Ayer fué el día del Celedón en Vitoria.
Celedón es un personaje imaginario, un aldeano alavés chuflista y jaranero que acude a la capital a divertirse con su hatillo y su buen puro. Tiene un antecedente real de carne y hueso, Zeledonio Anzola, un popular albañil que se construyó una casa "con ventana y con balcón". Zeledonio falleció en 1866 pero debió dejar huella en el barrio pues en 1957 un grupo de amigos idearon lanzar un muñeco que le representaba desde la torre de la iglesia de San Miguel para dar inicio a las fiestas de la Virgen Blanca. Aquella ocurrencia ha derivado en un acto mulitudinario en el que los vitorianos saludan con champán y un puro la bajada desde el cielo de Celedon (Zeledonio Anzola) mientras cantan el mantra de "Celedón ha hecho una casa nueva, con ventana y con balcón...". Celedón vuelve a subir al cielo cinco días después para dar el cerrojazo a la jarana... hasta el año siguiente.
La presencia de Celedón no se debe a fuerzas sobrenaturales. Es un muñeco que cuelgan desde la torre y baja por una cuerda hasta el mirador de una casa. Allí se produce el cambiazo y un Celedón de carne y hueso atraviesa a duras penas la muchedumbre para saludar desde la balconada de la Iglesia de San Miguel.
No hay ganchos celestes que descuelgan a Celedón desde el cielo a la torre. Hay que subir el muñeco, tender el cable, colgarlo y dejarlo caer cuando suene el chupinazo.
Daniel Dennet es un filósofo americano, defensor de las esencias del darwinismo frente a aquellas teorías que pretenden desvirtuarlo o enterrarlo. Escribió un exitoso y, para mi gusto, excelente libro: La peligrosa idea de Darwin. No tengo capacidad para valorar sus aciertos o desaciertos pero es de los libros que uno siente un empujón mental cuando lo lee. En él habla de "ganchos celestes" y "grúas".
Los ganchos celestes son teorías que consiguen explicarlo todo a base de conceptos esencialistas, metafísicos, no demostrables: Celedón bajando del cielo e instilando alegría a la tropa.
Las grúas son cosas triviales que explican, hasta donde pueden, los sucesos: el difunto Zeledonio, una cuadrilla de amigos, una chufla con una ocurrencia, ganas de juerga colectiva, la fuerza de los símbolos... un muñeco, un cable y la fuerza de la gravedad.
Para el dolor se proponen todo tipo de explicaciones. Muchas de ellas no se sostienen (ni pretenden hacerlo) en hechos conocidos. Son ganchos celestes o, más bien, infernales. Poco a poco vamos sabiendo cosas, vamos descubriendo nuevas piezas del puzzle. Tenemos grúas más altas. No existe un verificador consensuado de lo que es una grúa o un gancho celestial. Para gustos...
- El dolor tiene que venir de algo. No es normal
"Todo dolor es siempre una respuesta normal a lo que el cerebro considera una amenaza"
Es una afirmación de Lorimer Moseley que suscribo totalmente.
- Si duele la cabeza o el pie o el epicóndilo es porque el cerebro considera que está amenazado.
El problema, las grúas, es cómo podemos descubrir los motivos que le han llevado al cerebro a predecir una amenaza cuando esa suposición es muchas veces descabellada.
Una vez tomada la decisión todo lo demás está bastante bien explicado (serotoninas y adláteres).
Celedón existe, para unos sólo es un muñeco y para otros es algo más..., especialmente para los vitorianos...
4 comentarios:
Hoy llego aquí desde el blog de Nur..
Me resulta sumamente interesante este espacio tan lleno de información valiosa!!
Gracias, seguiré viniendo!
Abrazos
Seas Bienvenida y que este blog cumpla la función que se propone: educar sobre organismo. Saludos
Arturo,te felicito por esta exposición, valiente y arriesgada, que comparto totalmente, aunque sea psiquiatra
Marga, no entiendo bien lo de "aunque sea psiquiatra". ¿Puedes desarrollarlo...?
Saludos
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