La posición corporal en el campo gravitatorio y el movimiento en un entorno con otros objetos potencialmente móviles, genera un complejo flujo de señales sensoriales: visuales (flujo óptico), vestibulares (sensores de aceleración y gravitatorios), articulares (presión), musculares (estiramiento). Las señales útiles fluyen junto al llamado ruido: estímulos sin carga informativa. El cerebro debe procesar señales y ruido y construir una estrategia de programas motores que promueva la navegación con éxito y sin riesgo.
El mundo que habitamos es bastante predecible y simplificado: suelo liso, edificios rectos con habitáculos cúbicos. La navegación tiene poco riesgo de caída. El cerebro debiera organizar una programación tranquila, confiada ya que el entorno seguirá siendo liso, predecible, cuadriculado.
La incertidumbre no proviene del comportamiento del entorno: el suelo seguirá siendo liso, los edificios estables, cúbicos... Se nos cuela la incertidumbre interna: si todo está correcto para garantizar el éxito de la navegación.
Cuando nos incorporamos en la cama para levantarnos puede haber un error perceptivo cerebral al pasar de un período nocturno en horizontal e inducir un giro para ponernos de pie. Existe inercia interpretativa y tras estar quieto y horizontal e incorporarnos puede que el cerebro dé por sentado que seguimos horizontales y que las señales producidas provienen de que el mundo ha girado en ese momento.
Si estamos un rato viendo caer el agua de una cascada y giramos la vista hacia la orilla veremos a esta moverse en dirección contraria a la del agua (vértigo).
Las escaleras mecánicas habitualmente están moviéndose. Al entrar en la cinta el cerebro organiza un programa de reseteo al pasar del suelo firme, inmóvil a otro en movimiento. No importa que la escalera esté parada, averiada. Al entrar en una escalera mecánica averiada, el cerebro hará el gesto de adaptación por mucho que sepamos que aquello es una escalera fija. Sentiremos un cierto titubeo, un "mareo".
Si hay un estado de alerta de equilibrio bastará con que entremos en un habitáculo con una pared oblicua para que el cerebro, acostumbrado a entornos cúbicos, tenga también un titubeo inicial.
- ¿Qué te pasa?
- No sé. Me ha dado un mareo...
- Tienes mala cara...
En situaciones de alerta, cualquier mínima incidencia novedosa en el entorno puede generar ese titubeo. El individuo experimentará "mareo". Si pudiera interpretar correctamente el efecto del techo oblicuo en un estado de alerta el titubeo no iría a más...
Un giro de la cabeza tras ir navegando con la mirada recta puede provocar también una incertidumbre inicial (mareo). Al percibir el mareo surge la autopregunta del origen... El individuo poco podrá hacer. Pensará en las cervicales, en "algo tengo que tener..." pero no interpretará que es simple efecto de la inercia interpretativa.
Recuerdo una aburrida "atracción de feria" llamada "la casa misteriosa". Entrabas alerta y, al cabo de un rato, notabas mareo y que la casa se movía... ¿Qué pasaba? Era una casa visualmente normal pero con el suelo ligeramente desnivelado. El cerebro no sabe interpretar esas casas y la única explicación es que la casa tiene elementos móviles. El mareo-vértigo de la casa misteriosa se cura eliminando el misterio o entrando varias veces. El cerebro sabe que no hay incertidumbre interna y resuelve rápido el problema.
Al cuerpo misterioso no es tan sencillo encontrarle el truco. El cerebro valora aquello que le han enseñado a valorar e interpreta que los mareos provienen de alguna perturbación interna y mantiene, sensibilizado, el estado de alerta.
- No se preocupe. Es una casa segura. No se mueve. Tiene el suelo con una leve cuesta. Al principio notará algo raro pero enseguida se adaptará. No hay misterio. No pague por entrar ahí...
.......................
- Tiene baja la tensión, las cervicales, el riego, "no sé", "no tiene nada"...
El cuerpo misterioso...
13 comentarios:
La semana pasada empecé a usar gafas por tener un poco de astigmatismo. Cuando salí de la óptica comencé a caminar y cual fué mi sorpresa cuando empece a percibir como si mis piernas se hubiesen empequeñecido, como si la distancia del tronco al suelo hubiera disminuido....¡que sensación mas extraña!. Creo que es un buen ejemplo para la entrada que has realizado hoy, ya que pienso que es una respuesta maladaptativa de mi cerebro al cambio generado por la lente óptica...hasta que no se adapte a las nueva percepción visual, seguire creando compensaciones y modificaciones del esquema motor para tratar de dar una respuesta según la lógica cerebral existente.
fisiograna: es un buen ejemplo, efectivamente, del trabajo adaptativo que el cerebro debe hacer para integrar nuevos datos estimulares (en esta ocasión con la distorsión de una óptica externa). Lo que percibimos es siempre la consecuencia de un complejo proceso. Aparentemente no hay trabajo, abrimos los ojos y vemos, oimos, olemos... pero en cada contenido perceptivo se funden muchos procesos con memorias, predicciones y datos sensoriales.
Saludos
Hola Doctor, al leer esta nueva entrada,no deja de sorprenderme como reacciona un cerebro sobrealarmado como es tambien el caso de la fibromialgia. Se convierte en el amo de la persona.
Recorde, como hace varios meses, el ultimo sintoma que me aparecio fueron los mareos y el penultimo sintoma fue sensibilidad en el cuero cabelludo, no lo podia creer!!
Claro que lo primero que uno piensa es que cosa ya tendre en el cerebro.
Recuerdo que en aquella epoca, oculte el sintoma, no se lo conte a nadie, me daba verguenza tener tantos sintomas sin explicacion y creo que fue por esa razon que el sintoma se extinguio...creo.
Felizmente, me encontre en ese camino, su valioso blog.
Sigo mejorando...y bastante, estoy preparada para las recaidas y espero en un futuro no muy lejano, contarme entre las ex y contar mi historia.
Un saludo
Sobre su respuesta de ayer a mi comentario estoy de acuerdo con usted en todo excepto en un punto. Donde usted me dice que:
"No hay ninguna condición residual en los tejidos que lo explique y justifique. Es el cerebro que ha dejado un programa vigilante activado. Es como si siguiera un retén de bomberos en una casa al cabo de los años tras un incendio que ya está apagado..."
Personalmente creo que mis tejidos y neuronas tienen también su pequeña memoria.
De alguna forma eso de que te metan una broca con la punta de diamante por el peñasco y empiecen a mover, sacar y cortar; algo de estres debío producir.
Y si se admite un trastorno por estres postraumático en un organismo completo, porque no iba a admitirlo en una parte de sus partes.
Quizas por ahi vayan los tiros en los miembros fantasma doloridos, en que persiste el dolor-estres en ausencia de esa parte. Pero bueno eso son cosas mías, mi forma de interpretarlo.
Recien operada, mi cama de la Tecknon parecia tener un colchón de agua que se mecia en autenticas tempestades, aunque yo estuviese quieta. Tenía la impresión de que hasta al pestañear me venian los mareos con sus nauseas, y un calor insoportable.
Cuando me quitarón la sonda, mi primera intención fue valerme por mi misma. Mi marido, Carlos, quería que cuando fuese a levantarme no lo intentará sola y llevarme agarrada al baño. Incluso ponerme las zapatillas antes de poner los pies en el suelo.
Pero le dije que no a él y a mi cerebro. Yo me sentaría despacito en el borde de la cama, buscaría mis zapatillas al tacto y me las pondría yo, al baño iría sin agarrarme nadie, cogidita del gotero.
Esta cabezonería por no dejarme ayudar, significaba que en vez de regirme por las claves espaciales que me diese Carlos, me regiría por las mías unicamente.
Él solo tenía que estar cerca para que no me diese un golpetazo, pero no llevarme agarradita.
En vez de desarrollar una conducta de evitación para evitar los mareos y el vertigo, como no moverme, estar sentada...y ese tipo de cosas.
Me trague todas mis nauseas, y la nueva orientación del mundo cúbico en el que vivimos lo reaprendi palpando paredes, el suelo con los pies cuando estaba sentada, mi postura corporal ante el espejo.
Cuando estaba en casa, segui pidiendo mi autosuficiencia, y lo demás lo hizo mi cerebro solo. Digamos que se reequilibro a los instrumentos sesgados que tenia ahora como nervios craneales.
En todo esto hablamos sin farmacos para atenuarlo. En el hospital si me daban cosas (que ignoro) pero en casa pase del nolotil, la biodramina, el primperan y todo lo que fuese para este tema.
Otro paso en mi reequilibración fue utilizar el espejo, porque mi cerebro me decia que estaba derechita y el espejo mostraba que no iba erguida.
Para hablar, lo mismo mi cerebro mandaba la tensión necesaría para mover labios y todo ese sistema, pero la paralisis lo había modificado. Así que con el espejo movia los labios hasta que el sonido correspondia a la palabra que quería decir.
Incluso llevarme la cuchara a la boca, tuve que practicarlo delante del espejo, porque no acertaba.
Pasado el tiempo ya comence las excursiones largas, el pasillo de mi casa de una punta a otra. Pasos despacito y brazos en cruz apoyandome con la palma de las manos en las dos paredes. (Mi marido pegadito a mi, pero sin llevarme).
En fin que ignore gran parte de los mareos y otra parte los asimile día a día. Ya no tomo ni biodraminas ni otras familias de esta ni siquiera para viajar en coche. Y eso que siempre me he mareado hasta en trayectos cortos. Pero cuando decidi no querer mareos, mi cerebro hizo caso y se supero a si mismo.
Por eso se que sus ideas funcionan, pero en unas cosas me funciona sin problemas y en otras no.
Saludos cordiales.
¿Y ese mareo no podría deberse a una incongruencia de la información recibida, y dar como resultado la sensación de mareo como respuesta a una supuesta situación amenazante?
Al entrar a la casa misteriosa, por una parte nuestros pies perciben la sensación de desnivel, y por otra parte la visión percibe una imagen horizontal. Todo esta información procesada por la red neuronal, daría como resultado una respuesta de amenaza en forma de mareo, debido a la incongruencia de información entre horizontalidad-verticalización. Ocurriría lo mismo que las situaciones de mareo en un barco ; nuestra visión otea un horizonte, mientras que el balanceo del barco hace que nuestros pies reciban la sensación de oscilación. Travell y Simons ya hablaron de una posible relación de PGM del esternocleidomastoideo en relación con el mareo por una incongruencia propioceptiva entre informaciones procedentes de la mirada, nivel vestibular, músculos que controlan la posición de cabeza. A pesar de todo, no conozco marineros veteranos que se mareen en los barcos. Me da que va a tener usted razón. Como bien dice, una vez eliminada la incertidumbre........
Ani: es frecuente que los padecientes oculten algunos síntomas pues temen la reacción del profesional.
Puedes contar tu historia cuando quieras. Será bien recibida.
Saludos
NEURIWOMAN: las lesiones generan señal de daño (que es la que enciende de forma natural y fisiológica el programa dolor) cuando están activas, cuando sigue habiendo muerte celular por un estado o agente destructivo. Una vez desaparece la agresión todo debiera volver a su cauce. Se debiera producir el silencio. Si no es así no es porque los tejidos guardan memoria traumática del trauma sino porque el cerebro no da el carpetazo final.
Saludos
Manderley: efectivamente existe una incongruencia sensorial respecto a lo que el cerebro espera (un suelo inclinado en una casa visualmente horizontal). El cerebro tiene que interpretar la incoherencia y si aparece en la percepción la inestabilidad del entorno es que esa ha sido la interpretación seleccionada.
Saludos
Gracias por su atención doctor, intentaré por todos los medios que mi cerebro tome nota que ya paso todo. Y que esa jaula de grillos llena de acufenos que tengo en mi cabeza desaparezca ya.
En mi página web estoy hablando del tabaquismo y encontre unos contadores para los que estan dejando de fumar. Yo nunca he fumado pero he cogido un contador para otra utilidad: que lleve la cuenta por mi de cuantos días llevo sin jaquecas.
De esa forma me desentiendo de volver a recordar si llevo mucho o poco sin dolor. Y es más fiable que mi memoria. Necesito palpar de alguna manera los avances y aunque practicamente no lo miro, es como un reto que siga ahi sin tener que mirarlo.
Y por ahora me va bien, mi cerebro sabe que no tengo ninguna razón valida para que me duela la cabeza. Y no me esta doliendo.
Saludos.
NEURIWOMAN: No estoy seguro de que hacer registros de dolor sea una buena idea. Nunca se sabe cómo ejecuta el cerebro nuestros encargos. A veces te pone el dolor en la tarea de hacerlo.
Saludos
Estoy de acuerdo con usted en que puede que no sea buena idea ya que ver ese contador puede hacer el papel de retroalimentar: "el eres jaquecosa, no lo olvides".
Otro método sería escribir en un papelito "jaquecas, nunca mais" y tirarlo al mar desde un recondito acantalido. Así mi cerebro pensaría que he tirado la jaqueca envuelta en aquel papel.
Y la tercera opción sería la pasiva: "no tengo que hacer nada, porque se tiene que ir sola..."
Pero es que la única opción que va con mi caracter es la primera, tomar parte activa en la erradicación y plantearmelo como un reto personal.
Con esta formula por ejemplo venzo mis secretas adicciones (como la pepsi...).
Yo le llamo a esto "Camelladas" que es la forma en que piensan los camellos. Esta noche voy a publicar una entrada explicandolo, y así aprovecho para seguir con el tema del tabaco.
Así que queda usted oficialmente invitado al post Camelladas que colgare a las doce en punto.
Saludos cordiales.
NEURIWOMAN: una vez conocido el significado de "camelladas" tras la visita a tu exitoso y recomendable blog te doy la razón. Somos unos auténticos camellos.
Saludos
Gracias, doctor.
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