Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Confieso que he sufrido



Llevaba ya un tiempo con lumbago pero ello no me impedía seguir con mis actividades. Un mal día, jugando al futbol, tuve la certeza de que había sufrido una hernia de disco. Hice reposo en cama pero aquello iba de mal en peor y me aconsejaron operarme. Así lo hice. Me extrajeron un voluminoso disco extruido. Todo bien... durante unos 5 años. Después todo fue de mal en peor, con períodos de baja prolongados, inmovilizado en cama. De esto hace ya unos 20 años. 

El movimiento estaba muy limitado por el dolor y la rigidez. Entrar y salir del coche, sentarme, girarme, meter el pie en el calcetín cada mañana era complicado y penoso.

Así durante varios años, con bajas de uno o dos meses al año, recluido en cama. El Scanner mostraba cambios postquirúrgicos, fibrosis y cambios degenerativos. El neurocirujano daba por sentado que mi columna estaría inestable y hablaba de "poner unos hierros"...

Fue entonces cuando descubrí que mi enemigo era el reposo y que el movimiento me sacaría de esa situación. Era evidente que cualquier intento activaba el dolor sobre la columna. Pensaba que habría alguna raíz nerviosa "pinzada", músculos contracturados, artrosis, fibrosis... condiciones suficientes para justificar el dolor. Todavía tenía a Descartes en la mente y daba por sentado que el dolor surgía de donde lo sentía, de la columna. 

A través de movimientos simples en diversas posiciones y quitando el miedo, convenciéndome de que nada sucedería, conseguí cada día recuperar algo de movilidad en las articulaciones. A la vez me dediqué a buscar información sobre dolor, depresión, ansiedad, neurofisiología... Una cuestión me llevaba a otra... necrosis, apoptosis, inflamación, reparación de tejidos... evolución... percepción, copia eferente, sistemas de recompensa, hipervigilancia, neuronas espejo... memoria de dolor... nocicepción... cultura...

Sin darme cuenta cambié el chip. Dejé de ser cartesiano. Descubrí que el dolor no provenía de la columna sino de mi cerebro. Cada movimiento estaba evaluado y programado por el cerebro. YO sólo podía expresar mi deseo de levantarme y el cerebro se encargaba de lo demás. Si mi voluntad de girar, flexionarme o ponerme de pie era valorada como amenazante se activaba un programa defensivo-disuasorio. Si el cerebro no valoraba amenaza podía conseguir el propósito con un programa adecuado, articulado, sin reticencias.

Al principio necesitaba algún ritual. Me sentaba en una silla de la cocina en hiperlordosis y estiraba la cabeza hacia el techo como si ello permitiera despinzar algún nervio. En unos segundos sentía que la zona lumbar se relajaba. Otras veces no era suficiente y tenía que tumbarme y hacer una serie de movimientos para liberar las articulaciones lumbares, caderas... De cuando en cuando reaparecían, en grado menor, limitaciones de antaño, calambres, latigazos, rigidez... Extremaba el cuidado al coger pesos evitando flexionar la columna, me sentaba estirado forzando la curvadura lumbar (lordosis)... Había días mejores y peores , pero ya nunca estuve de baja. Con los años todo se ha ido disolviendo. Me siento como me da la gana, cojo los pesos sin pensar en cómo lo debo hacer, me he olvidado de "las buenas posturas" y hago una vida normal, sin restricciones.

Hace unos diez años empecé a dar forma a todos estos cambios en mis convicciones y conocimientos y pasé a la acción con los padecientes de migraña. Hasta entonces les contaba lo que me habían enseñado a contar (genes y desencadenantes), recetaba lo que me habían enseñado a recetar (ergóticos, antidepresivos, betabloqueantes...). Cuando llegaron los triptanes y los anticomiciales ya era un descreído convicto y había sustituido fármacos por pláticas, terapia por pedagogía... Luego vino la Fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica (encefalitis miálgica). Leí un artículo de Simon Wessely sobre terapia cognitiva y descubrí la trascendencia de la información, creencias y expectativas y las reacciones airadas de las comunidades de padecientes...

Más adelante vino la teoría de la información, señales, ruidos, procesamiento, Bayes, redes neuronales.

Justo un poco antes de publicar mi primer libro: Jaqueca, análisis neurobiológico de un dolor irracional (2004), leí un artículo de un tal Lorimer Moseley y más adelante, ya metido en toda la vorágine de la neurobiopedagogía, su libro Explain pain. El libro de Moseley me liberó de la carga de sentirme un predicador solitario en el desierto y, ya recientemente, la aparición de la SEFID (Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor) me permitió sentirme miembro de un grupo de fisioterapeutas (incluidos mi hija y mi yerno) con un buen cuerpo de convicciones compartidas, absolutamente apasionados por la biología del dolor, por tejidos y neuronas.

Realmente lo pasé mal en los años "de la columna". No había horizonte. Sólo dolor, rigidez, miedo, desesperación, incapacidad... "Los años del cerebro" me han liberado de ese infierno.

Y en esas andamos, tratando de trasladar convicciones y afrontamientos a otros padecientes, con desigual fortuna.

- No me convence... Dice que el dolor no existe... que está en tu mente... que duele porque piensas que te va a doler... que es psicológico... pero me han detectado en la Resonancia varias hernias de disco, artrosis, osteoporosis, pinzamientos, el fisio me ha dicho que tengo muchas contracturas, el estrés... voy a la escuela de espalda... 

En lo que se cria se cree y de lo que se cree se crea. Al menos es así para muchos dolores... "de columna"...



28 comentarios:

Jose Luis dijo...

Y dice usted que se va a jubilar enseguida? en estos tiempos de debate sobre la edad de jubilicion creo que a usted se le deberia obligar a trabajar hasta los 80 por lo menos, seria un delito privar a los padecientes de un excelente profesional como usted, imaginese su sustituto recetando de nuevo un arsenal de pastillas
Un saludo de Jose Luis "el del mareo"

arturo goicoechea dijo...

Jose Luis: me jubilo de la Institución pero no de lo que ha dado sentido a mi vida, eñ interés por la Biología, el organismo, la red de neuronas... Seguiré al pie del cañón, más libre, sin la etiqueta de "neurólogo".

Gracias por sus comentarios.

Ani dijo...

Gracias a Dios,Dr., que no se jubila de nosotros, sus fieles seguidores.

Eternamente agradecida por lo que sus creencias estan haciendo en mi.
Todavia tengo ciertos dolores de la fm, algunos un poco fuertes, me cuesta llamarla enfermedad, pero sigo convenciendo a mi cerebro que estoy razonablemente sana.

Obligo a mi cuerpo a hacer caminatas cada vez mas largas e intensas, mi cerebro asustado tiembla cuando me ve ponerme la ropa de deporte, reclama, se retuerze, no quiere que haga el ejercicio, pero al rato cede y puedo hacerlo cada vez mas tranquila.

Me esta ayudando tambien, un sicologo, a racionalizar ciertos miedos adquiridos, me manda un libro y en la consulta semanal lo tratamos.
Deseo seguir mejorando, pero, me falta paciencia. Pero...a como estaba al inicio, he mejorado un 70%.
Gracias, nuevamente por su invalorable ayuda...

inaki dijo...

En ocasiones no hay mejor y más esclarecedor ejemplo que la propia experiencia. Este testimonio no hace sino sustanciar aún más si cabe los argumentos que sostiene sobre biología del dolor y anima a aquellos que no ven resueltos con la anhelada celeridad sus desatinos cerebrales. Muchísimas gracias una vez más por compartir no sólo el saber sino su propia experiencia.

arturo goicoechea dijo...

Ani: esto de educar el cerebro es como apagar un incendio: a veces quedan brasas y hay que seguir atento una temporada para acabar con todas ellas. Después hay que cuidar el bosque para que no vuelva a incendiarse.

Me alegra que te vaya un 70% mejor.... ¡A por el 30% restante!

Saludos

arturo goicoechea dijo...

Iñaki: todos aprendemos de los relatos ajenos si les prestamos la escucha. Yo aprendí mucho de la escucha de los relatos de los padecientes. Gracias a ellos me vi forzado a cambiar mis convicciones para contestar a todas las preguntas que se iban formando y a todas las incoherencias que iban apareciendo en la doctrina oficial.

Saludos

iMAM dijo...

Buenos días, Arturo.
Me gustaría saber, desde tu punto de vista, si el proceso que narras de la rutina de ejercicios lo consideras un proceso terapeútico físico o simplemente una proceso cognitivo (o terapeútico cerebral). Me explico mejor: ¿los ejercicios actuaron sobre la zona lumbar, donde teóricamente hubo/había un daño, o por el contrario actuaron sobre la manera en que tu cerebro gestionaba las percepciones que recibía?
¿O podemos decir que fue la suma de ejercicios (actuando sobre la columna lumbar) + proceso de aprendizaje sobre neurobiología del dolor, lo que te llevó a solucionar tu problema?

Gracias por la respuesta y un saludo.

Carlos dijo...

Hola Dr.
Lo fundamental, después de tres meses de leerte cada día, no me parecen los conceptos más técnicos del modelo sino la idea sencilla que ese dolor es un montaje, una película, una pesadilla. Y que por lo tanto hay una posible denuncia del montaje, un desmantelamiento, una solución. Esto le da sentido ¡a tantos absurdos sobre el dolor planteados durante años! Y le da sentido al enigmático placebo y le da sentido a tantas terapias que funcionan como placebo... En el fondo este dolor proyectado sólo es un efecto más de la imaginación humana, no que imagina tener dolor, sino que imagina estar en peligro , una especie de subproducto colateral de la misma capacidad que nos llevó hace más de un millón de años a anticipar el uso de la herramienta que necesitaré mañana y fabricarla, de la estrategia de la caza que nuestro grupo habrá de desplegar, del goce sexual que ahora no tengo, de la muerte que me ha de venir, de un más allá de la muerte de mis personas queridas en rituales funerarios... El dolor sin daño sería, evolutivamente, un coste derivado del beneficio del mecanismo del dolor con daño (común a muchos animales) y de la imaginación anticipadora típica del cerebro humano. (Entiendo que la anticipación cerebral es no sólo consciente y que reservamos el término imaginación propiamente para la construcción consciente, sea anticipando o delirando).
La narración de tu caso es algo más que un testimonio magnífico, es la observación princeps de donde arranca el modelo sobre dolor sin daño y la convicción del poder de la reprogramación. Es como si el sapiens que ha pintado un demonio en la pared retrocediera espantado ante su propia creación: la imaginación ha objetivado un enemigo de más, inexistente. Pero entonces se necesita también toda la potencia de la imaginación consciente para contener sus excesos: para anticipar que uno moverá la columna bien, o que uno andará sin dolor en la cabeza, que el demonio es falso...

Aprovecho: hay una cosa en la que no estoy nada de acuerdo: eso de seguir después de jubilarse "sin la etiqueta de neurólogo". Esa etiqueta te protege y nos protege a todos. Y más la de "jefe de neurología del hospital x". Ese paraguas da seriedad a tu blog, hace detenerse a los peregrinos de la red en busca de remedio, y te distingue de un hechicero al uso. Ya sé, también los contenidos científicos... Pero me pregunto, parroquianos del blog, si somos honestos, y el primer texto que leimos viniera firmado por el papa del Palmar de Troya, por decir algo, con los mismos razonamientos impecables... ¿nos hubiéramos quedado? El principio de autoridad (aquí profesional) es algo con lo que contar cuando se trata de trabajar con convicciones y anticipar resultados fiables...
Gracias por el testimonio y saludos a todos

arturo goicoechea dijo...

iMAM: los ejercicios eran de contenido perceptivo, de imaginar una zona articulada y conseguir la autorización cerebral porque nada nocivo iba a suceder. Al principio había miedo a equivocarme y aumentar el daño con el ejercicio como quien tiene miedo a meterse al agua para aprender a nadar pero poco a poco veía que el ejercicio me eliminaba el dolor en unos segundos.

En mi opinión no fué un trabajo sobre condiciones mecánicas sino sobre la representación cerebral de mis acciones sobre el esquema corporal, interocepción.

Realmente no había trabajo muscular sino ejercicio mental de quitar miedo al movimiento. A la vez iba haciendo un trabajo teórico sobre estado de los tejidos en relación a su historia (la hernia discal del pasado). Aprendí a confiar en los procesos de reparación tisular y ví que una columna en alerta sufre estrés mecánico injustificado.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

Carlos: suscribo con entusiasmo todo lo que dices y te invito a exponer tu idea desde tu óptica en una entrada que publicaré con gusto.

Respecto a la etiqueta de neurólogo, me refería a desvincularme más claramente de los modos oficiales de afrontar el tema del dolor pero, en honor a la verdad, ya no podré seguir diciendo que soy el Jefe de la Sección de Neurología. Tendré que añadir un EX a lo de Jefe...


Saludos

Ani dijo...

Realmente Dr, eso de decir que Ud. es Jefe de Neurologia de un Hospital importante, me ha protegido , nos ha protegido como dice Carlos, cuando hemos querido divulgar sus creencias.

Mas de una vez, he explicado en los foros de Fm en que consiste esto del "cerebro asustado" y las respuestas agrias no se hicieron esperar: "Ah, ya conozco eso, es la reprogramacion neurolinguistica"; "ah, ten cuidado con los charlatanes", o sino me decian: sabia que por ahi iba la cosa, pero tu que tomas para el dolor? (plop!)

Pero, la verdad me solazaba diciendoles que era Ud Jefe de Neurologia de un hospital importante y se quedaban calladas.

Lo peor de todo, era que le daban una leidita fugaz a alguna entrada de su blog y se acabo!!
Ningun pensamiento acerca del asunto...
A seguir quejandose del dolor y de la incomprension y "mira que me ha salido otro sintoma..."
En la fm, los sintomas son floridos.

El camino no es facil...pero, siquiera deberian leer la informacion del blog.Leerla y releerla, como lo hice varias veces con algunas entradas.

Yo sigo divulgando sus teorias, pero cuando veo que la amiga-padeciente de fm, no lee la informacion...me molesta y me da pena...bueno, cada uno con su tema y el que quiera que lo siga...o que siga sufriendo.

Un saludo

Carlos dijo...

Hola Arturo. Lo de publicar una entrada, me parece un honor. De momento creo que tengo aun más guerra que dar (dudas, objeciones, etc.), y sobre todo un camino que hacer con mi propia migraña. Pero vale, gracias, tomo nota y no cae en balde.
Saludos

iMAM dijo...

Arturo, muchas gracias por la respuesta.
Entiendo por tanto que su proceso de curación se basó en dos elementos (si me equivoco, corrígeme):
-Por un lado, la recuperación de la confianza en los procesos de autorreparación del cuerpo y la pérdida de miedo al movimiento (trabajo de autoconvicción razonada).
-Por otro lado, la interocepción, la gestión cerebral de las percepciones y del propio movimiento.

Es decir, ¿das por hecho que en tu caso ya no existía daño tisular tan solo una columna en alerta, o por el contrario crees que sí lo había y esa fue tu estrategia terapeútica ante el daño tisular?

Nuevamente gracias por intentar aclararme estos temas.

Arturo Goicoechea dijo...

Ani: realmente produce rabia, tristeza, impotencia conocer las reacciones de las padecientes a las propuestas de origen cerebral. cultural, de su padecimiento. Su defensa a ultranza de la tesis de enfermedad misteriosa sin tratamiento les hunde en un pozo de indefensión del que, incomprensiblemente se niegan a salir si no es por la vía de un tratamiento, una acción terapéutica externa.

Espero que alguna vez tus esfuerzos consigan fruto con alguna de ellas.

Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

iMAM: creo que tus apreciaciones son correctas. Pienso que existió un daño (extrusión discal con daño radicular) que fue suficientemente reparado. Como secuela perdía la articulación L5-S1 pero el cerebro puede y debe organizar patrones de movimiento fisiológicos con el resto de las articulaciones para facilitar mis propósitos sin que ello suponga una amenaza a la integridad tisular. Los programas anticipados de contractura-dolor y bloqueo articular no están justificados y suponen un estres mecánico absurdo.

Saludos

Manderley dijo...

Esto me recuerda a un artículo aparecido en Body in mind, sobre la alteración en las estrategias de activación motora en pacientes dentro de un contexto de miedo al movimiento, donde electromiográficamente se podía hacer objetivo que existía un aumento de la contractibilidad muscular desproporcionada en los músculos superficiales respecto a los estabilizadores, con un mayor gasto energético y stress mecánico.
Independientemente de coexistir miedo al movimiento, o no ( stress mecánico compensatorio a un movimiento limitado. Ej; un exceso de rotación externa glenohumeral como compensación de una limitación de la supinación del antebrazo ), dentro de qué categoría de daño, empaquetamos el dolor por stress mecánico? ( supongo que inminente ), y que efectos fisiológicos ocurren a nivel del tejido somático para que favorezcan la aparición del dolor debido al stress mecánico ( en ausencia de daño tisular )?

Arturo Goicoechea dijo...

Manderley: el estres mecánico se produce por la realización del movimiento con una contracción defensiva, innecesaria, de la musculatura superficial.

El dolor no necesita que se produzca señal nociceptiva en la columna. Se edita directamente desde el cerebro como parte del programa.

Cuando leí el artículo de Moseley al que te refieres me acordé de mi proceso. Me facilitaba una explicación.

Saludos

Lurdes Sacristán dijo...

Gracias Arturo por compartir con nosotros tu proceso, en cuanto a lo de la jubilación, nos reíamos hace poco cuando te comenté que qué iba a ser de tantos padecientes sin ti y me dijiste que no abandonarías, creo que el título de ex jefe de Neurología te quedará muy bien cuando llegue el momento. me ha encantado tu historia,un abrazo enorme.

Arturo Goicoechea dijo...

Lurdes: creo que la jubilación me dará más libertad para opinar. Tengo muchos proyectos... Ya veremos en qué queda todo...
Un abrazo

LOURDES dijo...

Ha sido todo un placer conocer como se gestó el descubrimiento del dolor sin daño. Gracias a ello tuve la gran suerte de conocerle, de liberarme de la migraña y tener otra prespectiva sobre el cerebro y el dolor. Con tu propia experiencia y tus conocimientos eres un tesoro a guardar a buen recaudo.
Lo que espero es que con la jubilación sus nuevos proyectos tomen forma y tengamos aún más noticias suyas.
Un abrazo.

arturo goicoechea dijo...

Lourdes: gracias. El placer ha sido mío.

Un abrazo

iMAM dijo...

Arturo, disculpa la insistencia, me parece un tema interesante y estoy encantado de poder discutir contigo.

Como bien dices, estamos de acuerdo en que hubo un daño (extrusión discal con daño radicular) que ... ¿fue suficientemente reparado? Obviamente sí, se extrajo el disco, con lo que muerto el perro... ¿muertas también las secuelas?

Llevo tiempo siguiendo tu blog, me ha enseñado muchas cosas, pero sobre todo le ha dado base a un horizonte que llegaba a otear pero que nunca alcanzaba a disfrutar.

Sin embargo, sigo sin tener completamente claros algunos conceptos, y no porque tu no los recalques lo suficiente. Por ejemplo, me da la sensación de que algún lector (entre los que yo me incluí al principio) extrapola tus explicaciones a todo tipo de dolor, cuando se refieren solamente al dolor sin daño tisular.

En el caso que nos narras, y quizás por mi de-formación profesional, no puedo evitar seguir creyendo que SÍ había daño tisular 5 años después de la intervención, y que tu manera de afrontar la situación contribuyó a que el cuerpo se re-adaptara o corrigiera ese daño tisular (llamémosle fibrosis, llamémosle atrofia muscular, llamémosle deficitario control/activación motora, llamémosle receptores hiper-vigilantes, hiper-solicitados, llamémosle nueva situación biomecánica, necesidad de nuevos patrones de movimiento...).

Lo que me gustaría conocer es si realmente crees que tus molestias (posteriores a la IQ) no eran debidas a daño tisular, crónico, pero daño al fin y al cabo, y que por tanto eran sólo debidas al error cerebral de apreciar como dañino o peligroso todo lo que implicara a la zona en cuestión.

...o si sencillamente puede que hubiera un poco de todo, algo de daño tisular, algo de valoración de riesgo (algo de valoración justificada y algo de injustificada), algo de mala-educación...

Con el tiempo y unas sidras, creo que no soy el único que te agradecería una serie de entradas profundizando en este campo.

Gracias por el interés, un saludo

Arturo Goicoechea dijo...

iMAM: supongo que yo tampoco estoy exento de mi deformación profesional y probablemente veo más fácil cerebros equivocados que tejidos dañados pero en mi caso, y en la mayoría de los dolores crónicos, creo que es un problema de cerebro equivocado ya que no existe un foco activo de daño agudo, un foco de necrosis. Puede que el organismo exprese en exceso, en ocasiones, el proceso proliferativo (neovascularización, reinervación) en tejidos que ya no lo necesiten por no haber necrosis ni inflamación y ello facilite el dolor mecánico con acciones inofensivas pero en este caso también cabe pensar que anda Don cerebro animando y prolongando la fase reparativa.

He visto a padecientes en plena fase de herniación, con déficit motor e imagen de hernia extruida. Les he explicado lo básico, les he tratado de quitar el miedo al movimiento y les he animado a seguir con sus planes (laborales, recreativos...) y han ido bien, sin apenas dolor. Poco a poco han recuperado la articularidad lumbar.

Creo que el dolor forma parte de la respuesta de la fase aguda. Si se prolonga más allá, en mi opinión se trata de una disfunción del apagado de la alerta, es decir, de una disfunción evaluativa, cerebral...

Con toda seguridad hay muchas excepciones. La labor del profesional es la de contemplar todos los ámbitos y tratar de recuperar la función, no sola y exclusivamente la supresión del dolor (al precio que sea).

Saludos

Enrique Zubiaga dijo...

Magnifica entrada, Don Arturo.

Su teoría me parece fantástica y sobre todo rompedora.

Ahora sólo falta que me hipnotice a mi mismo, y ya puestos también a mi Pilar, y consigamos olvidarnos de que la espalda nos está dando el coñazo desde hace ya unos cuantos años. Sería el mejor regalo de Navidad, un sueño.

De las posturas mejor ni le cuento, no sabe usted la cantidad de horas que paso despatarrado en mi oficina. Vamos, que si me ve un especialista en columnas me denuncia a las autoridades.

Así que para que el sueño se cumpla espero que nos de usted instrucciones más precisas al respecto, y a ser posible con una botella de vino delante.

Un abrazo, recuerdos y feliz Navidad.

Arturo Goicoechea dijo...

Enrique: no es la espalda real la que canta sino la virtual, la representada en el cerebro, el teatro de lo imaginado. Si no fuera así no seríamos humanos...

Cuando aún sufría mi condición de padeciente por columnas virtuales, yacente en cama, recibí la visita de unos amigos... Se quedaron a cenar y decidí levantarme y sentarme como pudiera en la mesa. Me pusieron unas cuantas almohadas en la silla. Cenamos, bebimos, discutimos... y, me ví, sin darme cuenta, yendo a la cocina a por otra botella devino... sin dolor...
El suceso me pareció digno de ser considerado y le seguí la pista buscándole explicación...

Un abrazo. Indolora Navidad

Enrique Zubiaga dijo...

Arturo. A ver si el secreto va a ser el vino?

Arturo Goicoechea dijo...

Enrique: el alcohol es un inhibidor neuronal. Lo primero que inhibe son las zonas corticales "nobles", ejecutivas, que es donde se deciden todo tipo de inhibiciones. La inhibición alcohólica de lo que nos inhibe estando abstemios hace que surjan todo tipo de estados. Por ejemplo el de no dolor (en ausencia de daño).

El alcohol también nos libra de la percepción de frío. Eso es bueno cuando la temperatura es templada, asumible pero nos puede llevar al coma hipotérmico si realmente hace frío y nos tumbamos a dormirla...

Un abrazo

Ani dijo...

Ay,dr; su anecdota sobre la visita y las botellas de vino me ha hecho reir y me hizo acordar cuando en octubre me fui una semana al Caribe.

Tendida en la playa bajo una palmera o tomando cockteles en la piscina, no me acordaba que significaba la palabra dolor.

A mi regreso me acorde que sufria de fibromialgia y ahi fue cuando se develo, por completo, el gran secreto: mi cerebro tambien se habia tomado unas vacaciones.
Le avisare que es epoca de fiestas y que se olvide de cuidarme unos dias.

Felices Fiestas Dr.
Con afecto
Ani