Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Hiperexcitabilidad



Hay acuerdo general en que el cerebro generador de migrañas es hiperexcitable. Responde de forma más sensible a los estímulos. Necesita menos intensidad para generar respuesta. 

Es lógico pensar que esta condición hiperexcitable pueda ser recibida genéticamente. También resulta razonable considerar la posibilidad de que  el entorno, el estilo de vida, genere excitabilidad, bombardeo de estímulos, luces, sonidos. ¿Por qué no aceptar también la responsabilidad de las prisas, el estrés, el pluriempleo, la incertidumbre, el desánimo...?

No resulta tan fácil explicar por qué todo ello lleva a que se enciendan programas seleccionados a lo largo de la Evolución para detectar estados y agentes capaces de destruir violentamente los tejidos, es decir, estados mecánicos (compresiones, desgarros), térmicos (quemaduras, congelaciones), químicos (falta de oxígeno, ácidos, corrosiones) y biológicos (infecciones).

Los expertos se quedan tan anchos diciéndonos que los cerebros hiperexcitables adquieren esa condición por obra y gracia de la genética de los cerebros excitables y por "el estrés de la vida moderna" pero no dan detalles sobre los mecanismos que enlazan todos esos desasosiegos con el encendido del dolor.

La mayoría de los padecientes dan por buena, al inicio, la explicación de los genes excitables y los excitantes pero van dejando de creer en ella a medida que van comprobando que no hay una correlación entre lo que hacen y la migraña. La vida monacal autoimpuesta por miedo a las crisis no las modifica.

No se entiende tampoco por qué todo este desasosiego neuronal generado por circuitos hipersensibles y el  bombardeo de estímulos active el programa dolor, justo en la cabeza. Aplicando una lectura biológica al hecho ello querría decir que en todo este maremagnum de estreses, estímulos, y transgresiones sólo la cabeza corre peligro. 

El interior del cráneo, el cerebro, es el lugar más protegido del cuerpo. Piel, músculo, hueso, meninges, líquido cefaloraquídeo, barrera hematoencefálica... y finalmente neuronas con la red de la glía (células que se encargan de mantener unas condiciones estables de excitabilidad). 

Los expertos ven similitudes de la migraña con la epilepsia. Al fin y al cabo en ambos casos se trata de una cuestión de neuronas hiperexcitables. Aristides Leao, sin embargo, no encontró esa similitud sino todo lo contrario: el apagón de la actividad eléctrica neuronal. 

El cerebro hiperexcitable convierte su condición en miedo a ser destruido por estados y agentes internos y externos, por chocolates, quesos curados, variaciones meteorológicas, cambios hormonales, incertidumbres económicas, conflictos de pareja o cualquier condición consustancial a la vida...

El cerebro migrañoso teme por su integridad. ¿Por qué si es el más protegido y mimado por la Biología?

El sistema nervioso central (cerebro, troncoencéfalo y médula) es valioso. Está protegido por múltiples barreras. Trabaja con garantías de seguridad de todo tipo en un robusto caparazón óseo.

Cuanto más se tiene más se quiere... No hay modo de evitar que salten las alarmas del miedo a la necrosis...

Nacemos con miedo y aprendemos a moderarlo o avivarlo por experiencia (propia y ajena) e instrucción experta.

Los cerebros migrañosos ¿nacen o se hacen?

¿Se puede aprender a ser migrañoso?

¿Influye la cultura?

Interesantes cuestiones... 

5 comentarios:

Jose Luis dijo...

Hola doctor:

he leido que un medico venezolano, DR Fuad Lechin, candidato al premio noble hace años, achaca todos estos males migrañosos mareos etc a desequilibrios de los neurotransmisores y que tras descubrirlos en exhaustivos analisis los peude corregir facilmente. ¿conoce usted algo de esto?
Gracias

Arturo Goicoechea dijo...

Jose Luis: no había oído hablar de Fuad Lechin. He entrado en Internet y he tratado de hacerme una idea de sus propuestas. En mi opinión y desde mis convicciones, no creo en lo que dice y ofrece.

Saludos

Jose Luis dijo...

Gracias Sr Goicoechea, habia puesto un premio noble pero es nobel jajaja, ahora bien puede ser que no sea lo mismo ser candidato que galardonado...

Pues yo he leido algo y el tema de los neurotransmisores me convence pero veo tambien cosas de homeopatia y ufffffffffff me ha dejado descolocado ¿un candidato a premio nobel con estas cosas? y por eso le he preguntado

Muchas Gracias

legemcruz dijo...

Estimado D. Arturo: una amiga a la que recomendé su libro, que a su vez lo recomendó a otro padeciente (muy migrañoso, médico, y además muy escéptico) me dice que éste está ABSOLUTAMENTE ENTUSIASMADO con su libro y sus propuestas. Me llena de alegría que su voz se vaya propagando y de poder poner mi granito de arena. Seguiremos en la lucha.
Muchas gracias, como siempre.
Cruz

Arturo Goicoechea dijo...

legemcruz: bienvenido sea un compañero a la causa. No es fácil convencer a los colegas. Probablemente es la parte más frustrante de todo este proceso.

Gracias por hacerme partícipe de esa buena nueva. Me alegro también por el doctor.

Un abrazo