Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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jueves, 13 de enero de 2011

No respire nunca hondo cuando esté mareado



- ¿Qué te pasa..? tienes mala cara... estás pálido...

- Estoy mareado

- Respira hondo...

No haga caso. Siempre es un mal consejo salvo en el caso improbable de que esté huyendo de algún peligro.

- Acelera la frecuencia cardíaca...

Tampoco haga caso. Es otro mal consejo salvo en el caso improbable de que esté huyendo de algún peligro.

- Toma agua con azúcar...

Tampoco. Mal consejo salvo en el caso improbable...

Hay veces que estamos mareados y algo interno nos pide que respiremos hondo. Sentimos hambre de aire. El organismo nos pide que metamos más oxígeno aun cuando en ese momento no lo necesitemos. Si midiéramos la concentración de los gases en sangre comprobaríamos que el oxígeno es más que suficiente pero el anhídrido carbónico está bajo. Estaríamos hiperventilados. Si hiciéramos caso al consejero el oxígeno se quedaría donde está y el anhídrido carbónico bajaría aún más. 

En muchas ocasiones la percepción de mareo se asocia a una vivencia de amenaza, desasosiego... como si algo fuera a suceder. Peligro...

Cuando el organismo evalúa peligro activa la respuesta de huída. Para huir hace falta energía, es decir, oxígeno y glucosa. El programa de "lucha-huida" aumenta la respiración (hambre de aire), acelera el corazón, redistribuye la sangre (la retira, por ejemplo, de la piel... palidez), inyecta glucosa desde el hígado y proyecta a la conciencia esa sensación incómoda y apremiante de alejarse del escenario actual.

Cuando el cerebro activa un programa trata de que el individuo lo cumpla. Para eso están las percepciones somáticas: frío, calor, cansancio, inquietud motora, hambre de aire, hambre de comida, hambre de sal, sed, mareo... Forman parte de los programas. 

El anhídrido carbónico se forma al quemar combustible (ejercicio) y debe eliminarse con la espiración pero dentro de unos límites ya que también cumple sus funciones. Entre otras cosas es un vasodilatador circulatorio cerebral. Si está muy bajo se produce una disminución de la presión intracraneal por reducción del volumen de sangre cerebral. Puede ser la puntilla para provocar el desmayo.

Las decisiones cerebrales de activar programas no siempre son razonables. Si el cerebro está equivocado hay que hacer lo contrario de lo que pide siempre que consigamos convencerle de su error.

- Estoy mareado

- Respira tranquilo. Deja aire para los demás. No lo necesitas. Tienes de sobra. Lo que necesitas no es oxígeno sino anhídrido carbónico. Respira en esta bolsa. No pasa nada...

Otra opción es la de ejecutar el programa y salir corriendo. La actividad física da sentido al programa. Se genera anhídrido carbónico y uno se encuentra mejor. También sucede cuando el cerebro activa el programa "come" y obedecemos. Se encuentra uno mejor pero probablemente sobran kilos y habría que desobedecer... por razones de peso.

Los recursos biológicos para sobrevivir evolucionaron en condiciones de amenaza real. Vivimos en entornos civilizados, seguros, pero el cerebro sigue respondiendo a las evaluaciones de peligro como si anduvieran cerca leones o manadas de sapiens competidores. Puede activar el programa cuando resulta más inoportuno, en una cafetería, en la Iglesia, justo cuando nuestro objetivo nos obliga a estar quietos. 


No se está cómodo somáticamente cuando entre el cerebro y el individuo no hay coherencia de propósitos. Si uno quiere estar quieto y el cerebro pide huida no hay modo de encontrarse bien, asintomático.

La incoherencia cerebro-individuo o cerebro-realidad produce síntomas, síndromes. Luego vienen los profesionales a rematar las incoherencias poniendo etiquetas, juicios y remedios... 

Proteja la racionalidad. No se deje llevar siempre por lo que el cuerpo le pide...

No respire nunca hondo si no hay leones cerca...   

7 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que todo se reduce a entender realmente el significado de estas líneas escritas por usted “Los recursos biológicos para sobrevivir evolucionaron en condiciones de amenaza real. Vivimos en entornos civilizados, seguros” porque para muchos es difícil imaginar una situación de peligros extremos cuando han tenido a su disposición calefacción, neveras, lavadoras, antibióticos y un sinfín de cosas que les han facilitado las labores del día a día desde su nacimiento, ni se valora lo bueno que tenemos en la actualidad ni se hace un esfuerzo en entender las cosas tediosos que dejamos atrás, eso de la cultura y los memes tiende a ser cortoplacista cuando se evoca pasado se vive presente y se piensa a futuro.

Rubén Tovar dijo...

Precisamente hoy, hace una hora, he tenido una paciente con mareo. Era fibromiálgica. Dolor occipital cervical superior, mareo y acúfenos en el oído izquierdo intermitente, palpitante. La sensación de latido era tanto en la zona occipital como en el oído y coincidían a la vez. Venía del médico de familia porque pensaba que podía ser de cervicales, y la verdad es que tenía pinta. EL ORL le había descartado que fuera laberíntico y en mi exploración no encontré nada en cervicales. Podía sentir la desilusión en su cara. Si no es del oído, y no es de las cervicales no sé qué voy a hacer... Su única esperanza era el resultado de la angioresonancia cerebral. Deseaba que saliese algo allí. Su mareo solo se reproducía con gestos bruscos al incorporarse o al inclinarse hacia delante y mirar abajo al hacer la cama. Lo que más le inquietaba era la incertidumbre del “porqué”, y del “que me pasa”. Así que puede adivinar como ha terminado la sesión: pedagogía del dolor, dolor en ausencia de daño, mareos en ausencia de daño, acúfenos en ausencia de daño... alegrese por ello.
La mayoría de pacientes se alegran cuando las pruebas dan negativas. Tranquilo no es nada. Las pacientes de fibromialgia suelen desear que aparezca algo. La paciente se marchó, como se marchan muchas, con la dirección de su blog escrita en un papel (estoy por hacer tarjetas). No se me ocurre una mejor forma de aprender pedagogía del dolor que leyendo su blog cada día. Tuvo una grandísima idea creando este blog y gracias por brindar esa oportunidad a los pacientes y a nosotros para enseñarnos a transmitir la idea.

Arturo Goicoechea dijo...

Cesar: los sapiens optaron por hacer realidad lo que sueñan. Gracias a ello hemos llegado a la luna y, precisamente por eso, estamos a veces en la luna.

Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

Elefante: te agradezco los cumplidos. Es cierto que los padecientes peregrinos y náufragos llegan a desear ardientemente la enfermedad legitimada, aunque sea un cáncer, pero un algo tangible, algo que da la cara.

Cada vez es más apremiante la neuroalfabetización, pero no hay indicios de que esté en marcha ninguna campaña informativa en esa dirección sino más bien en la dirección contraria, que es la que está creando el problema.

No está de más, de todas formas, recordar que aunque siempre hay cerebro también puede haber problemas en los tejidos y siempre hay que estar en guardia para que no se nos escape nada. Mesura...

Saludos

Sol del Val dijo...

Aunque las migrañas me han acompañado durante una gran parte de mi vida, los mareos comenzaron hace unos cinco años. Se trataba de inestabilidad, sensación de flotar, aturdimiento y llevaban aparejados una tremenda inseguridad e ,importante, un gran miedo.
Por aquel entonces yo había comenzado a colaborar con el grupo de enfermedades neurodegenerativas del Colegio oficial de psicólogos de Madrid, les asesoraba en temas de duelo. Durante todo el tiempo que trabajé con ellos conocí la historia de muchas personas aquejadas de esclerosis múltiple, ELA, parkinson... y sin lugar a dudas creo que cuando un día me sentí mareada se activó la alerta y se disparó el miedo a padecer alguna de las enfermedades que tantas veces había visto.
A partir de ese momento comencé el peregrinaje por neurólogos, traumatólogos, otorrinos , acupuntores e incluso llegué a necesitar la ayuda de algún colega para calmar el miedo.
Todo desembocó (porque las pruebas diagnósticas así lo indicaban) en una intervención para implantarme una prótesis de disco C5-C6 en el año 2007. Los mareos continuaron,las migrañas también y el miedo y la inseguridad.
Cuando he conseguido enseñar a mi cerebro a tranquilizarse y las migrañas me han dado una tregua ha desaparecido el mareo y ,creo, que todo forma parte de lo mismo: siempre pensé ,"algo malo está sucediendo ahí dentro"
Lo que he aprendido a lo largo de casi un año en este blog ha disipado muchas dudas, ha apagado muchas alarmas y ha generado nuevas creencias en lo que respecta al dolor sin daño asociado.
Saludos.

LOURDES dijo...

Las entradas últimas resultan a todos, hasta a los neófitos que llegan al blog, de gran interés. Ya me han ido preguntando varios del facebook. Es increible como podemos apreciar en la vida diaria la anticipación del cerebro en numerosas ocasiones. En relación al mareo el otro día en la estación de trenes fui a coger una escalera mecánica y una vez me hube acercado ya con el pie casi en el escalón, percibí que estaba quieta, la sensación de mareo e inestabilidad fue grande, y sin darme cuenta me haía contagiado y agarrado a la barandilla como una viejecita. Vinieron a mi cabeza todos ls conocimientos que he ido adquiriendo, y a la mitad de la escalera me dije que no estaba pasando nada y decididamente me solté. Dr, ¿podría decirse que la copia eferente juega aquí un papel importante?
Un abrazo.

Arturo Goicoechea dijo...

LOURDES: efectivamente, la copia eferente, la posibilidad de anticipar las consecuencias de la acción en base a los programas seleccionados, es responsable de la sensación de la escalera mecánica averiada. El cerebro, por inercia, espera que auello se mueva, tiene un programa motor preparado para incorporarse a la escalera y, aun cuando uno la vea quieta no se puede evitar que el cerebro espere que se mueva. Al no coincidir lo esperado con lo que sucede, aparece la sensación de mareo.

Un abrazo