Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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lunes, 15 de noviembre de 2010

Excitabilidad neuronal humana



La excitabilidad e irritabilidad son propiedades de los seres vivos. Son sensibles a condiciones adversas y favorables del medio, las detectan, asignan relevancia positiva o negativa (se emocionan) y responden acercándose, huyendo o bloqueándose.

El paramecio es un protozoo, un ser unicelular sensible, excitable por estímulos mecánicos y químicos (concentración de sales). Su membrana está dotada de receptores que detectan estímulos mecánicos y generan una respuesta motora de alejamiento hacia adelante si el estímulo se aplica en su polo posterior y de marcha atrás, giro y propulsión si la colisión es en el polo anterior. Se le considera como una neurona acuática.

A lo largo de la Evolución los seres pluricelulares han ido segregando las funciones vitales a estirpes celulares especializadas. La excitabilidad y la irritabilidad han correspondido a las neuronas. Son células dotadas de la infraestructura necesaria para excitarse (detectar variables) y responder (actuar) irritadamente, emocionalmente.

La red neuronal ha ido organizándose en circuitos que acoplan la detección sensible de datos del entorno con las respuestas más apropiadas. Las redes neuronales simples contienen arcos reflejos simples que acoplan una determinada respuesta a un determinado estímulo: Si sucede (se detecta) E1 se responde R1... Si E2... R2...

En las redes simples, reflejas, mandan los hechos. Si no hay detección de estímulos no hay respuestas. La adversidad no siempre es detectable por lo que la supervivencia sólo es posible en entornos garantistas, predecibles. Los seres neuronalmente simples habitan entornos concretos. Exigen condiciones concretas. Si cambia alguna condición fallecen.

La red neuronal gana complejidad a medida que se ensayan conductas de exploración, novedosas, inciertas, arriesgadas y prometedoras. Las redes más complejas ya no se someten al presente sino al futuro. La realidad queda desplazada por la posibilidad-probabilidad. La excitabilidad se refiere a la sensibilidad hacia lo que pudiera suceder, tanto en términos positivos como negativos.

Los humanos disponemos de la red neuronal más compleja, es decir, más futurista, más dependiente del cálculo de probabilidades. Nuestra conducta se rige por lo que creemos y esperamos, deseamos y tememos. Nuestras neuronas se excitan con la información teórica. 

Excitarse sólo con el presente es una estrategia con sus virtudes y sus inconvenientes. Excitarse con el futuro también tiene ventajas y perjuicios.

Desde el paramecio al cerebro humano ha llovido mucha Evolución pero el problema sigue siendo el mismo: excitarse ante el presente (recordando el pasado reciente), depender del estímulo, del contacto físico con la realidad... o apostar por el futuro, catalogar todas las señales que sirven para predecirlo, pronosticarlo y responder a las probabilidades...

Homo sapiens (ma non troppo) es una especie futurista. No espera a que sucedan las cosas. Aplica el conocimiento sobre las regularidades observadas y deduce una probabilidad. Sus respuestas ya no son Si se da este estímulo actívese esta respuesta sino: si se da esta circunstancia calcúlese la probabilidad de que se dé este suceso...

Ese furor probabilístico nos ha llevado, por dar por bueno el conocimiento sobre el que se aplica el cálculo de probabilidades, a deducciones peregrinas como:

Si sale viento Sur actìvese la alarma en la cabeza...

- Cuando hace viento Sur tengo migraña...

- Los cambios meteorológicos afectan a la cabeza. También lo hacen el chocolate, los cambios hormonales, el estrés...

Las neuronas humanas son excitables e irritables. Al fin y al cabo son neuronas... Su humanidad les condena a excitarse e irritarse con lo que se dice ser conocido y sabido...

Las neuronas humanas son creyentes e incrédulas. Creen en algo y rechazan lo contrario.

Dicen que las neuronas creyentes-incrédulas tienen plasticidad, pueden cambiar de credos, asignar otras probabilidades al futuro... Eso dicen.  A veces, sucede: el cerebro deja de predecir terribles acontecimientos en la cabeza cuando cambia el tiempo y perdona la migraña al sufrido padeciente. Otras veces manda el credo en lo sabido y la incredulidad en lo novedoso y el cerebro sigue firme en su visión de futuro: el viento Sur es peligroso para la cabeza...

- YO sólo sé que...

En ocasiones el cerebro degrada su plasticidad y la convierte en plasticosidad, algo bioindegradable... inamovible...

4 comentarios:

Lurdes Sacristán dijo...

Muy buena la entrada, de una manera secilla has dejado claras cosas fundamentales, VIVA la PLASTICIDAD NEURONAL, gracias. Un abrazo.

Alberto J. dijo...

No se si ya lo sabe, pero he visto mencionada en la web de Alejandro Jodorowsky PLANO CREATIVO, con fecha 13/11/10, la siguiente cita :

“Todas las Medicinas se benefician del hecho sabido que el cerebro es materia grasa y que las ideas tienden a fijarse en ella. Son liposolubles.”

Arturo Goicoechea, neurólogo

Me ha sorprendido porque admiro a los dos y para mí ha sido bonito ver la cita.
Un saludo y felicidades por el Blog, que sigo de vez en cuando.

Arturo Goicoechea dijo...

Alberto: gracias por la información. No sabía que la reflexión había llegado hasta Alejandro Jodorowsky. Es halagador.

Saludos

arturo goicoechea dijo...

lurdes: bienvenida sea la plasticidad al servicio de una causa razonable pero no siempre es así.

Un abrazo