Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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martes, 4 de enero de 2011

Que no recaiga...



Son días estos de expresarse buenos deseos. Cumpliendo con el tópico navideño me permito también formular el mío a los padecientes: ¡que no recaigan!, que no vuelvan a las andadas de los despropósitos cerebrales, a los dolores injustificados.

Por Navidad todo cambia, todo se remueve, las emociones se aflojan y liberan. 

El cerebro también se deja influir por el ambiente y puede reavivar antiguos estados del pasado. Ya se ha dicho que en la red nunca se tira nada de lo aprendido. La navidad puede ser una buena ocasión para revisar el camarote y encontrar cachibaches nostálgicos.

Varios ex-padecientes se han visto sorprendidos por la reedición navideña de sus migrañas. Un clásico. Las transiciones agitan las aguas de la incertidumbre, inestabilizan la conectividad, replantean viejos y nuevos esquemas, reavivan dudas, reponen pasados.

Al cerebro no le gusta dar por zanjado definitivamente nada. Le gusta rememorar, reprocesar, reconsiderar, dar una oportunidad a cualquier propuesta. En Navidad se juega más al absurdo probabilístico de la lotería (del Estado). En Navidad somos algo más ilusos, más vulnerables. También el cerebro.

No es el champán, los atracones, los ruidos, las luces ni el ajetreo. Es la Navidad, el fin y comienzo de año... los Reyes, los reencuentros y desencuentros... la memoria del pasado y la del futuro...

La Navidad pasa y vuelve la no-Navidad. Si se ha colado de rondón una migraña inesperada, sorpresiva, no hay que venirse abajo. Era Navidad. Pronto vendrán los días no navideños, más razonables y sosegados.

Yo dejé de fumar una Navidad, hace ya más de diez años. Los propósitos infructuosos de librarme del absurdo tabaquil funcionaron un día de Año Nuevo. Me encontré con la grata sorpresa de que el tabaco me había dejado. Hasta hoy. El cerebro reconsideró pros y contras y decidió dejarme tranquilo, quitar gas al rito motor complejo de sacar un cigarro, encenderlo, aspirar el humo, echarlo, sacudir la ceniza... 

Los hábitos son rituales motores sinsentido, acciones que el cerebro reclama sin que sepamos bien por qué. Las percepciones son, muchas veces, hábitos, propuestas de rituales motores complejos: suspender la actividad, meterse al cuarto oscuro, tomarse un analgésico, vomitar... Todo eso lo consigue el cerebro activando la alerta de nocividad en la cabeza. A eso los sapiens (m.n.t.) le llaman migraña. Dicen que los cerebros migrañosos contienen malos espíritus criados por malos genes que gustan de exigir el ritual motor migrañoso por cualquier banalidad. Dicen los neurólogos que deben atenderse los caprichos del cerebro migrañoso con prontitud para no desatar la cólera, la furia.

Navidad, Navidad, emotiva e impredecible Navidad.

A la lista creciente de desencadenantes habría que añadir la de la Navidad. Fines de semana, viajes... Navidad. Migraña navideña. 

La migraña navideña se controlaría, según los neurólogos, evitando el desencadenante, la Navidad, pero no es posible. No queda más remedio que plantar cara al cerebro navideño y volverlo al estado razonable.

Ya queda poco. Pronto será no Navidad...

¡Que no recaiga!       

6 comentarios:

Fisiograna dijo...

El problema esta en la mania que tenemos en almacenar cosas en el trastero. Da la impresión que tendieramos a dejar la puerta abierta a la nostalgia, a la recaida. Para este año nuevo, ¡MALA MEMORIA PARA TODOS!!

"Felicidad es tener buena salud y mala memoria"
Cesare Beccaria

SM dijo...

Hola Arturo.
!Que entrada más oportuna.

Ayer, pensaba en cuanto tiempo hacía que no pasaba una Navidad sin migraña.Muchos,muchos años.Es verdad que éste año, tenía un arma poderosa ( tu pedagogía) que ha sido mucho mas efectiva que todos los medicamentos que metía en mi cuerpo.En algunos momentos parecía que el dolor quería volver de nuevo,pero sin hacerle mucho caso (no era muy fuerte)al rato desaparecía.He aprovechado estos días de Navidad,con mas tiempo, para leer entradas antiguas y de ésta manera, comprender mejor y reforzar tu pedagogía en mi cerebro.Creo que me resulta de gran utilidad.Como tengo entre mi familia y amigos bastantes migrañosos,no dejo de hablarles de tu blog y de tus enseñanzas,para que ellos tomen su decisión y de paso yo refuerzo mis convicciones.
Claro que el miedo a la recaída está ahí,porque al no comprender muy bien los mecanismos de mi cerebro,no sé si lgún dia,todos esos " trastos" que tengo almacenados aparecerán de nuevo.
En este año que empieza,mi propósito es tirar todos los trastos viejos de mi cerebro y llenarlo de buena información.Para eso cuento contigo,Arturo,y espero que por mucho tiempo.
Un abrazo.

arturo goicoechea dijo...

fisiograna: comparto la receta.

arturo goicoechea dijo...

SM: muchísimas gracias por el testimonio. Ayudará a muchos a confiar en el procedimiento pedagógico y a recuperar la autoestima, la convicción de residir en un organismo sano.

Saludos

Ani dijo...

Si antes no sabia que mi cerebro estaba vigilando TODO, ahora soy yo la que lo observo. Ya no me dejo sucumbir ante su tirania.

Ayer, ante una contrariedad, comence a sentir un dolor pulsatil en un musculo del antebrazo y en la artrosis de la cadera; salieron producto del disgusto que tuve, pero, inmediatamente identifique de que venia. No le di importancia y sali a hacer mis ejercicios... cada vez tengo mas energia.

En otras epocas, probablemente hubiera tomado analgesicos, especulado a que se debia el dolor y luego ido al medico.

Todo lo aprendido me sirve para aplicarlo con mi familia.

Hace un tiempo le detectaron a mi hija adolescente, escoliosis, mas una rotacion de la columna, luego de eso todo ejercicio fue "suave". Ayer retomo sus clases veraniegas de natacion y lo que le dije fue que hiciera todo normal, que su columna es fuerte, que no le temiera a ningun movimiento.

Realmente, como dice Fisiograna, deberiamos tener mala memoria solo para eso.

Saludos para todos y uno muy especial para el Dr Arturo, que el 2011, sea muuy bueno.

arturo goicoechea dijo...

Ani: veo con satisfacción que te vas haciendo fuerte y vas imponiendo la racionalidad no sólo en tu cerebro sino en el de los tuyos.

Un abrazo