Nacemos con circuitos y programas ya conformados en la red neuronal. Determinados estímulos darán lugar a respuestas reflejas, predecibles, obligadas. Un estímulo inofensivo táctil aplicado cerca de los labios generará en el recién nacido una acción de chupeteo. La manita se cerrará sobre el dedo de la madre. Un estímulo ofensivo producirá una retirada enérgica de la zona ofendida.
El recién nacido dispone de un Sistema Nervioso Congénito, programado. Los circuitos que lo forman seguirán siempre activos. No se eliminan con el desarrollo. No evolucionan ni se modifican. Los estímulos y las respuestas quedan enlazados a perpetuidad, inmutables.
Sin embargo a medida que avanza el desarrollo el niño va dejando de responder de forma predecible. Los mismos estímulos que antaño producían siempre las mismas respuestas generan en cada individuo una respuesta variable. Estímulos antes irrelevantes se vuelven significativos y lo que antes parecía apetitivo o aversivo evoca indiferencia.
Las respuestas congénitas, reflejas, tienen una arquitectura neuronal de complejidad variable, de una o varias capas de procesamiento. Los centros que integran estímulo y respuesta pueden estar localizados en la médula espinal, en el troncoencéfalo (zona de unión entre médula y cerebro), cerebro profundo o circuito córticotalámico. Entre todos los niveles existe una interacción jerarquizada. Mandan las circunstancias, el suceso y su contexto. En general las capas superiores, las más complejas, controlan el carácter reflejo, sensible, de las respuestas de las capas inferiores. El control es, básicamente, inhibitorio. Los instintos se moderan.
El Sistema Nervioso contiene los circuitos de arquitectura cerrada, congénita y una extensa red de conexiones esbozadas, pendientes de sintonizar con más precisión, de analizar los significados de la realidad desde una perspectiva más compleja, con más factores de consideración y, sobre todo, a distancia en tiempo y espacio. Un estímulo o conjunto de estímulos puede significar muchas cosas. Nada, algo, bastante, mucho. Depende de muchas circunstancias. La trascendencia de las acciones y sucesos contiene mucha incertidumbre. Hay que aprender a separar el grano de la paja. Para ello hay que entrenar no sólo la interpretación de los datos sensoriales de cada momento sino especialmente la memorización de relevancias pasadas y futuras, las posibilidades teóricas de probabilidad variable.
La red neuronal de arquitectura abierta, pendiente, plástica, aprende del contacto con la realidad. Reorganiza continuamente su conectividad. Teje y desteje. Sensibiliza y adormece. Quita y pone relevancias. Ensaya. Se equivoca. Reconoce errores o se obceca en ellos.
El cerebro no es inteligente por diseño. Es un sistema capacitado para aprender, adquirir, evaluar. Los aprendizajes generan resultados variables. De ellos depende el curso de nuestras vidas. El Sistema Nervioso Adquirido (aprendido) puede dar sentido a nuestra existencia o convertirla en un infierno irracional.
El aprendizaje neuronal necesita experiencia, colisionar con la realidad apetitiva y aversiva pero también aprende de la observación de sucesos en carnes ajenas y de lo que se dice saberse de lo oculto. Tenemos modelos y tutores.
Los sucesos, los modelos y las doctrinas marcan el curso del aprendizaje. Según nos vayan las cosas de lo propio y ajeno, según los momentos y las circunstancias, según la disponibilidad y actitud de cuidadores y el juicio y opinión de nuestros tutores los circuitos con conectividad adquirida atribuirán trascendencia o la negarán a cuanto sucedió, sucede, vaya a suceder o se cree pueda hacerlo.
La conectividad del Sistema Nervioso Adquirido está culturizada, embebida en creencias, dichos, tópicos, expectativas, modelos. Las respuestas están configuradas en base a lo que el proceso de aprendizaje tutelado ha generado. Nos conducimos en base a creencias predecibles, conocidas, aquellas que induce la cultura en la que somos criados.
El Sistema Nervioso Congénito responde a la nocividad universal: temperaturas extremas, energía mecánica por encima de la resistencia del tejido, condiciones metabólicas letales (falta de oxígeno, acidez), gérmenes... y se muestra indiferente a todo estado o agente que no contiene esa nocividad universal.
El Sistema Nervioso Adquirido complementa la capacidad congénita de sentir el daño consumado o inminente. Presiente el peligro. Está alertado ante un conjunto extenso de señales que permiten visualizar el peligro oculto.
El Sistema Nervioso Congénito es inteligente. Siempre acierta. Nos aleja de la nocividad real pero no presiente el peligro. Sólo lo siente. Los presentimientos son cosa del Sistema Nervioso Adquirido.
Los síntomas: el dolor, cansancio, mareo, distermia, picor, hambre, sed, soledad, tristeza, desánimo, angustia... brotan, son proyectados en ocasiones a la consciencia por impulso de la conectividad congénita, por impacto de lo universal, de agentes y estados generadores de adversidad y/o carencia objetivamente insoportable. Otras veces surgen de la conectividad adquirida, aprendida, del cerebro imaginativo que ha aprendido a presentir la relevancia desde la óptica incierta de las creencias y expectativas. Los síntomas son los mismos. El dolor es dolor, la soledad es soledad pero la significación es distinta si ha surgido por impulso de la conectividad congénita, universal o de la conectividad adquirida.
Donde falla la sensibilidad congénita puede acertar la presensibilidad adquirida y donde esta presiente amenaza quizás mejor nos hubiera ido con la indiferencia de los circuitos congénitos.
Se acepta que existe un Sistema Inmune congénito y otro adquirido. Sorprendentemenete no se contempla el Sistema Nervioso Adquirido.
Hay inflamaciones activadas por el sistema inmune congénito y otras por el adquirido. Hay errores por defecto desde el congénito y errores por exceso desde el adquirido.
Hay dolores y otras percepciones somáticas sintomáticas proyectados a la consciencia por impulso de la conectividad congénita y hay también dolores y otras percepciones somáticas proyectados a la misma consciencia con la misma cualidad perceptiva desde la conectividad adquirida, aprendida. Hay errores congénitos por defecto y hay errores adquiridos por exceso.
A los errores en la toma de decisión de la red adquirida se les busca atenuantes en los genes, en supuestas deficiencias de neurotransmisores, en chapuzas reparativas de antiguas heridas de tejidos y corazones. No se analiza el proceso de escolarización.
El Sistema Nervioso Adquirido existe. Está siempre ahí aprendiendo y desaprendiendo.
Aprenda a presentirlo y sentirlo. No baje la guardia de la detección de sus errores.
No se fíe de los modelos ni de los tutores. Exija rigor. Aprenda. Vaya inyectando inteligencia en la red. No cae del cielo.
Esfuércese.
4 comentarios:
Una entrada muy inspiradora....
Me recuerda las palabras de un catedrático de psiquiatría infantil de Ginebra que decía que el cerebro esta programado para ser reprogramado, a Jackson con la función sobre la función, a la importancia de las experiencias tempranas que se olvidan en algunas unidades de neonatos...
Lo difundiré entre los interesados en el desarrollo cerebral en la edad temprana
Miguel: efectivamente el cerebro humano está programado para ser reprogramado, para añadir capas de procesamiento fuertemente condicionadas por experiencia, observación (neuronas espejo) e instrucción. El proceso está socializado y tiene ventanas de sensibilidad crítica con memorias con componente emocional poderoso.
Todas esas contingencias no parecen importar demasiado a los médicos.
Saludos
Hola Dor. Goicoechea:llevo unos dias leyendo algunas de sus entradas y estoy sorprendida de la gran fuente de informacion que he encontrado en ellas,es un privilegio encontrar una persona como Ud,con qué sabiduria trata todos los temas.
gracias y seguiré en la tarea de la informacion que sin duda la necesito.
El padeciente que tengo en casa con dolor neuropático desde hace 6 años y despues de provar todos los tratamientos,ha llegado a la conclusion que no hay nada que hacer con las pastilla y tambien ha obtado por no querer tomar mas y me preocupa,aunque despues de leer sus entradas le doy la razon.
Yo le leo lo que mas tiene relacion con lo que el padece y se siente muy identificado,espero que aprenda a convivir con su dolor,afortunadamente le da alguna tregua.
saludos
Domi
Domi: es encomiable su esfuerzo por comprender el mundo del dolor para poder ayudar a su esposo. Espero que comprender les ayude a sobrellevarlo.
Saludos
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