En contadas, muy contadas ocasiones, los compañeros se han interesado en estas cuestiones del cerebro y el dolor. Sigue imperando la estrafalaria idea de que el dolor surge de los tejidos, equivalente a la de que la visión surge de los ojos o el olfato de las narices.
Simple y llanamente: para la Medicina el cerebro no existe. No hay procesos cerebrales que dan lugar a lo que percibimos. Sentimos el cuerpo de forma pasiva, según se producen las incidencias. Si no hay incidencias la conclusión es obvia: el dolor es psicológico, funcional, psicosomático, somatoforme o como se lo quiera llamar. Cualquier denominación vale. Cualquiera menos la que señala al cerebro como órgano virtual, como responsable.
Por la consulta pasan, por turno obligatorio, residentes de Medicina de Familia, Medicina Interna y Psiquiatría. Intento dejarles la marca cerebral, la obligación de considerar al cerebro como parte del organismo, en igual medida que el hígado, los riñones, la piel o el sistema inmune. Les pregunto por su opinión: "es interesante... en parte te doy la razón... tengo que oír más versiones..."
Doy por sentado que en el futuro seguirán aplicando la idea estrafalaria de que el dolor es una cuestión de tejidos dolientes y que el remedio se limita a un bloqueo químico de una cuestión meramente química. Las expectativas y creencias no existen. No hay procesamiento de información. Por supuesto la única verdad es la de los protocolos de los especialistas políticamente correctos, por más que estén esponsorizados por Farmaindustria.
Manuela pasó por la consulta voluntariamente, interesadamente. Es de los contados, muy contados casos, de una compañera que se concede la oportunidad de descubrir la presencia del cerebro en el día a día de la consulta. Le pedí que escribiera algo para el blog. Aceptó y esto es lo que ha escrito:
NOCICEPCION
Manuela Rodriguez Jiménez
Residente de Familia
¡He descubierto el cerebro!
Esta vida no deja de sorprenderme. Tengo 50 años. Treinta estudiando Medicina. He aprendido de aquí y de allá (en los últimos tres años me he empapado de la vida hospitalaria como médico residente). Sigo aprendiendo y maravillándome, a veces, de personas y de conceptos de los que antes nunca había oído hablar y este es el caso del que ahora voy a escribir.
Hay varias preguntas que me hice el primer día que caí por la consulta de Arturo, quien, muy amablemente, me acogió como Residente.
¿Cómo en treinta años yo no había oído ni leído nada acerca de los conceptos que desde hace tantos años compartía Arturo con sus pacientes y con quien quisiera escucharle? ¿Dónde he estudiado medicina? ¿Por qué esto no se enseña en la Universidad? Son cuestiones que antes nunca me había planteado (lo cual me deja con la sensación de que existen muchas más cuestiones que me quedaré sin conocer)...
El concepto que me han inculcado en la Facultad y, posteriormente, en la Consulta y durante la Residencia es el de la generación del dolor allá donde duele, a veces con o sin inflamación, a veces con causa y a veces in ella y su tratamiento con analgésicos, antinflamatorios sistémicos o tópicos, infiltraciones, ionizaciones, tracciones, manipulaciones... ones, ones, ones... todo ello sin mencionar al cerebro para nada.
Claro que había estudiado el cerebro, las neuronas, las vias de conexión entre el exterior y el interior pero todo desde un punto de vista anatómico y funcional, no como lo conozco ahora, como un sistema integrador de señales del exterior y el interior, de nuestras vivencias, de nuestros miedos... El cerebro es un padre evaluador de los peligros que corre su hijo (organismo), que trabaja por probabilidades, que no es perfecto y que a veces, para salvaguardar la integridad de su hijo, comete errores interpretativos y le convierte en enfermo alejándole de sus proyectos vitales, todo en aras de su integridad física y de forma equivocada.
Yo había tratado el dolor y la enfermedad en general, como me habían enseñado, actuando allá donde duele. En todas las especialidades por las que había rotado, como Traumatología, Rehabilitación o la Unidad del dolor, aplicaba esta teoría, como los demás, sin plantearme nunca ninguna mínima duda al respecto. Ahora sé, por haberlo comprobado, tras varios días en la consulta de Arturo, que, por ejemplo, un dolor lumbar o cervical no se produce a esos niveles sino allí en el cerebro, y que, este, muchas veces, comete errores en la evaluación del peligro que supone forzar esa zona y, por ello, va a estar mandando continuamente mensajes que perpetúan el dolor y la enfermedad.
Mi evaluación personal, después de haber compartido con Arturo una semana de consulta (una de sus últimas semanas de ejercicio profesional antes de jubilarse, que no retirarse...) es que a partir de ahora mi vida como médico ya no será como hasta hace una semana. Pienso emplear la Pedagogía con aquellos pacientes que quieran escucharla pues he comprobado que con el conocimiento se puede combatir el dolor (casi nada; hasta hace una semana esta frase no me la habría creído ni yo...)
Gracias Arturo por darme una nueva visión de la enfermedad. Pienso seguir en contacto contigo y, si no te importa (ya sé que no) te consultaré de vez en cuando...
11 comentarios:
"E pure si muove".Yo creo que tenemos varios problemas: que somos seres limitados, profundamente conservadores, miedosos ante cualquier cambio y permeables a todo tipo de corrupciones. Todo esto hace que tengamos una visión miope de las cosas y, además, con orejeras, con lo cual, nuestros avances son lentos, trabajosos y parciales, pero tenemos la suerte de que, a pesar de las dificultades que le ponemos, puede cambiar.
Un saludo
Hola Arturo, cuanto tiempo he dejado sin comentar cosillas por aquí...
Me temo que el cerebro sigue estudiándose como un órgano ubicado en tal sitio, con tales límites topográficos, que pesa tantos gramos, y que se encarga de tal y tal cosa.
Aún no se enseña (y por tanto no se aprende) como merece, y partiendo de ahí, es difícil responsabilizarle de algo tan importante, y quizás demasiado evidente, como el dolor.
La neuroanatomía universitaria sigue siendo descriptiva, y la etiqueta de funcional se traslada a temas como neurotransmisores, sinápsis,... pero sin llegar a lo que todo ello supone como fin último.
El cerebro sigue siendo una nuez ;)
Y, esta vez para Manuela, me ha encantado el símil del cerebro como un padre que, con sus bondades y a veces errores, pretende cuidar a su hijo.
Un saludo para los dos!
hola,como explico yo a una persona que en estos momentos tiene un brote de dolor talámico y un dolor insoportable en la parte izquierda y especialmente en la rodilla sin daño aparente ,que hable con su cerebro y le pida explicaciones?
necesito saberlo porfa,gracias
Lidya: nuestra especie es gregaria. Está socializada y tiende a abrazar credos y expectativas del grupo. Eso facilita la sumisión, el adoctrinamiento. Afortunadamente hay siempre un porcentaje de "buscadores de novedad", exploradores que van abriendo nuevas rutas...
Saludos
Carlos: hace unos días leí un artículo que hacía referencia al retraso que se está produciendo en la incorporación del conocimiento de las neurociencias sobre dolor a lo que se enseña en las facultades y a los residentes y presentaba un plan de actualización dirigido a residentes. Creo que era de la Universidad de Harvard. Lo malo es que no hay indicios de que vaya a cambiar. Los líderes de opinión están convenientemente adscritos a ámbitos de influencia de Farmaindustria.
Un abrazo
Pues debe ser que los de la farmaindustria no tienen dolores crónicos o no lo dicen, porque vamos, si se puede evitar el estar intoxicándonos con medicamentos de por vida, no se porque no se hace.
Bueno, si, porque se quedarían sin tantos ingresos como los que les damos los que compramos (aunque espero dentro de poco no contarme entre ellos) sus medicamentos.
Aunque, más importante que el gasto que supone comprar medicamentos tan caros como los triptanes, es el hecho de saber que tenemos una solución más cercana y más cómoda, como es el aprender, informarnos correctamente de los mecanismos del dolor y enseñar a nuestro cerebro todo esto.
Espero que esto acabe cambiando, y se enseñen todas estas cosas como las que nos cuenta el doctor Goicoechea, en las universidades.
Es una pena que todo vaya tan despacio, la verdad.
Un saludo.
Domi: Soy fisioterapeuta. Dentro del disfrute laboral diario que siento al intentar tratar con pedagogía (no libre de grandes decepciones), son muchas las ocasiones en las que los padecientes demandan una solución tan rápida como la intensidad de su dolor. Ésta misma semana una chica con dolor en varias zonas de su cuerpo y sobre todo multitud de erróneas creencias y mucha falta de explicaciones sobre su alterada anatomía, me pedía soluciones rápidas y efectivas pues tiene que realizar un viaje. Tras descartar patologías en los tejidos le propuse la opción de poner un parche más o menos efectivo y con una duración de efectividad desconocida con un tratamiento basado en técnicas. Por otro lado le dí la opción de intentar conocer el alcance de su alterada anatomía y explicar por qué le duele y de esta manera quitar el clavo de la rueda para probablemente obtener NO SE si resultados tan rápidos pero seguro que a la larga otra manera de interpretar los síntomas, entre ellos el dolor. Ella decidió recibir la pedagogía y tras dos días de lectura de información que le facilité volverá para continuar la formación y si es necesario recibir técnicas que ayuden a realizar una evaluación correcta por parte del SNC. Luego si tenemos más días podremos seguir y si no ella podrá seguir el tratamiento pues ya tiene la información.
La manera de afrontar la ayuda a la persona es la misma con urgencias o sin ellas pues con otros tratamientos estamos posiblemente confinados a un más que probable fracaso si no actual, futuro.
Sé que no es fácil y que conlleva mucho esfuerzo, en ocasiones no reconocido, pero una vez conocida esta información no se puede mirar a otro lado.
Angeles: pues sí, va todo demasiado despacio.Ni siquiera estoy seguro de que haya empezado a andar. Cada vez hay más autocomplacencia en los "nuevos avances". Sólo el grupo de fisioterapeutas interesado en el dolor desde una concepción integrada de organismo parece estar interesado en ello pero están demasiado hipotecados por otros profesionales.
Saludos
Domi: desgraciadamente no disponemos de fórmulas ni remedios mágicos para cambiar las cosas a nuestra voluntad. Ante la misma lesión cada persona padece un dolor distinto. Desde la pedagogía intentamos ayudar al paciente tratando de sosegar la hipersensibilidad neuronal alarmista, sabiendo que no siempre se consigue. Si el tálamo está lesionado el proceso es más complicado pues es allé donde se produce la confluencia de todos los flujos de información der la red.
Saludos
Merino: efectivamente los pacientes apremian la solución instantánea para afrontar con éxito lo programado para ese día. Les hemos creado la ilusión del remedio a demanda. La OMS proclama el derecho del ciudadano a no tener dolor... En ocasiones no hay más remedio que aplicar una terapia con eficacia más o menos creíble (a parte del placebo) pero, en mi opinión, siempre debemos ofrecer la posibilidad de la pedagogía, pensando en el medio y largo plazo. Los ciudadanos tienen derecho a estar informados, actualizados. Desgraciadamente la información sobre dolor disponible en Universidades y consultas deja mucho que desear.
Saludos
Hola,muchas gracias al Dor. y a Merino por haberme contestado,lo ha provado casi todo y no hay nada que hacer,cada dos por tres el Brote y cada vez mas fuerte,por eso sospecho que igual el tálamo esté mas deteriorado,hace ya 5 años por eso le apremia una solucion,todo es a muy largo plazo y de informacion he buscado por todos los medios,todo desemboca en lo mismo que me dice el Dor.el dichoso tálamo,
Gracias Merino a ti tambien,que clase de pedagogia hay que aplicar para sobre llevar mejor el gran dolor?ha provado tambien fisioterapia pero lo dejaba tan agotado que la tubo que dejar,aparte de eso es que la mobilidad no la tiene alterada solo que claro un poco mas lenta.Saludos cordiales y seguirnos informando porfa,
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