Participé antes de ayer en Madrid en una jornada sobre Fibromialgia organizada por el Instituto de Estudios Psicosomáticos y Psicoterapia Médica.
Compartí mesa con un Internista y un Psicoanalista.
El objetivo era buscar vías de integración partiendo de enfoques presumiblemente diferentes.
El Médico Internista describió el cuadro clínico y expuso el sustrato reconocido de alteraciones somáticas que acompaña a la Fibromialgia. Sostuvo, como no debe ser de otra manera, que se trata de una enfermedad real, con sufrimiento real, invalidante, no siempre respetado ni reconocido por los profesionales. Criticó la cualificación reumática, musculoesquelética del síndrome fibromiálgico y lo enmarcó en el grupo de los padecimientos por hipersensibilidad central, es decir, neuronales.
Para los lectores de este blog es conocida mi posición: los síndromes de hipersensibilidad central corresponderían a una disfunción evaluativa neuronal, un estado en el que la red neuronal valora erróneamente amenaza de enfermedad y activa los programas correspondientes. Para el padeciente existe percepción (con convicción) de enfermedad y no puede evitar conducirse como enfermo. El organismo le obliga a ello. Los médicos no encuentran pruebas de enfermedad y, a partir de ahí, comienza el calvario de saberse enfermo y ser considerado de todo menos enfermo.
En mi opinión se llega a esta situación por confluencia de múltiples factores (genes, biografía, estrés físico y emocional, biología y cultura) en proporción variable en cada caso. Todos pueden contribuir a la gestación de un estado erróneamente valorado como enfermedad por la red neuronal. El factor que me ocupa y preocupa de todos ellos es el cultural-informativo. Homo sapiens (ma non troppo) construye sus creencias con una fuerte presión imitativa e instructiva. Está expuesto a creer lo que ve y oye y le dicen los expertos.
La Medicina Psicosomática sostiene que los síntomas físicos, en ausencia de enfermedad, emergen de conflictos individuales que no disponen de un escenario normalizado de exposición y resolución y que, por tanto, se expresan a través de síntomas físicos. El dolor y el cansancio serían la expresión física de un disturbio psíquico que debe ser desentrañado y al que debe dársele una salida a través de lo psíquico.
Desde el Psicoanálisis se propone una indagación centrada en la época crucial del desarrollo del YO.
Para mí existen muchos YOs. El que me interesa es el YO corporal, la idea que el cerebro va construyendo sobre organismo, su interior, su vulnerabilidad y falta de integridad, su futuro apoyado en lo que sucedió en el pasado. Sin negar la participación del resto de factores, me centro en la reconstrucción de un YO somático más racional, libre de miedos injustificados, con una autoestima normalizada con convicción de residir en un organismo razonablemente sano que debiera ser más permisivo y debiera apagar los programas defensivos del dolor y cansancio, propios del estado de enfermedad, por la sencilla razón de que no existe tal enfermedad. Convencer a un sano que se siente enfermo de que no lo está no es tarea fácil.
Había voluntad de entendimiento y se buscaron puentes entre lo que dijo Freud y va diciendo la Neurociencia pero se me antojan difíciles de alcanzar. Debiéramos conocer cada uno, con cierta profundidad, lo que conoce el otro. De otro modo nunca sabremos lo que dice y lo interpretaremos mal adaptándolo a nuestros intereses. No me veo haciendo ese esfuerzo ni veo a los otros haciendo el contrario.
Puede que haya padecientes para todas las propuestas y que los padecimientos por hipersensibilidad estén condenados al peregrinaje en busca de explicaciones y remedios satisfactorios.
Tanto los padecientes como quienes les atienden se amparan en credos variopintos que buscan el emparejamiento. Ya no importa tanto la veracidad de lo que se dice sino su atractivo, su acoplamiento a lo que se espera y desea sea cierto.
En definitiva, un encuentro entre diferentes, algo siempre necesario y útil pero de resultado incierto. Todos tenemos razones y razón. Quitárnosla no va a resultar fácil.
4 comentarios:
Me interesa mucho la neurologia y me gustaria me aconsejara para comenzar con algun libro que usted crea que es imprescinidible y de utilidad. Soy Ingeniero pero me interesa mucho este tema y me gustaria que me aconsejara si fuera posible.
GRACIAS, un gran trabajo su blog
Gerardo: es difícil recomendarle un texto sin saber su interés concreto y su conocimiento de base. Creo que "Neurociencia, explorando el cerebro" de Bear, Connors, Editorial Masson puede servir.
Saludos
Pues seria empezar desde 0 para despues elegir algo en concreto con lo que seguir ahondando. muchas gracias
Solo he encontrado de esta editorial: Título
NEUROCIENCIA EXPLORANDO EL CEREBRO
Autor
BEAR, MARK F.
Editorial
LIPPINCOTT WILLIAMS & WILKINS
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