El miedo es un estado emocional que expresa una evaluación de peligrosidad. Algo es vivido como amenazante y debemos tratar de evitarlo o afrontarlo con prevención.
Hay miedos racionales, justificados. Nos conciencian de que existe un peligro real, teórico, posible. El fuego, los precipicios, las serpientes, los accidentes de tráfico, los ladrones, el paro, la soledad, el rechazo social, los gérmenes, los tóxicos, la enfermedad, el dolor... son estados y agentes reales que contienen la condición negativa que justifica el miedo.
Cuando la posibilidad teórica de la amenaza se asocia a una despreciable probabilidad de que se produzca lo temido el miedo se convierte en una fobia. El avión puede precipitarse al vacío... la abeja puede picarnos, podemos hacer el ridículo si abrimos la boca, quedar atrapados en el ascensor, estar contaminada la comida... pero probablemente no sea así...
Nos pierde nuestra condición empática, socializada. Tendemos a representar los sucesos ajenos como propios. Somos solidarios. Sentimos envidia y compasión.
- No tengas miedo. Viajar en avión es seguro...
- Ayer hubo un accidente de aviación. Murieron todos los pasajeros...
Hay también miedos irracionales, fobias extremas. Se construyen atribuyendo peligrosidad a estados y agentes siempre irrelevantes.
- Mi carta astral...
- He comido chocolate. Mi cabeza corre peligro...
- Llevo demasiado tiempo en el ordenador. Me va a estallar la cabeza...
El cerebro no hace ascos a la irracionalidad. No hay mas que echarnos un vistazo, registrar nuestras conductas...
Homo sapiens (ma non troppo) está regido por un cerebro que gestiona la realidad desde la virtualidad. Atribuye al entorno todo tipo de posibilidades. Ya no es sólo que se deje llevar de lo posible aun cuando sea improbable (fobias). Se deja llevar también de lo imposible.
- Lleva ya dos horas con el ordenador. Puede estallar la cabeza...
El miedo cerebral irracional al ordenador se expresa hacia el individuo en forma de dolor. El individuo tiene miedo racional, lógico, al sufrimiento, a la crisis de migraña. Su cerebro expresa el miedo somático irracional con realismo. Parece que la cabeza va a estallar, realmente, dada la violencia del dolor... pero no está sucediendo nada...
- Tengo miedo a que me duela la cabeza...
El miedo justificado, racional, al dolor mueve (emociona) al individuo a buscar causas y remedios. Antídotos y conjuros.
El cerebro exige al individuo acciones coherentes con su miedo irracional. Consigue recluir al individuo en un cuarto oscuro, inmóvil, nauseoso, intolerante a los estímulos. Le obliga a buscar y aplicarse el antídoto, aquello que conjura el peligro, el calmante, lo que le deja tranquilo.
- Me ha hecho efecto el calmante. Ya duele menos...
El individuo atribuye al calmante la virtud del alivio. Cree que existe una química que pone en orden algún desorden molecular pero realmente el remedio lo que disuelve es el miedo cerebral. Es el rito, la acción, lo que el cerebro exige. Si se cumple lo exigido el cerebro libera al pobre padeciente...
- Ya ha pasado el peligro... Se autoriza la vuelta a la normalidad...
Una vez pasada la crisis el cerebro lo procesa todo con lupa. Busca asociaciones allí donde la cultura señala responsabilidades. Muchas veces no las encuentra y aprieta más aún las tuercas del dolor. Lo vuelve más frecuente, intenso, persistente y refractario a los calmantes...
Homo sapiens (ma non troppo) además de ser empático e imitador está instruído, adoctrinado. Construye miedos irracionales instilados por culturas irracionales.
Homo sapiens (ma non troppo) está tocado por la tendencia a obedecer a lo que cree aun cuando sea irracional...
El cerebro migrañoso es miedica, empático, imitador, obediente, políticamente correcto...
El padeciente debe ser consciente de ello y objetar... rebelarse... desobedecer...
12 comentarios:
Hablemos del miedo porque hay mucho en juego. En su texto de hoy distingue tres miedos: 1) por agentes reales (que exige buscar causas y remedios); 2) por sucesos improbables; 3) por sucesos irrelevantes (que me parece que llama fobias) y que la sociedad propaga. El miedo cerebral al daño celular que causa una alarma de dolor llamada migraña es de ese tipo. Quizás en algun momento del blog también aparecería un miedo al dolor de la propia migraña que se retroalimentaría en bucle (¿sí?); quizás este miedo sería de tipo 1 dada la experiencia real del paciente.
Es claro que llevo días preguntándole por miedos que no aparecen en esta clasificación porque no son ninguno de los tres. Pero me parecía tener presentes los miedos "de verdad" en el vivir cotidiano. Es de una enorme complejidad: en parte porque no sabemos siempre de qué tenemos miedo, ni nos damos cuenta que ya están ahí, ni lo sabemos formular con claridad. En parte porque muchas emociones pueden reformularse como miedo: p. ej., ira como miedo a ser tratado injustamente, tristeza como miedo a la pérdida, etc. Nuestros miedos humanos modernos son cosas como miedo a fracasar, miedo a ser rechazado, miedo a sufrir los pequeños abandonos diarios... cosas como miedo a perder la identidad personal, miedo a lo contrario, a asumir la individualidad... etc. Esos miedos son nuestras serpientes de cada día y ni se ven siempre, ni en caso de verse, se valoran en su justa influencia. El problema fundamental en relación a su propuesta y sobre el que le he ido interrogando indirectamente es si el error evaluativo de la máquina se alimenta también de esos miedos "de la vida" o sólo de esas "fobias tipo 3"; (y en otro orden de cosas, si es sólo esa fobia socialmente inducida o es también un error químico azaroso... pero dejemos eso para otro día). Si no le he entendido mal su respuesta ha sido: "los atascos emocionales... no es bueno relacionarlos con el dolor y a los padecientes tampoco les gusta hacerlo". ¿Es eso? ¿Podemos descartar este tipo de influencias en el parlamento neuronal? Se lo pregunto sin dobleces.
Saludos
Hace unos cuantos días que no visito el blog y veo que se ha puesto realmente interesante.
Me gustría expresarme desde mi experiencia como ex sufridora de migrañas del tipo "ha llegado el monstruo"o "va a llegar el monstruo".
Desde la adolescencia fui fabricando un engendro que me ha acompañado hasta este año (tengo 46). La bestia negra fue gestándose alimentada a partir de muchas fuentes: mi familia ( mi padre, mi madre y mi abuela materna a quienes veía día sí día no con una mano en la frente y el optalidón en la mesilla), mi deseo insaciable de información , siempre, por saber que me ocurría y cómo poder solucionarlo e IMPORTANTÍSIMO mi actitud hacia lo que yo siempre consideré una enfermedad.
Las dos primeras fuentes me adiestraron sobre cómo combatir la migraña, me enseñaron a portarme bien, a hacer interminables listas de actividades, alimentos, situaciones, olores prohibidos, a saber qué tomarme, cómo y cuándo.
la tercera fuente fue decisiva en la alimentación y gestación de la bestia. Yo siempre me consideré una enferma con un miedo terrible a la enfermedad. Cuando tenía una migraña no era sólo el dolor lo que me paralizaba y me angustiaba sino el miedo a lo que podía estar sucediendo en mi cabeza: arterias a punto de estallar, falta de riego, efectos a largo plazo....
Algo que YO consideraba probable y que en forma de pensamientos y conducta hacia llegar a mi red neuronal.
Cuando fui capaz de limpiar la información que me hacía sentirme una enferma y por ende una inválida, alguien incapaz de planificar, de disfrutar abiertamente, etiquetada por mi misma y por los demás como alguien afectado por algo terrible, comencé a ver a la bestia de otra manera. DEJÓ DE DARME MIEDO.
Yo creo que ahí está el cambio fundamental. Cada uno busca su manera de llegar hasta ese punto: visualizando a la migraña como un bicho insignificante al que puedes pisotear,viéndola como un papel al que tiras a la basura, como una piedra que tiras por un barranco a un río profundo, imaginando neuronas hablando,o poniéndola frente a tí y mandándola a paseo. En todos los casos el mensaje y la nueva información es la misma ,¡NO PASA NADA AHÍ DENTRO,CÁLLATE YA!
Todo esto requiere un tiempo de aprendizaje y una nutrición , adecuada,intensa y pertinaz de buena información como la que se ofrece en este blog y en otras fuentes, constancia y , sobre todo, seguir adelante aunque haya días en los que parezca que la bestia ha vuelto y ha ganado la batalla.
Saludos
Fobia-adictiva
Leí en uno de sus comentarios la palabra compuesta
"fobia-adictiva" y me llamó la atención, podría desarrollar más este concepto.
Miedo, totalmente de acuerdo con su excelente exposición. Confirma lo que siempre había pensado que el miedo es el causante de muchos males.
MIEDO IRRACIONAL ¡NO! y al miedo racional sentido común.
Saludos
Sol del Val: como siempre una inestimable muestra de cómo afrontar con éxito la estructura kafkiana de la migraña.
Saludos
Carlos: tenemos algo de lío con los términos.
Hablo de miedos racionales, referidos a estados y agentes potencialmente destructivos. La posibilidad de muerte celular es real pero su probabilidad varía. Subir a un avión nos coloca en un estado potencialmente letal, posible pero improbable. Tenemos fobia (posibilidad real con baja probabilidad) al avión.
Si la posibilidad teórica se asocia a alta probabilidad (avión defectuoso) ya no es una fobia sino una temeridad.
Luego están los agentes y estados irrelevantes. No tienen ninguna potencialidad letal pero están catalogados erróneamente como relevantes. No existe la posibilidad teórica letal. Estar delante de un ordenador unas horas no contiene ningún riesgo de destrucción violenta de células.
Realmente, en esta situación estaríamos hablando de superstición más que de una fobia. La superstición sería la fobia aplicada a un agente irrelevante.
La cultura es la que convierte lo irrelevante, inerte por sí mismo, en activador del miedo cerebral. Es la generadora de la superstición.
Que el cerebro active la crisis migrañosa cuando cambia el tiempo implica una decisión supersticiosa, quizás facilitada por la alerta en las transiciones pero siempre se trata de una superstición o fobia extrema (ni siquiera el agente tiene potencialidad destructiva, no así el avión, el ascensor...).
El trasvase de carga emocional de cualquier ámbito a los vaivenes emocionales de las redes defensivas frente a lo necrótico existe pero debe ser minimizado, no potenciado. Ese es el problema que veo a los planteamientos psicosomáticos, psicogenia, gestión emocional somatización... Si hay sustancia disfuncional psicológica debe analizarse y resolverse pero sin mezclar significados.
El azar, por supuesto, siempre está ahí para fastidiar o resolver...
Saludos
Anonimo: una estructura fóbico-adictiva es aquella que activa el miedo sensible a lo probablemente inofensivo a la vez que exige una conducta de evitación de los estados y agentes teóricamente amenazantes y/o un antídoto-terapia o ritual para calmar la ansiedad. Si el "calmante" disuelve el miedo se produce una adicción a su consumo. Si no es eficaz se potencia la exploración de otras soluciones.
Saludos
Sol del Val, interesante el comentario sobre tu experiencia, tan bueno como las entradas del Dr.
Se agradece
Ani
Jesús: gracias por tu labor centinela. No he conseguido encontrar nada sobre el gen Tesk pero me temo que estamos siempre ante la misma propuesta: la migraña es la consecuencia de ser un malnacido. Tiene usted una bolita gen migrañosa en el genoma. Estamos investigando y pronto le podremos retocar las bolas...
Gracias y saludos
Estaba utilizando a menudo la metáfora de un camino, camino que se anda, camino que se bifurca, camino que se desanda. Me gusta más formas de funcionar, herramientas combinadas,ingeniería de caminos, trayectorias, encuentros,un taller desordenado de un artesano con oficio, llamadas de teléfono, días de vacaciones en las playa, un exceso en una fiesta...y ¿qué quieres ser de mayor? estar bien.
saludos
Sol del Val: gracias por su testimonio que no se siembra en balde.
Dr. Goicoechea: OK... siguiendo con la metáfora agrícola, voy a dejar el tema en barbecho. Anoto las ideas: que el trasvase de lo emocional a las "redes defensivas frente a lo necrótico" es posible, pero que debe ser minimizado. Creo que tampoco pretendía la mera vuelta al concepto de somatización sino a algo que pueda ligar con esa idea del cerebro alarmista. Trato aceleradamente de seguirle el paso y me preguntaba, no (sólo) por goce intelectual sino en pro de "la liberación", si los conflictos emocionales podían contribuir a ese error evaluativo del cerebro. "Puede que sí, pero hay que minimizarlo" -dr. dixit-. En la misma línea, me había preguntado en comentarios anteriores si ese trasvase complejo, al no poder ser bien explicado, podría explicar la proporción de fracaso terapéutico cuando lo hay. Quizás volveré más adelante. Hay otras treinta cosas de su propuesta por examinar. Gracias por su interés.
Saludos
Carlos: bienvenidas sean las preguntas. Es un placer leerle. Tenga en cuenta que parte de lo que propongo se mueve en el terreno de las hipótesis. Trato de analizar "lo cognitivo" desde la impronta cultural. Evidentemente todo es cognitivo-emocional y segregamos para entender. Todo puede influir en todo, hasta lo irrelevante... pero creo que tenemos que esforzarnos por ponernos en el pellejo del cerebro y tratar de entender cómo opera, los caminos que le conducen al error evaluativo, al alarmismo. No creo que actúe del modo que nosotros le marcamos con nuestras teorías...
Saludos
Publicar un comentario