Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología. | We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology. |
lunes, 7 de diciembre de 2009
Retoques
Cada especie tiene algo especial, específico. Elemental.
Homo sapiens (ma non troppo) es una especie luego también tiene su especificidad.
Muchos sapiens (m.n.t.) piensan que esa especificidad consiste en un valor añadido, un algo inmaterial, trascendente, que dota a los sapiens (m.n.t.) de capacidades ni siquiera esbozadas en el resto de las criaturas.
Para muchos sapiens (m.n.t.) sapiens (m.n.t.) tiene superpoderes, sobrenaturalidades. Es excepcional. No puede ser explicado con moléculas. Tiene que haber, necesariamente, algo más que química en sus entrañas.
Los investigadores corroboran esta sospecha al comprobar que nuestros procesos moleculares son, en gran medida, los mismos que, por ejemplo, los de las zanahorias, de donde se deduce que sólo con zanahorias queda todo lo específicamente humano sin explicar.
A la Evolución la química se le quedó corta hace unos 6 millones de años y se sacó de la manga una sustancia insustancial para poder completar el sueño de su proyecto estrella.
La sustancia insustancial emergió de la maraña de neuronas situadas en la parte más noble del cerebro, el lóbulo frontal, empujando la tapa de los sesos hacia adelante consiguiendo de este modo la cabeza cuadrada.
La cabeza cuadrada ha dado mucho de sí. Ciencia, Arte, Filosofía, Espiritualidad... y Autoayuda.
La provisión de serotonina, dopamina y endorfinas asignada por la animalidad quedaba corta para afrontar los ajetreos de la condición humana actual y sapiens (m.n.t.) se las ha ingeniado para autodotarse de la química necesaria para el día a día impuesto por su insustancialidad llovida del cielo.
Sapiens (m.n.t.), con una sencilla e ingeniosa maniobra química, la inhibición de la recaptación de serotonina (una broma de mal gusto evolutiva) ha conseguido que las neuronas dispongan de ese plus serotonínico necesario para retomar el orgullo de vivir.
La sustancia insustancial es de difícil control y tiende con frecuencia al exceso, a la autocomplacencia, a confundir el mundo real con el imaginado, al éxito mal digerido. Lo insustancial hace que sapiens (m.n.t.) olvide que está hecho también de sustancia, de carnalidad molecular. Los excesos insustanciales encuentran en la dopamina a su necesario colaborador químico.
Costó pero también está conseguido. La clave es el antagonismo, llevar la contraria a la chapuza sustancial. ¿Falta serotonina? Se pone. ¿Sobra dopamina? Se antagoniza.
Sapiens (m.n.t.) descansa en el séptimo día de su gran obra retocadora. Tiene ya la serotonina y dopamina justa, la que él decida, la necesaria para ajustar déficits y excesos.
Siempre hay disconformes, demandantes, desagradecidos... sapiens (m.n.t.) que siguen quejándose de que no pueden ni con el cuerpo ni con la sinsustancia.
Sapiens (m.n.t.) anda desconcertado. Algo no acaba de ir bien para algunos. Puede que sean sus genes desvariados o pusilánimes o alguna infección oculta o quizás, otra vez los miasmas, efluvios malsanos que el propio sapiens vierte al aire que sigue necesitando para sobrevivir, a pesar de su insustancialidad... o quizás a causa de ella...
Quizás sea su corteza prefrontal... Quizás no fue una buena idea sobredimensionarla...
Se admiten ideas y propuestas...
Todo se andará.
8 comentarios:
Sin cerebro no hay persona, sin química y física no hay nada, ahora bien, una persona no se puede reducir a su quimica y su física, de la misma forma que La Odisea no sería nada sin los símbolos lingüisticos y por tanto no habría diferencia entre esa obra de arte y el diario Gara o el periodico El Día. Evidentemente no son lo mismo.
Seguro que combinando y recombinando las letras de ambos diarios podríamos acabar componiendo La Odisea o casi cualquier obra con valor literario, pero claro, nos haría falta EL LITERATO que lo combinara. ASí que la obra resultante sería un reflejo, un producto del LITERATO, del escritor, que habría utilizado la materia prima de ambos diarios para componer la obra de arte.
Así pues, ¿de donde surge el fenómeno emergente que llamamos mente?. ¿Como personas con diversas lesiones cerebrales, siguen siendo ellas mismas, y lo saben, aunque hayan perdido funciones relevantes?.La identidad comprende la narración que hacemos y nos hacemos de nosotros mismos, de lo que creemos que podemos esperar de nosotros, de porque hicimos y hacemos, pero también comprende el como nos sentimos en nuestro pellejo en cada situación, el como es nuestra actividad cognitiva, en como somos físicamente.....
El lenguaje creo que lo "complicó" todo.
Saludos.
Saludos.
Aprovecho esta entrada para escribir también sobre la anterior, puesto que pienso que va en la misma linea: "contexto".
El hombre es él y sus circunstancias. No somos la simple suma de las partes. Somos un todo. Bioquímica y entorno.
Y en esa línea de pensamiento se debe reconocer el papel modulador del cerebro sobre el dolor, asi como sobre el resto de sensaciones percibidas. Nuestros sentidos transmiten información que procesamos y dotamos de sentido y significado en un contexto determinado.
Una obra de arte no solo es un conjunto de trazos de pintura, ni de letras como expone Jesús. Una sensación no es simple conducción eléctrica y reacción bioquímica.
Tendemos a complicarnos. Nos encantan los grandes enigmas, pero obviamos lo más "sencillo". Nos gusta culpar a los extraños de nuestros problemas. La culpa es de lo que viene de fuera, de lo ajeno.
Nosotros, nuestro entorno, nuestras circunstancias... ¿tienen relevancia más alla de nuestros genes, nuestros virus y bacterias?
Un abrazo.
Me ha encantado la exposición que haces. Me gustaría saber más, y saberlo expresar si lo supiera. Con todo tu post me ha inspirado publicar dos imágenes en el mio, si pudiera o supiera hacerlo de otra manera te las enviaría inmediatamente. Me las regaló mi hijo allá por los años 90 de vuelta de uno de sus veranos por San Francisco, donde iba a trabajar entre cursos. Un saludo.
Se admiten ideas y propuestas...
Doctor Goicoechea, qué entrada tan fantástica y tan llena de insustancialidad.
Humana, demasiado humana... la sorna que se trae usted este puente.
Victoria: puede que sí sea una visión, un "panorama desde el puente"...
Jesús: la entrad quería ser irónica con la pretensión "seudocientífica" de querer explicarlo todo con una química que no nos diferencia de cualquier otro ser vivo.
La química tiene pegado alfo fundamental: la historia.
Neurólogos y psiquiatras, en una sustancial proporción, desustancian la verdadera química, la que acumula historia evolutiva de especie, grupo e individuo.
Hoy se está hablando de Sociología molecular mientras "los nuestros" siguen prometiendo el paraíso con pequeños retoques moleculares de las moléculas sustanciales... para la Industria farmacéutica.
Saludos... desde el puente
Villovi: hay algunos que parece quieren explicar un libro centrifugándolo y contando las letras que posee.
Los famosos bancos de cerebros siempre me han resultado bastante inútiles para estudiar el cerebro. Sería, desde la metáfora informática, crear bancos de ordenadores, vacíos de contenido para estudiar sus microchips...
Saludos
mjt: ya tengo activado el gusanillo por las fotos que prometes...
Saludos
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