He tenido la oportunidad de exponer mis propuestas sobre dolor ("Dolor, Biología y Cultura") en el aula de Psicofisiología Clínica de la Universidad de Barcelona, gracias a la invitación de la profesora Mª José Corral a quien conocí a través de este blog. Ello ha dado pie a reflexionar críticamente sobre el papel que juega y/o debiera jugar la Psicología en el dolor.
Los psicólogos forman parte del llamado "equipo multidisciplinar", un conjunto de profesionales que se ocupan del complejo problema del dolor no asociado a daño necrótico. Generalmente su papel se reduce a analizar y corregir el afrontamiento cognitivo, emocional y conductual de los pacientes, tratando de que ello les ayude a sobrellevar su situación.
En mi opinión los psicólogos debieran implicarse más en la neurofisiopatología del dolor desde una perspectiva biológica, de organismo, y no dar por buenas las doctrinas de sus colegas "físicos": anestesistas, reumatólogos, traumatólogos, neurólogos e internistas.
La propuesta cartesiana del dolor sigue viva: el dolor se produce donde se siente y es detectado y conducido hasta la conciencia (cerebro) por "receptores y vías del dolor", produciéndose allí su procesamiento (evaluación, relevancia y selección de respuesta adecuada). El dolor es la consecuencia de una perturbación en los tejidos y la contribución de las neuronas es la de dar fe de ello y organizar una respuesta cognitiva, emocional y conductual.
El dolor sería, seguiría siendo, desde Descartes, un estímulo. Pero no es así. El dolor es una propuesta cerebral al individuo, un estímulo que el organismo genera y traslada a la conciencia para incitar a una conducta defensiva (lucha-huida o bloqueo motor) según se trate de una amenaza externa o interna y según contexto. La amenaza puede ser fundada o no. Generalmente, en el dolor crónico, la amenaza no tiene fundamento. No hay base suficiente de lesión en los tejidos.
En la cuestión del dolor subyacen temas de profundo calado psicofisiológico como: Percepción, Cognición, Acción. Son los psicólogos quienes más profundizan en su conocimiento y quienes debieran proyectarlo sobre las doctrinas vigentes en dolor y renovarlas en profundidad. Ellos debieran actualizar sus bases neurofisiológicas y propiciar el cambio radical que necesitan, forzando a los clínicos (los expertos en tejidos) a considerar el dolor como una compleja síntesis de estímulos, cogniciones, predicciones y propuestas de organismo.
El problema del dolor está atascado en una inoperancia creciente. Aun no se ha producido, ni tiene pinta de que lo haga, la necesaria racionalización de su tejido conceptual, desde la Neurociencia. Cada especialista sigue construyendo sus propuestas desde la óptica concreta de su interés como profesional, vendiendo orígenes, etiquetas diagnósticas y remedios sin hacer ninguna referencia a neuronas.
Los psicólogos debieran tomar conciencia de su responsabilidad, dejar de ser un simple paño de lágrimas y aplicarse con responsabilidad en deshacer y rehacer las bases neurofisiológicas de esa compleja percepción llamada dolor.
La Terapia cognitivo-conductual es una herramienta válida pero debe ser aplicada primero a las cogniciones y propuestas conductuales de organismo.
Las teorías y propuestas de los componentes del equipo multidisciplinar están rebosantes de falsas creencias y consejos conductuales inapropiados.
La terapia cognitivo conductual necesita terapia cognitivo conductual.
10 comentarios:
Hola¡¡. Me alegro de que retomes la actividad del blog..
Los psicologos me temo que por diversas razones estamos bastante limitados a la hora de poder influir puesto que a los ojos del común de los mortales, profesionales o no, sería como un sacrilegio entrar donde se supone que solo puede hacerlo la medicina. Ya estamos bastante ocupados para tratar de entrar y poder tomar decisiones en las áreas donde se supone que tendríamos que hacerlo, pero incluso en éstas, la creciente medicalización de todo, lo está dificultando cada vez mas.
Como no sean los propios neurologos....
Espero equivocarme, desde luego.
Saludos.
Hooola, encantada de volver a leerte. Se te echaba en falta. Un abrazo.
Salud, Dr. Goicoechea, qué gusto nuevamente poder leerle. El hecho de que lo hayan invitado a dictar conferencia en un aula de psicofisiología y que el contacto se haya dado a través del blog suyo son hechos de por sí reveladores: hay un creciente interés por el tema y propendemos a establecer estos necesarios puentes. Tal me parece.
Un atento saludo y gracias.
Hola, soy Máriam de Valencia, una médico migrañosa que está en el camino de deshacerse de las migrañas, me parece muy interesante su libro y me estoy leyendo el blog de pe a pa. Estoy convencida de su teoría pero me falta acabar de hacer entrar en razón a mi cerebrito.
Saludos y gracias!
Jesús: yo también me alegro de retomar el blog. Creo que es mi medio "natural". Lógicamente el blog recupera su normalidad sólo si vuelve a contar con los comentarios de los habituales, los de casa "de toda la vida".
Estoy de acuerdo contigo en que, en este momento, los psicólogos no estáis por la labor de enmendar la plana a nadie en este tema del dolor, pero no sería malo que se produjera el encuentro en un lugar común, en el del conocimiento y su aplicación. Ganaríamos todos. Afortunadamente tenemos la blogosfera ya que los ámbitos habituales y solemnes de encuentro (lo multidisciplinar) permite pocas ilusiones.
Efectivamente, los neurólogos son los que debieran empezar a predicar con el ejemplo pero me temo que andas en brazos del "todo es química", al igual que los parientes de la Psiquiatría y no quieren ser perturbados por lo que para ellos no deja de ser charlatanería estéril y acientífica.
Saludos
emejota. esto del blog crea hábito, al menos al escribiente. Me alegra el constatar que también lo echáis a faltar los lectores (además, ¡de pro!)
Un abrazo
Lizardo: me agrada que anduviera usted al quite de mi vuelta al ruedo bloguero. Indudablemente las redes sociales están evolucionando hacia un entorno con un potencial enorme en el que se producen encuentros inpensables en el contexto de lo oficial-solemne-esponsorizado.
Saludos
Mariam: quien la sigue la consigue. Es cuestión de sosiego, reflexión biológica y desapego de lo aprendido en las aulas de lo oficial. Cada episodio debe ser una batalla que debe ser ganada. Así aprende el cerebro, a golpe de realidad, sin creencias foráneas expertas ni falsos personajes (nocebos y placebos).
Saludos
http://www.sindioses.org/noticias/erradicar_dolor.html
Lo que se dice en este link... apoya o contradice lo que hablas en este blog, me gustaria que trataras el tema, gracias por el tiempo.
NdrX A.R: El artículo rebosa errores básicos en la definición de dolor e inflamación. Probablemente es una mala traducción o comentario. Interesaría leer el original. Si lo que el artículo dice es lo que el comentarista indica es evidente que contradice los conceptos básicos neurofisiológicos actuales sobre sistema nociceptivo.
No es que proponga otra cosa. Está profundamente equivocado.
Saludos
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