Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 15 de junio de 2009

Copia eferente


Desde los primeros movimientos fetales la red neuronal registra los efectos producidos por las acciones propias. Cada acción decidida genera un flujo de estímulos provenientes de la amplia gama de sensores externos e internos. Estos estímulos son contabilizados como consecuencia de acciones propias y si son tolerados tras demostrar su inocuidad van siendo filtrados. No afloran a la conciencia.


Cuando corremos, saltamos, andamos o permanecemos estáticos, los sensores mecánicos de músculos, inserciones tendinosas y articulaciones son estimulados y envían sus señales a los centros sensitivos. Estos centros ya han sido notificados de la llegada próxima de esos estímulos pues a fuerza de repetirse la acción en curso la red puede predecir la consecuencia de las acciones que decide. Las programaciones motoras se elaboran contabilizando cuidadosamente los costos y beneficios de cada movimiento, en función de objetivos y contextos, evitándose (salvo en situaciones de lucha-huída) las acciones que producen daño necrótico.


Cada orden a los músculos lleva una copia que se dirige a los centros de recepción sensorial. En esa copia se informa de lo que se ha ordenado y los centros sensoriales pueden prever lo que va a suceder como consecuencia de la ejecución. Esa copia de la orden se denomina "copia eferente" (copia de salida) y es fundamental para organizar el trabajo de la red.


Cuando movemos los ojos el mundo se desplaza en la retina en dirección contraria. El cerebro sabe que se ha dado la orden a los músculos oculares para que miren a la izquierda y que por tanto el mundo va a desplazarse visualmente a la derecha. Ello permite filtrar los estímulos retinianos y así, cada vez que movemos los ojos, el entorno permanece estable. Si desplazamos un ojo con nuestros dedos podemos comprobar que los objetos, al no existir una orden a los músculos oculares, se desplazan.


La copia eferente permite construir la función de agencia, la convicción de pertenencia y propiedad de nuestro pensamiento, percepciones, emociones y acciones. Permite segregar los sucesos cotidianos y tolerados del organismo propio de aquello que sucede por obra de fuerzas y voluntades ajenas o no decididas.


Algo similar sucede con el Sistema Inmune: decide en cada momento qué antígenos (señas de identidad) pertenecen a individuos celulares tolerados (sean de casa o foráneos) una vez que les ha tomado la medida y ha validado su inocuidad. No se trata de clasificar y diferenciar únicamente lo propio y lo ajeno sino, sobre todo, garantizar la seguridad. Lo de casa puede ser peligroso (cáncer) y lo de fuera benefactor (síntesis de vitaminas p.ej.).


La copia eferente, por tanto, permite construir una idea de los límites de la acción del YO autorizado, inofensivo. Esta banda de autorización varía constantemente en función de los contextos y está influida, lógicamente, por el sistema de creencias, por expectativas y convicciones.


Una idea de organismo enfermo, desgastado, artrósico, con nervios pinzados, músculos contracturados etc activa un programa motor con una banda muy estrecha, con un umbral de dolor bajo, con los nociceptores "dormidos" en alerta, con la colecistoquinina convenientemente segregada y los opiáceos restringidos. La copia eferente, en este caso, sirve para activar el programa defensivo de protección de un aparato locomotor evaluado como vulnerable. Al contrario, una copia eferente de la intención motora, con un sello de autorización (tolerancia) por idea de organismo robusto, filtra los estímulos, con umbral alto de dolor, nociceptores "durmientes" dormidos, colecistoquinina en el depósito con el tapón puesto y los opiáceos convenientemente liberados para promover y gratificar el esfuerzo motor.


La copia eferente permisiva permite al grillo no oír su propio cri-cri, a la lombriz arrastrarse tranquilamente por la rugosa y áspera tierra y al esquizofrénico hacerse cosquillas a sí mismo.


La copia eferente restrictiva y alarmada impide desarrollar una actividad normal. En la fibromialgia el movimiento está desmotivado y penalizado por el cerebro. La copia eferente no filtra (tolera) sino que activa todas las alarmas, se vuelve intolerante. El YO se convierte así en el peor enemigo de uno mismo.


La cultura contribuye poderosamente a construir tolerancia e intolerancia, habituación y/o sensibilización no sólo en la esfera social sino en la individual. Al fin y al cabo un organismo no es sino una sociedad de células.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada respecto a la copia eferente y creo que esta e sla razón por la que las conductas de enfermedad (como tantas otras) son tan dificiles de extinguir una evz se han implmentado como expecatativa en el sistema aferente.El dolor es en realidad un recuerdo de dolor.

Arturo goicoechea dijo...

Paco: sobre todo es difícil de erradicar la conducta de enfermedad si no informamos debidamente de los procesos que mantienen activa esa conducta. En mi experiencia el concepto de copia eferente ayuda a los pacientes a entender mejor el problema del origen del dolor crónico

Ana di Zacco dijo...

Respecto a lo que dice Paco: tengo una viejita de 95 años (quiromasaje), muy lista ella, que hace muchos años se rompió un tobillo y a veces le duele. Yo siempre le digo que no le pasa nada a su tobillo, que simplemente es que su tobillo a veces le da por "acordarse" de entonces. No sé si me ha entendido del todo, pero algo creo que sí :)

Arturo Goicoechea dijo...

Ana: somos básicamente memoria (pasado, presente y futuro, amalgamados). Realmente si consigues reprogramar la memoria de tu abuelita dice mucho en favor tuyo y de la abuela. Hay que ser siempre optimista.

gK dijo...

Excelente entrada Arturo, y muchas gracias ya que tengo que estudiar este tema en alemán y me estaba volviendo loco. Tu explicación es mas que clara. Saludos

arturo goicoechea dijo...

gK: me satisface saber que el blog sirve como material escolar.

Saludos

Mafo dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada, me ayuda a enteder lo que está detrás del dolor. Gracias