Cuando el dolor es la consecuencia de un error cerebral de valoración de amenaza el remedio ideal sería el de disolverlo, desactivar la decisión de encender las alarmas porque hace un día luminoso, hemos dormido mal o nos gustaría comer. Eso se consigue en bastantes casos con pedagogía y voluntad del individuo de sabotear el programa alarmista, con la convicción de que no sucede nada dentro de la cabeza y que no hay motivo para suspender el viaje o trabajar con el ordenador.
Un remedio aparente es cualquier terapia.
- Me tomo dos comprimidos de "calmaplus-plisplas" y al cabo de media hora estoy como un reloj.
- El "masajista" me deja los músculos como mantequilla. Salgo baldado pero luego ando un mes bien.
- ... etc
El ideal para los padecientes es dar con una terapia a mano, eficaz y sin efectos secundarios
- Déme algo, no sé, que me quite el dolor... pero no quiero seguir tomando pastillas...
Los padecientes tienen razón. El consumo crónico de analgésicos es una amenaza seria para la supervivencia. No es bueno consumir crónicamente tabaco ni antinflamatorios.
Cualquier remedio puede ser aparentemente exitoso. Basta con hacer creer al cándido cerebro que acaba con la incertidumbre de la amenaza. Los egipcios apretaban las sienes con un cocodrilo de barro...
- Me da lo mismo, con tal que se me quite.
Si un placebo es eficaz, cuando se desvela el engaño, sigue siéndolo. El cerebro es cabezón, fiel a sus memorias, aunque sean erróneas.
El problema de las terapias "eficaces" es que potencian el error, generan dependencia primero y luego uso-abuso creciente, a la vez que van perdiendo poder.
El sistema de recompensa, clave para sobrevivir en un entorno incierto, precario y peligroso, se encarga de solicitar cada vez con más ansia el consumo de "lo calmante" en el entorno actual, poblado de ofertas. No hay otra forma de hacerlo que activar una y otra vez el dolor para garantizar que el individuo obedezca y adquiera el remedio.
Los remedios son pan para hoy y hambre para mañana. El sistema de recompensa tiende siempre al corto plazo, al "más vale pájaro en mano...". No le valen perspectivas de medio y largo plazo que exigen esfuerzo, coraje y constancia.
El sistema de recompensa tiene unas riendas que vienen de la corteza prefrontal. Son las riendas del conocimiento. Las expectativas y creencias tiran de ellas decidiendo encendidos y apagados de los miedos somáticos.
- ¿Qué busca en esta consulta. Conocimiento o solución...?
- Las dos cosas.
- Escoja.
- Solución.
. Mal asunto.
5 comentarios:
Me ha gustado el final: - ¿que buscas en esta consulta.....? Algo tan real como la vida misma. Será por eso que el conocimiento no abunde. Un abrazo.
emejota: "la vida misma" no se lleva. Se prefieren las mil y una tierras prometidas en los mercadillos del bienestar a capricho y voluntad del usuario.
Saludos
Esta disyuntiva entre solución y conocimiento es un poco tramposa. Si dijera que acudí a la consulta simplemente por conocimiento me estaría engañando. El paciente, por lo general, acude a la consulta como es lógico con un único y principal objeto, encontrar la herramienta que le permita poner fin a su calvario particular. Esto es de perogrullo. No excluye sin embargo el deseo de conocer la causa de sus desvelos. Todo lo contrario. El padeciente de dolor “sin causa”, generalmente ha bebido en vano de muchas fuentes y si algo ansía tras su desalentador periplo es descubrir la identidad del esquivo detonante de sus males. Así lo demuestra el hecho de que un 70% vuelvan a tan atípica consulta, donde lejos de pastillas, genes y culpabilidades varias, tratamiento se asimila a aleccionamiento e instrucción. Sinceramente me parece un porcentaje altísimo, que no sería posible sin un anhelo de conocimiento. O quizás … sea sencillamente desesperación.
Iñaki: efectivamente la disyuntiva es absolutamente tramposa. "si usted tuviera que..." Es un juego mental pero que irve para conocer la preferencia.
El porcentaje de asistencia a la revisión pedagógica es del 70% en la migraña. En fibromialgia, no llega al 50%.
Creo que la propuesta pedagógica encuentra buena aceptación, al menos en el capítulo de la migraña.
En cuanto a la disyuntiva decir que yo primero leí, obtuve conocimientos, y al fin, comprendí la explicación a tantos años de sufrimiento sin sentido. Creo que normalmente este conocimiento implica una solución, pero solo sobre la base de un conocimiento afianzado.
Saludos
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