Los padecientes de dolor crónico, al final de su variopinto y penoso peregrinaje por el mercadillo de los remedios, acaban aceptando, mal que bien, un consejo difícil de aceptar.
- Tienes que acostumbrarte a convivir con el dolor. Es como una enfermedad. Tienes que aprender a "sobrellevarlo"...
El dolor sin daño es una enfermedad. La diabetes, la tuberculosis, el cáncer... son enfermedades. Pues bien, el dolor, la depresión... también lo son. No cabe negarse a aceptarlo. Tienes diabetes, tienes depresión, tienes dolor...
¿Hay quien es diabético, tuberculoso, canceroso? También hay quien es doloroso, desanimoso, friolero, caluroso, hambriento, anoréxico...
Ser diabético es tener diabetes. Caluroso, tener calor aunque el día esté templado. Hambriento, tener hambre aun cuando uno esté recién comido y sobren kilos... Doloroso, tener dolor en ausencia de enfermedad demostrable. Los genes, la mala vida, la buena, el medio ambiente, el estrés, los traspiés físicos y emocionales, las heridas de cuerpo y alma mal curadas, las energías negativas, el mal de ojo... pueden volvernos dolorosos.
No cabe rebelarse. Es peor. Si uno tira de la cuerda para soltarse se hace más daño. Hay que aceptar que uno vive atado a un árbol y que tiene un reducido radio de acción. Hay que conformarse con lo que hay. Hay que sobrellevarlo.
Hay padecientes que lo consiguen.
- He aprendido a sobrellevar el dolor. Cuesta pero me hace sentirme bien. Puedo disfrutar los pequeños respiros que me da el dolor.
Los psicólogos del famoso "equipo multidisciplinar" ponen también el empeño (en muchos casos) en conseguir la aceptación de la condición difícilmente aceptable de saberse dolorido.
- Tienes dolor. Considéralo como una enfermedad. Haces un tratamiento, fármacos, ejercicios... Además tienes una vida... La enfermedad no debe impedirla... Ponte objetivos, proyectos... tareas que puedas cumplir... Acepta lo que eres y comprométete con lo que quieres hacer sabiéndote enferma, limitada...
No resulta fácil
- No consigo enderezar mi vida. No puedo aceptar que tiene que ser así... o peor... No consigo la sonrisa, el optimismo...
Los padecientes rebeldes que no se resignan a resignarse son padecientes que no colaboran...
- Mientras no aceptes tu condición no hay nada que hacer...
Al final todo el mundo acaba inculpando al padeciente díscolo, inconformista.
- Estás todo el día pensando en el dolor y por eso te duele. Olvídate de él. Piensa que no te duele. Piensa en otra cosa...
El recomendar a un hambriento que piense que no tiene hambre no hace sino recordarle que puede ponerse un bocadillo con lo que tiene en la cocina.
- Te veo pensativo...
- Estoy pensando que tengo que pensar en que no me está doliendo para poder dedicarme a algo útil pero no lo consigo. Me duele más que cuando no pienso en no pensar...
- Tienes que dejar de pensar en el dolor...
- No estoy pensando en el dolor sino en el no dolor... Es lo que me han recomendado...
Cuando el cerebro no ve las cosas claras, no cesa de darles vueltas buscando una salida. Si se llega a la conclusión de que todo es inútil aparece la indefensión, un estado calamitoso de no poder entender, reaccionar ni protegerse.
Los indefensos a los que, hagan lo que hagan, les llueven palos, lo tienen realmente complicado.
El dolor sin daño produce indefensión. Es un callejón sin salida... aparente.
Puede que haya una puerta que acabe abriéndose. Puede que cueste pues hay que empujar...
El problema de la puerta reside en que puede que se abra en la dirección contraria a la que nos dicen que empujemos...
La indefensión proviene del error de dejarnos llevar por las apariencias, creernos enfermos, estando razonablemente sanos...
- Piense en el hambre todo lo que quiera pero tiene que conseguir comer menos y hacer más ejercicio
- El ejercicio me da apetito...
- Tiene que comer menos...
- Qué vida más perra...
6 comentarios:
Este es el punto donde nos meten a los psicólogos, amigos de sobrellevar el dolor...no entiendo porque tenemos que tomar esta actitud en nuestra profesión...me da rabia puediendo hacer el abordaje que vaya a la causa...en fin...luego están las imposiciones de la pública...reconozco que hay gente en desacuerdo con el planteamineto porque no les funciona...o es que el desacuerdo hace que no funcione???
Elsa: pues sí, os han colgado a los psicólogos, no sé si con o sin resistencia, la misión de enseñar a sobrellevar la situación...
El que el planteamiento funcione o no no indica que sea o no correcto. Lo que hacemos es transmitir información sobre neurobiología del dolor. Algunos lo entienden, creen y aplican con éxito. otros vienen, oyen sin escuchar, piensan para sí que eso explicado no va con ellos, lo malentienden, lo tergiversan y lo desprecian... luego...
Una condición necesaria para que podamos ayudarles es que validen lo que se les quiere enseñar.
saludos
La salud es el fruto de un equilibrio en la vida en una adaptación fisico-psiquico-emocional constante a las circunstancias que acontecen en el momento presente. Pienso que la "flexibilidad mental" para saberse adaptar a los cambios es una conducta muy saludable. La OBSESIÓN, en cambio, es un estancamiento, es evitar el diálogo con lo que nos rodea para entender y comprender el sentido de las cosas, y empecinarnos en ver la realidad desde la oscuridad de nuestra caverna. La obsesión no entiende de espacio ni de tiempo, ni de etapas...ni de paciencia (etimologia: saber sufrir). La vida perra es una elección personal en muchos casos, a veces pora no afrontar las circunstancias que rompieron ese equilibrio, otras también para seguir manteniendo una compensación con esa conducta....Un poco de sentido común no nos vendría mal para entender el dolor y el sufrimiento...pero...eso ¿donde lo venden?¿Lo tienen en pastillas? es que no tengo tiempo para analizar mi vida.
fisiograna: comparto las reflexiones iniciales pero luego tenemos el problema de la mala información sobre dolor, tejidos y neuronas. Creo que es un problema de mala profesionalidad. Los ciudadanos tienen derecho a que la información que reciben tenga un mínimo de calidad y, especialmente, a que esa información recibida no les meta en el negro pozo del dolor crónico y se les pida además que sean dignos en su papel sufriente.
Hemos instruido en la idea de "todo tiene terapia" y "nada se resuelve sin ella". Parte de los padecientes comprende la importancia de la información y se responsabiliza de su papel de gestor relativo de lo que percibe y cómo lo afronta.
Creo que merece la pena el esfuerzo aunque sólo sea por ellos...
Saludos
Desde luego!. También merece el esfuerzo por nosotros, porque al tratar de dar respuesta a las inquietudes de los pacientes uno se autocuestiona el modo de proceder y el modo de entender la enfermedad y el dolor en este caso. He estado muchos años dando explicaciones a los pacientes sobre su dolor que no me convencian del todo, pero no tenia donde apoyarme....Cada paciente es una nueva sacudida para encontrar respuestas. Afortunadamente ahora tenemos apoyos donde vislumbramos una explicación coherente.
estoy completamente de acuerdo, no hay enfermedades sino enfermos. un saludito
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