Se puede tener un cáncer y encontrarse bien o estar sometido a un sufrimiento e invalidez considerables sin que los médicos encuentren pruebas de enfermedad. La Medicina no ofrece respuestas aceptables para esta última situación y recurre arbitrariamente a negar la realidad del sufrimiento, haciendo aún más insufrible el calvario de los pacientes. Este blog intenta aportar desde el conocimiento de la red neuronal un poco de luz a este confuso apartado de la patología.

We may have cancer and feel good, or be submitted to substantial disability and suffering without doctors finding any evidence of disease. Medicine gives no acceptable answers to the last situation and arbitrarily appeals to denying the reality of suffering, making the calvary of patients even more unbearable. This blog tries to contribute with the knowledge of the neuronal network, giving a little light to this confusing section of pathology.

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viernes, 19 de noviembre de 2010

Dar explicaciones



Es lógico que los padecientes pidan explicaciones sobre el origen de su padecimiento. 

El profesional debiera atender la demanda pero no es tarea fácil. En muchos casos, es imposible.

¿Por qué duele? Por qué estoy mareado? ¿Por qué no puedo con mi alma? ¿Por que estoy tan abatido y desilusionado si no tengo motivos?

Las preguntas de los padecientes son como las de los niños... Ponen a los padres en un apuro considerable.

Los profesionales y los padres han desarrollado un conjunto consensuado de falsas respuestas que sirven para matar la pregunta con la falsa apariencia de haberla contestado.

El dolor de cada región tiene una lista corta de causas típicotópicas que tapan el agujero de la curiosidad. El mareo también tiene sus sanbenitos: las cervicales, el oído, la circulación y los nervios... el desánimo lo causa la serotonina por los suelos... los genes omniimpotentes...

Los profesionales tiran de los tópicos para aliviar la consulta. No hay problema. El padeciente se siente bien al comprobar que su médico, la pescatera y el cuñado comparten su opinión:  "los años", "coger pesos", "el estrés", "las contracturas", "mucho trabajo", "el oído", "la circulación", "me viene de familia"...

Muchos profesionales llegan a creer firmemente en lo que explican. Los padres pueden dar por cierto que los niños los traen las cigüeñas de París y que los Reyes Magos regalan todos los juguetes pedidos... y los explicantes de oficio poner la mano sobre el fuego de que cuanto sostienen es sostenible y que los alivios obtenidos con los remedios surgen de su poder curativo.

Dar explicaciones no es fácil. El profesional necesita tiempo, interés por saber lo no sabido, prohibirse las falsas respuestas, descreer lo creido, creer lo sabido por estar demostrado y publicado. El profesional necesita, una vez cumplidas todas sus condiciones de explicante, un receptor con escucha al que no le chirríe oir lo inaudito, la disonancia, lo novedoso, la explicación que no casa con la lista de causas aceptables...

Cuando el explicante acepta el reto, se toma su tiempo, se aprieta los machos (y las hembras) y se tira con arrojo a la piscina, después de haberse encomendado a todos los santos en los que ya no cree, puede tener la satisfacción de disponer del padeciente-escuchante ideal y dar por bueno el esfuerzo pero no es siempre así...

- No me convence. No estoy de acuerdo. YO...

El padeciente desaprueba el discurso extravagante del origen neuronal, renuncia a las explicaciones y pasa raudo a la solicitud del remedio...

- Al menos, deme algo para quitar el dolor, el mareo, el abatimiento, el insommio... Una solución... o mándeme a algún sitio...

El explicante queda absolutamente desautorizado, desinvestido, desnudo, sin los hábitos...

Dar explicaciones, insisto, no es fácil para nadie. Los sapiens (m.n.t.) han acordado tácitamente una Carta Magna de los engaños compartidos, políticamente correctos. 

- Déjese de explicaciones biológicas, exijo las de mi cultura...

Somos como niños... Es una condición exigida para entrar en el Reino de los Cielos...



  

2 comentarios:

LOURDES dijo...

"Los sapiens (m.n.t.) han acordado tácitamente una Carta Magna de los engaños compartidos, políticamente correctos. ".

Nunca se me hubiera ocurrido mejor forma de explicar esta situación.
Entiendo que es lógico que si el padeciente no ha escuchado nunca explicaciones "médicas" en la consulta del médico , sino de rumorología callejera, es decir, las mismas que le confirman en la calle, se sienta así más seguro (todo se sustenta) y así se va extendiendo la red de la tela de araña de las falsas creencias. Exigir una explicación diferente sin ser médico es algo complicado. El padeciente deposita toda su confianza en el profesional. Aunque, en el caso del dolor crónico, el padeciente no se conforma. Es la desesperación y el sufrimiento diario la que invita a querer avanzar y exigir nuevas explicaciones. Aunque no todos se rebelan. Ejemplos para todos los gustos a mi alcance.

Elogiaré al profesional que estudie para encontrar soluciones y dar explicaciones sobre lo que no entienden, pero me da una gran desconfianza que la mayor parte del sector médico se trague las memeces habituales sobre el dolor cuando tan solo un artículo de este blog es capaz de desmontar muchas de las teorías sobre el dolor que extienden. Hasta yo soy capaz ya de desmontarlas a los profesionales sin ser médico.
Creo que la explicación está en que ellos están tremendamente afectados por el poder de las creencias- más que un padeciente-. De hecho creo que es normal que sean ellos precisamente a los que más cueste aceptar el revés de la neurobiología a sus conocimientos. Y mientras el padeciente no tenga información ni preparación ( de ser profesional médico)aceptará las propuestas del experto, que además son vox populi.

Este blog es idóneo para que al menos algunos padecientes tengan la oportunidad de conocer que existen conocimientos que derriban los diagnósticos que le hacen ser enfermos.
Saludos y como siempre muy fina su pluma.

Arturo Goicoechea dijo...

LOURDES: lamentablemente esa es la situación. Suele comentar Lorimer Moseley a los alumnos padecientes: "ahora sabe usted más de dolor que la mayoría de los profesionales"...

La batalla del dolor la van a tener que librar los ciudadanos pero la mayoría se asocian en Asociaciones que demandan más de lo mismo convencidas de que están haciendo la Revolución...

Un abrazo