Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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miércoles, 20 de octubre de 2010

Síndromes



Un síndrome es un conjunto de síntomas que tienden a aparecer agrupados. Por ejemplo, la migraña es un síndrome, constituido por dolor de cabeza e intolerancia sensorial y digestiva. La fibromialgia es otro: dolorimiento general y cansancio.

A los síndromes se les pone condiciones, criterios diagnósticos y un nombre. Si se cumplen, los médicos le reconocen el síndrome con su etiqueta. La etiqueta transforma el síndrome en "enfermedad", algo definido, tangible, digno, subsidiable, con una causa (no identificada) y un previsible tratamiento que llegará algún día.

Hay síndromes que se acompañan de alteraciones somáticas evidentes que permiten legitimar el sufrimiento, los síntomas, aun cuando no se conozca bien la causa. Encontramos en análisis y pruebas de imagen alteraciones objetivas.

Otros síndromes no muestran alteraciones de sustancia. No quedan bien explicados. Los etiquetadores los denominan: Síndromes sin explicación médica.

- Me encuentro fatal

- Todo es normal. No me lo explico.

- Pues YO algo tengo que tener

- Tiene un Síndrome sin explicación médica

- No me vale

- Tiene usted fibromialgia

- Eso es otra cosa...

El poner nombre a un Síndrome sin explicación médica es un arma de doble filo. El nombre se agradece pero puede atrapar al padeciente en un laberinto del que resulta complicado salir.

- Tengo fibromialgia. Es una enfermedad misteriosa, emergente, sin curación... Me han concedido la invalidez aunque he tenido que pelearla...

Las enfermedades-etiqueta inexplicadas son enfermedades invisibles... para los demás e imprevisibles para el padeciente. Es difícil defenderse: no se pueden interpretar, predecir ni controlar. Las enfermedades explicadas son otra cosa. El padeciente sabe lo que tiene y puede defenderse, adaptarse.

Los padecientes de Síndromes-enfermedades sin explicación médica envidian a los enfermos reconocibles.

- Le parecerá extraño pero preferiría tener un cáncer...

Los padecientes de fibromialgia (enfermedad invisible) sufren más que los de Artritis reumatoide (enfermedad visible) a pesar de que sus articulaciones no están deformadas e inflamadas.

La convicción en lo invisible tiende a arraigarse a pesar de la falta de pruebas o que, incluso, estas apunten a que todo es normal.

- Sé que estoy enferma...

- Es todo normal. Su organismo está bien aunque el cerebro lo gestiona de forma sensible, intolerante...

- No estoy de acuerdo. Mi organismo está enfermo, tiene que estarlo, necesariamente...

Un Síndrome sin explicación médica está constituido por diversos programas cerebrales que se han activado por decisión cerebral tras una evaluación errónea de enfermedad.

En la migraña se activa el programa: ¡peligro, amenaza de necrosis en la parte izquierda de la cabeza! En la fibromialgia el de desincentivar (cansancio) y penalizar (dolor) el movimiento por evaluación catastrofista de consecuencias.

Los síndromes del padeciente sano son programas encendidos que tendrían que estar apagados...

- ¿Qué puedo hacer, entonces?

- Es muy sencillo: apaga.. y vámonos...

7 comentarios:

legemcruz dijo...

Ya no puedo asomarme por aquí a diario como antes, pero de vez en cuando vengo y me pego un atracón. Mi cerebro así se formatea y asienta la "buena información" que nos proporciona usted con su habitual claridad. Sigo mejorando, poco a poco, y se que llegará el dia en que ya no recuerde cuando fue la última migraña. Sin embargo, echo de menos un libro como el de la migraña a nivel general, con los conceptos del dolor que explica en el blog pero aplicados a toda clase de dolores "inexplicables". Y en concreto, a la ingente cantidad de dolores situados en "la espalda" (desde las famosas cervicales al no menos famoso lumbago). A mis amigos padecientes de la espalda les recomiendo su libro de la migraña y les digo que los conceptos sobre el dolor que allí se explican se pueden extrapolar a su dolor, pero no les convenzo. Si a ellos no les duele la cabeza! Así que le pregunto: ¿cómo va su proyecto con su hija fisio y la ex padeciente de fibromialgia? Ni se imagina la lista de amigos/conocidos a los que se lo regalaría con gusto. Gracias por todo, como siempre.
Cruz.

Arturo Goicoechea dijo...

Legemcruz: me alegra tener noticias tuyas y que sean buenas. El libro que prometí está en la cabeza. Intenté bajarlo de allí pero se resiste. Algún día nacerá. También tengo curiosidad por conocerlo.

Saludos

Anónimo dijo...

Estoy con Legemcruz, se echa en falta un libro que trate de forma general los dolores inexplicables, y tanto mejor si es escrito con sus sencillas y formidables explicaciones.

Por ejemplo, llevo varias semanas con un dolor de cervicales que no le encuentro explicación, y no lo relaciono con ningún movimiento brusco que haya hecho, mala postura, traumatismo...En mi opinión no lo achaco a un problema muscular ni de columna. En definitiva no se la causa del dolor, solo se que me duele el cuello cuando lo muevo y me impide hacer cosas.

Podría decirme de qué manera puedo distinguir si este dolor, como en el caso de la migraña, es por un error del cerebro al evaluar necrosis consumada o inminente, o bien no es un error cerebral, y es cierto que hay daño real que se manifiesta mediante el dolor.

Un saludo

Arturo Goicoechea dijo...

Anonimo: comparto la opinión de que faltan libros sobre la materia. Intentaré darlos a luz.

Respecto al dolor cervical, debe descartarse primero un motivo claro que explique bien el origen del dolor. Una vez descartado, nos encontramos con el cerebro alarmista, equivocado, criado en creencias y expectativas de vulnerabilidad, miedo al daño y dolor con el movimiento y postura.

Un buen fisioterapeuta, versado tanto en estructura y función de aparato locomotor y en neurobiología del dolor puede ayudarte.

Saludos

Sol del Val dijo...

Me alegro mucho de haber puesto mi humilde granito de arena para contribuir a difundir el mensaje del Dr. Goicoechea.
Creo firmemente en lo que trata de enseñar y es admirable su forma de defenderlo aún a costa de la incomprensión o el silencio de la mayoría de sus colegas expertos.
Gracias, Dr. Goicoechea , por brindarme la oportunidad de escribir la entrada.
Saludos

LOURDES dijo...

Sol; al escribir mi comentario no he dicho lo buena que es tu entrada. Mi enhorabuena!!! por si no se había notado lo que me gustó tu exposición.
Aunque a todos los que estamos agradecidos al Dr. nos duele ver cómo lucha a pesar de tener a la inmensa mayoría de su colectivo en contradicción o indiferencia, hay algo que está muy claro, y que él sabe: ninguno de ellos puede cuestionar el contenido pues son conceptos básicos de la biología del dolor actual.Y esto es algo muy importante para todos los que inicien su conocimiento en este blog.
Un saludo.

Arturo Goicoechea dijo...

Sol: gracias por el trabajo. Aprovecharé todas tus reflexiones para desgranar las ideas en sucesivas entradas...

Saludos