Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 25 de octubre de 2010

Doctor, ¡tengo miedo!



M.Sol del Val 
Psicóloga. Col. M 16624
Experta en duelo e intervención en crisis




-Dr., estoy desesperada, ¡deme algo para el miedo!.
-Ya sabe: no se mueva, no coma, no beba, no se vaya de juerga, no duerma poco ni mucho, no se disguste, no trabaje demasiado. Vive en un organismo débil, muy sensible, necesita de múltiples cuidados.
-Pero, ya hago todo eso y no desaparece, cada vez es mayor, se ha convertido en una pesadilla. Tiene que haber alguna solución.
-Ya le hemos administrado todas las terapias conocidas. No sabemos qué hacer con usted. Se ha convertido en una miedosa crónica. Algo no ha hecho bien.


La paciente abandona la consulta con el miedo a las espaldas y la mochila de la culpabilidad cargada hasta los topes. Quizás la salida de la consulta habría sido distinta si el experto hubiera comenzado por contar la historia desde el principio... 

Una fobia es un temor irracional compulsivo, algo que experimentamos en un momento determinado de nuestras vidas condicionado por numerosos factores (personalidad previa, aprendizaje, experiencias,  estilos de afrontamiento…)

Hay fobias de múltiples y variados tipos, para todos los gustos. Todas se sustentan en el temor exacerbado a que algo catastrófico ocurra. Todas comparten el componente irracional de dispararse ante estímulos aparentemente inofensivos que  no revisten peligro real para el organismo que los percibe. En ocasiones todo el cuadro fóbico florece ante la percepción consciente de un objeto, situación, persona… pero en otras ocasiones la señal de salida se produce por algo que no percibimos conscientemente. Algo que vemos como por el rabillo del ojo.

En el caso de la migraña hay multitud de estímulos, a veces conscientes y a veces no, que desencadenan y hacen que salte la alarma y el cerebro mande, al organismo en el que reside, el mensaje de que es necesario protegerse (como en el caso de una fobia). “Algo” terrible va a suceder si no hago “algo”. El organismo se ve así prisionero de una conducta que lejos de hacer que domine y controle más y mejor la situación le suma en un ritual de evitación que en  la mayoría de las ocasiones sigue los dogmas propuestos por los expertos pero que siempre lleva aparejado una lista innumerable de acciones, creencias, pensamientos y emociones que configuran la “migraña personal”.

Cada cual tiene su ritual de evitación, justificado por la negativa a enfrentarse con la situación temida y por el miedo que supone perder el control.

La evitación es un instrumento perfecto al servicio del miedo y de la perpetuación de la  fobia. No hay nada peor que evitar. El monstruo se hace cada vez más grande, los fantasmas acechan a cada paso que se da, llegando a producirse un estado de indefensión que lo acapara todo. Toda la vida gira en torno a “ello”. Todo se explica en función de “ello”, todo está condicionado a que “ello” pueda aparecer. Dejamos de decidir, de elegir, de disfrutar, todo lo miramos con las gafas de madera del miedo.

Todo lo que creemos que nos sirve para romper el hechizo y recuperar el control se convierte en una adicción. No podemos vivir sin esa bolsa repleta de cosas que tenemos la convicción de que nos ayudan: el calmante, la oscuridad, el frío en la sien, el recogimiento, la coca cola, meter los pies en agua fría, meter la cabeza debajo del grifo o bailar una sardana a la luz de la luna. El cerebro nos pide más, cada vez más. No se sacia nunca, nunca está satisfecho, nada es suficiente. Las migrañas se hacen más intensas, más frecuentes, igual que en cualquier otra fobia. El miedo irracional sobredimensionado se instala y echa raíces. Cada vez son más los estímulos evitados, cada vez son más complejos los rituales para romper la maldición. A pesar de todo nada funciona. La culpabilidad se instala en el individuo, acrecentada y nutrida por la voz de los expertos. 

Un día en una revista especializada encontré la reseña de un libro. De su mano el descubrimiento de este blog y con ello lo que me ayudó a no tener miedo, a romper el círculo fóbico-adictivo de la migraña. Desde mi experiencia y el aprendizaje inestimable que encontré con la pedagogía del Dr. Goicoechea creo que estas son algunas de las claves:

- Reprocesar la información. Cambiemos los viejos paradigmas acerca del dolor por conocimientos nuevos.
- Desensibilizar. Para ello hemos de desarmar y dejar sin poder a lo que consideramos “desencadenantes”. Comamos chocolate, bebamos vino, dejemos que el viento del sur nos de en la cara, durmamos poco o mucho, trabajemos con el ordenador, enfadémonos y, en fin, actuemos, decidamos, elijamos.
- Afrontar con coherencia. Si nuestra nueva creencia (basada en información nueva) es “nada está pasando en mi cabeza” es necesario hacérselo saber a nuestro cerebro y el único modo es ACTUAR: levantarse, debatir, apagar las alarmas, seguir el ritmo, no dejarse amedrentar y no evitar.

No es fácil, no es mágico, te hace salirte de lo establecido, produce no pertenencia a un grupo de afectados, crea al principio una sensación de estar en el trapecio sin red, es un proceso, requiere de paciencia, tesón y perseverancia pero tiene unos efectos secundarios sin parangón: te devuelve el control, te permite disfrutar de pequeñas cosas que habías abandonado hace años, disuelve el miedo.
      
-Dr, me voy más ligera, ahora entiendo todo…     

11 comentarios:

LOURDES dijo...

Impresionante!! no puedo sentir más identificada. Fueron 12 años. Los primeros malísimos, pero después un poco mejor, hasta que un día directamente "no salí de la crisis". Todo cuanto hacía, todo cuanto me indicaban y prescribían, no me mejoraba. Al final era una sombra en un sofa- nunca me gustaron las camas- aislada del mundo durante meses, de tu pareja, de tu trabajo...Pero eras compadecida....esta enfermedad, que dura es... porqué será, qué sentido tiene, porqué cada vez peor....
Cuanto más alto apuntaba en el campo de los "sabiondos del dolor" peor iba. Y EL MIEDO? qué decir del miedo? todo daba miedo... salir, coches, te mareabas, te penetraban los ruidos en la cabeza, en un bar, ya hasta mi marido se contagiaba, y no soportaba los platos ni gritos de niños...
En fin "pesadilla crebral", y lo peor el sentimiento de culpabilidad... esa mochila como si fueras a escalar el "Annapurna".
A diario alego y recurro por "indefensión" de mis defendidos. Yo si que estaba en "indefensión pura".
Solo puedo decir, gracias, un millón de gracias.....por esta valiosísima información.
Recuperé mi vida, de la misma forma que lo hizo SOL DEL VAL: No hay nada que le guste más a una fobia que el miedo. Pero para la "no evitación" d elos "factores" es precedente necesario haber asimilado la información, un cambio de pensamiento en cuanto al origen de tu dolor, y saber que habitas en un organismo sano.
La recompensa, no tiene precio... el bucle fue dejando de circular.. Pero hay que trabajar y preferir no ser un "enfermo con etiqueta" que justifique tu dolor y tu conducta - justificada a su vez por el dolor-.
Doctor, ¡¡¡ Yo ya no tengo miedos!!!
Gracias y un saludo.

Jaime dijo...

Miedo... hace algunos dias que no entro al blog, y me encuentro con esta magnifica entrada... Hoy estoy cautivo y desarmado: Cautivo del miedo y desarmado, sin capacidad de razonamiento para aplacarlo, sin confiar en la ciencia o en los medicos, sin confiar tan siquiera en mi, solo en ese oscuro compañero de camino que se llama miedo; en mi caso no hay etiquetas, reboto de unas cosas a otras: oido, nervios, cervicales, stress.... No sabemos, no entendemos pero ya se te pasara. Ahora se me duerme la pierna sin dormirse (conservo fuerza y sensibilidad...), me duele la mano, siempre el lado derecho, mi lado temeroso y sensible... y a veces no veo claro (o eso me parece, pero el miedo me dice que es asi)... El miedo dicta, yo obedezco... Tras una mejoria, he comenzado a exprimir un poco mas mi vida, a hacer actividades, estudiar, aprovechar la vidsa... y aparecen o se acrecientan estos sintomas "paralizantes", aparte de una ansiedad y un nerviosismo latente considerable... Curiosa coincidencia ¿alguien me esta intentando decir que me pare...?
Gracias de nuevo por esta entrada Sol del Val, y gracias Arturo por tu infinta paciencia y este blog.

Salu2


Jaime

Ani dijo...

Excelente entrada, Sol del Val.

Luego que me diagnosticaron la fibromialgia, me senti mejor de saber que tenian un nombre todos estos sintomas, pero llegue a temer por todo. Un dia, pensaba... creo que mi segundo nombre es "miedo".

Todo esto me lo "construi" yo y ahora que lo se, ayudado por otros factores.

Con cada entrada del blog, me he ido identificando, cada cosa que yo crei cierta, se iba tirando al suelo...yo misma me iba retando a probar si es verdad, por ejemplo, aquello de que la musica muy alta me produce dolor de cabeza o de que los olores fuertes tambien (mi marido se echaba el perfume casi en la calle) me he estado exponiendo y no pasa nada.

Tengo mas dias buenos y poquitos malos... ayer, por ejemplo, estaba adolorida y lo que hice fue ponerme a pensar que me estaba provocando eso y la verdad era una nimiedad, hoy amaneci mejor...

La verdad, cuesta bastante...pero, me alegra estar en el camino correcto, cuanto mas leo,mas me convenzo que tengo que ayudar a mi cerebro a "calmarse".

Gracias al Doctor y a personas como Sol y Lourdes, que nos ayudan a pensar... que si se puede.

Un abrazo

Carlos dijo...

Esta versión del enfoque-Goicoechea, pasado por el filtro Sol del Val -incluso conservando algo del estilo del maestro- me parece que mejora el producto. Me gusta cómo suena ¿Es una mera impresión mía?
La psicóloga es muy cauta pero no culpa exclusivamente de las fobias a la cultura de la sociedad ni en especial a los malvados neurólogos: "...condicionado por numerosos factores (personalidad previa, aprendizaje, experiencias,  estilos de afrontamiento…)"; o bien: "siempre lleva aparejado una lista innumerable de acciones, creencias, pensamientos y emociones que configuran la “migraña personal” . Y sobre todo, la fobia no proviene necesariamente de un contenido consciente: "pero en otras ocasiones la señal de salida se produce por algo que no percibimos conscientemente. Algo que vemos como por el rabillo del ojo."
Gracias al dr. por esta invitación, y a la autora por su testimonio. La bolsa con el recogimiento y la cocacola me ha llegado al alma: ningún no-migrañoso lo entendería... -pero de este club selecto yo también quiero salir. Pediría al dr. más cancha a otros testimonios como éste.
Saludos a los parroquianos

SM dijo...

Llevo cuatro meses "impresionada"Encontré este blog por casualidad y leí el libro sobre la migraña.Para no alargarme diré que de tener dolor de cabeza casi todos los dias y de 3 a 4 ataques de migraña al mes en los que me medicaba un monton(con permiso de mi neuróloga) he dejado la medicación y aunque he tenido algun episodio que me ha tenido sin dormir se me ha ido pasando sin tomar nada. Es verdad como dice Sol del Val que al principio me sentia como en "el trapecio sin red" pero poco a poco, y reforzando mis convicciones en su blog me siento mas tranquila.El caso es que llevo 4 meses sin medicarme y mi vida ha mejorado sustancialmente.Muchas gracias doctor .Procuro difundir este blog todo lo que puedo.
Estoy profundamente agradecida.

legemcruz dijo...

Suscribo las impresiones de Carlos. Incluso viendo el encabezamiento de la entrada, dudaba si era el Dr. el que escribía. Y cuando comprobé que no, se disipó (un poquito) otro miedo, por si fueran pocos los que tenemos, a que nadie más que el buen doctor pueda hacernos luz en este enloquecido mundo del dolor a granel. Son muchos años de culturización en el dolor, de visualizar cómo se "expandía"una arteria en el cerebro y presionaba en el cráneo como un punzón, de sentir cómo se "derretían" los sesos, y de temer, en cada ataque, que fuera mortal. Ahora me siendo dependiente de D.Arturo, que cada día me aleja un poquito más de todo eso...y reconforta saber que ya se va creando un estilo propio de afrontar la cuestión con el sello inconfundible del maestro.
Gracias, como siempre.
Cruz.

Anónimo dijo...

Nunca hubiese pensado que al final la migraña es una fobia-adictiva que produce dolor
en la cabeza gracias a la participación inconsciente de los expertos en salud.

Me parece muy acertada la entrada, me quedo con que hay que romper la cadena del miedo, comenzar con NO evitar... y actuar.

Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

Jaime: no puedo decirte mas que deseo que acabes algún día con la tortura de la duda. Espero que te saquen ya de dudas y empieces a trabajar desde la convicción de salud.

Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

LOURDES, Ani, Carlos, SM, Legemcruz: me alegra saber que os ha gustado la entrada de Sol. Para mí es importante que aparezcan otras voces, desde disciplinas colindantes, como es el caso de la Psicología.

Si os animáis a escribir... podéis seguir el ejemplo de Sol...

Saludos

Alberto dijo...

Hola, muy interesante la entrada.

Lo que a mí me llama la atención es que el afrontamiento a veces no funciona, me refiero por ejemplo a casos de artistas que en algún momento de su vida empiezan a tener ataques de pánico ante el escenario.

Aparece como una contradicción, los que tienen oficio de afrontar y han hecho una carrera de superar el miedo, de pronto los invade. Si afrontar es la solución al miedo, a ellos les dejó de funcionar esa técnica.

Hay explicación para esto?.

Gracias

Arturo Goicoechea dijo...

Alberto: siempre digo que el cerebro tiene razones que el individuo desconoce.

Yo era capaz de estar asomado en un precipicio sin ningún problema hasta que un buen día, viendo a mis hijos jugar cerca de una caída de agua me entró el pánico y desde entonces no puedo asomarme a un balcón...

No tengo explicación.

Cuando el cerebro activa un miedo escénico uno debe optar por evitar el escenario o afrontarlo. Siempre será así. Nunca hay garantías de ganar la partida...

Saludos