Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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viernes, 23 de julio de 2010

La "mala circulación"



Los individuos celulares del organismo necesitan para sobrevivir un servicio que les provea de alimento y elimine sus desperdicios.

Una red de tuberías se encarga de que los alimentos lleguen a todos los rincones y de que las basuras sean recogidas y eliminadas.

Es sabido que tenemos arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas por todas partes como también es sabido que las casas tienen conducciones de agua y alcantarillado.

A este conjunto de tuberías se le conoce como "la circulación". Como todo en esta vida, "la circulación" puede ser buena y mala.

Hay muchos padecientes que se quejan de su "circulación".

- Tengo "mala circulación"...

- Y eso... ¿qué es?

- Usted sabrá, que es el médico...

Pues no, no sé qué es eso de la "mala circulación". Tampoco sé qué querría decir tener "mala respiración" o "mala digestión"...

El problema de la circulación puede aparecer en piernas, brazos y cabeza (aquí le llaman, curiosamente, riego) pero no en tórax ni abdomen. No he oído nunca quejarse a alguien de tener mala circulación en las tripas o en el pecho.

En las piernas la "mala circulación", sea lo que sea lo que se entiende con ello, produce todo tipo de quejas: hormigueos, cansancio, dolorimiento, frío, calor, desasosiego en reposo...

En brazos, la circulación deficiente produce hormigueos (en dura competición con "las cervicales"), frialdad...

En la cabeza la falta de riego da lugar, según se dice, a olvidos, mareo, falta de concentración...

Hay una oferta generosa de remedios para activar "la circulación". A pesar de ello cuesta conseguir el mínimo circulatorio.

Los padecientes con "mala circulación" son enviados a los especialistas de "la circulación", los cirujanos vasculares o angiólogos, quienes habitualmente dictaminan que "de la circulación no es" y los remiten al "de cabecera" quien, en vista de que "no es de la circulación", reenvia el problema en muchas ocasiones al neurólogo.

Nosotros comprobamos que en las piernas los cables funcionan (los reflejos, la fuerza, la sensibilidad...) y dictaminamos que "de los nervios tampoco".

La respiración, la digestión, la circulación... grandes cuestiones somáticas...

¿Y la información? ¿No es acaso una importante función somática?

Sí, lo es, sin duda. Hay buena información somática y mala.

- Tiene usted "mala información"...

No existen remedios en el mercado para la "mala información". No hay fármacos, hierbas, infusiones, productos homeopáticos, agujeos, masajes ni cirugías...

- Vale, pues deme algo para "la información"...

- Le explico... las neuronas, el cerebro...

- No me sirve. YO necesito algo que me solucione los dolores...

No sé qué carajo es eso de la "mala circulación" ni lo de la "mala digestión" pero sí tengo claro lo que es la "mala información". Está detrás de muchos padecimientos confusamente etiquetados.

- Tiene usted "mala información"... Le explico...

- Le escucho, doctor, infórmeme...

4 comentarios:

emejota dijo...

Muy bueno, sobre todo a ciertas edades. Hasta yo lo se, que no estudié medicina: No tener demasiados años, hacer ejercicio apropiado, poner los pies en alto, no exponerse a temperaturas demasiado altas y no pasarse el día de pie trabajando como un poseso. Un abrazo.

Rubén Tovar dijo...

Sobre filtros y etiquetas:

Los filtros son aquellos que nos condicionan a opinar y a pensar. Los filtros son nuestras creencias, nuestros valores, nuestra educación y nuestro entorno. Los filtros son filtros de información. Son los prismas a través de los cuales vemos-entendemos el mundo. Nuestra predisposición a creer una u otra cosa, está basada en filtros, en lo que hemos vivido y en lo que nos hemos formado-informado.

Las etiquetas son las clasificaciones por parcelas de lo que somos. Las etiquetas dependen de los filtros de los demás, del prisma por el que nos miran. En diferentes entornos sociales tenemos distintas etiquetas. Nos encanta simplificar las cosas, hacerlas absolutas. Las etiquetas condicionan el comportamiento de todos nosotros. Algunas etiquetas incluso nos las llegamos a creer. Quizás un día preparas una comida suculenta a tus amigos y desde ese momento te conviertes en el chef de la pandilla, el que todo lo sabe de la cocina, y esa etiqueta te gusta, y te la quedas, y por supuesto, te condiciona en el futuro, y tal vez, pasado un tiempo, te acabas creyendo tu propia etiqueta. Algunas etiquetas nos gustan y las asumimos, otras no nos gustan, pero también las asumimos y también nos condicionan: unas veces por resignación, alimentando la etiqueta y otras intentamos demostrar el error de la etiqueta, pero nos condiciona. Los diagnósticos son etiquetas. Etiquetan las personas como pacientes con problemas concretos y definidos. Luego hay otras etiquetas que se las auto-impone el paciente: como el “yo es que tengo mala circulación”; o el “yo es que tengo muy mal los huesos” son auto-etiquetas que a veces se ven reforzadas por los sanitarios. Una de las grandes etiquetas sería la fibromialgia, el 2x1, el ofertón de las etiquetas. Pague una etiqueta y justifique todos sus males, el buffet libre de las etiquetas.
La fibromialgia entendida como sensibilización al dolor (o debería decir error evaluativo del cerebro), entendida como una hiperfunción del sistema de alerta, entendida como un cerebro que pretende que el organismo funcione al 100% 24 horas del día, un día tras otro, en vigilia y concentración, sin permitir el sueño y el descanso, donde el cuerpo se recupera y las células se regeneran, y por simple agotamiento empieza a funcionar al 90, al 80…70, 60%, entendida como sea lo que sea, es una gran ETIQUETA. Etiqueta que a veces el paciente utiliza porque le interesa, y otras, oculta porque esta harto de que “no le hagan caso y achaquen todo a” su etiqueta.
Las etiquetas son definiciones absolutas de la realidad, y por tanto de dudosa credibilidad, pero tal vez necesarias. Necesarias para todos, para entender el mundo, para avanzar en el conocimiento, para crear un lenguaje y una forma de comunicación más sencilla… ¿o tal vez no?

Arturo Goicoechea dijo...

Elefante: enhorabuena y gracias por la espléndida exposición del tema de las etiquetas. Suscribo toda la reflexión. Necesitamos un soporte de estabilidad para autodefinirmos (etiquetarnos).

Las etiquetas son inevitables pero hay etiquetas de corto plazo, pasivas, que asumimos por la presión de la necesidad que desplazan el problema propio a la inoperancia ajena que potencian el victimismo, los chivos expiatorios...

Hay etiquetas activas, con esfuerzo, que definen al individuo que acepta y exige su protagonismo militante, no como reclamador-denunciador de unos derechos mal entendidos, sino como investigador abierto al conocimiento de calidad.

En la fibromialgia y otras "enfermedades emergentes" me temo que el etiquetado está promoviendo conductas de enfermedad... en un organismo estructuralmente sano pero cognitivamente enfermo, equivocado.

Saludos

Lurdes sacristán dijo...

Saludos, me ha parecido muy buena la exposición sobre filtros y etiquetas, muchas gracias. Un abrazo Arturo, sigo en plena forma.ve