Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

Click here to switch to the english version

martes, 1 de febrero de 2011

Mujer y dolor



Ser mujer conlleva un mayo riesgo de padecer dolor, especialmente si el dolor no está asociado a daño relevante en los tejidos. 

En los últimos años, los estudios sobre diferencias en dolor referidas al género se han multiplicado. Esta es una revisión exhaustiva: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2677686/pdf/nihms98634.pdf.

¿Por qué hay más dolor en las mujeres?

Se admiten propuestas...

El primer problema se plantea cuando juzgamos sobre el origen del dolor. El bien o mal llamado "dolor músculoesquelético" ¿proviene de músculos y esqueletos o de un cerebro vigilante-catastrofista asesorado por profesionales que atribuyen excesiva responsabilidad a desgastes, protrusiones, pinzamientos, contracturas...?

¿Es el organismo femenino más vulnerable, menos resistente a las cargas mecánicas?

¿Tiene el organismo femenino más estrés mecánico y psicoafectivo por los roles atribuidos por la cultura?

¿Es el modo femenino de evaluar el origen del dolor más catastrofista?

¿Afronta la mujer el problema del dolor solicitando más ayuda analgésica?

¿Qué papel juegan las hormonas?

¿Cómo es juzgado por los profesionales el dolor femenino respecto al masculino?

Las preguntas podrían multiplicarse hasta el infinito a través de todas las combinaciones posibles de factores. Lo cierto es que tenemos un serio problema de alta incidencia de dolor local y generalizado en la mujer con el agravante de la compañía frecuente de un estado de ánimo bajo y cansancio. 

El drama de la fibromialgia plantea muchos interrogantes sobre dolor y género. Abundan los trabajos que buscan (y encuentran) diferencias biológicas, influencias de factores hormonales, modos distintos de procesamiento cerebral. La biología existe. No cabe duda. Sin embargo se echan en falta las reflexiones culturales, el impacto del aprendizaje guiado por la copia-imitación-empatía y la información experta. 

Se analiza exhaustivamente el organismo, sus genes y hormonas, su biografía, sus estreses psicofísicos. Es el individuo quien contrae una misteriosa enfermedad. No se considera la posibilidad, aunque sólo sea una alternativa hipotética de trabajo y reflexión, de que el organismo esté razonablemente sano pero esté gestionado por un cerebro equivocado. Si la pedagogía del dolor es manifiestamente mejorable puede que la vulnerabilidad femenina provenga, al menos en parte, de su disposición biológica y cultural a una mayor atención a la vigilancia y evitación del daño. La mujer solicita más atención diagnóstica y terapéutica y, por tanto, es más vulnerable a las expectativas y creencias sociales, profesionales, sobre daño y dolor. 

La fibromialgia es la consecuencia de un cerebro sensibilizado. ¿Cómo se llega a la sensibilización? ¿Por bombardeo de señales de daño físico repetitivo a un cerebro emocionalmente sensible y depresivo o, además o preferentemente, por adoctrinamiento?

¿Necesitamos actualizar y divulgar la información sobre neurobiología del dolor? ¿Están las pacientes interesadas en esa pedagogía o recelan de ella?

El cerebro femenino proyecta más dolor sobre cabeza, "músculos", "huesos", "articulaciones", "discos", abdomen, boca. ¿Cuerpo real? ¿Cuerpo virtual?

Ser mujer, duele. Esa es la realidad.

17 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Una respuesta válida, seguramente de las muchas posibles, la dan las compañías de seguros.

Examinemos el precio de las pólizas de dos tipologías: de accidentes de tráfico y de salud.

Las pólizas de accidentes de tráfico en varones: como usted bien explicó en su libro, los hombres someten a su cuerpo -y también el ajeno- a destrucción violenta con más facilidad que las mujeres. Por eso las pólizas de seguros de tráfico son más caras para hombres que para señoras. Esto nos parece razonable a todos.

En cuanto al dolor la cosa cambia. Argüir si las mujeres "tienen más" dolores que los hombres es entrar en terreno pantanoso. Pero lo que sí es un hecho es que las mujeres "se quejan más" (=acuden a más consultas) que los hombres. Por eso, por mayor utilización de recursos sanitarios, las polizas de salud son más caras para mujeres, tarifa que se dispara a partir de determinada edad (=aumento de probablidad de embarazo = aumento revisiones, etc )

La pregunta es, ¿existirá un componente de alarmismo cultural que propicie a la mujer esa tendencia a la hipervigilancia de su salud? Escuchamos campañas de prevención: cancer de mama, osteoporosis, papiloma humano... Todo esto es correcto, pero aún a riego de que los exagetas de la salud pública me cucifiquen, ¿no aumentará también la idea de cuerpo enfermo entre la población femenina (con cierta tendencia biológica al miedo al daño tisular mayor que en los hombres) en los términos que se habla en este blog? ¿dónde está la medida?

La mejor manera de curar enfermedades, nos dicen, es prevenirla. Pero, ¿no está en la respuesta preventiva exagerada el germen de otro tipo de dolencia?

Un tema sugestivo y complicado.Muy acertada la entrada, que constata una realidad clínica inexcusable. Un abrazo!

Rubén Tovar dijo...

En mi opinión, las diferencias biológicas en el cerebro de hombres y mujeres tiene mucho que decir aquí. No creo que el cuerpo de las mujeres esté peor hecho, ni pueda soportar menores cargas físicas.

Debato a menudo, por las diversas visiones profesionales que me rodean, sobre las implicaciones culturales y biológicas.

Yo suelo estar del lado de la biología, más que de lo cultural, y aunque "haberlas haylas", creo que los roles bioloógicos pesan más que los roles culturales en la implicación del dolor, pero ese es mi sesgo profesional.

Las mujeres se preocupan más, son más empáticas, tienen mayor número de neuronas espejo, gestionan de forma diferente el estrés...

Estos son dos videos de un monólogo muy bueno sobre el cerebro de hombres y mujeres

http://www.youtube.com/watch?v=WwVS1zZ5Avc

http://www.youtube.com/watch?v=rZsNh0DYmqg

El aspecto cultural, y el tema del adoctrinamiento también daría para mucho. Seguramente si analizasemos las distintas poblaciones de mujeres que habitan la Tierra, encontraríamos muchas diferencias, pero claro, hay también están los genes.

Permítame Arturo este enlace sobre el dolor aprendido,

http://rubentovar.blogspot.com/2010/11/dolor-aprendido.html

y este otro, sobre el dolor en mujeres.

http://rubentovar.blogspot.com/2010/11/9-de-cada-10-personas-que-padecen.html

Anónimo dijo...

En otro orden de cosas, y respondiendo a su pregunta: mi experiencia personal con mujeres y pedagogía del dolor es contradictoria.

Es decir, con mujeres es donde más éxitos y fracasos (y en ambos casos, más notorios) he tenido con este enfoque. Las que tienen ganas de probar algo diferente, lo abrazan con más entusiasmo que los hombres y con resultados razonables, dependiendo del caso; ahora bien, en otras el arraigo cultural alarmista biomédico es muy grande y cambiar un sistema de creencias, literalmente, a veces supone cambiar una vida entera.

Y en algunos casos, éste es un riesgo demasiado alto que correr: entonces, la condición de dolor crónico y conducta de enfermedad, se convierte en la "opción menos mala", frente a la eventual "mejor" que sería hipotéticamente afrontar tal cambio.

Una vez más, la colisión de evaluaciones: los del paciente vs los del terapeuta.

Dentro de este último grupo, lo habrán notado, están las integristas de la "fibromialgia" (no va con sentido peyorativo lo de integristas; no obstante el entrecomillado para el palabro, se me antoja corto). Y desde cierto punto de vista es comprensible, como es de todos conocido: durante tantos años relegadas a la categoría de "locas", la FM supuso una plataforma "corporal" donde "mostrarse" como "dolor real" a la sociedad. "¡Bien! ¿lo veis? ¡no es cosa del coco! ¡Era cosa de reumatólogos!"

Ha pasado más de 15 años desde el invento (literal) de la FM y son los propios reumatólogos los que proporcionan las mismas viejas rectas de antaño: neurofármacos. Vaya por dios, el coco, que asoma de nuevo.
Y para rematar la faena, les hablamos de "cerebro", ése mounstro del averno que las retrotrae a tiempos de vacío e incomprensión.

La palabra "cerebro" es muy complicada a veces. Muy delicada. Inflamable. Peligro no tocar. Otra vez, sistema de creencias y también de recompensa: ¿cómo es posible que me diga que debo cambiar mi conducta de enfermedad, cuando he articulado toda mi vida en torno a dicha conducta? A veces, como decía antes, en algunos casos, por paradójico e irritante que pueda parecer, querer curarse tiene un precio demasiado alto.

A veces imposible de soslayar: uno se pasa horas hablándoles de dolor y cerebro, ejercicios y toma de control; reentrenamiento de la intolerancia... y cuando casi las tienes convencid@s y se van notando mucho mejor... un día te entran por la puerta y de repente te espetan:

-¿Sabes? hoy estoy fatal. Es que he ido al médico, al traumatólogo. Y me ha dicho que tengo una hernia discal. Al final era eso. Y me ha prohibido todos tus ejercicios y que guarde reposo.
Tengo cita con el neurocirujano la semana que entra. Me tienen que hacer un electromiograma. Aparte del disco roto, resulta que igual tengo los nervios tocados. Es que realmente estoy fatal. Ya nos vemos...


¿como competir desde esta humilde atalaya de una camilla de fisio con tan "doctas" opiniones de algunos "doctores"....?

Un saludo.

sofia dijo...

gracias,gracias, gracias estas terapias tan gratas,por volver a escribir en el blog,te echaba de menos incluso estaba enfadada por abandonarme...ji,ji pronto ire a darte la turra.sofia.(Fridha)

Novak Djokovic dijo...

Leí en Findrxonline que las mujeres sienten mas dolor que los hombres debido a que ellas son mas sensibles y sus problemas emocionales y psicologicos se reflejan en su cuerpo.

Anónimo dijo...

Hola despues de un diambular por un monton de medicos, acudi al Instituto Ferranza de Barcelona por mis mareos cronicos, cefaleas y sensacion de debilidad. Tras unas cuanats pruebas me han diagnosticado Disautonomia, pero no me ofrecen una curacion efectiva. He estado buscando en internet y si que coinciden los sintomas pero no se, estoy muy confundido, ¿que opina sobree sto doctor?
http://www.reumatologia-dr-bravo.cl/para%20pacientes/Disautonomia.htm

Un saludo y enhorabuena por el blog

Jose

arturo goicoechea dijo...

Oceano mar: comparto tus vivencias profesionales. En mi caso también hay casos de resolución brillante de "fibromialgias" pero, en general, las respuestas a las propuestas pedagógicas son decepcionantes. Sigue teniendo más tirón la búsqueda de terapias para su enfermedad aunque sea en Zurich con una intervención esotérica en la que se quita colágeno de cuatro puntos.

Es verdad que en muchos casos la personalidad, la biografía del-la paciente se ha organizado en torno a la enfermedad y cuesta disolver esa estructura y evidenciar un vacío. Las pacientes que han sido capaces de encontrar sentido y propósito a sus vidas, al margen y a pesar de la enfermedad, tienen mejor pronóstico.

Me afectan también los dictámenes de otros profesionales que irrumpen con sus hallazgos diagnósticos de imagen y sus propuestas de resolución quirúrgica.

Estamos condenados a oscilar entre los éxitos y fracasos, el agradecimiento y el desprecio. Somos héroes y villanos. Lo fundamental es disponer de un marco teórico y práctico que nos permite comprender el problema del dolor desde las dos vertientes: organismo y persona sufriente, ambas en el correspondiente marco social-cultural.

Gracias a todo esto podemos afrontar el complejo problema del dolor sin daño sin miedo con apasionamiento por lo que hacemos aun cuando no siempre consigamos liberar a todos los pacientes del infirno del despropósito cerebral defensivo ni de su dependencia cultural.

Gracias, como siempre, por las reflexiones.

Si te animas a escribir algo sobre lo que quieras, lo publicamos como entrada. Sería un honor para el blog y un disfrute para los lectores.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

elefante: en mi opinion no se puede separar la genética de la cultura como dos compartimentos estancos. En mi opinion la genética humana genera un cerebro copiador-imitador en un marco de referencia cultural. Para mí eso es biología, todo ello. Puede que haya genes más empáticos, más obedientes, más socializables y otros más díscolos, exploradores... Los fenotipos individuales interaccionan con otros fenotipos y se producen efectos complejos dentro del grupo. La discusión nature-nurture es eterna y, probablemente estéril.

He visitado tu blog. Siento no haberlo hecho antes. Lo incorporo a la lista.

Gracias por los comentarios y la referencia de los artículos, altamente recomendables.

arturo goicoechea dijo...

sofía: me alegra tener noticias tuyas. Si no te das prisa no me encontrarás en la consulta. Me jubilo.

arturo goicoechea dijo...

Novak: puede que así sea. Lo emocional puede animar la expresión de síntomas físicos pero habría que tratar de evitar esa interacción y separar los universos de la persona y el del organismo.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

Anonimo: los procesos que se describen bajo el término de disautonomía son correctos pero no comparto su origen. El cerebro interviene en la activación de las respuestas autonómicas y, en mi opinión, el problem fundamental proviene de la toma de decisión cerebral de activar respuestas, como la de lucha-huida, en contextos en los que no es adecuada (el individuo va a permanecer quieto).

En mi opinión, el enfoque sobre origen del problema no es correcto. Lo sitúa en una enfermedad misteriosa o en una genética de alteración de las fibras de colágeno y no hay nunguna referencia a los factores que se proponen en este blog (aprendizaje, cultura, expectativas...)

Saludos

Anónimo dijo...

Ok doctor, es que lo que me mosquea del diagnostico, disautonomia, pero para el tratamiento me dicen que con antivirales para subir las defensas..etc y que hasta dentro de 2 años no notare resultado?
El orinar mal, malas digestiones, dormir mal, tener mareos..y llamarle disautonomia es lo mismo que llamarle otra cosa y decir que tu sistema nervioso no funciona bien, pero no sabemos como tratarlo pero queda muy chic ponerle una etiqueta?
Gracias
Jose

Anónimo dijo...

Estimado Dr Arturo: te agradezco de corazón su ofrecimiento, de verdad me honras...aunque me temo que mi pluma no está para tan elevado vuelo, dado el nivel que muestras de en cada entrada diaria.

No obstante, recojo el guante y si acaso algún día alguna musa me inspira algún texto interesante, te lo haré llegar. Un abrazo y gracias!

arturo goicoerchea dijo...

oceano mar: es motivo de satisfacción para este blog el propiciar un lugar de encuentro de cualquiera que crea tener algo que decir. En mi modesta opinión pienso que tienes pluma sobrada para expresar lo mucho que tienes que decir sobre las cuestiones que nos ocupan a los habitantes del blog.

Bienvenido será cuanto digas en relación a lo que quieras decir.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

Anonimo: la tesis vírica del síndrome de fatiga crónica no está suficientemente demostrada. La propuesta de tratamiento antiviral me parecer descabellada y creo que sería una buena decisión rechazarla.

Salud de la Mujer dijo...

Gracias por compartir su gran post sobre la Mujer y el dolor con nosotros.