Recordar, retener información sobre lo sucedido, es una condición necesaria para sobrevivir. Todos los seres vivos tienen memoria. El mismo estímulo no produce la misma respuesta si se vuelve a aplicar. A veces la reexposición genera una respuesta más viva (sensibilización), y otras lo contrario, indiferencia (habituación).
Si un estímulo irrelevante como el sonido de una campana precede repetidamente a otro significativo como la comida acaba generando una respuesta (reflejo condicionado simple).
Las conductas también se activan o bloquean influidas por la memoria. Si lo que hacemos se sigue repetidamente de una recompensa repetiremos la acción para gratificarnos o la evitaremos para evitar el castigo (condicionamiento operante). A veces la recompensa es el levantamiento del castigo y actuaremos del modo que nos libera de la pena. No hay mayor placer que ese...
La información, las creencias y expectativas, condicionan las respuestas a los estímulos y las conductas. Lo que se dice y cree de la realidad nos influye (condicionamiento cognitivo). Creer es una forma de recordar.
Las memorias neuronales no son rígidas, inamovibles. Están abiertas al cambio, en función de lo que sucede o se cree a lo largo del tiempo... Si no sucede nada relevante aparece la función del olvido, la pérdida de relevancia.
Recordar y olvidar son funciones-decisiones fundamentales. Podríamos recordarlo todo por si acaso pero acabaríamos bloqueados, bombardeados por la huella aún viva de lo que sucedió a lo largo de toda la vida. Las neuronas procesan continuamente los datos (memoria autobiográfica) para actualizarlos. Actualizar quiere decir reforzar la memoria de lo considerado relevante y eliminar lo considerado irrelevante. Al final lo que recordamos tiene poco que ver con lo sucedido. La memoria y el olvido lo han dejado irreconocible aunque el individuo no sea consciente del engaño: "lo recuerdo como si fuera ayer..."
El dolor también está influído por la memoria. Los sucesos relevantes, propios y ajenos, y lo que se dice, dijo y pensó de ellos, se someten al proceso inevitable del etiquetado de la relevancia, de la memoria-olvido
Las neuronas retienen huellas del pasado suficientes para reactivar dolores pasados (propios y ajenos) y re-presentarlos en la consciencia como si algo nocivo estuviera sucediendo en ese momento-lugar-circunstancia.
Las memorias-olvidos del dolor son memorias emocionales, llevan el sello de la relevancia, y tienden a reactivarse con cualquier rememoración. Puede ser una fecha, un olor, un suceso ajeno, un lugar...
Los padecientes no tienen en cuenta la posibilidad de que el dolor actual sea sólo eso, un recuerdo de un suceso o una expectativa del pasado, actualizado por cualquier estímulo irrelevante que reactiva lo registrado emocionalmente en la red.
- Tenemos que conseguir que su cerebro olvide, quite relevancias pasadas, presentes y futuras...
- ¿Quiere decir que tengo que olvidarme del dolor, no pensar en él...?
- En absoluto. Tiene que esforzarse en pensar activamente en él tratando de descubrir las irrelevancias. Nada sucede, lo sucedido en el pasado ya debiera ser irrelevante y nada justifica los temores de lo que puede suceder en el futuro...Las memorias emocionales no deben ser evitadas sino procesadas activamente para quitarles hierro, relevancia actual...
No resulta fácil para los padecientes retirar la relevancia a lo retenido en la memoria.
- YO lo que sé es que antes del accidente no me dolía y desde entonces tengo todos los días dolor... Algo hay ahí, ¡YO que sé! un nervio o un tendón cogido... YO no soy médico...
Los profesionales debemos registrar las memorias, las relevancias reales e imaginadas de los sucesos (propios y ajenos).
El problema del dolor crónico es un problema de memorias vivas que debieran estar muertas. El cerebro de los padecientes de dolor crónico recuerda lo que no debe y no olvida lo que debiera ser olvidado...
El dolor crónico es una narración cerebral errónea, una crónica equivocada a la hora de atribuir relevancias. La memoria autobiográfica somática, la versión que el organismo se da a sí mismo de su vulnerabilidad, mantiene activada la función de aviso al individuo (dolor) para que se conduzca de forma coherente con lo evaluado. Si se piensa que algo debe ser protegido y atendido, o, simplemente recordado, aparecerá el dolor para conseguir la conducta defensiva necesaria.
Recuerde... olvide...
Quite relevancia a lo que no la tiene...
7 comentarios:
¿Cómo puedo localizar una entrada en la que hablaba de un estudio que se hizo con padecientes de dolor de espalda, en los que les iba peor a los que le combinaban la terapia de la pedagogía con el ejercicio fisico? Gracias.
Moseley es la entrada.
Un saludo
Anonimo: hice una entrada con la referencia del artículo de Cormac Ryan en Manual Therapy 15 (2010) 382-87
"Neurobiopedagogía" (2 Julio 2010)
Moseley publicó también una entrada (25 de Agosto) en Body in mind:
"Chronic low back pain and advanced Mathematics"
Saludos
Hola Arturo,
En caso de una sensibilización del sistema inmune, por ejemplo a las proteinas de la caspa animal, hay alguna opción terapeútica para reeducar a dicho sistema a través del sistema nervioso con la terapia cognitiva?
Gracias.
Anonimo: lógicamente el sistema inmune no habrá habilitado a lo largo de la evolución una vía para recabar la opinión de las neuronas sobre análisis molecular de proteínas-señal de membrana de gérmenes. Las neuronas no están habilitadas para detectar con sensores la presencia de peligro infeccioso.
Por ello es poco probable que educando la red neuronal a través de la pedagogía: "es caspa de animal, no bacterias...", "Sistema Inmune, estás equivocado..." consigamos nada.
Otra cosa es que la red neuronal esté poniendo su granito de arena para sensibilizar aún más a un sistema inmune equivocado. En ese caso sí que podríamos trabajar los componentes erróneos (cognitivos, emocionales ) para neutralizar ese factor neuronal añadido. De hecho en las enfermedades autoinmunes se observa una importante influencia negativa de los estados psicológicos. Si los trabajamos es posible que la enfermedad autoinmune o la alergia sea más leve...
Se estáa investigando estas posibilidades en el ámbito de la Psiconeuroinmunología pero siempre debemos ser cautos sobre lo que se dice. Es un terreno complicado...
Saludos
Es cierto que te asaltan los recuerdos del dolor en cualquier momento pudiendo activar la alarma cerebral y a continuación la búsqueda de los innumerables desencadenantes oficiales, alcohol, no dormir, dormir mucho, viento sur, estrés… que necesariamente el cerebro te exige recordarlos uno a uno para encajarlo con el dolor de ese día, y para ello aprieta las tuercas, más dolor, cuarto oscuro, naúseas.
Es cierto también, que después de leerle y conocer su enfoque sobre el dolor, cada vez son menos los episodios de crisis, que además puedo resolver sin tomar medicamentos.
Me imagino que algún día llegará el momento que no recuerde nada de todo esto. Afortunadamente ya estoy teniendo mala memoria y voy olvidando cada vez más.
Ánimo para todos, se puede olvidar, es cierto.
Saludos
Anonimo: muchas gracias por su testimonio y sus ánimos para los indecisos...
Efectivamente, todo esto es cierto...
Saludos
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