Buscamos siempre las explicaciones sencillas, claras, comprensibles, coherentes con la apariencia (y conveniencia) de las cosas. Tejemos cadenas lineales de causas y efectos. Necesitamos teorías simples en las que encajen nuestros sucesos.
Si A precede a B... A es la causa de B.
Si ha sucedido A y andaba por allí B... ha sido B el causante
Si al añadir A a B, B desaparece... A ha eliminado a B.
Si A y B forman parte de C... C es la suma de A y B y algún otro componente pendiente de ser desvelado.
No nos gusta que las cosas se muevan. Las preferimos estáticas, inamovibles, consolidadas en la posición debida: ¡para quieto! ¡siéntate bien!
Nos encanta la visión redonda de la realidad, las bolitas. Los átomos, los genes, los neurotransmisores... son bolitas, unidas por palitos, ensartados en un hilo o encajados en receptores cóncavos.
Las membranas celulares son simples paredes con cerraduras y buzones para abrir puertas y recoger la correspondencia.
Siempre debe estar un chivo expiatorio de guardia para asumir la responsabilidad de cada inconveniencia.
- El dolor es un proceso complejo. No siempre podemos encontrar un clavo en el zapato para explicar la molestia del talón...
- Explíquemelo de forma sencilla, que lo entienda...
- Sus pies son normales. El problema está en el cerebro. Cree que sus pies son vulnerables. Es como si le pusiera un zapato con un clavo para evitar que usted ande y se produzca alguna avería...
- Eso es muy complicado. ¿No me puede hacer una radiografía para ver si tengo algo donde me duele?
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Los ciudadanos están dispuestos a aceptar explicaciones que relacionan el dolor con el cerebro...sólo si el dolor es en la cabeza, por aquello de que la cabeza duele por "los nervios" y "los nervios" tienen que ver algo con el cerebro, que, a su vez, está en la cabeza. Los pies pillan muy lejos de la cabeza. Están en las antípodas. ¿Cerebro y pies? ¡Venga ya!
Las peroratas sobre cerebro y dolor se traducen libremente a afirmaciones que nunca se hacen o que, incluso, se critican:
Es difícil pelear contra la imagen de un "espolón" pinchando el talón y el argumento contundente de que hay que quitar el clavo interno para que deje de doler.
Acabo de leer unos artículos de Science que describen el movimiento incesante de las proteínas, variando su comformación entre varios estados posibles en un marco o "paisaje" de energías, a frecuencias y amplitudes variables, siempre en relación con los toques de proteínas y otras moléculas vecinas. !Así no hay quien investigue¡ Alguien tendría que decirles a las proteínas que estén quietas...
Las proteínas son entidades vivas, evolutivas, sometidas a constante variación y selección por los avatares de su interacción con la vecindad molecular. Existe la sociología molecular, la red de interacciones complejas entre las moléculas.
Genoma, transcriptoma, proteoma, metaboloma, ambientoma, memoma, interactoma, fluxoma...
La migraña no se escapa del furor de lo simple y redondo. Sostienen los neurólogos que es una enfermedad producida por uno o varios genes-bolita. Cuando los descubramos, tendremos fármacos a medida para cada paciente.
2 comentarios:
Nuestra cultura está dominada por la insistencia en los datos, obsesionados con los datos, enamorados de la información, y al mismo tiempo una falta de interés en la teoría.
Tendemos a suponer que si tenemos una explicación causal o cómo se desarrollan las cosas estamos describiendo la cosa en sí. Es un error. Creer que entendemos las cosas sólo porque entendemos sus causas
Gracias, un saludo
marga
Padecemos un exceso de arrogancia con la ficción de que hemos dado con las causas. El término de etiología es muy solemne y engañoso y, generalmente, contiene reduccionismo.
El encantamiento actual reduccionista es el genético. No sólo se reducen los procesos biológicos a genotipos de poca resiliencia sino que, a su vez, se reducen los genes a su mínima expresión, negándose el pan y la sal al complejo proceso del desarrollo de la personalidad y de la narrativa autobiográfica.
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