Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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jueves, 26 de marzo de 2009

Integridad física y bienestar, Conflicto de intereses



El objetivo del organismo es el del mantenimiento de la integridad de sus células y tejidos. El cerebro contribuye a gestionar los recursos defensivos para garantizarla aunque ello imponga una serie de inoportunas molestias para el individuo.

Para el paciente una migraña es dolor de cabeza, vómitos, intolerancia sensorial y cena de despedida frustrada. Para el cerebro: ¡peligro en la cabeza!, el usuario tendrá que renunciar a ir a la cena. 

Para los neurólogos una crisis de migraña es el resultado de un encendido anómalo de un circuito genéticamente hiperexcitable. Para mi una migraña es una decisión irracional del cerebro. Plantear una emergencia de muerte neuronal masiva violenta porque uno haya comido chocolate, haga viento Sur o haya discutido con la pareja es un despropósito bochornoso. 

Hace unos días vi en la consulta a un paciente que padecía migrañas desencadenadas por tomar dos miserables "chiquitos" de vino. Tenía antecedentes de familiares migrañosos (genes... Bueno, ya hablaremos de eso en alguna ocasión...) y el dolor cumplía con los criterios de migraña exigidos por la Asociación Internacional correspondiente. 

El paciente entendió las explicaciones y se propuso conseguir la derogación de la prohibición cerebral de tomar vino. Una mañana se despertó con una crisis (el día anterior había tenido cena...). Debía cumplir con un compromiso y la migraña se interponía. Había dos opciones: 


opción A: tomarse el calmante y suspender el compromiso
opción B: plantarse, no tomar el calmante, calmar a su cerebro con reflexiones y cumplir con lo propuesto. 

Optó por la opción B y la migraña fué cediendo. Desde ese día toma vinos y su cerebro no rechista, los tolera. Ya no cree que puedan alterar la integridad física de la cabeza. 

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Chema,

Con respecto a su comentario a la entrada del doctor Goicoechea de ayer (13:34), si me permite la precisión, el aforismo ”Primum non nocere” recuerda a los médicos la obligación de sopesar sus decisiones terapéuticas; que la intervención no sea peor que aquello que ocurriría de forma natural de no intervenir.

Arturo Goicoechea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Arturo Goicoechea dijo...

Victoria:
Estoy de acuerdo en la precisión de la máxima hipocrática de "primum non nocere". Se puede dañar por acción o por omisión.

Cuando el organismo activa la respuesta inflamatoria actúa correctamente si se ha producido una acción previa dañina. La zona atacada es frágil, vulnerable y disfuncional y, por tanto, debe ser protegida y reparada.

Eso es lo que hace con contundencia y, a la vez, comedimiento, la inflamación.

Si se activa una acción defensiva sin causa que lo justifique, estaríamos ante una respuesta de organismo innecesaria y peligrosa por lo que el daño sólo vendría de la mano del propio organismo que ha evaluado mal la peligrosidad del agente (viento sur, chocolate, polen, gatos, penicilina etc...)

Podemos retomar la imagen del bombero intentando apagar un fuego :

Si preguntamos qué es inflamación, es probable que respondamos: ¡el fuego! y que los antiinflamatorios son los bomberos... pero, aunque parezca contraintuitivo, la inflamación son los bomberos.

El fuego sería lo que está destruyendo tejidos y células (un germen, una temperatura extrema, un desgarro...)y los antiinflamatorios serían las fuerzas de seguridad que están intentando que los bomberos no llenen de agua todo aquello.

A partir de este momento haré la pregunta a los pacientes sobre quién es qué y les daré la contestación dentro de algunos días, en este blog.

Se admiten apuestas. Creo que la mayoría identificará inflamación con fuego y no con bomberos

Anónimo dijo...

Doctor,

Disculpe el atrevimiento, pero tenía que haber puesto un ejemplo más fresquito para no confundir.

Iñaki dijo...

Tras haber leído prácticamente todas las entradas del blog quiero agradecer sinceramente la aportación que hace hacia la comprensión de los mecanismos que interactúan en los procesos del dolor y las crisis migrañosas en particular.

Un servidor sobrelleva procesos migrañosos de mayor o menor intensidad desde donde uno recuerda. Sin embargo mi actitud ante un ataque migrañoso nunca se refugia en los ritos que usted refiere.

Dígase, intento ignorar esa supuesta alarma desmedida, nunca tomo analgésicos y prosigo con mis planes sin cancelar mis ocupaciones. Pero el dolor me sigue acompaña.

¿No debiera ser esto suficiente para que esa alarma infundada se diera cuenta definitivamente de que paso de ella?

arturo goicoechea dijo...

Iñaki: gracias por visitar el blog. No está planteado para dar una receta terapéutica pues nadie tiene esa receta aunque el mercado de ofertas es tan extenso y variopinto como el de la lista de desencadenantes.

Lo que intento es situar a los pacientes frente a su cerebro, un órgano que está destinado a construir, para derivar decisiones, un sistema de creencias.

La red de creencias se construye a golpe de experiencia propia, ajena e instrucción. El cerebro siempre va a reaccionar alertando cuando evalúa peligro en la cabeza.

El individuo no es un sujeto pasivo de los programas. Puede y debe tomar las riendas e intentar desactivar el encendido migrañoso.

La red neuronal es plástica y admite modificaciones (cambio de convicciones)a lo largo de toda la vida.

Las herramientas para conseguirlo son: el cambio de convicciones, el conocimiento simple pero contundente de lo que realmente sucede en el interior de la cabeza en el curso de una migraña es nada, o mejor dicho, que el cerebro ha encendido una falsa alarma y está intentando contagiar el miedo al individuo para que actúe "como si" la cabeza corriera peligro.

La convicción profunda y sencilla de que eso es así, el enfado del individuo por la irracionalidad cerebral y la determinación de seguir con los planes, consiguen a corto , medio o largo plazo, solucionar el problema en muchos casos.

Aún no he entrado en los capítulos "terapéuticos". Es un blog en construcción y prefiero ir creando primero un cierto ambiente de preguntas que surjan, como ha sucedido contigo, de los propios visitantes.

Te animo a que sigas colocando escollos y ya iremos andando el camino. Saludos

Iñaki dijo...

Me resulta verdaderamente sugerente y estimulante tu representación del cerebro como constructor de un sistema de creencias que nosotros mismos diseñamos. Por esa vía, intuyo, nos vamos acercando al quid de la cuestión. Incluso, abundando en esa línea de trabajo y a partir de mi propia experiencia me atrevería a incluir la gestión de las emociones como un elemento decisivo en los mecanismos de reacción que se activan frente a esa amenaza virtual (pero real en la medida que es percibida como tal) fruto de nuestra propia actitud emocional.

Arturo Goicoechea dijo...

Bueno, el cerebro es una red de creencias pero exactamente no la construimos nosotros. Colaboramos a ello. No construimos el organismo. Buscamos condiciones adecuadas para el proceso.

Lógicamente las condiciones adecuadas para la construcción de la red de expectativas y creencias son la realidad propia y ajena y la instrucción.

Cuando hablamos de emociones deberíamos precisar si hablamos desde la perspectiva del organismo o del individuo. Emoción es sinónimo de relevancia y ésta puede ser distinta, disonante, entre individuo y organismo.

La migraña surge de un estado emocional de organismo. Teme (emoción somática)que algo terrible pueda suceder en la cabeza. El individuo teme al programa y el cerebro a no activarlo.

Todo es real: se ha activado el programa perceptivo. El temor cerebral es real y el del individuo también pero tienen una motivación distinta.