosante de referencias a dolores, alarmas y remedios.


La genética tiene su lugar, naturalmente, y nos asigna unas cuantas papeletas de probabilidad sobre diversos rasgos pero la genética determina también el destino copiador-imitador de cada nuevo ser humano y de lo que se copia-imita deviene lo que luego uno se lamenta.


No hay una genética del jugador de baloncesto. Hay una genética de las tallas altas y luego está la alimentación, las canchas de baloncesto, Pau Gasol... y muchas cosas más a copiar-imitar...


No sólo replicamos ADN. También replicamos cultura.


Así nos va... Para gustos... Está todo escrito

3 comentarios:

Roi dijo...

Hola! Ahí va una pequeña recopilación de "sentencias", desde hoy a ¿noviembre? (no me acuerdo.) No están todas las que son, pero blablabla, como se suele decir.


No sólo replicamos ADN. También replicamos cultura.

Hay un diálogo continuo entre el cerebro y el individuo.

Si no lo creo no lo veo.

Puede que, en ocasiones, no estemos copiando al compañero adecuado. Puede que esté haciendo mal el examen... 

Vivimos en un tira y afloja entre nocebos y placebos. Sustentan el mercado del miedo y su remedio.

El cerebro procesa y decide entre la zozobra de la amenaza necrótica y la fe en los conjuros.

Cuide su cerebro. Ábrale los ojos. No deje que sea fácil objeto del mercado. Instrúyalo... Dótele de criterio.

En esto del dolor, de lo que se cree... se cría.

Hay mucho sapiens (m.n.t.) dolorido y cansado. Mucho aparato locomotor ocioso.

El dolor se quita andando, flexionándose, saltando, corriendo, bailando, nadando... siempre que lo haga sin miedo. Se lo repito: póngase en manos de un experto en quitar miedo al movimiento.

Debiera existir la presunción de salud: uno está sano hasta que no se demuestre lo contrario.

¿A dónde va Vicente...? A donde le lleva "su" mente.

Hay que rehabilitar un edificio que necesita muchas reformas pero no podemos desalojar al inquilino. Las obras no deben entorpecer su habitabilidad sino mejorarla desde el primer momento.

Los sapiens (m.n.t.) llevamos mal lo de que alguien reniegue de su antiguo credo. La manada es la manada. Las ovejas tienen que ser blancas si es blanco el color predominante del rebaño. No se admite que nadie se tiña las lanas. 

Piensa mal y sobrevivirás...

Solo sé que el cerebro es hipocondríaco y que hay mucha información alarmista que el cerebro aspira ávidamente y la fija para defenderla después a capa y espada.

El cerebro hipocondríaco tiene un mando a distancia para encender programas de "peligro de muerte".

No sé si temer más a la enfermedad invisible o a mi cerebro hipocondríaco. Probablemente sea temerario reírse de las dos condiciones. 

El cuerpo no se aviene a pláticas ni recomendaciones. Pastillas, dietas y cirugía.

Puede que ser monje predisponga al hábito pero puede que los hábitos también produzcan monjes. Puede, incluso que las dos cosas influyan...

La mano y la voz de los fisios pueden sensibilizar o desensibilizar los músculos. Activar o desactivar la alerta.

Los fisios tienen la mano (dura y blanda)... y la palabra...

Al músculo lo pillan en todas las refriegas del dolor. No está clara cuál es su responsabilidad. Al fin y al cabo no es mas que un mandado...

Las apariencias puede que engañen pero eso es secundario si reconfortan. Lo útil es hermoso y verdadero aun siendo falso.

Yo también soy creyente. Creo en las creencias y tomo dos precauciones básicas para no ser víctima de ellas. Evitar el gregarismo e informarme.


Creo en las creencias. Por eso las temo, especialmente a las mías... 

Muchas veces el disco que no va bien es el que contiene la grabación del dolor. Ese disco está en el cerebro y no está herniado... sino rayado, que es peor. 

- Me dan ganas de cortarme la cabeza.
- No le serviría de nada. Si sobreviviera tendría dolor "de cabeza fantasma"

arturo goicoechea dijo...

Roi: ¡caray! No recordaba haber soltado tanta frase... Creo que las sigo defendiendo a día de hoy. Me reconozco.

Se agradece la acción recopiladora

Saludos

todopsicologia dijo...

Lo que es la sincronicidad....
Viene al pelo la entrada que el Dr. Lizardo realizó ayer en su blog "desde el manicomio".
http://desdeelmanicomio.blogspot.com/2010/01/doctor-receteme-un-blog.html

Saludos.