Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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martes, 20 de julio de 2010

Genes copiadores


Los genes de Homo sapiens (ma non troppo) contienen la pulsión a tomar nota de cuanto sucede a su alrededor, representarlo internamente.

Nacemos con una vulnerabilidad extrema, frágiles e ignorantes pero tenemos cerca a los cuidadores-tutores, los proveedores de nutrientes, cobijo, seguridad... y conocimiento. Ellos nos marcan las conductas a seguir, con sus consejos y su ejemplo.

El cerebro sapiens (m.n.t.) está especialmente dotado para copiar. Sus neuronas tienen la propiedad "espejo": extraen datos a través de los sentidos de cuanto sucede fuera y generan programas emocionales, perceptivos y motores que reproducen lo que sienten y hacen los otros. La propiedad "espejo" permite aprender observando e interpretar a través de la copia las intenciones ajenas.

En los primeros años de vida el cerebro está ávido de copia. Necesita adquirir las habilidades y conocimiento del grupo, necesarias para sobrevivir. El lenguaje es una muestra brillante de esta extraordinaria capacidad de imitación. El niño no aprende a hablar por las lecciones de sus padres. Le basta oir y lanzar sus balbuceos para que vaya surgiendo toda la compleja estructura lingüística.

La imitación es necesaria pero, como todo, contiene su peligro. La cultura es inevitable y no todos sus contenidos son ejemplares. No todo debe ser imitado. Vendría bien que el cerebro recelara de la simple copia y dispusiera un dispositivo de escape, un espacio crítico que nos proteja de aquello que la cultura sanciona como verdad y resulta ser un fiasco.

La genética sapiens (m.n.t.) está en todo lo que le define como especie y, efectivamente, dispone que junto al cerebro copión, pasivo, imitador, se desarrolle el cerebro escéptico, desconfiado, crítico, contracorriente.

Hay cerebros más copiadores que otros. La estabilidad social necesita la masa obediente, la mayoría silenciosa que acata la normativa social, lo presentado como verdadero y ejemplar, pero el progreso se produce por la presión de la disidencia, de los críticos.

La proporción de cerebro imitador, pasivo, vicentista (Vicente va a donde va la gente) y crítico es variable en cada individuo.

En el tema del dolor la cultura crea una atmósfera alarmista que, caso de ser copiada, generará encendidos facilitados de percepción dolorosa proyectados a aquellas zonas corporales definidas por la cultura como vulnerables. El cerebro copión-imitador exigirá así mismo conductas de evitación de dolor promovidas por esa cultura. El resultado es una idea de organismo vulnerable instruido en una larga lista de estados-agentes peligrosos e inconvenientes que deben ser evitados y otra lista no menos larga de remedios para sentirse bien.

El cerebro crítico recelará de cuanto se proclama como cierto y buscará respuestas a las preguntas que, inevitablemente generará su natural escéptico. Puede que esa actitud le lleve a dar con una idea de organismo más acorde con lo que se cuece por dentro y puede que no encuentre lo que busca en cuyo caso está condenado a pasarse la vida en una burbuja de incertidumbre y confusión.

La cultura de causas y remedios del dolor, en ausencia de necrosis, es manifiestamente deficiente, peligrosa, alarmista y generadora de múltiples adicciones y dependencias. 

Las neurociencias podrían calmar las ansias del cerebro crítico pero el conocimiento sobre neuronas y dolor está retenido en alguna frontera, no llega a la cultura de masas. 

Homo sapiens (m.n.t.) es copiador y potencialmente crítico y sigue necesitando a los cuidadores-tutores, los expertos en interior somático. Puede construirse una idea del mundo externo por sus propias averiguaciones pero necesita que le sigan asesorando sobre sus entrañas.

Los Homo sapiens (m.n.t.) doloridos y sus tutores necesitan un master en neurobiología del dolor... 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Maite, la padeciente que viste en Burgos.
He terminado de leer tu libro, con mucho retraso, pues además de haber estado fuera de casa, al retomarlo, tenía una tendinitis en un brazo que me impedía leerlo con comodidad. Paradójico. Estoy tratando de poner en práctica lo que creo haber entendido de tus propuestas.Trato de asumir que mis creencias sobre el dolor están equivocadas de base. Y no se si por ello, o porque el brote de artrosis ha cedido, como suele pasarme, el dolor generalizado que me asolaba cuando me viste, se ha paliado un poco. No así el de la rodilla, que no sostiene mi generoso tonelaje. Hoy tengo hora con el trauma que me operó la otra rodilla. Me temo que su plan sea seguir en la transformación a Robocop que llevo estos últimos años.
Algo si que tengo claro de tu libro, y es que el miedo al daño condiciona el dolor. Tengo miedo de moverme, sé que me va a doler.Y la inmovilidad que produce ese miedo debilita los músculos, perdiendo la fuerza necesaria para hacer una vida un poco normal.Una pescadilla que se muerde la cola.
Y me gustaría decirte que el libro, intesesantísimo, tiene una carencia; falta una guía práctica para poner en marcha los revolucionarios conceptos. Hay algun consejo, eso sí, pero un poco escaso. De todas maneras, muchísimas gracias por abrir un camino para los padecientes.

arturo goicoechea dijo...

Anonimo: un problema que tienen los enfoques pedagógicos es que dejan la sensación de que mucha teoría... muy interesante... pero no ofrece soluciones...

El objetivo de la pedagogía es disolver la estructura del miedo somático al daño, expresado como dolor. Este miedo está alimentado por una cultura alarmista y el método utilizado es el de la divulgación de los conceptos que la neurociencia va aportando.

Realmente los consejos "prácticos" están contenidos en la disolución de falsas creencias con argumentos y en la promoción de una conducta sin miedo al daño. es una terapia cognitivoconductual basada en la pedagogía sobre organismo.

Hay bastantes pacientes que se quedan con la sensación de vacío práctico pero otros comprenden que no hay nada más allá del cambio de creencias y ponerse las pilas.

Gracias por ser lectora Suerte y saludos.

LOURDES dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LOURDES dijo...

Estoy de acuerdo con que el conocimiento sobre las neuronas no llega a las masas, y hasta cierto punto es normal. Pero ¿qué pasa con el colectivo que debe estar especializado en ellas? Sí, los neurólogos. No creo que estén en la misma posición a la hora de obtener el conocimiento y d etransmitirlo a la población.
Vale que salgan de las facultades con ideas escasas y obsoletas sobre el tema, pero cada profesional debe cultivarse en su campo. Y si está en barbecho, pues, parece que van donde Vicente y donde las farmacéuticas.
La población deposita gran confianza en médicos y abogados: solucionan los problemas más importantes. Qué lástima que en este campo no sea correspondida.
Creo que la entrada es realmente buena y que puede ser entendida por todos.
Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

Lourdes: a los neurólogos no les está interesando la neurociencia de la nocicepción. Sólo muestran interés por las novedades en etiquetación de la Asociación Internacional para la clasificación de los dolores de cabeza y las nuevas ofertas en fármacos. La información al respecto está esponsorizada por la Industria Farmacéutica.

La información sobre Neurobiología del dolor referida a los procesos neuronales básicos me temo que está poco valorada y solicitada a juzgar por las cosas que se escriben.

Los temas que habitualmente se comentan en este blog no existen para los neurólogos. Ni siquiera muestran interés en conocerlos.

No tiene aspecto de que esto vaya a cambiar...

Saludos