Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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martes, 16 de marzo de 2010

Yo lo que sé es que...



El padeciente escucha la perorata sobre cerebro con un gesto poco prometedor. Aprovecha que uno coge aire para zanjar la cuestión...

- Yo lo que sé es que si ...(como chocolate, duermo mal, hace viento...etc...)...me duele.

Estamos educados ciudadanos y profesionales en el esquema simple de estímulo-respuesta. Entradas-salidas. Inputs-outputs. Causas-efectos. 

Dados dos agentes-estados que se suceden en el tiempo, el primero es causa del segundo. Post hoc ergo propter hoc...

Entre la entrada y la salida, entre estímulo y respuesta, entre lo primero y lo siguiente, suponemos un mecanismo simple de enganche causal, una clavija, una conexión (sinapsis) que hace inevitable la aparición del efecto una vez aplicada la causa.

La sinapsis (la zona de unión entre dos neuronas) sería el lugar donde se produce el efecto: la primera neurona recoge el estímulo, libera un mensajero-clavija que activa la neurona de la respuesta.

- Yo sólo sé que mete una carta en la chistera y sale una paloma... 

La realidad biológica es más complicada e impredecible, afortunadamente. Dos y dos no tienen un resultado preestablecido. Una de las posibilidades es: cuatro pero hay otras muchas.

Entre entradas y salidas, estímulos y respuestas, existen elementos ocultos, intermediarios. Son los que condicionan la respuesta. Se los conoce globalmente como "la caja negra".

La caja negra hace que la humedad "cause"dolor en una rodilla, la variación hormonal (femenina, claro) migraña y que salga una paloma de la chistera cuando hemos metido un naipe.

Los científicos se interesan a veces por los resultados, la conducta. Son pragmáticos. No quieren arenas movedizas ni especulaciones. Sólo comprobar que si A... entonces... B.

Los padecientes también quieren ser pragmátios: 

- Si haciendo esto se me quita...me vale.

Da lo mismo que se trate de un fármaco, unas hierbas "naturales", una cabeza de ajos en la puerta de la habitación o una zanahoria apretando la sienes...

Hay otros científicos que quieren desvelar los secretos de la caja negra, el truco de la chistera-palomar.

Sabemos que todo dolor es la consecuencia de una evaluación de amenaza necrótica consumada, inminente o imaginada (probabilística) por parte del cerebro. Entre el viento Sur y una crisis de migraña hay un cerebro-caja negra que atribuye peligrosidad en la cocorota a los días con viento Sur. Entre el viento y el dolor no hay mas que el truco de un cerebro hipocondríaco, alarmista, supersticioso. En la trastienda de la chistera hay una jaula con palomas que abre la trampilla cada vez que introducimos una carta.

Si desvelamos el secreto de la caja negra todo se disuelve. Lo complejo se vuelve simple, lo mágico vulgar y aburrido.

A los ciudadanos no siempre les gusta que las cosas sean "así de simples".

- ¿O sea que eso es todo? ¿Mi cerebro?

Desvelar el secreto de la caja negra cerebral pone en evidencia muchos tinglados de mercadeo pseudocientífico. Por ello se mantiene el desinterés por el conocimiento y aplicación de lo que vamos sabiendo sobre ella.

H ay padecientes que tienen una actitud científica loable.

- Querría saber el por qué de la migraña. Qué sucede en la cabeza para que me duela.

Escuchan con atención y respetan el silencio del par de segundos invertidos en coger resuello.

- Tiene lógica. Lo creo...

Otros siguen erre que erre: 

- A mi el calmante me quita el dolor. Sólo sé que si no me lo tomo, el dolor va a más pero si lo tomo pronto desaparece al cabo de un rato... luego...

A corto plazo parece rentable la política del "yo sólo sé...". A medio y largo plazo el individuo queda atrapado en su propio esquema de si... entonces... Su cerebro caja-negra exigirá conductas y activará respuestas ante todo tipo de irrelevancias.

- Yo sólo sé que si me tomo un claretillo luego tengo migraña.

El cerebro del "yo sólo sé..." ha encendido la alerta necrótica porque así lo dicen sus circuitos adoctrinados. El cerebro sapiens (ma non troppo), la maravilla de la evolución, seleccionado para leer el entorno y escoger la respuesta más adaptativa de la ecuación 2+2= X está enseñado a concluir que siempre 2+2= 4.

Eso sólo sucede en las matemáticas, y no en todas.

¿Dos más dos? ...Depende... de la caja negra...

7 comentarios:

Eva dijo...

Tengo crisis de migraña, desde hace más de 15 años (tengo 39), y me niego a ello, soy optimista, y procuro llevar una vida lo más normal posible, pero en muchas ocasiones me vence, y lo odio. He descubierto su blog un poco por casualidad y muchas veces no entiendo muy bien lo que quiere decir, y como se debe actuar ante esos desencadenantes que todos los migrañosos tenemos. No se que hacer, tomar el tiptan al más leve sintoma o negarme a la evidencia de tener una crisis mayor. Muy interesante su blog, aunque para los que no tenemos conocimientos médicos, resulta en ocasiones dificil de entender. Un saludo.

Arturo Goicoechea dijo...

Eva: el blog contiene ya 323 entradas por las que se distribuye información sobre dolor y cerebro. Contiene información novedosa respecto a los tópicos oficiales a los que critico abiertamente.

La propuesta que hago es absolutamente contraria a lo que recomiendan los neurólogos: identificar desencadenantes para evitarlos y tomar analgésico o tratamientos preventivos.

Propongo como hipótesis que el cerebro migrañoso es normal pero ha construido, por aprendizaje, una evaluación errónea de amenaza (al igual que sucede con el sistema inmune y las alergias). Podemos reeducar el cerebro migrañoso y tratar de desactivar esa evaluación, utilizando la misma arma que la ha construído: la información. Naturalmente tenemos que cambiar el chip migrañoso, desactivando creencias, expectativas y conductas de evitación del dolor.

Este enfoque lo vengo aplicando desde hace varios años en la consulta y funciona, aunque no siempre.

Puede ayudarte a comprenderlo de forma más asequible la lectura de mi libro: Migraña, una pesadilla cerebral (editorial Desclée de Brouwer)

Cualquier duda que tengas puedes consultarla como comentario abierto en el blog o dirigirte a mi correo electrónico

Saludos y te animo a intentarlo.

Eva dijo...

Muchas gracias. lo intentaré. Estaremos en contacto. Un saludo.

Andrés Restrepo dijo...

Uff excelente blog, tengo la suerte de contar con conocimiento medico al respecto, y como dice Eva debe resultar difícil algunas veces encajar las inteligentes analogías presentadas en el blog, igual es mucha información que con el tiempo y la racionalización de las mismas poco a poco ira calando.

Arturo Goicoechea dijo...

NdrX: el blog pretende contener información y transmitirla. Lo expuesto es novedoso y contrario a lo habitualmente oído y eso hace que parezca más complicado. Por mi experiencia en la consulta creo que los conceptos son asequibles para todo el mundo si uno pone las condiciones psicológicas necesarias de atención y sosiego en la lectura.

Tienes razón en recomendar una inmersión progresiva. No darse el atracón de una vez. Puede resultar un plato demasiado fuerte.

Saludos

Sol del Val dijo...

Eva, durante muchos años pase las crisis de migraña buscando la causa que las había desencadenado. Siempre había alguna. El día que tenía migraña hacía viento o estaba nublado o iba a tener la regla o había comido chocolate o queso y si aún así no encontraba ninguna causa ( o desencadenante) la buscaba afanosamente hasta encontrarla pasando así este nuevo elemento a formar parte de la larga lista de cosas, estados o ambientes que provocaban las migrañas.
Cuando cayó en mis manos ,la verdad que no por casualidad sino por ese afán mío de buscar información , el libro "Migraña, una pesadilla cerebral" encontré algo que no había encontrado hasta entonces: una explicación clara y comprensible de lo que me estaba sucediendo.
Te animo a leerlo (yo lo leí dos veces) a dejar tu cerebro abierto a la nueva información, a discutir con tus creencias producto de muchos años de información oficial y a darte tiempo para que el proceso vaya dando sus frutos.
Habrá veces que ganes la batalla y la migraña cese, otras no será tan fácil.
Hoy escribo esto con un dolor en el lado derecho que me acompaña desde que me levanté. No me he encerrado, no he tomado calmantes y he venido a trabajar como todos los días. Esto hubiera sido impensable hace un tiempo.
Ánimo. Abre bien los ojos y empápate de conocimiento.
Saludos

Arturo Goicoechea dijo...

Sol del Val: gracias por tu testimonio. Las reflexiones de los pacientes son especialmente valiosas. Haces bien en insistir en la continuidad. No es preciso que se dé una situación de "todo o nada".

El conocimiento nunca hace daño y en la época en la que estamos, que se construyen doctrinas y "verdades" a la medida es conveniente estar inmunizado con lo que sabemos sobre la biología del dolor y sobre la importancia de la información como un factor biológico fundamental, decisivo en este caso.

Saludos